jueves, 29 de noviembre de 2007

Se confirma el complot en el caso del desafuero

En el programa "punto de partida" de Denise Maerker se muestra una entrevista a Manuel Espino hablando sobre el desafuero

martes, 27 de noviembre de 2007

Opinión de Alberto Aziz en el Universal

¿Se les pasó la mano?
Alberto Aziz Nassif
27 de noviembre de 2007

En las últimas semanas se ha dado una discusión sobre las nuevas reglas electorales. Los concesionarios de la radio y la televisión están muy preocupados por lo que consideran que puede ser un intento de control. Al mismo tiempo, ha crecido una crítica a la reforma electoral que se expresa en múltiples opiniones en la prensa escrita. Una buena parte de los desacuerdos con la reforma apuntan hacia lo que se considera como un exceso de los partidos políticos en su afán por acotar libertades de expresión y por limitar la autonomía del IFE. ¿Se les pasó la mano a los legisladores o se trata de pleitos ideológicos sin sustancia real?


De forma opaca los legisladores han hecho una negociación del nuevo Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) que poco a poco se ha filtrado en la opinión pública, pero que en realidad no se sabe con certeza cuál será el diseño fino de las reglas electorales hasta que termine el proceso. Al mismo tiempo, ha iniciado el proceso para renovar a tres nuevos consejeros electorales. Estos dos procesos nos indican problemas diferentes, con consecuencias distintas.


Mientras que la reforma electoral de 1996 tuvo el gran mérito de perfilar una institución electoral autónoma, que favoreció resultados muy positivos, la reforma de este año ha provocado un litigio con valoraciones antagónicas. Durante la fase constitucional de la reforma se logró dar un paso importante al cambiar el esquema entre política electoral y medios de comunicación, lo cual puede evaluarse como un paso correcto, a pesar del conflicto con los concesionarios de medios electrónicos. En esta segunda fase, la que consigna la letra chica, los procedimientos, normas y facultades específicas, las dudas y los cuestionamientos han vuelto a crecer. Para analizar el debate se pueden distinguir al menos dos asuntos relevantes, uno es la reglamentación sobre los medios masivos y el otro es la nueva arquitectura del IFE.


¿Se limita la libertad de expresión o simplemente se regula? La discusión de fondo es complicada porque existen diversas preferencias. Para algunos las campañas negativas son necesarias; para otros es preferible impulsar debates sobre proyectos y propuestas, en lugar de tener una exacerbación de spots sucios.

En este dilema existe una pregunta de fondo: ¿es democrático regular expresiones políticas en una campaña electoral? Considero que las libertades son un bien público no negociable, que se necesitan cuidar y tutelar por el Estado, pero, al mismo tiempo, no se trata de libertades absolutas. Los partidos, como sujetos de interés público, necesitan moderar su búsqueda del poder. El problema es cómo determinar la frontera entre una campaña negativa necesaria y otra en donde se insulte, denigre o se calumnie al contrincante. En experiencias recientes en la materia podemos ver que ha habido regulación del IFE y del Tribunal, y se ha encontrado la línea de esa delicada frontera. También hemos visto las consecuencias cuando se ha pensando que esas libertades son absolutas para hacer y decir lo que se quiera, incluso a costa de violentar la ley, como sucedió en 2006.


Una parte importante de la reglamentación en materia de medios se tiene que leer bajo la clave de los excesos en las elecciones del año pasado. Por ejemplo, establecer los lineamientos para los noticieros se ha tomado como “tirar línea”. Sin embargo, ese procedimiento ya existe en el actual Cofipe; ahora sólo se discute la fuerza del verbo que determine si la acción será “sugerir” o “presentar” y quizá la novedad sea establecer sanciones. Lo importante para la autoridad electoral será preservar bienes como, por ejemplo, la equidad en la cobertura.

Una parte de las prohibiciones sobre campañas sucias y no intervención de terceros también forma parte del actual Cofipe, con la única diferencia que eran normas sin sanciones. Ahora se van a establecer las sanciones. Como en cualquier marco regulatorio, necesita haber progresividad y proporcionalidad en las sanciones. Hoy parece que habrá penalidades máximas y mínimas, de forma similar a como se dan con el registro de los partidos. Hasta la fecha ningún partido ha perdido el registro por cometer una falta, y vaya si las han cometido, lo cual implica que será muy difícil que el IFE determine unas suspensión de varios días de transmisión por una falta, pero el incentivo para no cometerla será importante.

En suma, creo que lo importante es establecer reglas que resuelvan problemas como los que se dieron en 2006: violaciones que quedaron impunes. Las libertades en esta materia necesitan regulación, no sirve de nada apelar a los absolutos.


La otra parte también es complicada. ¿Estamos ante una vulneración a la autonomía del IFE? Bajo el argumento de que todos los servidores públicos deben ser responsables, se introduce una figura, la nueva contraloría, que será conflictiva y seguramente provocará tensiones permanentes entre el IFE y el Congreso. Esta contraloría, movida desde el Congreso, no sólo tendrá atribuciones administrativas, sino de vigilancia sobre desempeños y capacidades, por lo que la autonomía del IFE se verá seriamente comprometida. De la misma forma, se ha hecho un diseño muy burocrático de las comisiones, espacio fundamental para el manejo entre los consejeros y la estructura operativa, en donde se mete a los partidos, se limita el número de consejeros, por lo cual las comisiones serán como pequeños consejos.


Se hacen fuertes distinciones entre el presidente y el resto de los consejeros, y se establece una suerte de reproducción burocrática, como si el presidente fuera un secretario, y el resto de los consejeros, sus subsecretarios. A ello se agrega que la comisión de fiscalización será sustituida por un órgano técnico, lo cual debilita la fiscalización ciudadana. Tanto por el exceso de reglamentación burocrática como por la pérdida de autonomía, se llevará al IFE a perder sus ingredientes ciudadanizados, y en esa nueva arquitectura, sí se les pasó la mano a los partidos y legisladores.


A unos días de terminar la negociación de las reglas electorales, hay que insistir para que los legisladores dejen de pensar sólo en controlar al IFE y permitan el fortalecimiento de su autonomía y el contrapeso ciudadano. ¿Peras al olmo?


Investigador del CIESAS


PERFIL

Profesor e investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Ha escrito libros y numerosos artículos de investigación.
También ha sido docente en universidades mexicanas y conferencista en diversas instituciones extranjeras, como la Sorbona de París, la UNESCO, la Universidad de California en San Diego y el Instituto Ortega y Gasset en Madrid.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo
J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

En muchas ciudades mexicanas ya se exhibe el FRAUDE 2006, película mediante la cual Luis Mandoki da su visión del proceso del año pasado. En Zacatecas, somos público cautivo de una empresa exhibidora que ante la falta de competencia, no muestra para cuándo estará programada dicha película. De todos modos, quien quiera verla, va a encontrar el modo, sólo que no está de más medir el grado de vigencia de la libertad de expresión.

SÓLO CABE PROGRESAR CUANDO SE PIENSA EN GRANDE, SÓLO ES POSIBLE AVANZAR CUANDO SE MIRA LEJOS”:
José Ortega y Gasset

La gobernadora Amalia García, medio Congreso del Estado, representación de más de un tercio de los ayuntamientos, funcionarios del Gobierno del Estado y algunos invitados especiales recibieron evidencias del agotamiento de una política para los migrantes que ya dio todo lo que pudo.La celebración del 35 Aniversario de la Federación de Clubes de Los Ángeles fue motivo de un viaje más con cargo al presupuesto de parte de una comitiva que en su fuero interno debe preguntarse el sentido de tales desplazamientos.Los reportes periodísticos generados por el encuentro que tuvo lugar el 16 y 17 de noviembre son elocuentes al respecto.El Programa 3x1 es motivo de cuestionamientos cada vez más enérgicos.La retórica oficial alrededor del “migrante exitoso” para referirse a quien ha logrado prosperidad, es un estímulo a la migración en pos del sueño americano, que tiende una cortina de humo respecto al drama humano de los ilegales, que son mayoría y que no pueden ir a una cena baile a coronar a su reina, porque los deportan.Las remesas están de paso en Zacatecas, su destino último son los centros de consumo que rodean nuestra Entidad, especialmente Guadalajara, Monterrey y Aguascalientes.La búsqueda oficial de filántropos, en vez de inversionistas, nos ha llevado a sub-aprovechar, en el mejor de los casos, el ciclo ascendente del monto de las remesas, ciclo que está llegando a su fin. Las diputaciones plurinominales reservadas a los migrantes están estimulando procesos de discordia, que debilitan enormemente la causa de nuestros compatriotas en el exterior.La clase política se relaciona con los migrantes organizados conforme a una lógica clientelar y olvidando que hay más migrantes fuera que dentro de los clubes, en situación mucho más precaria, por lo tanto, con más urgencia de atención.Para construir políticas públicas, Zacatecas tiene en la Universidad Autónoma de Zacatecas a un núcleo académico especializado en el tema. Nombres como el de Raúl Delgado Wise, Miguel Rodolfo García Zamora, Juan Manuel Padilla y Miguel Moctezuma Longoria, entre otros, son prestigiados referentes en los foros donde se examina la migración, pero lejos estamos de que en nuestra tierra el poder y el saber vivan en la misma casa.

“LA POLÍTICA ES EL ARTE DE EVITAR QUE LA GENTE SE PREOCUPE DE LO QUE LE ATAÑE”:
Paul Valery


Andrés Manuel López Obrador se levantó con el pie izquierdo el domingo 18 de noviembre: el acelere de los que entraron a la Catedral, por 12 minutos de inmisericorde “campaneo”, impidió que “el presidente legítimo” mostrara el músculo con los miles de congregados en el zócalo y sus alrededores, y que se difundiera su propuesta detallada de política alternativa para la industria petrolera.En vez de eso, los medios sólo se ocuparon de la irrupción de los acelerados, y de la hipótesis de la provocación (hipótesis que se robustece con el artículo de Ricardo Monreal, publicado en Milenio, el 20 de los corrientes, en donde nos receta los reglas y los tiempos de duración de las llamadas a misa, ¿alguien le regatea autoridad en el tema?).Hubo prudencia, pero el clero, si bien ordenó el cierre de la Catedral, no usó su formidable aparato persuasivo ni movilizó a los fieles para linchar “herejes”.El PRD, dijo luego luego: “yo no fui”, y para que se lo creyeran, hasta interpuso senda denuncia ante el Ministerio Público.Y es que los mexicanos hemos aprehendido que la religión y la política no se mezclan a lo tarugo, porque a todos nos va mal. Por eso somos guadalupanos y juaristas al mismo tiempo.El clero sabe que la fe católica es abrumadoramente mayoritaria en la izquierda, en el centro y en la derecha.El clero sobre que en sus filas hay izquierda, centro y derecha.Sergio Méndez Arceo, obispo de Cuernavaca que en paz descansa, dijo que en América Latina “la transformación o la revolución pasa por la Iglesia” y la izquierda lo sabe. Por eso no hay mitin de López Obrador en el zócalo que no cuente con la presencia de monjas y sacerdotes.La sociedad ha aprendido a diferenciar cuándo se usa la religión subordinándola a intereses políticos.Sabe que batean a la derecha Sandoval Íñiguez, Rivera Carrera y Onésimo Zepeda.Por la izquierda batean el obispo de Saltillo, Raúl Vera, y la mayor parte de los obispos del sur.Los simples mortales sabedores somos de que en el clero hay individuos admirables por su entrega al prójimo y pederastas, que hay lo mismo quienes reciben cuantiosas narcolimosnas que sacerdotes como Chinchachoma, que subía enmascarado a pelear en un ring de lucha libre para reunir fondos para los huérfanos bajo su protección.Y es que, como decía Marx de sí mismo: nada de lo que es humano les es ajeno.

AL ÚLTIMO

Ayer tuvo lugar un encuentro privado entre Leonel Godoy, gobernador electo de Michoacán, y Felipe Calderón. Algunos lo van a ver como claudicación ante el “espurio”. Pero no es más que el reconocimiento a la diferenciación de roles entre quien tiene un cargo constitucional y quien, en el ejercicio de sus derechos constitucionales, participa en un movimiento que enfatiza la ilegitimidad de una elección. Es cuestión de repasar las luchas en América Latina de los últimos 50 años.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com

domingo, 25 de noviembre de 2007

No dejemos que nos vean la cara

NO DEJEMOS QUE NOS VEAN LA CARA

Zacatecas, Zac., 24 de noviembre de 2007

No se exhibió en los cines de Zacatecas y Fresnillo la película FRAUDE 2006 de Luis Mandoki, empezamos a llamar a pedir una explicación y nos decían que en unos cuantos días.

Todavía ayer, 23 de noviembre, nos decían que "en ocho o quince días".

Pero hoy de plano nos desengañan y nos dicen que no se va a pasar la película FRAUDE 2006 en Zacatecas. Los empresarios abusan de que en Zacatecas no tienen competencia y están atentando contra la libertad de expresión de Luis Mandoki y todos los que participaron en la película, a pesar de ser ésta una garantía constitucional y están atentando contra nuestro derecho a la información, que también es una garantía constitucional.

No tenemos por qué sorprendernos de la conducta de los que predican la democracia y practican lo contrario, pero tampoco tenemos por qué resignarnos ante su primitivismo.

Haremos todo lo posible porque la película sea exhibida. La censura no puede tener cabida en el México del siglo XXI. Derecho que no se ejerce se pierde. Mientras encontramos fórmulas alternativas para que los zacatecanos tengamos la misma oportunidad que ya tuvieron los mexicanos que viven en otras ciudades mexicanas de ver esta película, si ese es su deseo, y de estar de acuerdo o en desacuerdo con su contenido, le solicitamos a todos aquellos que crean en la libertad de expresión y en el derecho a la información, que se dirijan en forma respetuosa y firme a la empresa exhibidora cuyo correo es: info@mmcinemas.com y teléfono es 899 19 25 en demanda de una rectificación.

Los que dan la cara por la medida de censura, sólo obedecen órdenes, por eso insistimos en el tono respetuoso. Pero que le digan a sus jefes que no tienen derecho de violar nuestros derechos.

Fraternalmente

Izquierda Federalista

jueves, 22 de noviembre de 2007

Opinión de Diego Valadés en El Universal

La lejana Revolución
Diego Valadés
22 de noviembre de 2007


Dos factores han dañado con el prestigio de la Revolución: la demagogia y el conservadurismo. La utilización política de la Revolución para justificar la prolongada ausencia de procedimientos democráticos en el país favoreció el éxito del proyecto restaurador. Antes de que la Revolución dejara de ser invocada como un gran acontecimiento que transformó la vida social e institucional del país, comenzó a experimentarse hartazgo ante un discurso que transitó de lo artificioso a lo artificial. Además, la rigidez de la Constitución en cuanto a la estructura del poder presidencial acentuó el rechazo hacia la Revolución.

Es sintomático que hoy se discuta si la Revolución debe ser celebrada o conmemorada. Es comprensible que así suceda en un ambiente conservador. Todo hecho histórico es recordable. Lo mismo la Revolución que las invasiones extranjeras o el terremoto de 1985 pueden ser rememorados; empero, nadie festeja el sismo, y tal vez tampoco las invasiones, pero muchos sí lo hacemos con la Revolución. La celebración está reservada para quienes sigan pensando que al menos durante un periodo el país tuvo conciencia de la deuda histórica con los pobres.

Al comenzar el siglo XX, México tenía la décima parte de la población actual; más o menos 80% carecía de servicios y de vivienda, y trabajaba en condiciones de explotación. Los mexicanos, en mayoría, vivían en pocilgas, no sabían leer y carecían de derechos colectivos. Los revolucionarios quisieron poner fin a esa situación, y tomaron la decisión de convertir a los pobres en el eje de la Constitución. Eso es lo que hay que celebrar, al menos si se tiene la convicción de que los pobres lo merecían entonces, como lo merecen ahora.

Hoy tenemos que contestar una pregunta directa y dura: ¿qué ha cambiado a casi un siglo de la Revolución, y a 90 años de la Constitución? Las respuestas posibles son contradictorias. La magnitud de la pobreza es menor, pero la concentración de la riqueza es mayor; la democracia electoral funciona, pero subsiste el verticalismo en el ejercicio del poder gubernamental; la organización judicial es vigorosa, pero el acceso a la justicia continúa muy limitado; le educación ha prosperado, pero la cultura política y jurídica sigue siendo deficiente; existe el derecho al trabajo, pero falta el trabajo mismo; a los campesinos se les dio la tierra nacional, y luego se les ha exiliado para buscar sustento en tierra ajena; el Estado ya no es opresor, pero tampoco protege a los gobernados frente a la acción delictiva; no hay temor ante el presente, pero no hay ilusión frente al futuro. La suma sigue dando cero.

La parte social de la Constitución es la que surgió y se fortaleció a partir de 1917. Sin embargo, hay un nuevo ingrediente del Estado contemporáneo que no está regulado: las políticas públicas. Son estas las que dinamizan o atenúan el alcance de las previsiones constitucionales. Las normas son un conjunto de enunciados que emanan del Congreso y las políticas son un conjunto de decisiones que toma el presidente en solitario. La práctica ha mostrado que, con frecuencia, entre el derecho público y las políticas públicas existe una enorme distancia. El primero resulta de la deliberación y las segundas del verticalismo. No es una divergencia insalvable: la clave del nuevo Estado social no se encuentra sólo en las decisiones normativas, sino en que los órganos de representación participen en la definición de las políticas públicas.

El instrumento por excelencia para fijar esas políticas es el Plan Nacional de Desarrollo, al que según la Constitución se sujetan los programas de la administración pública. El plan equivale a lo que en otros sistemas se denomina programa de gobierno. La elasticidad de las normas sociales permite que ese plan adopte medidas que favorezcan o afecten las acciones relevantes para el bienestar colectivo. En cuanto al plan, el artículo 25 constitucional dispone que el Congreso tiene “la intervención que señale la ley”. Una nueva ley de planeación podría facultar al Congreso para participar en la formulación de las políticas públicas. El Congreso nos ha dado gratas sorpresas; no descartemos una más.

diegovalades@yahoo.com.mx

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

PERFIL


Doctor en Derecho. Ex director del Instituto de Investigciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México; es también miembro de El Colegio de Sinaloa, de la Academia Mexicana de la Lengua y del Sistema Nacional de Investigadores.
Es autor de numerosas publicaciones sobre derecho constitucional.

martes, 20 de noviembre de 2007

Opinión de Ricardo Monreal en el Milenio

Entre la Catedral y el Zócalo

Hay reglas para el toque de campanas, máxime si es la Catedral de una nación.

Un amigo sacerdote las explica. A partir del sínodo provincial de Guadalajara en 1938, se fijaron las reglas en México para el tañir de campanas, cuya finalidad es convocar a la oración y anunciar las fiestas. Hay ocho tipos de toques. Tome usted nota, para que concluya a nombre de quién doblaron las campanas de catedral el pasado domingo.

“Toque de Alba”: Se divide en ordinario y solemne. El primero se acostumbra diariamente, se dan nueve golpes muy pausados con la campana mayor, concluyendo con tres seguidos. Su tiempo de duración es de 35 a 40 segundos. El solemne: “Se inicia esquileando, 30 vueltas a cada una, deteniendo al principio la esquila entre vuelta y vuelta; se inicia por la de sonido más leve o agudo y se va aumentando hasta terminar con el esquilón; se repite la operación hasta completar seis veces. Enseguida se dan las nueve campanadas de alba con la campana mayor. Luego se repite el esquileo, tres veces 30 vueltas con cada esquila y sin detenerlas a cada vuelta, para terminar con tres repiques consecutivos poniendo a vuelo todas las campanas”. Su duración es de 10 a 15 minutos, según el número de campanas disponible.

Vienen después los “llamados a misa”; los “toques de oración”; los toques “dobles” (para las exequias de los difuntos); la llamada “mano de Pino” o esquileo (para anunciar fiestas y peregrinaciones, con un sistema similar al toque de alba solemne, con duración de quince minutos); las llamadas a “ejercicios piadosos”; los “repiques” (se echan a vuelo todas las campanas para anunciar fin de la fiesta patronal, la llegada de un obispo nuevo, la misa de gallo en navidad, la cena del señor en jueves santo y la vigilia pascual; se repite el tiempo que sea conveniente); por último, los toques de campana conocidos como “rogativas” o toques de alerta (cuando se aproxima una calamidad, una tempestad, o en actos de desagravio y letanías. Se tocan todas las campanas, una por una, de menor a mayor, pausadamente. Con cada una de ellas se dan dos golpes; con la mayor sólo uno. Así se vuelve a comenzar y se repite el tiempo conveniente).

El pasado domingo 18 de noviembre a las 12 del día, las campanas de catedral debieron anunciar una típica “llamada a misa” ordinaria. Su protocolo es el siguiente: “La primera se da media hora antes de la celebración, con la campana mayor o la campana destinada a la Misa. Primero se da una campanada y se deja un espacio de tiempo; luego se dan quince golpes seguidos, y se deja otra pausa; y se termina con una campanada”. Su duración es de un minuto aproximadamente.

La segunda llamada se da quince minutos antes de la celebración, con la campana mayor o la campana destinada a la Misa. Primero se dan dos campanadas pausadas y se deja un espacio de tiempo; enseguida se dan veinte golpes seguidos, y se deja otra pausa; y se termina con otras dos campanadas. Noventa segundos de duración.

La última se da al sonar la hora de la celebración, con la misma campana. Primero se dan tres campanadas pausadas y se deja un espacio de tiempo; luego se dan 25 golpes seguidos, se deja al final otra pausa; se repiten luego las tres campanadas pausadas y acompasadas; y se termina con cuatro toques seguidos, ni tan juntos que no se puedan distinguir, ni tan dilatados que se olviden. De dos a tres minutos de duración (www.apostoloteca.org/liturgia/manualdelsacristan).

Será importante analizar con precisión la duración y el tipo de toque de las campanas de Catedral ese día, a la luz del protocolo aquí reseñado. Yo estuve presente en el evento y, en lo personal, me pareció fuera de orden ese “llamado a misa”. Duró cerca de quince minutos, de las 11:45 a las 12:00 horas aproximadamente, con una cadencia también anormal. No era el sonido del Angelus del mediodía, sino el repique de las “rogativas” —parecido al martilleo de un yunque—, que advierten de la tempestad, la calamidad o, a partir del domingo pasado, de la “profecía autocumplida”.

Vendría la referencia inaudible como inevitable de la oradora en turno, la senadora Rosario Ibarra de Piedra, quien en ningún momento arengó a la toma de la Catedral, como ahora argumenta la defensa del arzobispado.

La reacción posterior de un grupo de asistentes al evento es tan lamentable como la evidente violación al protocolo del toque de campanas de la Catedral. Jamás se debió responder a esa incitación con una trasgresión del recinto religioso. En pocas palabras, a la provocación surgida de la Catedral no debió proseguir la intolerancia de una parte del zócalo, porque ambos espacios históricos representan en este país concordia, pluralismo y reconciliación, todo lo contrario de lo que unos y otros escenificaron el pasado domingo.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Cuando López Obrador pronunció aquello de “al diablo con sus instituciones”, se le echaron encima los “políticamente correctos” en nombre de la institucionalidad.
Ahora acude a la PGR acompañado por Ricardo Monreal a denunciar la catástrofe tabasqueña, aduciendo exactamente lo mismo que le dijo Andrés Granier a Calderón delante de los periodistas nacionales, en el sentido de que el manejo irresponsable de las compuertas de la presa las Peñitas causó la inundación (lo que también corrobora el prestigiado especialista Antonio Gershenson).
¿Y sabe usted cual fue la respuesta del subprocurador Santiago Vasconcelos? Mandó al diablo la institucionalidad que representa al prejuzgar una denuncia presentada por un ciudadano en pleno ejercicio de sus derechos.
A López Obrador, la pifia de Vasconcelos le allanó el camino a las instancias internacionales, con esos enemigos para qué quiere amigos.

ADIÓS A LAS CARAVANAS CON SOMBRERO AJENO

A partir del miércoles 14 del mes y año en curso, inicia la vigencia de la reforma constitucional de nueve artículos de nuestra Carta Magna. Dentro de los cambios, hay dos que modifican para bien la vida pública.
Uno (art. 134), establece con meridiana claridad, para los que ejercen recursos públicos, la prohibición de seguir haciendo caravanas con sombrero ajeno.
Ya no habrá spots en radio y televisión o Internet, ni propaganda mediante espectaculares ni inserciones pagadas en la prensa escrita destinadas al autoelogio financiado con el dinero de los contribuyentes.
La “costumbrita” inició en la última década del siglo 20, cuando la mercadotecnia útil para vender cremas y ropa de marca, se traslada a la política. Lo que indujo a la clase gobernante incipientemente pluralizada, a usar el dinero público para su autopromoción.
El efecto negativo más importante es el de la pérdida de calidad de la política y de los políticos. Tomó ventaja el que tenga dinero aunque no tenga preparación. El bonito marca “Peña Nieto” aunque no tenga trayectoria.
Tomó el control del País una clase política fruto del engaño colectivo pagado con nuestros impuestos, e hizo Presidente de la República a un analfabeto funcional confeso, Vicente Fox, y el resultado no podía ser más elocuente. Desempleo, quiebras, migración, corrupción, pérdida creciente de la soberanía.
En resumen: un País sumido en la desorganización (con excepción de la delincuencia cada vez más organizada).
A partir de ahora, el dinero público podrá financiar en vez del autoelogio. La información socialmente útil, y habremos de ganar en consistencia y calidad de la política y los políticos.

UNA PALABRA NO ES UN PÁJARO: SI SE TE ESCAPA, NO LA
RECUPERARÁS JAMÁS PROVERBIO RUSO

Otro cambio a favor de la calidad, esta vez de los medios de comunicación es el derecho de réplica, o de respuesta como también se denomina.
El derecho de réplica, es otro de los temas en donde los mexicanos nos hemos visto lentos. Los medios de comunicación que respetan el derecho de réplica lo hacen por voluntad propia, no por cumplir una norma.
La primera iniciativa de ley al respecto en el mundo, la presentó un diputado de apellido Duluare allá por 1798, cuando Francia paría cambios que modelarían al resto del mundo.
Pero el tal Duluare parecía diputado mexicano porque su iniciativa se fue a la “congeladora” hasta que fue sancionada una versión corregida y aumentada, el 25 de marzo de 1822.
En México tenemos una Ley de Imprenta que data de días antes de nuestra constitución de 1917. Además de que tal ley es de dudosa constitucionalidad, a la hora de establecer la pena para quien incumpla nos remite al artículo 904 del código penal del Distrito Federal. Pero el susodicho código contiene sólo 431 artículos.
Los medios de comunicación compiten entre sí, en un mercado inserto en una sociedad plural, demandante de veracidad informativa e interesada en conocer todas las posturas respecto a un mismo hecho de interés público. Para satisfacer estos requerimientos se requiere un marco de libertades, no exento del riesgo de equivocarse a la hora de tratar una situación en donde una inexactitud afecte a una persona o institución, y es ahí donde el ejercicio de la réplica contribuye al mayor esmero del periodista, del medio impreso o electrónico. Porque aquel que piense que una pluma o un micrófono autorizan a decir cualquier cosa de cualquiera, se equivocó de oficio.

AL ÚLTIMO

Dice el CIDE que el gobierno e Zacatecas ocupa el penoso lugar 23 en transparencia (conforme a criterios de medición de nivel de acceso a la información pública).
Dice también que el gobierno municipal de nuestra capital está en los últimos tres lugares.
En contraste, el CIDE dice que el gobierno del DF ocupa el primer lugar en el tema, pero ¿qué tal si el CIDE mide la transparencia involuntaria? Apuesto que le ganamos a cualquiera.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com

domingo, 18 de noviembre de 2007

Desde estos sitios puedes observar la 3° CND en en Zocalo

A través de Radio AMLO TV ya se puede ver en estos momentos la imagen del Zócalo capitalino en vivo, en directo y con estupenda resolución, en espera de que dé inicio la Tercera Asamblea de la CND:



http://radioamlo.tv
Rompiendo el cerco informativo.


Disponible para cualquier sistema operativo: Macintosh, Linux, MS Windows.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Opinión de Epigmenio Ibarra en Milenio

Este domingo en el Zócalo

No soy, ciertamente, afecto a la liturgia republicana y hubiera preferido que López Obrador optara simplemente, hace un año, por asumir la coordinación de un gran movimiento nacional de resistencia en lugar de tomar posesión como presidente legítimo. Eso, desde mi punto de vista, hubiera ampliado su margen de maniobra, el de sus simpatizantes y sobre todo el de sus correligionarios en distintas posiciones de poder. Pero eso es lo que yo, que también soy parte agraviada como millones de mexicanos más por la sucia manera en que le fue arrebatado el triunfo, hubiera preferido y no es de mis preferencias de lo que debo hablar.

Tampoco, debo decirlo, me gusta demasiado el discurso propio del mitin de plaza; del “cállate chachalaca” al “pelele”, que opera con la lógica del contacto inmediato, de la reacción instantánea, de la consigna que prende entre los asistentes al mitin pero que al trasladarse a otros ámbitos hace que el discurso del lopezobradorismo en general, o al menos lo que los medios presentan de él, parezca en cierta medida pobre y reiterativo. Esto parte de mi convicción de que la dureza retórica no es necesariamente ni lo más moderno ni lo más efectivo y que suele acarrear como efecto colateral las consabidas excomuniones y anatemas lanzados, por parte de los seguidores más fanáticos, contra aquellos que osan siquiera matizar el discurso opositor.

De nuevo, sin embargo, hablo de mis preferencias y percepciones. Reconozco que la machacona insistencia de López Obrador, el no dar ni un segundo de tregua a Felipe Calderón, El espurio, el apego a una ruta, le ha resultado, a la postre, muy rentable. Otro tanto sucede con la decisión de asumir símbolos como el de la presidencia legítima. Son muchos, en la prensa escrita, los que hacen escarnio de la que Carlos Marín llama república patito de López Obrador. Pierden de vista, sin embargo, que ahí en la plaza, en el corazón y la mente de muchas personas, la presencia de ese hombre con esta investidura legitimada por una voluntad popular manipulada y traicionada no tiene nada de ridículo y, muy por el contrario, dota de majestad singular hasta el más sencillo de los actos públicos y da mayor resonancia e impacto a sus palabras.

López Obrador no se pierde en escarceos con interlocutores que no le reportan resultados inmediatos ni contribuyen esencialmente a su causa. No sufre, por el otro lado —y como muchos de los militantes del PRD despeñados en la dialéctica del traidor—, la frustración de una derrota que, simple y sencillamente no reconoce. La suya no es una campaña de imagen pública; no busca ni votos ni popularidad. Está ocupado armando el andamiaje de un formidable aparato político social que haga, ahora sí, viable la victoria y que se constituya como garante de la misma.

López Obrador sabe, pues, con quién, de qué y cómo hablar; conoce y pulsa con gran eficiencia la insatisfacción profunda que prevalece entre millones de mexicanos que votaron por él y se sienten defraudados y se atreve, se ha atrevido siempre y con distinta fortuna, a comportarse contra todos los preceptos del marketing político, a mantenerse firme en la lógica de la confrontación constante, de la denuncia permanente, del señalamiento sin tregua sobre el origen fraudulento, el día de la votación, dicen unos, en los medios y antes de la elección por la intervención del poder de la Iglesia y del dinero sostengo yo, de la Presidencia de Calderón.

No cede López Obrador, como muchos de sus correligionarios, a la tentación de suavizar o “modernizar” el discurso por las necesidades de sus cargos de elección popular o sus propias aspiraciones personales o de grupo. Carga con los costos, que son muchos, pero también al final —cuando no se equivoca— con los beneficios, mismos que a estas alturas del partido, y contra todo pronóstico, no son nada despreciables.

Mientras que él ha venido escalando en su recorrido por el país, desde las páginas interiores de los diarios hasta las primeras planas, reconstruyendo y ampliando su base de sustentación, también contra todas las predicciones, ¿dónde están en cambio sus principales detractores? Los que orgullosos se alzaron con la victoria —a la mala obtenida a la peor refrendada— en la pasada elección presidencial. Vicente Fox y Marta Sahagún caen en picada. Calderón vive obsesionado con una legitimidad que de origen no tiene; su partido, el PAN, pierde prestigio y posiciones y cede terreno al PRI y al IFE de Ugalde y a los medios electrónicos, los partidos todos, en una inédita confesión de parte, les enmiendan la plana con una reforma electoral que puede, si se cumple, evitar esas trampas que evitaron llegar a López Obrador a la Presidencia.

Habrá que ir, pues, a la plaza este domingo y antes, este jueves 15 al cine, porque en el cine también habrá de estar el mismo López Obrador, con el mismo dedo en el mismo renglón de siempre, recordando, diciendo terca, insistentemente, que aquí el 2 de julio de 2006 no se jugó limpio y que eso ni se puede olvidar ni se puede tolerar.

Opinión de José Sarukhán en El Universal

¿Desastres naturales?
José Sarukhán
16 de noviembre de 2007


Las desgracias ocurridas en varios estados de la República han capturado, con más que buena razón, los espacios informativos de los últimos 15 días. La dimensión de las pérdidas humanas, si bien no de grandes dimensiones, han sido en extremo dolorosas; por otro lado, los daños a la infraestructura y a bienes materiales han sido enormes.

Pero, ¿estamos realmente hablando de daños causados por desastres naturales? O estamos más bien frente a los efectos de una antigua y larga lista de malas decisiones humanas que han exacerbado los efectos de fenómenos naturales. Aunque sin duda factores globales como el calentamiento atmosférico se han combinado con otros locales —como una marea elevada— para hacer más crítica la situación (como en Tabasco), no hay duda de que estas tragedias son resultado de dos grupos de fallas humanas.

La más importante es la desestabilización de los ciclos hidrológicos regionales; la deforestación de las montañas y serranías impide la infiltración pausada del agua de lluvia en el suelo que alimenta manantiales y acuíferos; este es el caso de fenómenos meteorológicos como los “frentes fríos” (que antes llamábamos “nortes”), que depositan lluvias no torrenciales aunque sí abundantes en las partes altas de montañas.

En ausencia de los árboles y de los suelos más profundos y protegidos, el agua corre pendiente abajo a gran velocidad y en grandes volúmenes y arrastra el suelo de zonas con poca o nula cobertura vegetal, provocando deslaves y desgajes de cerros que sepultan pueblos, casas, gente, cultivos e infraestructura.

El segundo grupo de problemas tiene que ver con las previsiones hidráulicas que se deben tomar en regiones tan llanas y cercanas al nivel del mar como las planicies tabasqueñas. Entre tales previsiones están un sistema de diques y conducción de excesos de agua que aminore las probabilidades de catástrofes como la ocurrida; y evitar la especulación urbana y política que permite poblar zonas naturalmente inundables.

Los efectos del creciente calentamiento global indican que tendremos condiciones climáticas cada vez más severas, que aumentarán la vulnerabilidad de varias regiones del país. La elevación prevista del nivel marino, por ejemplo, empeorará cualquier evento de exceso de lluvias al dificultar el desfogue de ríos y las zonas que están casi al nivel del mar verán con más frecuencia inundaciones. Esto no se aplica sólo a Tabasco, que junto con Chiapas han sufrido desmesuradamente en esta ocasión, pero podrán ser otros estados en el futuro las víctimas de estos eventos.

Por qué no establecer ya un plan de respuesta a estas circunstancias que involucren medidas tales como reubicación de poblados de las zonas más vulnerables a inundación; adecuadas medidas de ingeniería hidráulica para contrarrestar esta situación; y sobre todo planes de reforestación efectiva de las zonas montañosas, que además podrían recibir en el corto plazo el beneficio de pago por servicios ambientales como los bonos de carbón o esquemas más locales que recompensen medidas de protección ambiental, y más adelante de manejo sustentable certificado de bosques.

Las lecciones trágicas se multiplican y tenemos que aprender a confiar más en la ciencia que en nuestros “sentimientos”, a pesar de que aspectos de esa ciencia sean complejos y no tengamos todos los elementos para actuar. Lo que hemos atestiguado en México en las últimas dos o tres décadas son los síntomas de que hemos estado viviendo de consumir el capital natural de la nación, contribuyendo a la insustentabilidad del “desarrollo” del futuro.


¿Sería posible, con motivo de las celebraciones del bicentenario de la Independencia, instaurar en todo el país, o al menos en muchas entidades, planes para la recuperación de ese capital natural? En especial en las zonas que ayudarían a disminuir el impacto de lo que serán crecientemente más violentos e impredecibles fenómenos naturales.

Ciertamente serían acciones que no lucen como los edificios, los auditorios o los estadios, ni se prestan a la ceremonia de cortar listones para la fotografía, pero que asegurarían que podremos ejercer nuestra independencia para mayor bienestar de las presentes y futuras generaciones de mexicanos.

Investigador del Instituto de Ecología de la UNAM

PERFIL


Licenciatura en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1964. En 1968 obtuvo la maestría en Botánica Agrícola en el Colegio de Posgraduados y en 1972 se doctoró en Ecología (University of Wales)
Director del Instituto de Biología de la UNAM, de 1979 a 1985. En 1987 fue designado Coordinador de la Investigación Científica de la propia UNAM y electo Rector en diciembre de 1988 para el periodo 1989-1992 y reelecto en este cargo para el periodo 1993-1996. Es investigador titular en el Instituto de Ecología desde 1988.

Ha sido presidente de la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL) y asimismo, Coordinador de la Red Latinoamericana de Botánica. En diciembre de 2000 fue nombrado Comisionado de Desarrollo Social y Humano de la Oficina Ejecutiva de la Presidencia de la República, cargo que concluyó en enero de 2002.

Ha publicado más de ciento diez trabajos de investigación y varios libros y ha sido el promotor del principal grupo de investigación ecológica en México, en el Instituto de Ecología de la UNAM.

Es miembro de El Colegio Nacional desde 1987, de la Third World Academy of Sciences desde 1991; miembro de la U.S. National Academy of Sciences desde 1993 y de la Royal Society of London desde 2002; de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL) desde 1993; Honorary Fellow de la Association for Tropical Biology desde 1996; Honorary Fellow de la California Academy of Sciences desde 1998; miembro del Comité de la Division on Earth and Life Studies (DELS) de la U.S. National Academy, 2002-2008; miembro de la European Academy of Sciences, 2004; Membre de la Commision Scientifique de I’Institut Français de la Biodiversité.Paris, France, 2007. Es miembro de la junta directiva de numerosas organizaciones internacionales.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Opinión de Jose Luis Calva en el Universal

Bono dilapidado
José Luis Calva
15 de noviembre de 2007


Después de observar que los mexicanos que emigraron a Estados Unidos durante 2006 (581 mil) fueron más de los que murieron en México (475 mil), el doctor Juan Ramón de la Fuente resaltó que tales cifras reflejan “un importante problema de fondo” (El Financiero, 31/X/07). Ciertamente, estamos dilapidando nuestro “bono demográfico”.

En perspectiva histórica, la esperanza de un crecimiento económico superior a 7% anual tiene como uno de sus fundamentos la existencia de una estructura demográfica —que en México se extiende hasta las tres primeras décadas del siglo XXI— en la que los trabajadores activos alcanzan su mayor proporción respecto a la población económicamente dependiente, de manera que pueden lograrse mayores tasas de ahorro, inversión y crecimiento económico, tal como se observa en los exitosos países asiáticos (China, Corea del Sur, etcétera), que están aprovechando eficientemente su “bono demográfico”.

Por el contrario, la estrategia económica aplicada en México durante el último cuarto de siglo ha resultado incapaz de generar suficientes empleos remunerados, de manera que en vez de aprovechar nuestro “bono demográfico” lo estamos transfiriendo a EU. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos reporta que durante el periodo 1981-1990 un millón 655 mil 800 mexicanos emigraron a EU, es decir, 165 mil 580 por año; y durante el periodo 1991-1997 lo hicieron un millón 947 mil 600 mexicanos más, o sea, 278 mil 229 por año (OCDE, Trends in international migration. Annual report 1999, París, 1999). Durante los años 1998-2004 —de acuerdo con cifras del Pew Research Center Project—, otros 3 millones 176 mil mexicanos se fueron a radicar a EU, o sea 453 mil 714 por año (J.S. Passel y R. Suro, Rise, peak and decline: Trends in U.S. immigration 1992-2004, Pew Hispanic Center, 2005); y se estima que durante el bienio 2005-2006 más de un millón de mexicanos emigraron a ese país.

En consecuencia, si bien las remesas de los migrantes —que crecieron explosivamente: de mil 43 millones de dólares en 1982 a 23 mil 742.2 mdd en 2006, lo que representó un incremento de 989.6% a precios constantes— aparecen en el haber de la balanza de pagos, la exportación de trabajadores debe cargarse al deber de la estrategia económica neoliberal, puesto que refleja su incapacidad para generar suficientes empleos.

Durante el sexenio 1983-1988 —de acuerdo con el Sistema de Cuentas Nacionales de México Base 1980—, en el conjunto de la economía mexicana sólo se generaron 509 mil de empleos remunerados, a causa del casi nulo crecimiento económico (el PIB sólo creció 0.2% anual). Pero durante ese lapso, cada año tocaron las puertas del mercado laboral poco menos de un millón de jóvenes demandantes de empleo, de manera que 5.3 millones de mexicanos disponibles no encontraron puestos de trabajo remunerados. Durante el periodo 1989-2004, según las más recientes cifras del Sistema de Cuentas Nacionales de México Base 1993, sólo se generaron 8.1 millones de empleos remunerados, o sea, 506 mil empleos por año; pero cada año arribaron a la edad de trabajar poco más de 1.1 millones de jóvenes, de manera que, durante este lapso, otros 9.6 millones de trabajadores no encontraron ocupaciones remuneradas en nuestro país.

Como resultado agregado, en el periodo 1983-2004 quedaron sin ocupación remunerada en México 14.9 millones de demandantes de empleo, que empujaron la formación de las oleadas de trabajadores migratorios. Desde luego, los empleos remunerados generados en México durante el bienio 2005-2006 (alrededor de 1.4 millones) resultaron también insuficientes para absorber a los jóvenes que arribaron a la edad de trabajar (alrededor de 2.7 millones).

Se estima que para crear puestos de trabajo suficientes para los nuevos demandantes de empleo, reteniéndolos en nuestro país, la economía debe crecer por lo menos a una tasa de 6%, como ocurrió bajo el modelo económico precedente al neoliberal, cuando el PIB mexicano creció a una tasa media de 6.1% anual en el periodo 1935-1982. Pero durante los pasados 24 años de experimentación neoliberal (1983-2006), el PIB apenas creció a una tasa media de 2.4% anual.

En consecuencia, el prodigioso crecimiento de la exportación de mano de obra y el miserable desempeño de la economía mexicana bajo el modelo neoliberal son dos caras de la misma moneda. Hoy día, hasta el staff del Fondo Monetario Internacional reconoce que “las remesas guardan una correlación negativa con el crecimiento del PIB”. De hecho, “las remesas tienden a compensar a sus receptores por las malas condiciones económicas” (R. Chami et al., “Are immigrant remittance flows a source of capital for development?”, IMF staff papers, Vol. 52, No. I, 2005). Este es precisamente el problema de fondo señalado por Juan Ramón de la Fuente.

Por eso, si pretendemos aprovechar eficazmente las dos décadas de “bono demográfico” que aún nos quedan, es necesario poner punto final a la estrategia económica neoliberal, que durante casi un cuarto de siglo de su perseverante aplicación en México ha probado inequívocamente su ineficiencia en términos de crecimiento económico y generación de empleos.


Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

PERFIL


Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Especialista en economía agrícola y desarrollo rural, fue distinguido con el Premio Nacional de Periodismo en 1999, por artículo de fondo publicado en EL UNIVERSAL, donde colabora desde mayo de 1995. Ha impartido numerosos cursos en universidades de México y el extranjero y participado como ponente en más de 200 seminarios y congresos científicos. Entre sus logros se cuentan también el Premio en Investigación Económica "Maestro Jesús Silva Herzog" 1999, el Premio Universidad Nacional 2001 en ese mismo ramo y el Primer Premio Nacional de Periodismo en Análisis Económico 2001, otorgado por el Club de Periodistas de México, A.C.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo
J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO
Para los perredistas zacatecanos hay una lección qué aprender del proceso electoral michoacano: la inclusión une, la unidad fortalece, la fortaleza produce victorias.
El triunfo de Leonel Godoy es oxígeno puro para la izquierda mexicana en este año de tanto descalabro.

“NO HE COMETIDO UN CRIMEN, LO QUE HE HECHO ES NO
CUMPLIR CON LA LEY”
(David Dinkins,
alcalde de NY, al
responder a acusaciones
de no pagar sus impuestos)

Ahora le corresponde al Poder Legislativo dilucidar su propio “boquete”.
El déficit presupuestal correspondiente al año que corre, es oficialmente de 10 millones 200 mil pesos y la naturaleza ética y legal del mismo es en estos momentos, motivo de fricción; sobre todo entre diputados de la Legislatura anterior y miembros de la actual.
Fueron los integrantes de la pasada Legislatura los que al filtrar al diario IMAGEN, el faltante de 10 millones de pesos, originaron, sin proponérselo, la incómoda situación en que ahora se encuentran, pues sus compañeros directamente aludidos, replicaron negando la veracidad de lo señalado, atribuyendo a las fuentes que permanecieron reservadas, la pretensión de un bono de retiro de 500 mil pesos.
Al buscar ser convincentes, interpusieron una denuncia contra “quien resulte responsable”.
Con lo que no contaban, es que Alfredo Valadez, autor del trabajo periodístico en cuestión, haciendo uso de la Ley de Acceso a la Información vigente en el Estado, solicita un detallado reporte de los egresos que no pudieron eludir, entre otras razones, porque los diputados omitieron clasificar la información que debe considerarse reservada según los criterios de dicha ley.
Al sumergirse en las cuentas, ha salido a flote el sobregiro en los gastos en una magnitud tal, que la Legislatura saliente dejó presupuestada la cantidad de 102 mil pesos de ingresos por cada diputado, en contraste con los 145 mil que percibían en total cada uno de los salientes.
Circunstancia que disgustó sobre manera a más de uno, y que estimuló los impulsos fiscalizadores pues los actuales diputados recuperaron el nivel de ingresos de sus predecesores, mediante un adelanto en el suministro presupuestal.
Las medidas correctivas han consistido en la liquidación de decenas de personas y al parecer existe el ánimo de poner orden en casa. Por lo pronto el dictamen respectivo en torno al dichoso sobreejercicio abordado por el pleno el pasado jueves, adolece de fallas que lo hacen jurídicamente vulnerable, según lo externado por algunos diputados, lo que pone en duda la voluntad de concluir el asunto hasta las últimas consecuencias.
Sería deseable una revisión que incluyera varios periodos legislativos que sirviera de base para la racionalidad administrativa orientada hacia la transparencia radical en congruencia con su condición de vigilantes de la administración pública, y por ende, demandantes permanentes de transparencia en el quehacer de los otros poderes.
Inadmisible continuar con la política de “hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
Pero aunque así lo hicieran quedaría pendiente el frente externo.

“SI HACES LO QUE SIEMPRE HAS
HECHO NUNCA
LLEGARÁS MÁS ALLÁ DE DONDE SIEMPRE HAS LLEGADO”
Conclusión de un debate en El Gallito
(Allá por los años setenta)

Como es del dominio público, integrantes de la pasada Legislatura señalaron en diversas ocasiones, e inclusive una vez frente al pleno, la compra de voluntades mediante sobornos a la hora de decisiones importantes como son la aprobación del presupuesto las cuentas públicas o nombramientos específicos.
Lamentablemente y desde hace muchos años, todo queda en señalamientos ni fehacientemente corroborados ni fehacientemente refutados.
Lo peor de todo es que de manera extraoficial se acepta la existencia de tales prácticas; lo mismo de parte de diputados como de integrantes de la administración pública. Con una diferencia: siempre es superior el monto del soborno según la versión de quienes lo dan; respecto a la cifra que admiten quienes lo reciben, lo que sugiere flujos importantes de dinero público que se guardan en el bolsillo anónimos beneficiarios de la discrecionalidad.
Para que no paguen justos por pecadores, la transparencia total es el remedio, pero ello sólo es posible en el frente interno, porque en los archivos de la legislatura están las constancias documentales.
Pero en el frente externo, el que tiene que ver con el tradicional “maiceo” desde el Ejecutivo. Practicado desde hace mucho y en todas partes -con las saludables excepciones de siempre- una investigación daría frutos sólo si los investigados renunciaran voluntariamente al secreto bancario, sería un magnífico precedente, digno de aplauso general.
Por lo pronto, el tema da cuenta de uno más de los cambios pospuestos.

AL ÚLTIMO
Muchos delitos del fuero común en el territorio zacatecano especialmente los de robos y lesiones, son cometidos por adictos a las drogas y como que no hay consciencia de ello ni en las autoridades ni en la sociedad.

Caricatura de Hernández en La Jornada

AYUDA HUMANITARIA

Columna del día de ayer de José Ortiz Pinchetti en La Jornada

El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
jaorpin@yahoo.com.mx

Puebla a la hora de AMLO
Cuando dentro de un tiempo los poblanos recuerden este otoño, lo vincularán con la gira de Andrés Manuel López Obrador, quien se empeñó en ir hasta la parte más profunda del estado. En 35 días recorrió 13 mil 500 kilómetros, realizó 218 asambleas en todos los municipios y fue recibido, según el cálculo final, por unas 200 mil personas. Hazaña de energía y coordinación excepcional. A pesar de ello, los medios locales, la televisión y la radio guardaron (en su abrumadora mayoría) silencio. Modesta “contribución” al mito de que AMLO ha desaparecido.

¿Qué encontró el tabasqueño en sus giras poblanas? “Pobreza y abandono”. Como diría en un discurso al culminar una gira ante una multitud que lo aclamó en el zócalo de Puebla el pasado domingo. Yo añadiría: decadencia. Es cierto que algunas regiones de Puebla han sido y son muy pobres, pero el estado tuvo un gran impulso durante los sesenta y los setenta. Hoy los municipios no tienen dinero para su gestión. Las actividades productivas están abandonadas. Cientos de miles de poblanos han dejado a sus comunidades. La colonia poblana en Nueva York rivaliza con la población de la angelópolis. Hay pobreza patrimonial en más de la mitad de la población y desnutrición en muchos pueblos. Los salarios son insignificantes. El mercado interno se contrae con la carestía. A la gente no le alcanza para lo esencial, medicamentos, luz eléctrica, vestido, reparación de sus modestas viviendas. Los sistemas de salud y educación están desarticulados y semi abandonados.

Pero, ¿en qué parte del país no sucede lo mismo? Hace unas semanas, antes de la catástrofe, publiqué un artículo sobre la decadencia de Tabasco. Los síntomas son idénticos en Puebla: despilfarro y corrupción, falta de impulso a la producción y expansión burocrática. Degradación y desigualdad. El ex gobernador Madrazo vive en Miami, el ex gobernador Andrade en Canadá. No responden ni responderán del desvío de dinero federal para hacer obras y contener las inundaciones. Pero lo mismo hace el gobierno de Calderón. Ni siquiera exhibe un programa mínimo para responder a la emergencia. Lo atribuye a la catástrofe, al calentamiento global o a las fases de la luna. Se niega a dar una información seria para determinar si los sistemas hidroeléctricos manejados por la CFE fueron mal administrados. Si por intereses políticos y económicos excedieron los límites de seguridad.

Los medios y el gobierno apuestan a mantener tanto como puedan el letargo de una gran parte de la población. Así no se conocen las giras de AMLO. La tragedia de Tabasco es borrada del interés público que se ahuyenta ahora a los escándalos de Fox u otros incidentes menores: cortinas de humo. El mismo control se ejercía en la época del PRI y con la misma intención, adormecer la conciencia pública. Impedir que se rindan cuentas. AMLO, al criticar la situación en la que viven Puebla y el país y ofrecer propuestas alternativas, prefigura una nueva forma de oposición. A ella deberán sumarse en el futuro los partidos, grupos y personalidades progresistas. Todos aquellos que quieran sacar de la postración a nuestro país y a sus regiones.

Caricatura de Helguera en La Jornada

RESABIOS DE UN DESASTRE



jueves, 8 de noviembre de 2007

Columna de Ricardo Rocha en El Universal

Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha
08 de noviembre de 2007


Tabasco: el cielo en la tierra

Falta saber qué hicieron los gobiernos con los miles de millones de pesos para las obras hidráulicas

Fue la primera impresión que tuve al sobrevolar en helicóptero la inmensa extensión de la tragedia. Nunca antes había visto nada así: el cielo entero reflejado en toda la tierra; las nubes retratadas con exactitud en aquel espejo inacabable de agua inmóvil, ahora absolutamente quieta, luego de haberse precipitado feroz desde los ríos y presas de este edén perdido que ahora es Tabasco.


Primero desde el aire y luego a través de un largo recorrido en lancha por lo que hasta hace poco eran calles y avenidas, pude testimoniar cómo el agua devoró lo mismo viviendas endebles que casas macizas, estanquillos que tiendas. Igual sucumbieron boticas que farmacias, talleres mecánicos, tintorerías, paleterías, lavanderías y reparadoras de calzado. En la nueva realidad del lago interminable en que se convirtió Villahermosa apenas sobresalían del ras del agua los postes y los semáforos así como los toldos y los letreros de cafeterías, loncherías, restaurantes, tiendas de ropa, jugueterías y todo aquello que hace la vida misma. Fuera de los alcances de la mirada quedaron los lugares donde va uno a comprar para saciar el hambre o para mitigar la sed. O para prolongar la vida de los zapatos o para cumplir los sueños de un niño o provocar la sonrisa de una mujer.


Y en esa humedad de angustia, uno va testimoniando de todo: los que han de bucear llave en mano para encontrar la cerradura de la casa e intentar rescates imposibles; los que siguen aferrados en el segundo piso o de plano en el techo y todavía sin comer pero decididos a no abandonar sus bienes ante la amenaza de la rapiña; los ancianos abandonados en un asilo a los que llega apenas la ayuda luego de dos días sin comer. O aquellos que no dejan siquiera que baje el helicóptero empujados al aterrizaje por un hambre incontrolable.


Regreso de Tabasco con una enorme carga de sentimientos encontrados: el dolor de una devastación gigantesca, como nunca antes había visto, ni en los tiempos de guerra en Centroamérica; la impresión de una agricultura desaparecida, una ganadería colapsada y la industria con daños cuantiosos y en muchos casos irreparables. Igual en todas partes. El arrasamiento furiosamente acuático no sólo se dio en Villahermosa, sino en cientos de medianas, pequeñas y minúsculas comunidades lo mismo en Nacajuca que en Cárdenas, en Centla o en esa paradoja llamada Paraíso.


Decía Pellicer cuando se refería a Tabasco: no es mi tierra, es mi agua. Así que tengo la sensación de que no hubo tantos muertos sólo por la naturalidad consustancial con que los tabasqueños han lidiado con el agua desde tiempos remotos. Pero aun así las pérdidas son incuantificables. Hay quienes lo perdieron todo. O casi todo. Para quienes el proceso de reconstrucción será largo e infinitamente doloroso.


A propósito, anuncia Felipe Calderón 7 mil millones de pesos para el rescate. Parecen pocos para los 50 mil en que estima los daños el gobernador Andrés Granier. De cualquier manera, todo indica que hay un buen entendimiento entre ambos sobre cómo encarar la tragedia. Por lo pronto, habrá que reconocerle al Presidente que haya cancelado su gira iberoamericana para quedarse a enfrentar el desastre en Tabasco y la nueva contingencia en Chiapas. Aunque falta mucho por hacer en la distribución de alimentos, agua, salud y otras demandas urgentes para superar la emergencia y luego pensar en rehabilitar la infraestructura y más tarde reactivar la planta productiva.


Sin embargo, la pregunta ahora es qué hay debajo del espejo. Y no hablo sólo de los ahogados que puedan estar atrapados en el fondo, sino de los demonios que vayan a emerger de ese mar de corrupción que por décadas ha inundado Tabasco.


Hay que reconstruir. Pero también hay que saber. Por ejemplo, qué hicieron los gobiernos de Roberto Madrazo y Manuel Andrade con los miles de millones de pesos para las obras hidráulicas que pudieron haber evitado la tragedia. Y de qué tamaño es la responsabilidad de Vicente Fox y su gobierno que, como bien consigna ayer EL UNIVERSAL, incumplió también con estas obras al grado de negligencia criminal.


Por lo pronto, me quedo con el corazón emocionado por la otra lección de Tabasco: la infinita generosidad de que somos capaces los mexicanos.

ddn_rocha@hotmail.com


PERFIL

Ricardo Rocha ha sido redactor, reportero, corresponsal de guerra, productor y conductor de programas. En 1977 cubrió por dos meses la Revolución Sandinista en Nicaragua, lo que le valió el premio nacional de periodismo. Diseñó y condujo los programas "Para Gente Grande" y "En Vivo". Es co-autor de "Yo Corresponsal de Guerra" y autor de "Conversaciones para Gente Grande". En el 97 creó el concepto "Detrás de la Noticia" y en 1999, al separarse de Televisa, lo consolidó con la agencia informativa.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Opinión de Alejandro Nadal en La Jornada

Tabasco: inventario de daños
El primero de noviembre de 1755 un violento terremoto destruyó la mayor parte de Lisboa. Murieron unas 60 mil personas por el colapso de casas y edificios, el tsunami que siguió al sismo y los voraces incendios que acabaron con lo que quedaba de la ciudad.

La catástrofe estremeció la conciencia de la Ilustración europea y provocó un debate apasionado entre Voltaire y Rousseau. En “Poema sobre el desastre de Lisboa” y en su Candide, Voltaire arremetió contra las ideas de la Iglesia sobre la bondad infinita de la voluntad de Dios: ¿cómo podría permitir semejante desolación un Dios, por más alejado que estuviera de la administración detallada de los asuntos terrenos? Rousseau, por su parte, argumentó que la catástrofe era más bien el resultado de decisiones humanas. En una carta le explica: “Si los residentes de esa gran ciudad hubieran estado mejor distribuidos y la densidad de las construcciones hubiera sido menor, las pérdidas humanas hubieran sido insignificantes”.

Rousseau estaba adelantándose al concepto de vulnerabilidad. Pero esa palabra puede resultar engañosa. Se sabe, por ejemplo, que la pobreza aumenta la vulnerabilidad, pero la negligencia juega frecuentemente un papel más importante. Los ejemplos se multiplican y la catástrofe de Tabasco es quizás el arquetipo de desastre que tiene escritas las palabras negligencia y corrupción por todos lados. Negligencia y corrupción de gobernadores, elite adinerada, legislaturas locales, y hasta la clase política en el centro del país que comparte décadas de descuido frente a los problemas nacionales.

¿Qué diría Rousseau si pudiera ver que en 1999 se produjo un ensayo general de esta catástrofe y que los responsables prefirieron no hacer nada? Hubiera pasado de la vulnerabilidad a la negligencia rápidamente, ya que las probabilidades de que estas inundaciones alcanzaran la dimensión actual eran significativas y todos lo sabían. Pero el riesgo y el peligro nunca fueron integrados en los planes de inversiones sobre manejo de sistemas hidráulicos, localización de asentamientos humanos, actividades productivas u obras de infraestructura. Ahora el inventario de costos económicos da una idea de la insignificancia del gobierno para enfrentar la emergencia.

Según las cuentas del gobierno de Tabasco, el costo de las inundaciones es de alrededor de 2 mil millones de dólares. Quién sabe qué criterios utiliza el gobierno de Tabasco para realizar este cálculo, pero al mismo tiempo el gobernador de la entidad, Andrés Granier, afirma que esta catástrofe es peor que la provocada por el huracán Katrina en Nueva Orleáns en agosto de 2005.

Ya que el gobernador invita a utilizar el desastre de Katrina como referencia, es interesante examinar con detenimiento los costos de aquel suceso. Para esa tragedia, la administración de Bush ha solicitado al Congreso 10 mil 500 millones de dólares, lo que ha convertido al desastre de Nueva Orleáns en la catástrofe más costosa en la historia de Estados Unidos. Y esa cantidad sólo incluye costos de limpieza y reconstrucción de infraestructura; no abarca los gastos por la suspensión temporal de exportaciones de granos y otros productos básicos a raíz de la destrucción de instalaciones portuarias, ni el costo cubierto por los habitantes de la ciudad para reparar sus casas o el de los empleos perdidos.

Entonces es extraño que Granier afirme que Tabasco es “peor que Nueva Orleáns”, cuando el costo de Katrina es 10 veces superior a lo que estima el mandatario estatal. Definitivamente, los gobernantes no saben de qué hablan.

Frente a la tragedia humana, interrogarse sobre los costos económicos parece odioso. Pero la pregunta es importante porque se relaciona con la mitigación de daños y la rehabilitación. Y el costo en Tabasco se anuncia colosal si se toman en cuenta los siguientes rubros: destrucción en obras de infraestructura (red carretera, puentes, líneas de ferrocarril, red de alcantarillado y manejo hidráulico, líneas de energía, etcétera), pozos y oleoductos, lo que se deja de producir y exportar, la destrucción de capital en empresas y en el campo, empleos perdidos, escuelas, hospitales y sanatorios severamente dañados, así como la destrucción de viviendas. El fondo de 200 millones de pesos anunciado por Felipe Calderón y las estimaciones del gobierno local son irrisorios frente a las dimensiones del desastre.

Para rematar, el gobierno federal anunció una amnistía fiscal para Tabasco. Dicha “amnistía” parece limitarse al pago del impuesto al valor agregado y a una parte de las deudas de los tabasqueños con la Comisión Federal de Electricidad. Hubiera sido mejor aplicar el régimen de cero impuestos que se asigna a las ganancias en la Bolsa de Valores.

Pero además de insuficiente, lo más revelador es el lapsus involuntario: una amnistía es el olvido de un delito político. Quizás para el gobierno federal los causantes son algo equiparable a un delincuente político que debe purgar una pena pagando impuestos. Hay algo de cierto en esta fórmula y Tabasco es la prueba. Pero el único delito de la ciudadanía es haber soportado ser rehén de gobiernos corruptos tanto tiempo.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Acertadísima la decisión de reconocer en el maestro historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez la grandeza universitaria.
Digna manera de enfatizar los 175 años de la ahora Universidad Autónoma de Zacatecas.
También le debemos tributo a la memoria de: Abraham Torres Viramontes, Magdaleno Varela Luján, Lázaro Rivera Hernández, Roberto Almanza Félix. Protagonistas todos -y con posturas diferenciadas- de un difícil alumbramiento.

IDÉNTICOS DELITOS TIENEN DIVERSAS CONSECUENCIAS:
A UNOS LOS HACEN REYES Y A OTROS LOS
LLEVAN A LA HORCA METASTASIO (1698-1782)

El drama de la justicia: Gabriel Heredia Jiménez recibe en sentencia de primera instancia 20 años en prisión. Dejó paralítica del cuello para abajo a Siri Alatorre, madre de sus hijos y golpeó y apuñaló al padre de ésta. El delito: en perjuicio de ambos: homicidio en grado de tentativa. El Tribunal Superior de Justicia revocó la sentencia alegando que el Ministerio Público no invocó el artículo 297 del Código Penal.
Hay quienes reducen la discusión al deslinde de responsabilidades entre el Ministerio Público por no fundar debidamente la acusación, y el juez de primera instancia por no dar vista al procurador. Otros dirán que el Tribunal Superior de Justicia debió reponer el procedimiento.
No hay indicios de corrupción en el caso, el individuo confesó su responsabilidad y la defensa corría a cargo de la defensoría de oficio que obtuvo paradójicamente una impensada y amarga victoria.
Pero el asunto es más trágico porque el fracaso de la justicia es más frecuente, por desgracia, de lo que esperaríamos en un País que se precia de vivir en un Estado de derecho.
En el tema de la justicia colapsada no hay partido gobernante que se salve. Y para no hablar de la Paca y la Finca del Encanto, ni del caso de Paco Stanley, preguntémonos en dónde está la justicia en el asesinato de la señora Lucía Nahle, puesto que el que fue procesado fue exonerado ¿entonces quién fue?
O el de la funcionaria de Seguridad Pública y Vialidad Alejandrina González cuyo salvaje homicidio sigue sin castigo toda vez que quien fue procesado por dicho delito ha sido puesto en libertad, ¿entonces quién fue?
O el de la jovencita por cuyo asesinato se encarceló a su propio padre, el investigador universitario Gilberto Contreras y quien también fue liberado por la Suprema Corte, ¿entonces quién fue?
O el de la señora Minerva Lamas, salvajemente asesinada en su hogar de Luis Moya, Zacatecas (nadie sabe, nadie supo).
O el homicidio cruel del profesor universitario jubilado Esteban Zapata Belmonte (nadie sabe, nadie supo).
¿Y el de Xóchitl y su señor padre, jerezanos ambos?
¿Y el pánico de Graciela ante las intermitentes y brutales agresiones de un exmarido reiterada e inútilmente denunciado durante más de 15 años?
¿Y los “levantados” de Jerez? ¿Y Cenobio Puente?
¿Y los extorsionados que uno conoce de carne y hueso?
¿Y los inocentes en prisión? ¿Y los culpables en la calle?
La seguridad y la justicia son temas en donde el discurso oficial es patológicamente mentiroso. Se nos dice que está bien lo que sabemos que está mal, como si la experiencia con la inseguridad o con la justicia se socializara solo vía discurso oficial reproducido acríticamente en los medios de comunicación.
El fracaso de los que así piensan es doble. Fracasan en brindar seguridad e impartir justicia y fracasan en la construcción de la percepción de que son eficaces en su cometido. El rollo nada más incrementa el agravio.

EL PENSAMIENTO ES LIBRE DE IMPUESTOS
MARTÍN LUTERO (1483-1546)

En mi opinión, en nuestro País (porque la realidad que describimos abarca toda la república) se requiere cirugía mayor en el tema de la justicia, lo que implica repensar las instituciones de la procuración, impartición de justicia, y las de ejecución de las penas.
Y es cuando uno desearía que en los partidos políticos se ocuparan de construir las vías de superación de esta insufrible realidad que es la justicia mexicana.
Repensar las instituciones debería ser la tarea más importante de los partidos, sólo que, como es visible en el caso de Gabriel y Siri, es muy cómodo quedarse sólo en la búsqueda de las culpas y no esforzarse en buscar las causas.

AL ÚLTIMO

La combinación entre corrupción, negligencia y furia de la naturaleza hacen estragos en el sur.
Es el momento en que iglesias, medios de comunicación, partidos políticos, instituciones gubernamentales, etc., den cauce concreto a la inmensa generosidad de los mexicanos que ya se vuelcan en solidaria respuesta a los hermanos tabasqueños y chiapanecos.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Ayudemos a nuestros hermenos en desgracia

URGENTE AUXILIO A LOS TABASQUEÑOS Y CHIAPANECOS



La catástrofe que padecen los mexicanos de Tabasco y de Chiapas es de muy grandes proporciones.



Se demanda con urgencia: agua embotellada, cobijas, alimentos enlatados, arroz, medicinas no caducadas, pilas y linternas y todo aquello que en algo contribuya a hacer menos doloroso el drama.



Que bueno que hay muchas iniciativas para establecer centros de acopio.



Uno de estos centros de acopio es el de la sede estatal del Partido de la Revolución Democrática, hay personal para recibir donativos toda la semana y a todas horas, hay amplio estacionamiento.



Ojalá hagan lo mismo en cada una de las oficinas que el PRD tiene en los municipios.



Ojalá que cada uno de los partidos haga lo propio. No es momento de andar con regateos y mezquindades.



Que cada quien haga lo que su conciencia le dicte y sus posibilidades le permitan.



Nosotros haremos lo que nos corresponde



Fraternalmente



Izquierda Federalista

sábado, 3 de noviembre de 2007

Opinión de Rosa Albina Garavito en El Universal

Tragedias evitables
Rosa Albina Garavito
3 de noviembre de 2007


Los habitantes del sureste del país están siendo duramente golpeados por la fuerza inusitada de los fenómenos naturales. Hace apenas unos días el mal tiempo provocó la muerte de 18 trabajadores en las plataformas marinas de Pemex. Hoy las inundaciones en Tabasco han dejado como damnificados a un millón de personas, la mitad de su población, además de la pérdida de los importantes cultivos que se exportan y que abastecen buena parte del mercado nacional. Las imágenes de la tragedia son más que elocuentes: miles de personas con el agua a la cintura deambulan con la mirada perdida y sobre sus hombros las mínimas pertenencias que pudieron rescatar. Sin duda la solidaridad con el pueblo tabasqueño de parte de la sociedad civil y de otros gobiernos locales se hará presente, de la misma manera que los fondos federales aprobados para este tipo de emergencias. Sin embargo, tratar de aliviar la situación con los apoyos en especie y en efectivo que se logren recaudar a lo largo y ancho del país es insuficiente, si además no se realiza el diagnóstico adecuado sobre las causas de esta tragedia.

Tanto en el caso del accidente de Pemex como en el de Tabasco es difícil explicar el total de la tragedia por causas naturales. En ambos están presentes la elusión de las responsabilidades públicas del Estado y la voracidad privada que esa ausencia motiva. El accidente en Pemex puso al descubierto que la principal empresa paraestatal del país utiliza el nefasto esquema de la subcontratación. Este modelo de relaciones también conocido como outsourcing, o relaciones triangulares del trabajo, se ha desarrollado de manera vertiginosa en el país durante la última década. Es un instrumento que las empresas utilizan para abatir costos laborales, lo que para los trabajadores se traduce en reducción de sus salarios, eliminación de prestaciones laborales y aceptación de altas condiciones de riesgo, sin la capacitación ni la protección necesaria.

La combinación de estos elementos en la delicadísima ejecución de labores en las plataformas marinas seguramente explica en buen grado las razones del accidente, de la misma manera que el uso de equipos de baja calidad utilizados por las empresas contratadas por Pemex. Si a ello agregamos las denuncias que se han dado a conocer sobre el tráfico de influencias de parte de los hijastros del ex presidente Vicente Fox para favorecer a dichas empresas, la conclusión a la que podríamos llegar es que se trató de un accidente evitable.

¿Sirve esta conjetura para consolar a los deudos de los 18 trabajadores muertos? ¿O los resultados a los que pueda arribar la comisión investigadora formada para el caso y dirigida por el premio Nobel Mario Molina? No, como tampoco el señalamiento de la negligencia de las autoridades de la Secretaría del Trabajo y los dueños de Minera México en la tragedia de Pasta de Conchos. Ninguno de estos señalamientos regresará a la vida a las víctimas de accidentes provocados por negligencia pública y voracidad privada. La mejor prevención para que no se repitan es la debida investigación y el debido castigo a los responsables.


Y en la catástrofe que hoy vive Tabasco también se asoman la responsabilidad del Estado, y si indagamos un poco más, la voracidad de los intereses privados. Por supuesto, el detonante de esa tragedia es el fenómeno natural de las abundantes precipitaciones pluviales, pero, ¿cuánto de las consecuencias de estas lluvias no se pudo prevenir? Los cambios climáticos derivados del calentamiento global han coincidido con el periodo en que los fundamentalismos económicos del mal llamado neoliberalismo han determinado el paulatino abandono de las responsabilidades de inversión pública en la infraestructura necesaria para un desarrollo sustentable y armónico. Desde 1982, uno de los instrumentos de la política de estabilización económica ha sido la austeridad en el gasto público y la consecuente reducción de los recursos públicos para este tipo de obras y su mantenimiento. En una región de caudalosos ríos como Tabasco la inversión en obras hidráulicas y en su mantenimiento es vital para preservar el desarrollo productivo y la seguridad de sus habitantes. Cada peso no gastado en estas prioridades sociales es una prueba que documenta la responsabilidad del Estado en la tragedia tabasqueña. ¿Se harán las investigaciones necesarias? ¿Se castigará a los culpables? La impunidad es el terreno fértil para que sigan proliferando las tragedias evitables.


Consejera nacional emérita del PRD

PERFIL:
Investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y miembro de la Comisión Política del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Asimismo, fue diputada federal y senadora por este instituto político. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 2002.