martes, 29 de abril de 2008

Boletín # 16

¿PUES CÓMO TRAE LA CONCIENCIA FELIPE CALDERÓN?

La presencia de Calderón en el estado de Zacatecas llama la atención por las molestias que se tomaron para que los ciudadanos no lo rocen ni con el pétalo de una crítica.

Desde el domingo llegaron dos enormes aviones repletos de miembros de la Policía Federal Preventiva y de elementos del Estado Mayor Presidencial, pareciera que Calderón aterrizaría en Bagdad y no en Zacatecas.

Se anuncia su llegada para el martes 29 de abril, pero llega desde el lunes 28 por la tarde. Durante todo el día estuvieron cambiando el itinerario, el programa a desarrollar, y fue hasta la madrugada cuando las oficinas de prensa de gobierno del estado hacen llegar el programa de visita a los medios de comunicación.

El Comité Estatal en Defensa del Petróleo asume que una vez conquistado un tiempo razonable para el debate del tema petrolero, la prioridad de nuestro esfuerzo es la de informar honradamente a la ciudadanía, y es en esa compleja tarea en donde concentramos nuestros afanes, porque aunque en el mundo de la comunicación electrónica e impresa hay de todo, las grandes empresas televisoras y las grandes cadenas de radio van a seguir desinformando, mintiendo, confundiendo.

Por eso nos extraña tanta precaución de parte de Calderón, sobre todo porque el Comité Estatal en Defensa del Petróleo ha reiterado su compromiso con los cauces pacíficos y ha acreditado que el movimiento en defensa del petróleo tiene estrategia, no es reactivo, ni improvisa sus acciones.

Que alguien le informe a Calderón que Zacatecas no es Bagdad.

Zacatecas, Zac., 29 de abril de 2008

Comité Estatal en Defensa del Petróleo

lunes, 28 de abril de 2008

Opinión de Alejandro Chanona en El Universal

Historia de un debate nacional

La administración de Felipe Calderón negó sistemáticamente hasta principios de abril, cualquier intento de presentar iniciativas legislativas para entregar a particulares extranjeros gran parte de la cadena productiva de la industria petrolera, lo cual representaría una franca violación a la Constitución. Sus voceros lo negaban, pues quedaba poco claro si sería el PRI, el PAN o el Ejecutivo, quien se animaría a tal audacia, en una nación en donde aparentemente se puede secuestrar el imaginario colectivo mediáticamente para legitimar una medida, aun cuando sea en su contra.

Después de hacer varias consultas con su propio partido y con el PRI, no entregó las iniciativas, sino que lanzó un “Diagnóstico”, en el marco de una costosa campaña mediática, hoy ausente, y que el ingenio popular denominó del “Tesorito”, con la clara intención de convencer y sensibilizar a la opinión pública sobre la urgente necesidad de permitir la entrega de la industria petrolera a manos privadas. Por cierto, en la página 126 de ese diagnóstico se aceptaba la necesidad de un debate nacional con la participación de todos los miembros de la sociedad, o fue un maquinazo o un descuido dejar ese párrafo.

El Frente Amplio Progresista, integrado por el Partido de la Revolución Democrática, Convergencia y el Partido del Trabajo, señaló desde hace meses que cualquier intento por reformar la industria petrolera mexicana se tenía que realizar después de un amplio debate incluyente, plural y con tiempo suficiente, que permitiera escuchar a la ciudadanía. Nuestro modelo democrático carece a nivel constitucional de referentes para la consulta popular, el plebiscito y el referéndum.

Esta propuesta de debate nacional la presentó formalmente el FAP el 3 de abril ante ambas cámaras. No es cierto que la propuesta de debate haya sido posterior a la presentación de las iniciativas. La actitud del PAN y el PRI en ambas cámaras fue la de desestimar la propuesta y siguieron con su ruta para dar trámite a la iniciativa.

Paralelamente, se solicitó a la responsable de la Secretaría de Energía que presentara su diagnóstico a los partidos que integran el Frente, como lo había hecho ya con el PRI y con el PAN. En lugar de cumplir con ese compromiso al que acudiría el jueves 10 de abril, la secretaria presentó en el Senado, el 8 de abril, el paquete de iniciativas del Ejecutivo que intentan privatizar la industria petrolera nacional.

Era evidente la intención de aplicar un fast track a estas iniciativas de manera que, antes de concluir el actual periodo de sesiones del Congreso el 30 de abril, fuesen aprobadas aceleradamente. La idea del debate propuesta por el Frente fue simplemente ignorada.

Era imposible que el FAP se quedara con los brazos cruzados, menos aun cuando ya el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo estaba organizando sus propias acciones de resistencia civil ante la inminencia del albazo legislativo para pasar estas iniciativas, como lo habían hecho con la ley del ISSSTE, sólo por citar un ejemplo.

La única manera de obligar al PAN y al PRI a sentarse a negociar la organización de un debate nacional era con la resistencia pacífica en las tribunas del Senado y de la Cámara de Diputados. Acción que inició a partir del 10 de abril.

La reacción de muchos medios ante esas acciones fue de un linchamiento inmediato, sin tomar en cuenta las circunstancias que habían llevado a una situación que nadie en el Frente deseaba, pero que se quedó como la única vía para hacerse escuchar y preservar el derecho del pueblo de ser el que decida.

La idea del debate es permitir que toda la sociedad participe en un tema que afecta su presente y su futuro, sobre decisiones que no pueden tomarse a partir de un solo punto de vista o una mayoría parlamentaria. Menos cuando unilateralmente se decreta que la única solución a la problemática de la industria petrolera es privatizar.

Una decisión del calado histórico, como lo es el futuro de los recursos petroleros de los mexicanos está por encima del Congreso. No es un simple juego de mayorías o minorías. Cuando algo afecta así el destino de la nación debe ser consultado y decidido por todo el pueblo en su conjunto. La experiencia internacional está plagada de ejemplos que así lo confirman.

El debate pudo haberse logrado antes de la presentación de la iniciativa, pero hay ocasiones en que la presión política y la presión social, sumadas, son la única manera de convencer a los gobiernos y a los grupos dominantes a escuchar a sus gobernados.

En ese sentido, más allá del costo político que significó la feroz campaña mediática en contra, el movimiento social y la acción de los legisladores del FAP arrojan buenas cuentas: se detuvo el albazo legislativo que pretendía el partido en el poder; se creó conciencia en la ciudadanía sobre el problema de la privatización de una industria vital para el país (no en balde la mayoría de las encuestas reflejan que si bien ésta rechaza la toma de tribunas, también está convencida de que el gobierno tiene intenciones de privatizar Pemex); se logró un debate nacional amplio y plural como el que planteamos desde el principio; y, lo más importante, se detuvo una iniciativa que es, y así lo demostrará el debate, violatoria de nuestra Constitución y contraria al interés nacional.

Hay que advertir que esta victoria es parcial y la sociedad habrá de estar alerta para que al concluir el periodo de debate se tomen en cuenta todas las propuestas y todas las iniciativas. Finalmente, la soberanía de un país sobre sus recursos es un derecho inalienable reconocido incluso en las resoluciones de la ONU. El Congreso no puede estar por encima de esta gran nación.

Coordinador del Grupo Parlamentario de Convergencia en la Cámara de Diputados

Bernardo Bátiz V. opina sobre el debate de la reforma en La Jornada

El debate de fondo

El debate propuesto por el Frente Amplio Progresista y su dirigente Andrés Manuel López Obrador es indispensable para que la opinión pública conozca, primero, en qué consisten las propuestas presentadas al Congreso en materia de industria petrolera y, segundo, para que no sean unos pocos, sino el número mayor posible de mexicanos quienes participen en la discusión sobre el futuro de esta industria, que de muchas maneras es también el futuro de nuestra nación.

Pero, siendo importante el debate en sus aspectos técnicos, lo más trascendente es determinar si las propuestas están de acuerdo o no con los preceptos constitucionales vigentes, especialmente con los que forman parte del llamado capítulo económico de la Constitución; en este capítulo, integrado por los artículos 25, 26, 27 y 28, el constituyente delinea el sistema económico del Estado mexicano e incluye este programa precisamente en el capítulo de garantías individuales, para destacar que las normas en esta materia son consideradas derechos fundamentales de todos los mexicanos.

En este diseño constitucional se adopta el equilibrado sistema de economía mixta, en el cual concurren para la producción y distribución de los bienes, que no es otra cosa la economía, los sectores público, social y privado, todos reconocidos y protegidos por la ley y los tres sujetos a las reglas fundamentales de la Carta Magna.

A este tema, el constitucional, pareciera que no se quiere entrar, que se pretende evadir y nos tratan de llevar los interesados en la reforma, y sus corifeos de la radio y la televisión, a sesudas, pedantes y complicadas discusiones técnicas, con disquisiciones insondables que sólo ellos pretenden entender, de las aguas profundas y de las cifras estratosféricas.

Es importante sin duda lograr que Pemex sea una empresa eficiente y productiva: para ello se debió incluir en el diagnóstico que abrió el actual debate el tema de las causas de las inconsistencias de la paraestatal, el papel destructivo de los gobiernos neoliberales de los últimos años y el corrosivo de los líderes sindicales salvados del juicio de responsabilidad por acuerdos con el gobierno. (Impunidad a cambio de apoyo y silencio.) No se hizo así, y ahora postergan el problema principal de la constitucionalidad de las reformas y pretenden centrar la discusión en terrenos que parecieran más propicios para envolver y aturdir.

Un debate honrado se dirige a la inteligencia de los participantes y del pueblo interesado; no se debieran emplear, por tanto, espots reiterativos y simplones, dirigidos tan sólo a los ojos y los oídos, para aturdir e irracionalmente inducir, pero no para convencer.

Prevalece del lado de quienes esperaban sorprender con un albazo legislativo la técnica de los grandes empresarios y sus publicistas “geniales”, maestros de la mentira, que “venden” sus “productos”, como si las ideas fueran refrescos embotellados o alimentos chatarra; afortunadamente, la discusión ya está generalizada y gran parte del pueblo está alerta y no se deja engañar.

Por ello, el intento de linchamiento mediático a los y en especial a las brigadistas, las ya famosas adelitas, sólo ha tenido un efecto parcial en sectores poco informados y peor formados de la sociedad, y cada vez más mexicanos se han percatado de la trascendencia de lo que está en juego y del valor de la acción oportuna de los opositores al atraco.

Quienes parecen no estar totalmente al tanto son, lamentablemente, los legisladores que estaban dispuestos a votar sin leer, sin entender y sin discutir; ya se vio cómo en una sola breve sesión aprobaron más de 30 proyectos legislativos, sin el mínimo análisis y sólo formalizando con su dedo levantado su confianza ciega a lo que les mandan sus coordinadores.

Entre estas reformas aprobadas al vapor está la de la ley de adquisiciones, que privilegia a los empresarios extranjeros y posterga a los mexicanos; la senadora Yeidckol Polevnsky alcanzó apenas a denunciarlos, pero ya sabemos cómo actúan y cómo lo hubieran hecho con el petróleo de haber podido.

De nada servirá el debate ante legisladores acostumbrados, como en el PRI se ha estado haciendo desde hace muchos años, y como el PAN lo ha aprendido rápidamente, a callar y a obedecer, sin asumir realmente su responsabilidad.

De ahí que la acción rápida que frenó a tiempo las prisas de quienes ya veían aprobado el proyecto anticonstitucional y antinacional debe ser valorada en lo que ha significado, detener el atropello que parecía inminente y poner en el centro de la discusión pública, no el tiempo de duración del debate, ni si es algo gravísimo o no la llamada toma de tribuna, sino lo ciertamente importante, lo de fondo: si México va a continuar siendo el dueño de sus áreas estratégicas y por tanto de su destino, o si éstas van a quedar en manos de los ambiciosos empresarios trasnacionales.

En una democracia participativa el pueblo suple a un Congreso incapaz de sacudirse sus compromisos partidistas y actuar verdaderamente en representación de la nación, desde luego con las honrosas excepciones de los legisladores del Frente Amplio Progresista y algunos priístas que están rescatándose de su pasado nebuloso y poniéndose de lado de las causas populares y patrióticas.

Faltaría saber si a algunos otros, les queda algo de sus viejos principios, de sus ideales de la juventud, y también asumen su responsabilidad y se ponen del lado de la causa patriótica.

Opinón de Crsitna Barros sobre la reforma petrolera en La Jornada

Reforma de ley o un proyecto nacional

Desde que el Ejecutivo envió las cinco iniciativas para reformar distintos aspectos que involucran a Pemex, organismo público descentralizado fundamental, se ha hecho evidente que no hay lógica atrás del empecinamiento por aprobarlas. Cualquiera se pregunta cómo es posible que se hable de bancarrota respecto de una entidad que aporta la tercera parte del presupuesto nacional. Se señala, en cambio, el abandono deliberado en que han tenido a Pemex los cuatro últimos gobiernos. El Instituto Mexicano del Petróleo, que tanto aportó en materia de investigación, ha sido arrinconado, se dejaron de construir refinerías y plantas de petroquímica, se abandonó la exploración y se privilegió la importación en vez de la producción que pudo bajar los costos, favorecer la creación de empleos, conservar el capital en casa y elevar la calidad de la industria petrolera en general.

Llama la atención, sin embargo, que estos temas, o no aparecen en la iniciativa a la modificación de la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional o, si están presentes, se atribuyen a que no ha habido modificaciones al marco legal. No se necesita ser un experto para preguntarse cómo es que antes, con la ley actual, sí hubo investigación, exploración, construcción de refinerías y plantas petroquímicas, además de producción propia.

Podría pensarse que el gobierno ignora esto, lo que de suyo sería grave, pero no es así. Gracias a Miriam Ortega, estudiante de Ciencias Políticas, conocí completa la iniciativa de ley para la contribución empresarial a tasa única (CETU). En la exposición de motivos, el Ejecutivo hace un recuento de la situación de la Secretaría de Hacienda y en especial del estado que guarda la recaudación en México.

Ahí se explica que la recaudación tributaria no petrolera ha sido muy baja por décadas, aun cuando durante algunos años se establecieron elevadas tasas impositivas. De acuerdo con los datos que se presentan, la recaudación promedio en los últimos 18 años ha sido apenas equivalente a 9.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), la más baja comparando con países con ritmo de crecimiento similar.

En el texto hay párrafos aún más reveladores, pues se afirma que el “problema de la baja recaudación tributaria ha sido compensado en años pasados con ingresos petroleros elevados. En promedio, durante el periodo de 2000 a 2005, la Federación obtuvo 70.3 por ciento de los ingresos petroleros totales, los cuales representaron 33.2 por ciento del total de ingresos del sector público”.

En el mismo tono autocrítico señalan, no sin razón, que “no es benéfico para el país sostener y acrecentar la dependencia que hoy registran las finanzas públicas respecto de los ingresos petroleros. Ello, por un lado, hace que cerca de la tercera parte del gasto público gravite alrededor del petróleo, cuyos precios son por naturaleza volátiles y, por otra parte, ha impedido la adecuada capitalización de la industria petrolera mexicana influyendo en su rezago en términos de competitividad y productividad”.

Finalmente enfatizan que “resulta insensato desde cualquier perspectiva económica sufragar un porcentaje tan alto de gasto gubernamental con recursos no renovables, que son patrimonio no sólo de todos los mexicanos de hoy, sino también de las futuras generaciones. En este sentido, la relativa abundancia de recursos petroleros en México ha tenido el efecto de posponer una reforma integral del régimen tributario”. Recuerdo a los lectores que esta iniciativa fue enviada a la Cámara de Diputados en junio de 2007; está firmada por Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. A confesión de parte…

Se puede concluir que la iniciativa para la reforma de la ley reglamentaria del artículo 27 es innecesaria tal como está planteada (además de anticonstitucional); lo que hace falta de manera urgente es una verdadera reforma fiscal.

Pero, más allá de reformas a modo, que dejarían sin margen de maniobra al Estado mexicano y parten de argumentos dolosos para pasar la renta petrolera, indispensable para el desarrollo del país, a manos de particulares mexicanos, pero sobre todo extranjeros, lo que urge es un verdadero proyecto nacional, pues reformas como éstas evidencian desprecio y desconocimiento de los logros alcanzados por el pueblo mexicano, parcialidad en favor de un sector cada vez más favorecido y, en última instancia, una irresponsabilidad que puede llevar a México a un camino sin retorno.

Boletín # 15

Para que no nos hagan bolas los medios de comunicación bajo el control de los Pinos, ahí va lo que sí dijo Andrés Manuel López Obrador en la exitosa marcha del 27 de abril en el Zócalo.

Zacatecas Zac., 28 de abril de 2008

Comité Estatal en Defensa del Petróleo

Amigas y amigos:

Hoy iniciamos una nueva etapa de lucha por la defensa del petróleo. Aunque todavía no podemos cantar victoria, porque es mucha la codicia de quienes quieren convertir a la industria petrolera nacional en un negocio privado, es indudable que por ahora hemos podido pararlos.

En la primera etapa de la resistencia civil pacífica hemos logrado detener el madruguete y llevar el tema de las reformas energéticas al debate nacional. Es un hecho que los potentados no podrán, en los próximos tres meses, consumar, como lo tenían planeado, el gran pillaje de la privatización del petróleo. Y esto fue posible sin haber roto un solo vidrio, sin una pedrada, sin enfrentamientos en la calle, porque este movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico.

¿Qué es lo que logramos frenar?

El intento de violar 12 artículos de la Constitución para apropiarse de la industria petrolera a espaldas del pueblo de México.

Debemos aclarar, y debe saberse cada vez más, que las iniciativas de reformas a leyes secundarias propuestas por Calderón contravienen el espíritu y la letra de los artículos 6º, 25, 27, 28, 49, 73, 108, 109, 113, 126, 127 y 134 de nuestra Constitución Política.

En esencia, con este grave atropello constitucional, se pretende entregar a particulares nacionales y extranjeros la exploración, la perforación, la refinación, la petroquímica, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos. Quieren dejar a Pemex como simple abastecedora de petróleo crudo, y quitarnos la posibilidad de utilizar todo el potencial del sector energético para llevar a cabo el desarrollo económico independiente que necesita nuestro país.

Aún más: estas iniciativas vulneran nuestra soberanía al conceder derechos a extranjeros y obligarnos, ante cualquier controversia, a recurrir a tribunales internacionales.

Nada más pensemos que si, en 1938, hubiésemos estado sometidos al marco legal que propone Calderón, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no hubiera podido emitir el laudo a favor de los trabajadores que dio lugar a la expropiación petrolera.

Por si fuese poco y con gran cinismo, Calderón, Mouriño y sus socios quieren establecer un régimen de excepción para operar con manos libres en Pemex y continuar saqueando los bienes y el patrimonio de todos los mexicanos.

Por ejemplo, si se aprobara lo que ellos proponen, Calderón y Mouriño nombrarían a los integrantes del Consejo de Administración de Pemex, y estos incondicionales o prestanombres tendrían facultades para no llevar a cabo licitaciones públicas y entregar contratos de obras y servicios por asignación directa a sus empresas favoritas.

Además, podrían actuar sin informar a la sociedad, sin rendir cuentas a nadie, sin estar sujetos al régimen de responsabilidades como cualquier otro servidor público. También podrían conceder a su arbitrio sueldos elevadísimos fuera del presupuesto, autorizar incentivos adicionales a funcionarios y empresas y contratar deuda pública sin la autorización del Congreso.

Es decir, Calderón, Mouriño y sus socios nacionales y extranjeros están queriendo construir un andamiaje legal que los blinde y les permita atracar con impunidad en todo el sector energético. Y repito: todo este oprobio querían hacerlo de prisa, en sigilo, de puntitas, sin que se diera cuenta la mayoría del pueblo de México.

Todo esto fue lo que impidieron, por ahora, con la toma de la Tribuna, nuestros legisladores: senadoras y senadores, diputadas y diputados. Por ello nuestra admiración y respeto.

También, aquí rendimos homenaje a las mujeres brigadistas y a los hombres brigadistas de la Ciudad de México y de todo el país.

Claro está que nuestro comportamiento, como ya lo esperábamos, desató la furia de nuestros adversarios que, como es comprensible, defienden con obsesión la rapiña y los privilegios.

Pero no vale la pena detenernos tanto en sus motivos. Aquí lo importante es clarificar en qué se basan los potentados para tratar de imponerse. Desde mi punto de vista, ellos se apoyan, fundamentalmente, en el control que ejercen sobre los medios de comunicación, lo cual les permite ocultar la verdad, engañar y tratar de manipular a la población.

Es más, éste es un fenómeno mundial. Acaba de comentar el politólogo Giovanni Sartori, con motivo de las elecciones en Italia, que el triunfo de Berlusconi se debió al dominio que tiene de los medios de comunicación, y llegó a decir que así hasta él ganaba.

Algo parecido sucede en nuestro país, donde los dueños de los más influyentes medios de comunicación son de los hombres más ricos de México, y por intereses, afinidad o conveniencia, se ponen a las órdenes del régimen y ofrecen sus servicios para llevar a cabo cualquier campaña de desprestigio contra quienes son considerados una amenaza por resistir ante las injusticias o intentar un cambio verdadero.

Por eso no debemos pelearnos o hacer coraje cuando articulistas, conductores de radio o de televisión nos atacan, porque al final de cuentas ellos son únicamente instrumentos, empleados de las grandes corporaciones de comunicación que están indisolublemente ligadas al poder económico y al poder político.

Esto explica, también, por qué se cierran los medios, por qué nos difaman, por qué no permiten expresarnos y por qué en vez de informar se erigen en jueces y sólo sus opiniones se escuchan.

Por ejemplo, en el caso de la toma de la Tribuna, nunca hablaron de las causas. Nunca dijeron que se pretende violar la Constitución, privatizar a Pemex y fomentar la corrupción. Sólo se dedicaron a gritar y a repetir, una y mil veces la palabra secuestro.

¿Ustedes creen, por ejemplo, que ese burdo espot que difundió Televisa en contra mía y de los legisladores del FAP lo hubiesen transmitido si fuera en contra de Felipe Calderón?

Es indudable que este aparato de comunicación es la principal fuerza de los potentados y no debemos menospreciar sus efectos en la opinión pública. Como es sabido, repetir mentiras todos los días y a cada hora acaba por confundir a mucha gente.

Sin embargo, afortunadamente hay muchos otros, millones de mexicanos, mujeres y hombres, que ante la mentira y la manipulación, reflexionan, se rebelan y reafirman su convicción de que es indispensable llevar a cabo una renovación tajante de la vida pública de México. Y son estos ciudadanos conscientes, que saben leer el periódico, escuchar la radio o ver la televisión, el principal sustento de nuestro movimiento.

Por eso, en la defensa del petróleo y ante la gran lanzada de los medios de comunicación, nos mantenemos serenos y optimistas. Nos guiamos por principios más elevados que nuestras propias aspiraciones personales o partidistas. Y como ya dijimos, estamos dispuestos a asumir el costo del llamado desgaste político si con ello logramos evitar la privatización del petróleo. Este movimiento, repito, no se mide con el rasero de la política tradicional, sino con el de la historia.

En este sentido, me dio mucho gusto que hace unos días, el presidente del Partido Convergencia, Luis Maldonado Venegas, expresó, y lo cito textualmente: "Cuando el interés de México peligra, cuando las amenazas para socavar nuestra soberanía despliegan sus redes de poder y dominación, no es válido invocar posiciones ambiguas o actitudes evasivas. Por encima de la rentabilidad electoral de las futuras elecciones, está el porvenir de todos los mexicanos y la defensa irrestricta de la nación".

Amigas y amigos:

Bajo estas consideraciones y con la fuerza de nuestras ideas y principios, vamos a iniciar una nueva etapa de resistencia civil pacífica para la defensa del petróleo.

El plan es sencillo, pero significa ir al meollo del asunto. Les propongo que sigamos organizando nuestras brigadas. Que si ya somos 100 mil brigadistas, mujeres y hombres, nos planteemos fortalecer y ampliar esta organización, hasta llegar a 200 mil brigadistas para finales del mes de junio. Con ese propósito voy a recorrer, durante este tiempo, todos los estados del país.

¿Cuál es el objetivo principal en esta segunda etapa de la resistencia civil pacífica? La tarea es ir casa por casa, barrio por barrio, colonia por colonia y pueblo por pueblo para dar a conocer nuestras razones y las gravísimas consecuencias que tendría la privatización de la industria petrolera.

Ante el cerco informativo, cada uno de nosotros será un medio de comunicación. Ante el engaño y la manipulación nos haremos cargo de abrirle paso a la verdad. La meta es que cada uno de los 100 mil brigadistas visite 10 domicilios a la semana, dialogue con la gente y entregue folletos, historietas y volantes. Es decir, informaremos, hasta finales de junio, en 5 millones de hogares; y de julio a agosto, cuando seamos 200 mil brigadistas, entraremos en comunicación, de manera permanente, con 10 millones de familias.

Aquí aprovecho y les hago un llamado respetuoso a todas y a todos, para actuar con responsabilidad. Con sinceridad les digo que no podemos caer en el autoengaño, perder el tiempo y desperdiciar nuestros materiales de difusión, que a pesar de los escasos recursos económicos se están elaborando, empacando y distribuyendo. Tampoco se trata de repartir los impresos en la vía pública o dejarlos debajo de la puerta, sino de entrar en comunicación con la gente y entregar la información de manera personal.

De la misma forma se recomienda que con los videos que se están repartiendo y que contienen información y entrevistas a intelectuales y expertos, se organicen círculos de estudio y reflexión sobre el tema del petróleo.

Sabemos que todo esto implica mucho esfuerzo y sacrificio, pero consagrarnos por entero a esta noble causa es en bien del pueblo, de nuestros hijos y de la patria.

Nuestros adversarios cuentan con dinero y con los medios de comunicación, pero nosotros tenemos lo más valioso: de nuestro lado está la razón, la defensa del pueblo y de su patrimonio y, sobre todo, contamos con ustedes, mujeres y hombres comprometidos, con mística y con convicciones.

En esta ocasión, no les pido que votemos si vamos a cumplir cabalmente con nuestros compromisos. Tampoco les tomaremos protesta. Las resoluciones de esta naturaleza no se pueden aprobar por el voto de una mayoría. Sólo les pido que hagamos un compromiso solemne y que cada uno de nosotros piense con sinceridad si tiene la voluntad y la capacidad de cumplir con su deber y con su tarea. Como diría Gandhi: tenemos que buscar en nuestros corazones si tenemos la fuerza requerida para llegar hasta el final. Sólo entonces hagamos la promesa, y sólo entonces esa promesa dará frutos y la lucha, de todos juntos, sólo podrá tener un desenlace: la victoria.

Hay que agregar que en esta segunda etapa de la resistencia civil pacífica, representantes nuestros van a participar en el debate que se llevará a cabo en el Senado de la República. Pero no sólo eso, el grupo de intelectuales en defensa del petróleo organizará debates en centros de trabajo, universidades y en todo el país.

También un grupo formado por legisladores y miembros de la Comisión Coordinadora Nacional en Defensa del Petróleo empezará a analizar la posibilidad de llevar a cabo un referéndum, un plebiscito o una consulta popular, lo que más convenga para recoger, en su momento, la opinión del pueblo sobre el tema del petróleo.

Como es lógico, debemos actuar de manera precavida y estar atentos para movilizarnos en caso de que las cúpulas del PRI y del PAN se pongan de acuerdo y pretendan imponer por sorpresa su llamada reforma energética.

Estoy seguro de que ante la insistencia de violar la Constitución, de privatizar la industria petrolera y de agravar la corrupción en Pemex, los legisladores del Frente Amplio Progresista reanudarán la resistencia civil pacífica en ambas Cámaras y estas acciones serán respaldadas por millones de mexicanos que no permitiremos semejante agravio al pueblo y a la nación.

Por último, les propongo que nos volvamos a reunir, aquí mismo, en dos meses más, el domingo 29 de junio, a las 10 de la mañana, para evaluar el avance de nuestra organización en la defensa del petróleo.

Amigas y amigos:

Veamos lo que estamos haciendo recordando la historia, para entender el porqué de los ataques que padecemos.

Tengamos presente que los hombres que han luchado en nuestro país en contra de los poderosos, siempre han sido descalificados o tratados con desprecio. A Hidalgo lo llamaban "demagogo"; a Morelos "hereje"; a Juárez "indio mugroso"; a Villa y Zapata los trataban de "bandidos" y a Madero de "loco espiritista"; y sin embargo, hoy son el ejemplo a seguir y los padres fundadores de la patria. Que estos hechos nos den fuerza interior y el aplomo necesario para seguir defendiendo nuestros ideales y las causas del pueblo y de la nación.

Actuemos también pensando que la razón tarda mucho en madurar, pero siempre llega y entonces se convierte en verdad de todos. También actuemos con alegría, desprovistos de odios y rencores. Ser firmes es cosa bien distinta a ser insensibles. Ante los ataques debemos pensar que tenemos adversarios, no enemigos. Adversarios a vencer, no enemigos a destruir.

Aceptemos la afirmación del amor como la mejor forma de hacer política. No debe caber en nosotros ni el odio, ni la amargura. Seamos el amor que todo lo da. Amar es perdonar en todo instante. Que nos mueva el amor a la patria y la vocación humanista del amor al prójimo. Luchar por los pobres, los humillados y los ofendidos, es nuestro propósito esencial. Tengamos la confianza de que la fuerza del amor se impondrá sobre la codicia y la manipulación.

Amigas y amigos:

De nueva cuenta, mi más profundo agradecimiento a dirigentes, legisladores y militantes del PRD, del PT y de Convergencia.

Mi agradecimiento a presidentes municipales, regidores, diputados locales, gobernadores y al jefe de Gobierno de la Ciudad de México por el respaldo político y moral a nuestro movimiento.

Mi reconocimiento también a esas honrosas y dignas excepciones: a los periodistas y a los medios de comunicación libres e independientes. ¡Qué gran aliada de todo movimiento honesto es la prensa honesta! ¡Qué necesaria su colaboración!

Nuestro agradecimiento sincero a muchos mexicanos, mujeres y hombres, que nos ayudan y cooperan en la medida de sus posibilidades y a su manera.

Y todo mi respeto y admiración a ustedes, dirigentes e integrantes de las brigadas en defensa del petróleo.

Lo que se obtiene con amor, se conserva para siempre.

¡Viva la Resistencia Civil Pacífica!
¡Viva la lucha en defensa del petróleo!
¡Viva el pueblo de México!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!

domingo, 27 de abril de 2008

Opinión de Antonio Gershenson en La Jornada

Reservas petroleras, e ilusiones

La Secretaria de Energía, a la que ya se le habían señalado fallas en su forma de “cuantificar” el petróleo que tenemos, ahora, en una conferencia, vuelve a revolver tipos de reservas que no son comparables y a sumarlas con las que no son reservas, para llegar, después de decir que “México tiene petróleo, y mucho”, para 61.3 años. Como paso intermedio en su creciente cálculo, dice que las reservas probadas alcanzan para 9.2 años, pero si se agregan las reservas probables y posibles “tenemos crudo para 27.7 años”, y ya con los recursos prospectivos llegamos a más de 60 años. Y agrega que de ahí, 55 por ciento de ese “petróleo” está en las aguas profundas del Golfo de México.

Vamos a examinar en detalle el problema, y a tratar de dejarlo ya de lado. Porque es muy fácil repetir una y otra vez que dos y dos son cinco, a ver si así alguien se lo cree. Del documento de Pemex Reservas de hidrocarburos al 31 de diciembre de 2007, tomamos los siguientes datos, que son directos.

Las reservas de crudo a la fecha mencionada en el título del documento son, las reservas probadas, 10.5 miles de millones de barriles. Las llamadas reservas probables, 10.8 miles de millones, y las posibles, 9.9 miles de millones. Pero luego los funcionarios de Pemex usan “reserva 1P”, que son las probadas, y hasta ahí no hay problema; después, “reserva 2P”, que es la suma de probadas y probables (cuidado aquí), y “reserva 3P”, la suma de probadas, probables y posibles, que también se llaman totales. ¿Se valen estas sumas?

Veamos las definiciones de los tipos de reservas que consideramos. En el mismo documento que citamos se dice que para las reservas probables, hay más probabilidades de que se encuentre petróleo que de que no sea así. La probabilidad sería de cuando menos 50 por ciento. Si sumamos reservas probables con las probadas, que tienen mucho más probabilidad de convertirse en petróleo, ya no sabemos cuál es el total real de petróleo. Se supone que con las reservas probadas desarrolladas, que son como dos tercios de las probadas en general, la probabilidad de que haya petróleo es de casi ciento por ciento.

En cuanto a las reservas posibles, la probabilidad de que todas las reservas “detectadas” fueran de crudo real, sería cuando menos 10 por ciento, de que las cantidades realmente recuperadas sean iguales o mayores. Menos aún podemos sumarlas con las otras porque se va a dar la ilusión de que el petróleo que en verdad está ahí es muchísimo mayor que el que hay en realidad.

Las reservas probadas son las únicas que acepta la Security and Exchange Comission (SEC), que es la institución que da su aval para emisión de bonos y otras formas de crédito. Y es que esas reservas son una garantía de pago del préstamo. Son reservas en serio, no de ilusiones. El documento mencionado viene acompañado de un conjunto de anexos, de los cuales el primero se llama Nota precautoria. Ahí se reconoce que “nosotros usamos ciertos términos en este documento, tales como reservas totales, reservas probables y reservas posibles, que los lineamientos de la SEC prohíben estrictamente utilizar en sus reportes”. De modo que los montos de reservas probables y, peor, las posibles, son muy dudosos y no se pueden sumar a las reservas probadas.

En cuanto a los “recursos prospectivos”, expresamente queda claro que no son reservas. Ni siquiera se les cuantifica en el documento que hemos citado. Son estimaciones, de tal manera vagas, que se clasifican en baja, central y alta. ¿A cuál de ellas se refirió la secretaria? Ahora bien, si con las reservas posibles andamos por el 10 por ciento de probabilidad, ¿por dónde andamos en los recursos prospectivos?

Todavía hay algo más. Hay una categoría intermedia: “recursos contingentes”. También son una estimación, pero ya se les considera parte de los hidrocarburos descubiertos. Los recursos prospectivos están en la categoría “volumen original de hidrocarburos no descubierto”. De los prospectivos, todavía habría que pasar a los contingentes, y sólo después empezaría a haber reservas, primero, claro, posibles, y así. Por lo pronto, los recursos prospectivos ni a porcentaje de probabilidad de existir llegan. Como vendedora, la funcionaria no conseguiría ni un cliente.

¿Por qué no aclaró la secretaria todos estos “detalles”? ¿Por qué no agregó que el proceso es muy largo, especialmente en aguas profundas, y que el primer barril vendría saliendo, si todo va bien, dentro de diez años? ¿De dónde va a salir el dinero para las perforaciones carísimas? Obviamente, es lo que nos quieren vender, de las trasnacionales. Y éstas, ¿lo van a donar como caridad? Obviamente no. ¿Qué van a querer a cambio de esa gigantesca y riesgosa inversión?

Dejemos a los funcionarios buscar un pretexto a esta última pregunta. Lo que está claro es que durante este sexenio y el próximo no vamos a tener ni un sólo barril por este proyecto de aguas profundas, pero que lo que pidan las trasnacionales nos lo van a quitar, como ciudadanos o como país. Las reformas propuestas de por sí son inaceptables. Pero podrían ser sólo el primer paso, como sucedió con los bancos.

Opinión de Arnaldo Córdova en La Jornada de hoy

Privatización

Héctor Aguilar Camín escribió una serie de artículos en el periódico en el que colabora, poniendo en duda el rigor semántico de la definición que nuestro grupo de intelectuales en defensa del petróleo dio y, debo decirlo, con justas razones. Yo no voy a defender nuestra definición, excepto diciéndole que nos referimos con ella a los intentos privatizadores del gobierno de Calderón. Ahora quisiera darle una definición que busque ser de verdad rigurosa. Un jurista y, más aún, un constitucionalista, diría que la privatización es un asunto de derecho público, no de derecho privado.

Héctor nos enmienda la plana diciendo que “privatizar en sentido estricto quiere decir que la empresa sea vendida a capitales privados, como se vendieron los teléfonos y los bancos”. En realidad, privatizar no quiere decir, necesariamente, vender. Hay innumerables formas de transmisión del dominio y lo mismo se observa cuando un bien público pasa a ser propiedad de un privado. Aparte del contrato de compraventa, existen la cesión del derecho, la dación en usufructo ad aeternum, la enfiteusis (uso de superficie de terreno público), el abandono del bien que puede ocasionar que un privado lo reclame y muchas otras. Tampoco se trata de una venta total, como se la imagina mi amigo. Cuando se trata de una empresa tan grande, puede ocurrir que la privatización opere sólo en ciertas áreas, servicios, bienes o, incluso, créditos.

Si se la observa desde ese punto, nuestra definición es acertada, aunque no completa ni rigurosa. Cuando decimos que el gobierno panista está cediendo con su iniciativa bienes, derechos y funciones que la ley hasta ahora mantenía dentro de la competencia de Pemex, estamos afirmando, con rigor jurídico, que se está privatizando la empresa. Si Héctor se toma el trabajo de leer las iniciativas de Calderón se dará cuenta de que tenemos la razón en lo que decimos.

Privatizar y estatizar o expropiar o nacionalizar (para el objetivo jurídico diseñado en la ley, exactamente lo mismo) son conceptos antitéticos sin mediación alguna posible. Se trata de una materia de propiedad de bienes reales, de cosas y éstas no pueden estar más que en el dominio de los privados o del Estado (en nuestra Constitución, representante de la nación). Si de una empresa del Estado, cualquiera que sea, por ejemplo, se pasa a manos de privados, un bien real, un servicio, un valor (esfera de derechos personales) o, incluso, una función antes exclusiva, se está privatizando. Sí, un poquito, pero se está privatizando.

Yo invitaría a mi amigo a que discuta con nosotros las iniciativas, no nuestra definición que, por supuesto, tiene sus limitaciones. Hay muchísimos servicios que los privados pueden hacer para Pemex, mediante contrato de servicios y el pago correspondiente. Transporte por carretera, por ferrocarril y también por mar, construcción de infraestructura, como ductos, refinerías o plataformas marítimas, pero todo pagado y bajo contrato. El que muchas de las áreas de actividad de Pemex estén ya en manos de privados y que, de acuerdo con la Carta Magna no deben estar, Héctor tiene razón, es algo que debe anularse. A él no se le ocultará el colosal saqueo de nuestra riqueza petrolera a que eso da lugar.

Las privatizaciones son materia de derecho público, no de derecho privado. Entre privados se ceden derechos. Entre el Estado y los privados se puede comprar y vender, se puede ceder, se puede expropiar (mi amigo debe saber lo que es el derecho de reversión), pero todo será siempre de interés público, porque va en entredicho el interés público, representado por el Estado, que encierra el bien en cuestión. Tratar al Estado como si fuera un privado sólo se permite en contratos o convenios en los que la materia es de estricto interés privado (comprar clips o papel para oficinas, por ejemplo).

Cuando se trata del patrimonio público (vender o ceder un bien que está bajo el dominio de la nación y al cuidado de su Estado), permitir que el Estado se vuelva un privado como todos y pueda hacer transacciones de carácter privado no sólo choca con la letra de nuestra Carta Magna, sino también contra toda lógica jurídica. Un bien público es, por definición, un bien que está fuera de la esfera de los privados. Si se da al Estado, contra la letra y el espíritu de la Constitución, la facultad de tratar a los bienes públicos como bienes de los privados, la misma noción que diferencia derecho público y derecho privado desaparecería por completo. Todos sabemos muy bien lo que eso podría significar.

Es verdad que privatizar es un concepto muy ambiguo y casi no hay manera de definirlo con todo rigor; pero, si se ve su objeto jurídico, la cosa o el servicio en cuestión, resulta bastante sencillo. Se trata de un bien público que pasa a manos de un privado, cualquiera que sea el modo en que se haga. Es una pena que el concepto lo hayan redefinido y manejado sin discriminación los economistas (“vender”). Los juristas lo definen y lo usan de otra manera. Me ha sorprendido la opinión que ha expresado el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Héctor Fix Fierro, en el sentido de que los artículos 26 y 28 modifican el sentido del 27. Le recomendaría que leyera con mayor atención la letra y el sentido de esos artículos, sin olvidar el 25.

Creo que Héctor no podrá ignorar el cambio de ruta que el gobierno panista ha efectuado en torno al eterno tema de las finanzas de Pemex. En una reciente entrevista con La Jornada, la señora Kessel nos dice que el tema a debate no son las finanzas de Pemex (se negó a decir adónde van los excedentes petroleros), sino técnico. Necesitamos de los que saben manejar mejor que nosotros la industria petrolera. Yo creo que los argumentos se les están acabando (si es que alguna vez los tuvieron).

¿Por qué nuestros oponentes no discuten con nosotros en los terrenos en los que de verdad podemos debatir? No he visto argumentos jurídicos. Los economistas reaccionarios no abren la boca o sólo pronuncian improperios. Los intelectuales de derecha sólo nos dicen “fascistas” o “alamanistas” porque ocupamos sedes parlamentarias. ¿Por qué no nos dan el tiempo y las condiciones para que podamos discutir con ellos, en el terreno que deseen?

El Despertar

José Agustín Ortiz Pinchetti

Calderón tiene que eludir la discusión

La mayoría de los medios sigue las consignas de Calderón con igual disciplina que en la época de Díaz Ordaz. Pero el pueblo ha cambiado: los niveles de información y la exigencia de transparencia son infinitamente mayores que hace 40 años. Si Calderón quiere validar su propuesta, tendrá que “abrir” los medios electrónicos. Un “debate” en el Congreso que termine en mayoriteo no sería creíble y provocaría un desastre. Calderón está atrapado, tiene buenas razones para eludir una discusión abierta; déjenme darles algunas:

1. Su propuesta es vergonzante; a nadie, ni siquiera a sus más acérrimos defensores, se oculta que tiene una intención privatizadora que él intenta ocultar para no exacerbar el nacionalismo. Una discusión abierta haría patente su hipocresía y evidente la violación de la Constitución. Los juristas más respetables, e incluso la conservadora revista The Economist, coinciden en este punto.

2. No puede permitirse que se examine el origen de la quiebra técnica de Pemex. La opinión pública escudriñaría el despilfarro, la corrupción, la mala administración y el saqueo. La mayoría de los responsables impunes son miembros destacados del PAN o del PRI. Le sería peligroso que se hablara del sacrificio fiscal de Pemex. Este se debe a que el gobierno no quiere hacer una verdadera reforma fiscal. Tenemos una de las tasas tributarias más bajas del mundo (9% sin la renta petrolera). Los más ricos no pagan impuestos en México. Los 50 grupos más grandes son monopolios feudales que eluden los impuestos con una merma para el Estado de casi 500 mil millones de pesos al año.

3. Serían demasiados temas expuestos al interés público: la utilización de los excedentes petroleros, 35 mil millones de dólares con Fox, 20 mil millones con Calderón. No ha habido rendición de cuentas. No se ha dicho cómo se ha usado el fondo de estabilización. ¿Por qué no se ha invertido en 25 años en refinerías? ¿Por qué, siendo una potencia petrolera, tenemos que importar más de 30% de las gasolinas que consumimos? ¿Por qué se manipula la deuda pública y se disfraza en deuda de Pemex?

4. ¿Y la corrupción de Pemex? ¿Calderón está preparado para discutirla? No creo que le sea conveniente que se escarbe en los negocios de los Mouriños, de senadores y funcionarios involucrados en los contratos. De los crímenes, prevendas y poderes del sindicato petrolero encubiertos por Fox y Calderón.

Dedicado al Mtro. Rafael Torres Rocha

sábado, 26 de abril de 2008

Nota de La Jornada Zacatecas

Llevó el gobierno a la crisis a Pemex al descapitalizarlo: Francisco Rojas

Intenta Calderón que la paraestatal termine como simple administradora de contratos

Wendy Dinora Huerta

Defender a la empresa debe ser factor de unidad de los mexicanos, afirma el priísta

Francisco Rojas, presidente de la priísta Fundación Luis Donaldo Colosio








Foto: Esther Consuegra

Francisco Rojas Gutiérrez, presidente de la Fundación Colosio, luego de señalar que la reforma energética del presidente Felipe Calderón pretende la entrega de una empresa integral paralela a Petróleos Mexicanos (Pemex), aseveró que de aprobarse se le condenaría a ser sólo administradora de contratos, así como a la obsolescencia y gradual desaparición.
El ex director de Pemex durante los sexenios de Miguel del Madrid y Carlos Salinas de Gortari, estuvo ayer en Zacatecas para hablar sobre la reforma energética en México, en un acto al que acudieron integrantes de la Fundación Colosio Filial Zacatecas, que encabeza Gustavo Salinas Iñiguez y el Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que preside Leodegario Varela González.
Destacó la presencia del secretario de Finanzas, Jorge Miranda Castro, y los integrantes del Comité Estatal por la Defensa del Petróleo, conformado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia, quienes se sumaron a los legisladores locales y personajes priístas en el rechazo a la privatización de la paraestatal.
Rojas Gutiérrez condenó que a 70 años de que Pemex pasó a ser propiedad de los mexicanos, “ahora nos vienen a decir que ya no podemos con ella y piden que los extranjeros nos vengan ayudar y, de permitirlo, sería el fracaso”.
Agregó que lo anterior sería inaceptable, por lo que los diferentes actores tienen la responsabildad de que la empresa vuelva a ser factor de unidad.
Francisco Rojas destacó la confluencia de las diferentes fuerzas políticas por la defensa de la soberanía petrolera, ya que aunque “en muchas cosas no coincidimos, este acto demuestra que los mexicanos podemos discutir las cosas importantes del país, buscando que el futuro de las próximas generaciones no sea de dependencia respecto a Estados Unidos y que nuestros hijos no sean empleados de empresas transnacionales”.
Manifestó que es oportunidad “de luchar juntos por un país mejor y el sector energético”, pero a la vez llamó a tener cuidado en las decisiones que se adoptarán próximamente en el Congreso de la Unión ante la responsabilidad histórica que la 60 Legislatura ostenta, al definir el futuro energético de México.
Refirió que en los últimos años se ha llevado a Pemex a una situación extrema al imponerle un sistema fiscal confiscatorio que lo ha descapitalizado y lo ha inclinado a la exportación de crudo, dejando de lado la tecnología, sobre todo en materia de refinación, de tal suerte que actualmente importa 40 por ciento de la gasolina, mientras más de 6 mil millones de dólares fueron invertidos el sexenio pasado para sobrexplotar los yacimientos, sólo para cumplir compromisos de abasto de crudo.
Dijo que con Vicente Fox las reservas cayeron 27 por ciento, ya que no se privilegió la exploración sino la explotación.
Respecto a la iniciativa calderonista, dijo que en el discurso alude a que no se privatizará Pemex, pero en los hechos pretende cometer un fraude a la ley, porque modifica la Constitución a través de cambios a su normatividad secundaria.
En ese sentido, explicó que la reforma propuesta, que faculta a las empresas privadas para refinar mediante contratos de maquila, contraviene el artículo 3 de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, al igual que las concesiones para las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de los productos obtenidos de la refinación.
Criticó también los llamados contratos incentivados, mejor conocidos como de riesgo, y la asignación directa, discresional e incluso confidencial para que las empresas aporten innovaciones tecnológicas.
Y cuestionó que la iniciativa de Calderón no establezca en ninguna parte cómo superar el rezago ni promover el fortalecimiento de la paraestatal.
“La intención no es fortalecer a Pemex, parece por el contrario que es entregar la industria integral petrolera paralela a la iniciativa privada, con lo que perderíamos lo que todo mundo quiere: la seguridad energética”.
Asimismo, Francisco Rojas propuso una reforma energética de largo plazo que permita la transición ordenada y gradual para los próximos 30 años, en la cual se combine el mejor aprovechamiento de los combustibles fósiles con las energías alternativas, y además debe ser producto de un amplio debate con todos los actores, implicando no sólo medidas legislativas sino acciones administrativas del Ejecutivo.
Añadió que a Pemex se requiere hacerlo competitivo y moderno para que continúe como pilar de desarrollo y, por ello, lo primero es darle recursos financieros suficientes, revisar el destino de excedentes petroleros y evitar la discresionalidad en su distribución.
Además, de un régimen fiscal nuevo que obtenga la máxima renta petrolera, autonomía financiera y de gestión, así como políticas y prioridades programáticas para exploración y producción.
Puntualizó que la reforma energética requiere de un nuevo pacto social con sus trabajadores y técnicos, para que vuelva a ser factor de unidad, orgullo y dignidad de los mexicanos.

jueves, 24 de abril de 2008

Boletín # 13

Para el Comité Estatal en Defensa del Petróleo es altamente satisfactorio constatar que la discusión en torno a qué hacer con nuestro petróleo mexicano está prendiendo en la sociedad en general. Cada vez es más frecuente la realización de foros con esta temática. Un ejemplo concreto es el que tendrá lugar el día de hoy a las 6:30 pm en la Casa Municipal de Cultura de la capital zacatecana, en donde el Dr. Antonio Rojas Nieto, distinguido especialista en temas energéticos expondrá su autorizada visión sobre la problemática petrolera, y al día siguiente a las once en las instalaciones de la escuela de economía participará en una mesa redonda con miembros de la comunidad académica, y en donde ha sido también invitado el Comité Estatal en Defensa del Petróleo.

Mañana estará Francisco Rojas Gutiérrez, ex director de PEMEX en el auditorio del museo Felguérez, y en una fecha por precisar del próximo mes de mayo tendremos en Zacatecas al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Para nosotros es motivo de satisfacción la realización de foros sobre un tema tan fundamental como el de la privatización o no del petróleo mexicano, y nos disponemos a contribuir con nuestro granito de arena para que la ciudadanía esté honradamente informada respecto a un tema tan trascendente para la vida de México.

Zacatecas, Zac., 24 de abril de 2008

Comité Estatal en Defensa del Petróleo

Boletín # 12

El Comité Estatal en Defensa del Petróleo convoca a los interesados en la defensa del petróleo a una marcha que tendrá lugar el próximo domingo 27 de abril, en la Ciudad de México y que partirá del Ángel de la Independencia, a las diez de la mañana, para culminar en el Zócalo.

Se trata de un acto del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo del que orgullosamente formamos parte muchos zacatecanos de diversas ideologías.

Dadas las dificultades derivadas de la insuficiencia de recursos económicos del movimiento, invitamos a todos aquellos que puedan trasladarse por sus propios medios a que así lo hagan, y que los que viajen en sus propios vehículos puedan trasladar a las personas que conozcan como interesadas en dar la lucha con nosotros.

Los partidos integrantes del Frente Amplio Progresista pondrán a disposición varias unidades para el traslado de contingentes, por lo que sugerimos acudan a las oficinas de cada una de estas organizaciones partidistas todos aquellos que carezcan de medios propios para acudir a la marcha a la ciudad de México y que estén interesados en hacerlo.

En estos momentos nuestras tareas prioritarias son la realización de asambleas informativas y la activación de las brigadas para las visitas domiciliarias, y estamos haciendo el esfuerzo por darle respuesta a los innumerables correos que recibimos en esta dirección electrónica solicitando la presencia del Comité Estatal en Defensa del Petróleo, solicitamos comprensión y paciencia por el tiempo en que le damos respuesta a las solicitudes.

Reiteramos la invitación a todo público a la conferencia que impartirá el ex director de PEMEX Francisco Rojas en el auditorio del Museo Manuel Felguérez en una convocatoria conjunta de nosotros y la Fundación Colosio. La cita es el próximo viernes 25 de abril a las seis de la tarde.

Zacatecas, Zac., 23 de abril de 2008

Comité Estatal en Defensa del Petróleo

martes, 22 de abril de 2008

De la campaña

Opinión de Pedro Miguel en La Jornada (Navegaciones)

Esta es la gran revelación en lo que el milenio lleva de transcurrido: la resistencia civil es hija de Hitler, émula de Mussolini, ahijada de Pinochet, biznieta de Victoriano Huerta. Un misterio es que el espot linchador se salte a Franco, o será que ése es de veras entrañable y no se le quiere asociar con el enemigo tradicional y eterno (la cápsula recuerda el primer tramo de una pastorela mexicana: identifica al Maligno con sus distintas caras y muestra las trampas que éste emplea para evitar que nazca el Santo Niño de la Privatización). Los opositores a la entrega del petróleo “son fascistas”, confirman el diagnóstico algunos opinadores, al encontrar el síntoma inconfundible de la toma de tribunas parlamentarias. Otros medios inventan una sección informativa titulada “El secuestro del Congreso”, o algo así, y agrupan bajo ese encabezado genérico la menudencia informativa que genera la disputa por la industria petrolera.

Es raro que no se les haya ocurrido un encabezado igual cuando la diputación panista tomó la tribuna de San Lázaro (28/11/06) para consumar otro secuestro célebre –el del Poder Ejecutivo– que se preparaba desde mucho antes del 2 de julio de ese año. A diferencia de la toma pacífica de este 10 de abril, en aquella ocasión los blanquiazules recurrieron a los coscorrones y curulazos, como quedó documentado en la prensa: véase la foto del panista Francisco Domínguez (La Jornada, 29/11/06) mientras patea a un legislador del Frente Amplio Progresista (FAP). Ni los opinadores ni Guillermo Velasco Arzac, alias Jenofonte, se acuerdan del incidente. Enrique Krauze lo interpretó a su manera: los diputados en general, pero “sobre todo los del FAP, han manchado el nombre de México con el estigma de la violencia y la incivilidad” (Reforma, 3/12/06).

Es curiosa la presteza con que informadores, opinadores y panistas se apresuran a deslindarse de los términos del espot, pero se quedan con sus contenidos y los reproducen sin escrúpulo: si López Obrador no es equiparable a Hitler, Mussolini, Pinochet y Huerta (la comparación es tan delirante y grafitera que provoca rubor hasta en quienes están de acuerdo con ella), cuando menos él y sus seguidores pecan de caudillismo, golpismo, violencia y totalitarismo. Botón de muestra: por culpa de la resistencia civil “nuestra democracia está en peligro” y “nuestra paz está en riesgo”, grazna la propaganda de Jenofonte. “El haber tocado el funcionamiento del poder legislativo es un acto que violenta el orden democrático inadmisiblemente”, afirma Enrique Krauze. Y uno se pregunta: ¿No se sentirán un poquito incómodos metidos en la misma bañera argumental esos dos, el ultraconservador cavernario y el liberal ilustrado? O visto de otro modo: ¿qué motiva a Velasco Arzac y a Krauze a volverse colegas de cruzada sin morir (de vergüenza) en el intento? ¿Tendrán algo que ver en esta afinidad los vínculos institucionales entre Coparmex y Televisa? ¿Es pinza o mera compañía de ruta?

Es comprensible que al primero se le escapen algunas consideraciones finas y hasta una que otra obviedad. Del segundo cabría esperar que ahondara en ellas y que dejara de confundir la ética política con la etiqueta legislativa. Por ejemplo: las instituciones, Congreso incluido, son representaciones, deformadas poquito o mucho, del país. Y a mayor descomposición del Estado, más literales y bruscas se vuelven esas representaciones. Por eso tenemos una Presidencia que se ve forzada a usar puertas traseras, accesos laterales o agujeros de ventilación para ingresar a los recintos y a los debates (el espot de “aguas profundas” fue el equivalente conceptual del ingreso furtivo de Calderón a San Lázaro, el 1/12/06). En esa perspectiva, es posible que el actual momento parlamentario represente con más fidelidad que cualquier otro el estado real del país: fracturado, paralizado y con una crisis institucional pavorosa que no empezó el 10 de abril de este año, sino el 2 de julio del antepasado.

La Fibra de Pemex

Opinión de José Blanco en La Jornada

Las últimas semanas parecen probar que la fibra más sensible de la sociedad mexicana se llama Pemex. Muy pocos ciudadanos parecen dispuestos a creer que la propuesta gubernamental no lleva en su centro alguna(s) forma(s) de privatización y/o que la secuela operativa, bajo los términos de esa propuesta, no desemboque en lo que hoy es sospecha.

Ello ocurre en el contexto de la experiencia que la sociedad tiene respecto a las privatizaciones que comenzaron con Miguel De la Madrid, se aceleraron con Carlos Salinas y Zedillo, y continuaron con Fox. Si es cierto que la pobreza extrema disminuyó unos puntitos en los últimos años, la proporción es tan insignificante que, para todo efecto práctico, no ha ocurrido nada ni con la pobreza, menos aún con la inmensa desigualdad. Es decir, las privatizaciones no sólo no resolvieron socialmente nada, sino que son percibidas como pérdidas contrarias a las mayorías. Los casos sobran, pero los más obvios son Telmex, empresa a la que deben los usuarios pagar precios muy por encima de los precios internacionales, y la banca, que vive del presupuesto de la nación –secuela del Fobaproa– y no ha servido como palanca del desarrollo productivo.

Si bajo cualquier circunstancia la sociedad habría dicho no a cualquier forma de privatización de Pemex, en la circunstancia de las experiencias vividas en los sexenios recientes, ése no puede convertirse en un grito de guerra.

No debe perderse de vista, de otra parte, la tendencia en una serie creciente de países que, bajo la experiencia hasta ahora andada por la globalización neoliberal, han ido cambiando de rumbo buscando asegurar la soberanía y el control nacional sobre recursos que han considerado, por razones nacionales, especialmente estratégicos.

Ahí está el Congreso de Estados Unidos, que se opuso a que fuera vendida la Union Oil Company de California (Unocal) a una compañía petrolera china. Fundada en el siglo XIX, esta empresa es una sociedad hoy extinta porque sintomáticamente se fusionó en agosto de 2005 con la también estadunidense Chevron Corporation.

Francia está en contra de vender la siderúrgica Arcelor a una empresa india; el gobierno español lo está a la venta de la línea aérea Iberia y más recientemente el gobierno italiano estuvo bloqueando la venta de un banco de esa nacionalidad.

Diversos países no desarrollados siguen tendencias similares (en América Latina, por ejemplo), y aun tenemos experiencias como las limitaciones que Estados Unidos impone a Televisa y Telmex para operar en su territorio. El gobierno mexicano no puede ser ajeno a estas nuevas tendencias estratégicas, en el contexto de los cambios en los bloques que integran la economía globalizada.

Se diría que las tesis centrales de la propuesta oficial son: no tenemos la tecnología necesaria para la reforma y el desarrollo de Pemex, y ésta sólo podemos obtenerla por la vía de la asociación o de alianzas “estratégicas”; Pemex carece de capacidad de gestión de proyectos (!!!); sólo podemos alcanzar mayores reservas probadas en aguas profundas; ¡Pemex no tiene recursos suficientes!; la mejor manera de transportar el producto es por ductos (parece ser que empresas extranjeras podrían hacer esto mejor que Pemex); empresas extranjeras podrían construir y operar mejor que Pemex una refinería.

Una exploración somera en la Internet permite encontrar tesis distintas y seguramente muchos expertos no coinciden con los argumentos centrales de la propuesta del gobierno. En un coloquio realizado el año pasado en México sobre el tema de la exploración y extracción en aguas profundas, el director de General Electric dijo que la tecnología para aguas profundas estaba disponible en el mercado, pero además técnicos mexicanos ya han perforado cuatro pozos con “tirantes de agua” de mil metros de profundidad.

En 2004 Pemex obtuvo 45 mil millones de dólares de utilidades antes de impuestos y se ubicó en el segundo lugar mundial después de Exxon Mobil. En 2006 sus utilidades fueron de 57 mil millones de dólares, y mantuvo ese lugar en el ranking mundial.

El asunto, dígase una vez más, se relaciona con el sistema impositivo.

Los militares en Brasil llevaron la carga fiscal de ese país a 30 por ciento del producto. Cardoso la elevó otros 2 puntos porcentuales, y Lula, dos más, de modo que ahora la carga fiscal en Brasil es de 34 puntos del producto. Chile tiene un peso fiscal similar, y quien lo llevó a cabo, en lo fundamental, fue Pinochet.

La democracia mexicana, en cambio, está “estructuralmente” impedida de rebasar 12 o 13 por ciento del producto, de modo que ha debido esquilmar históricamente a Pemex para financiar gasto corriente, pagar deudas y saldar compromisos de sello corrupto, malgastar, en fin, derrochar millones que no han servido al desarrollo.

Llévese a cabo de una buena vez la reforma fiscal necesaria, déjese a Pemex que se recapitalice, cómprese la tecnología que fuere necesaria y háganse alianzas estratégicas cuando sea absolutamente transparente que una asociación dada traerá en consecuencia tangibles ventajas al desarrollo económico de México, cuestión que no debiera requerir ninguna reforma constitucional, menos aún de ninguna violación a la misma. Brasil ha venido aumentando su industria petrolera con la más diversificada estrategia internacional que pueda imaginarse. Y lo ha hecho muy bien.

Creo que una amplia y transparente consulta por el Congreso es indispensable, como creo también que un referendo abierto inclinaría la pendiente por la que Pemex viene derrumbándose.

Boletín # 11

El Comité Estatal en Defensa del Petróleo se encuentra inmerso en la formación de brigadas cuya tarea prioritaria será la de llevar información veraz en torno a nuestra lucha contra el intento calderonista por privatizar el petróleo.

Los criterios organizativos son los siguientes:

a) La brigada tendrá un máximo de cuarenta integrantes con su respectivo coordinar.

b) Cada brigadista asume la encomienda de llevar información periódicamente a cincuenta hogares perfectamente identificados. Misma que le será entregado por el Comité Estatal en Defensa del Petróleo.

c) Se llevará un registro puntual de la distribución de la información y de la respuesta obtenida.

d) El método que empleamos es la realización de asambleas informativas en donde surgen voluntarios que se registran para realizar tareas mediante la integración en brigadas y comités.

En estos momentos están conformadas veinte brigadas en el municipio de Jerez y cuarenta y dos brigadas en diversos municipios en donde tiene presencia el Frente Social para la Soberanía Nacional.

En las actividades de esta semana destacan la conformación del Comité Municipal para la defensa del petróleo en Fresnillo Zacatecas, que tuvo lugar este lunes 21 del presente, la asamblea informativa con diversos grupos fresnillenses que tendrá lugar hoy en el auditorio del Sindicato Minero en Fresnillo Zacatecas, reunión con activistas de diversos municipios para el miércoles en la ciudad de Zacatecas, asamblea informativa con un grupo de mujeres el próximo jueves en Guadalupe, Zacatecas. Conferencia de Francisco Rojas, ex director de PEMEX, en el auditorio del museo Manuel Felguérez el próximo viernes a las seis de la tarde, reunión con ciudadanos de los municipios del Cañón de Juchipila en Jalpa Zacatecas, el sábado 26 del presente.

Nuestro esfuerzo, a pesar de los medios limitados con que contamos, está obteniendo una respuesta popular que se hará visible cuando las circunstancias así lo demanden.

Zacatecas, Zac., 22 de abril de 2008

Comité Estatal en Defensa del Petróleo

lunes, 21 de abril de 2008

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Benjamín Romo Moreno fue cobardemente agredido el pasado jueves a las 11:30 de la mañana, en la soledad de su cubículo. Su agresor, además de golpearlo, lo amenazó de muerte y lo emplazó a que se retirara de la contienda por la dirección de la Unidad Académica de Economía.
Benjamín Romo es universitario prestigiado por su calidad como maestro, es estricto. Su honradez es ampliamente reconocida.
Es hombre de diálogo y de firmes convicciones, en 1968 fue el único presidente de la sociedad de alumnos que se negó a firmar un manifiesto de apoyo a Díaz Ordaz.
Su agresión nos agravia a muchos, ojalá las autoridades universitarias y civiles asuman lo delicado del episodio. El agresor es un prófugo de la justicia perfectamente identificado.

EL ÉXITO ES ESE VIEJO TRÍO: HABILIDAD, OPORTUNIDAD Y VALENTÍA: CHARLES LUCKMAN

Ayer se cumplieron 50 años de la primera transmisión de la XEEL de Fresnillo, que junto con la XEIH constituyen Torres Corporativo.
Una proeza empresarial que da testimonio de que los lazos familiares no son obstáculo sino inspiración profunda cuando hay sabiduría vital.
El fundador de la empresa, el señor José Antonio Casas Torres, es portador de una biografía ejemplar:
Se acredita mediante estudios por correspondencia como técnico en electrónica especializado en radiocomunicaciones.
A los 15 años instala el primer taller de servicio radioeléctrico en el Estado de Zacatecas.
Participa en el diseño, construcción e instalación de transmisores de la XELK de Zacatecas, en 1937, y al año siguiente, en la XEMA de Fresnillo, a la cual proveyó de mantenimiento durante varios años.
También se ocupó de la instalación de la primera emisora FM en el Estado, Stéreo DIF, ahora Radio Zacatecas.
Desde que tenía 25 años, el señor Casas Torres empezó a “dale y dale” solicitando una concesión, la cual logró a partir de una brevísima audiencia con el entonces presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines, en gira por el Estado.
La radiodifusora inició con un transmisor de 250 watts de potencia construido por el dueño, incrementando el alcance en diversas etapas hasta llegar a los 5 mil watts, con los que ahora opera la “L”.
Allá por los años 60 del siglo pasado, adquirió un radiotransmisor que mediante anuncios clasificados ponía a la venta la esposa del presidente gringo Lindon B. Jhonson, quien se entretenía como empresaria radiofónica mientras que su marido sudaba la gota gorda con los vietnamitas.
Obtuvo en 1970 la concesión otorgada a nombre de su esposa, la señora Juana Gallegos, de la XEIH, que transmite con 10 mil watts de potencia.
El señor Casas Torres fue exitoso en donde otros suelen fracasar: la inclusión de su familia en el quehacer empresarial (12 hijos, tres mujeres y nueve hombres).

COMBATIRÉ HASTA LA MUERTE LO QUE DICES, PERO DEFENDERÉ CON MI PROPIA VIDA TU DERECHO A DECIRLO: VOLTAIRE
En 1973 nace en la XEIH el programa “El pueblo canta”, inicialmente con Roberto Quintanar como conductor y poco tiempo después y hasta la fecha, bajo la batuta de Francisco “Quico” Torres y con la participación en distintas etapas de Roberto Cabral y Juan Cid (q.e.p.d.).
En 1991 surge el programa “Comentarios” en la XEEL.
La denuncia pública, el teléfono abierto y la petición ciudadana son los ingredientes de sus emisiones de periodismo radiofónico, antes que el concepto adquiriera notoriedad con “Paco” Huerta y su “Voz pública”.
Otro elemento que honra a Torres Corporativo es que en todas sus emisiones informativas (con José Ricardo y Jaime Quiroga por la mañana, y por la tarde el mismo José Ricardo y su hermano José Alfonso), el público recibe claramente separada la opinión de la información. Lo cual es mucho mérito en un País donde las empresas minimizan, distorsionan, o de plano ignoran la información que contradice las personales creencias de dueños y directivos.
Desde este modesto espacio, me sumo al homenaje a Don Antonio Casas y su señora esposa, y al mérito empresarial indiscutible de la familia Torres Gallegos.
Y al “Javo”, mis mejores augurios de que también habrá de honrar la memoria de su abuelo.

AL ÚLTIMO

Pepe Narro tiene fama de buen negociador, y lo ratifica al comprar para el Partido del Trabajo la casa que ahora ocupa en Genaro Codina número 617.
Ahí estuvo el Instituto Zacatecano de Bellas Artes (IZBA), a mediados de los años 60 del pasado siglo. Ahí hizo un mural Antonio Pintor, con la temática de las artes prehispánicas.
El IZBA cambió de sede y la casona fue ocupada por la Policía Judicial y el edificio adaptado a propósitos alejados del goce estético.
Se pintaron las paredes y se cubrió el mural de Toño Pintor.
Años después la adquirió el PT. Dándole “su manita de gato” al edificio, emerge tras las capas de cal el bello mural que en estos momentos rescata Salvador, hermano del artista fallecido. ¿Alguna duda de Narro como negociador?
Murió Arturo García Escobedo, mi maestro de historia en la secundaria. Toda una vida en la izquierda, todo un ejemplo.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com

Fascismo

Opinión de John M. Ackerman en La Jornada
Lunes, 21 de abril 2008

El fascismo es una ideología basada en la razón del Estado y la fidelidad total al jefe de la nación. “Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”, decía Benito Mussolini. Es un sistema político profundamente conservador, cuyo propósito original era combatir la expansión de los movimientos obreros en Europa después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El fascismo está basado en la violencia y la intolerancia a la oposición, la pluralidad y la crítica. Tal régimen utiliza la propaganda y los medios de comunicación para generar un clima de miedo y odio a todos los que sean “diferentes”.

Quien peligrosamente se ha acercado al fascismo durante los últimos días no es Andrés Manuel López Obrador, sino el actual gobierno y los grandes monopolios privados, además de amplios sectores del PAN, el PRI y sus aliados intelectuales. Ellos son los que se niegan a debatir de manera amplia y plural el futuro del petróleo. Ellos son los que difaman y buscan eliminar desde las cúpulas del poder político, económico y mediático a cualquier disidente u opositor.

El Congreso de la Unión de ninguna manera está “secuestrado”, como afirmaron Enrique Krauze, José Woldenberg, el Consejo Coordinador Empresarial y la asociación Mejor Sociedad, Mejor Gobierno. Tanto la Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores han podido sesionar y despachar sus asuntos más urgentes. Las tribunas están tomadas en un acto simbólico de resistencia civil pacífica para demostrar que no hay “normalidad” democrática en el país, que nuestras instituciones políticas se encuentran en crisis.

Esta crisis resulta del hecho de que una mayoría parlamentaria ha decidido darle la espalda al electorado y aprobar reformas en materia energética que, además de violar la Constitución, van en contra de la voluntad mayoritaria de la población mexicana. Cuando los representantes populares traicionan la confianza de los electores y se colocan por encima de la Carta Magna, la protesta social no es peligrosa, sino saludable, ya que ayuda a rencauzar la democracia. De otra forma, los políticos se acostumbrarían a ignorar a la ciudadanía y, como ocurre en nuestro país, terminarían utilizando sus cargos para perseguir fines particulares, familiares o de gremio. La presencia de una fuerte movilización social no es una amenaza para la democracia, sino un claro indicador de su vitalidad.

Al clausurar sus respectivos congresos, Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Augusto Pinochet y Victoriano Huerta usurparon el poder desde las cúpulas de la autoridad estatal. Desaparecieron el Poder Legislativo con el propósito de centralizar aún más el poder en sus manos. Por el contrario, al salir a las calles y ocupar las tribunas, López Obrador y el Frente Amplio Progresista (FAP) pretenden abrir las negociaciones y asegurar que los ciudadanos puedan ser escuchados antes de la aprobación de la reforma energética.

Es un grave error reducir la democracia, el “gobierno del pueblo”, a la actividad de los gobernantes. Los senadores, los diputados y el Presidente de la República tienen la obligación de mantenerse en permanente contacto y comunicación con sus representados. Asimismo, los ciudadanos tienen la obligación y el derecho de llamar constantemente a cuentas a sus autoridades. Recibir más votos en una elección no otorga al candidato ganador un cheque en blanco para hacer o deshacer a su antojo, sino una gran responsabilidad de representar a la sociedad. Cuando permanece una gran incertidumbre con respecto a la validez de la victoria misma, esta responsabilidad se multiplica y se expande.

Lamentablemente, como espejo y continuación del conflicto poselectoral de 2006, la coalición gobernante ha decidido de nueva cuenta recurrir a la diatriba y la cerrazón para imponer el resultado que desea. En lugar de acercarse a la coyuntura política con valentía y apertura, el actual presidente esconde la cabeza y manda a sus agentes políticos, económicos e intelectuales a tronar toda oposición y crítica. Así como ayer Felipe Calderón se negó a aceptar un recuento total de la votación por miedo a conocer la verdad, hoy se niega a exponer su iniciativa al debate popular por temor a enfrentarse con un pueblo informado y consciente.

Los defensores de “las instituciones” a secas olvidan que en un sistema democrático los ciudadanos son los que tienen la última palabra. En la peor de las tradiciones fascistas, los ideólogos actuales privilegian la estabilidad y el orden por encima de la justicia y la participación social. El mejor antídoto para el fascismo es la construcción de una sociedad crítica y participativa, dispuesta a cuestionar y llamar a cuentas a nuestros gobernantes, no un pueblo doblegado de forma pasiva a las decisiones que violan gravemente sus derechos.

Opinión de Gustavo Esteva en La Jornada

Huevos de serpiente

Es cierto: se trata de una engañifa, una maniobra tramposa. Pretende dar una cosa por otra. Pero lo que está ocurriendo es aún peor que la inaceptable entrega de Pemex. Incuba lo inenarrable.

Desde hace tiempo, de modo sutil, el discurso del gobierno se instala en el eufemismo, ese “modo de decir o sugerir con disimulo ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. No es sólo que las autoridades encubran sus acciones o que su propaganda esconda sus errores y exagere sus realizaciones. Es que pervierten la naturaleza del discurso público al encerrarlo en eufemismos enfermizos.

La construcción de oximorones es práctica habitual en gobiernos políticamente débiles o ilegítimos, que no se atreven a llamar a las cosas por su nombre. Hablar de protección nuclear o inteligencia militar son ejemplos clásicos de esta escuela de gobierno.

El creciente ejercicio del eufemismo en el discurso gubernamental lleva mucho más lejos esa operación. Los ejemplos abundan.

* Un programa oficial que busca la privatización de las tierras ejidales y la expulsión de los campesinos se denomina Programa de Certificación de Derechos Ejidales.

* Un conjunto de disposiciones legislativas que pone abiertamente en riesgo la riqueza biológica del país se llama Ley de Bioseguridad.

* En Chiapas, un programa que se ocupa activamente de destruir su inmenso patrimonio de semillas criollas de maíz para que los campesinos se vuelvan dependientes de las semillas transgénicas de Cargill, Monsanto y Dupont se llama Maíz Solidario.

* También en Chiapas, se intensifica cada día una guerra abierta contra las bases de apoyo zapatistas, en la cual se emplean medios legales e ilegales, militares y paramilitares, y toda suerte de recursos públicos, para desalojar a los campesinos de sus tierras, expulsar a los indígenas de sus comunidades, intimidar a todos, socavar la autonomía de los pueblos y proteger los intereses de caciques y de planes y empresas trasnacionales. Todo esto se llama Programa de Seguridad Interna, en el lenguaje de la Secretaría de la Defensa Nacional.

* Dentro de esa estrategia, se emplea especialmente a un grupo paramilitar, conocido ampliamente por la violencia e impunidad de sus dirigentes y concentrado actualmente en la entrega legal de tierras zapatistas a grupos no zapatistas de campesinos, con apoyo de las autoridades agrarias. El grupo se ha constituido ya como asociación civil y se denomina Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos.

No se trata de simple cinismo. No es la astucia de quien grita ¡Al ladrón! para poder alzarse con el botín, como la que emplea Calderón para demandar que se abran al diálogo quienes no hacen otra cosa que exigirlo. No es un mero truco mediático el que presenta como reforma energética un conjunto de enredadas disposiciones, cuidadosamente empacadas en lenguaje técnico, para entregar la renta petrolera a intereses privados. No se entrega el petróleo mismo: hasta quienes concibieron la propuesta saben que ese intento podría costarles la corta vida política que les queda. Pero hacen irrelevante el carácter nacional de ese patrimonio al entregar los aspectos más lucrativos de su empleo.

En la década de 1930 George Orwell desnudó la técnica que empleaban entonces los regímenes totalitarios: se bombardean pueblos indefensos desde el aire, se lanza a los habitantes al campo abierto, se ametralla el ganado, se prende fuego a las chozas con bombas incendiarias: esto se llama pacificación. Roban sus granjas a millones de campesinos y los hacen caminar por las carreteras con lo que puedan cargar: eso se llama transferencia de población o rectificación de fronteras. Se encarcela por años a las personas, sin someterlas a juicio, se les da el tiro de gracia o se les manda a morir de escorbuto a los aserraderos del Ártico: esto se llama eliminación de elementos indeseables. Este tipo de fraseología es necesaria si uno quiere nombrar las cosas sin evocar una imagen mental de lo que se está diciendo.

Poner la vida social en manos del mercado y la policía o el ejército implica desertar de la función de gobierno. Persiste, empero, la necesidad de controlar a la población, cada vez más reacia a aceptar la insensatez autoritaria de los gobernantes. Con ese fin se instala en el discurso público el reino del eufemismo, que llega acompañado de su consorte habitual: la propaganda que siembra odio y miedo en el sector de la población que constituirá la base social del ejercicio totalitario.

No me parece exagerado afirmar que esta pretensión es mucho peor que la mera entrega del petróleo. Necesitamos detenerla antes de que sea demasiado tarde.