jueves, 7 de octubre de 2010

RECREO: Políticas distractoras

Por J. Luis Medina Lizalde


AL PRINCIPIO
La descomposición social avanza incontenible en todo el país, la desaparición de más de una veintena de turistas michoacanos en Acapulco vuelve a colocar a México en las primeras planas de la prensa mundial acentuando los temores que inhiben inversiones y turismo. La economía sigue en manos de los que la confunden con las relaciones públicas.
Son cada vez más las voces que identifican la violenta descomposición en curso como el fruto natural del sistema político y el modelo económico, por ello, las recetas que se basan en una visión de policías y ladrones lo único que provocan es pérdida de un tiempo precioso.
Ya nadie toma como resbalón la afirmación de la titular del departamento de Estado de los Estados Unidos, Híllary Clínton, su expresión de que en México se vive un proceso de “narcoinsurgencia”. Hasta los lentos de entendederas pueden percibir la ominosa advertencia sustentada en reportes de los más competentes servicios de inteligencia del mundo.


ENTRETENIMIENTO DE TEMPORADA
Sin embargo, el sistema comunicacional mexicano hace de los prolegómenos de unas elecciones locales, las del estado de México, el tema más importante de la vida nacional, mientras el gobierno de Felipe Calderón concreta la entrega de concesiones de más espacio radioeléctrico a Televisa y asociados, a pesar de un amparo vigente.
La oposición al PRI, mediante métodos cupulares que convierten en simples espectadores a los militantes de las bases partidarias del PAN y del PRD, se propone construir una alianza sin antes pactar un programa de gobierno y disponer de una personalidad (si es que existe) del contentillo de la izquierda y la derecha que los abandere en las elecciones de gobernador del próximo año; haciéndole el gran servicio al PRI de enviar el artificioso mensaje a la ciudadanía del país de que quien gane en el estado de México en 2011 ganará las elecciones presidenciales en 2012.
Un dato desmiente tal creencia: en el 2006, el ganador en el Estado de México fue Andrés Manuel López Obrador, y quien despacha en los Pinos es Felipe Calderón “háiga sido, como háiga sido”.
Las élites partidarias ofrecen un espectáculo esquizofrénico. La cúpula del PAN no tiene inconveniente en aliarse con el partido que oficialmente considera espurio al gobierno emanado de sus filas, pues es decisión del congreso nacional del PRD no reconocer la validez del resultado electoral del 2006.
La cúpula del PRD no tiene empacho en aliarse con el partido, que según esa resolución oficial vigente, le hizo víctima de fraude y por si fuera poco, le organiza una operación criminal de desprestigio mediante la artificiosa inculpación de funcionarios del gobierno perredista de Michoacán, mediante lo que Juventino Castro y Castro denomina “testigos protegidos de oficio”.


DESPUÉS DE ELLOS, EL DILUVIO
Mientras se nos ofrece ese distractor, cientos de miles de compatriotas padecen la ruina detonada por lluvias torrenciales en Veracruz, Chiapas, Tabasco y Oaxaca, en donde la carencia de infraestructura estratégica se combina con la corrupta administración de las presas hidroeléctricas deliberadamente subutilizadas para que la CFE adquiera la energía eléctrica de generación privada extranjera, lo que ocasiona la acumulación de agua que en tiempos de lluvias arrasa pueblos.
El sainete del Estado de México nos distrae del debate del presupuesto nacional en donde la asignación de recurso a estados y municipios, así como a sectores productivos, es rehén del esquema faccioso que atiende más la correlación de fuerza con miras al 2012 que las necesidades de bienestar de la población.


¿CUÁL ES EL RUMBO?
En Zacatecas, con tres semanas de ejercer, los nuevos mandos no terminan de “desengancharse” de la confrontación electoral; llenar los espacios comunicacionales de señalamientos al gobierno anterior sin fincar responsabilidades es un truco muy viejo como para que produzca resultados duraderos. La verdad es que no se transmite idea del proyecto en curso, las biografías de los integrantes del gabinete no dan pistas, el discurso oficial tampoco.


SILENCIO QUE HABLA
¿La actual legislatura no tiene nada que decirle a los zacatecanos respecto al estado de cosas heredado?, ¿no hubo pagos indebidos a cambio de votar en determinado sentido?, ¿no se autoremuneraron con bonos no presupuestados en las acostumbradas sesiones privadas?, ¿ no hubo viajes sin justificación?, ¿aprobaron las cuentas públicas por la pulcritud de la mismas?, ¿aprobaron los presupuestos que aprobaron porque el ejecutivo los sustentó con suficiencia?
¿Las abundantes notas periodísticas que dieron cuenta de abusos como los mencionados carecen de sustento?
¿El principio de transparencia es sólo para la administración pública y no para el poder legislativo?, ¿él silencio es una forma de apostar por la continuidad de las prácticas tradicionalmente denunciadas en los medios de comunicación?


AL ÚLTIMO DIJIMOS QUE TODO
Si va en serio eso de transparentar todo, empecemos por aclarar qué entienden por todo, de otro modo, en vez iniciar una etapa de moralización de la vida pública cuya urgencia reconocemos todos, estaremos ante un gastado distractor de efectos temporales que aparta a la ciudadanía de los problemas de fondo.

Nos vemos el lunes en El Recreo