sábado, 31 de enero de 2009

Denise Dresser (Gobierno De Cuates Y Complices) 1/3 Muy Bueno

Denise Dresser (Gobierno De Cuates Y Complices) 2/3 Muy Bueno

Denise Dresser (Gobierno De Cuates Y Complices) 3/3 Muy Bueno

México S.A.

Carlos Fernández-Vega
La Jornada, 1 de febrero de 2009

■ Mal de altura en Davos

■ La realidad de la economía

Qué bueno que el inquilino de Los Pinos no es médico. Con los diagnósticos conduciría a sus pacientes irremediablemente a la muerte, pues sin problema alguno confunde “gripa” con pulmonía. Pero aún sin ser galeno, la lectura y el discurso de Felipe Calderón sobre la nueva crisis agravian a millones de mexicanos. Fox tampoco lo era, pero de igual forma armaba disparatadas evaluaciones sobre la “realidad” nacional, y los resultados son por todos conocidos y padecidos.

Algunos creen que la actitud del michoacano corresponde a un clásico caso de dislexia, problema que aunado a la hipoxia asociada al llamado mal de montaña, lo ha llevado a producir un verdadero rosario de frases alucinantes en el Foro Económico Mundial sobre lo que él llama “realidad” mexicana. Y es que Davos, ese paraíso vacacional en los Alpes suizos, es la ciudad europea de mayor altitud.

Así, en la cima urbana del viejo continente el michoacano ha dicho, entre otras frases de ocasión: “tenemos un muy buen equipo económico, probablemente uno de los mejores del mundo”; “(en Davos) busco reducir o eliminar distorsiones informativas que en ciertas esferas del ámbito internacional se han generado… (también) mostrar los logros del país”; “estamos bien preparados porque hicimos la tarea”; “en la situación actual hay una gran diferencia, porque estamos mejor preparados que nunca antes para enfrentar la tormenta”; “alguien tiene que hablar con él para explicarle exactamente qué pasa en México (en referencia al director de Forbes); “hemos logrado avances significativos”; “probablemente a nosotros también nos va a dar pulmonía”, y (tal vez la más bonita, hasta el momento) México será “uno de los motores fundamentales de la economía internacional en lo que resta del siglo XXI”.

Y también dijo que “en 2008, a pesar de la recesión global, México creció más de 1.5 por ciento”, lo que de ser correcto implicaría que en el último trimestre de ese año la economía nacional habría reportado un comportamiento negativo de cuando menos un punto porcentual (algo que limpia la brecha para ingresar, una vez más, a la ruta recesiva), dando como promedio anual el fabuloso porcentaje referido por el inquilino de Los Pinos en Davos. ¿Cómo le hará para que México se convierta en “uno de los motores fundamentales de la economía internacional en lo que resta del siglo XXI”?

¿Cómo, entonces, si ni siquiera puede con lo inmediato, amén de que el panorama en el vecino del norte (del que México depende peligrosamente) es realmente dramático, toda vez que en el último trimestre de 2008 la economía estadunidense se desplomó 3.8 por ciento, la peor caída de los últimos 26 años?

Mientras alguien intenta recomponerlo del mal del altura (en el caso de la dislexia esto parece imposible) y el inquilino de Los Pinos devela la fórmula mágica para arrancar el susodicho motor, los analistas de la Cámara de Diputados subrayan que desde el segundo semestre de 2008, cuando menos, diversos indicadores económico-financieros daban cuenta de que México entraba a un proceso recesivo. “En materia de crecimiento, la recesión de la economía estadunidense se reflejó en una desaceleración de la mexicana, que después de haber registrado un crecimiento real anual de 4.2 por ciento en 2006 y de 3.2 por ciento en 2007, en el tercer trimestre de 2008 fue de solamente 1.6 por ciento anual, comparado con igual periodo del año previo”.

Así, los únicos que no se enteraron de lo que se veía venir fueron el inquilino de Los Pinos y su “muy buen equipo económico, probablemente uno de los mejores del mundo”, porque los organismos financieros internacionales y regionales desde entonces comenzaron a reducir los pronósticos para México, al tiempo que los principales grupos financieros y empresariales que operan el país se han dado vuelo en recortar dichas expectativas, apuntando todas ellas a la recesión, es decir, a una pulmonía y ni lejanamente a una “gripa” o “catarrito”, como hasta ayer se aferró el michoacano.

Sin duda, el efecto externo pega y muy fuerte, pero las expectativas decrecientes “no sólo derivaban de la desaceleración de la economía estadunidense, también del aletargamiento de nuestro mercado interno: el consumo privado, apenas creció a una tasa anualizada de 3.3 por ciento mientras que el consumo público decreció 0.20 por ciento en el tercer trimestre de 2008 respecto de igual periodo de 2007”. Y falta conocer los números del cuarto trimestre.

Advierten los citados analistas que “en algunos sectores de la economía mexicana la recesión es más que una realidad; la actividad industrial, que alcanzó su mayor crecimiento anualizado en febrero de 2008 con una tasa de 5.9 por ciento, se redujo a uno por ciento en mayo, y desde entonces se ha mantenido la tasa de decrecimiento, alcanzando su nivel más bajo en noviembre de ese año, cuando la producción industrial disminuyó 5.4 por ciento real anual. Además, en septiembre de 2008 las exportaciones mexicanas a Estados Unidos se redujeron 3.6 por ciento respecto de las del mes previo, con la expectativa de que disminuyan aún más en el último trimestre del año, y, cuando menos, que continúen bajando hasta el segundo trimestre de 2009, resultado de un menor volumen de exportación de bienes manufacturados y del menor precio del crudo de exportación”.

La moneda mexicana se ha devaluado 47 por ciento en cinco meses, considerando su nivel más bajo de 9.87 pesos por dólar el 4 de agosto de 2008, respecto del máximo alcanzado ayer (14.50 pesos), “por lo que el panorama para el tipo de cambio peso-dólar será complicado para los primeros meses de 2009, debido, entre otros factores, a la incertidumbre sobre la economía mundial porque hasta ahora no se sabe con certeza, qué tan profunda y prolongada podría ser la recesión de la economía estadunidense. Es de esperar que el peso mexicano continúe mostrando movimientos volátiles durante los primeros meses de 2009, con la perspectiva de una mayor depreciación, que de acuerdo con algunos analistas podría estar por arriba de los 15 pesos por dólar”.

La caída de la actividad económica en México no sólo se ha reflejado en la nula generación de puestos de trabajo, también en la cancelación de los existentes. Sólo entre noviembre y diciembre de 2008 “desaparecieron” más de 400 mil de ellos, “lo que ya se considera el peor desplome de empleo formal en zonas urbanas en los últimos 14 años”.

Las rebanadas del pastel

Ernesto Zedillo es feliz: a 14 años delrescate” bancario con recursos públicos, cada mexicano aún debe 7 mil 29 pesos (sin considerar intereses y lo que ya pagaron), toda vez que los pasivos netos del IPAB, la cartera del Fobaproa, sumaron 745 mil 100 millones de pesos al 31 de diciembre de 2008. Además, cerca de 7 mil 650 pesos por deuda externa del sector público federal; 19 mil por débito interno y cerca de 2 mil por “rescate” carretero, entre otros pendientes, que totalizan 35 mil 689 por cabeza.

Editorial de hoy en La Jornada:

Crisis económica, descontento social

La multitudinaria movilización realizada ayer en esta capital, en la que participaron organizaciones sindicales, campesinas y sociales, es botón de muestra del vasto descontento que recorre amplios sectores de la población por los efectos de la crisis actual; por la continuidad, en los últimos sexenios, de una política económica antinacional, depredadora, concentradora de la riqueza en unas cuantas manos y generadora de pobreza masiva, y por la falta de respuesta del gobierno federal ante un panorama desastroso, que amenaza con empeorar en semanas y meses próximos.

Las demandas de los miles de manifestantes reunidos ayer en el centro de la ciudad de México –un verdadero acuerdo nacional en apoyo a la economía familiar y el empleo, la inclusión del derecho a la alimentación en la Constitución, el cese en las alzas de productos básicos, la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre otras– tienen especial validez en un momento como el presente, en el que miles de familias corren el riesgo de perder sus medios de subsistencia, si no es que los han perdido ya, a consecuencia de la recesión económica; cuando el encarecimiento de los productos básicos observado en el último tramo del año pasado y el inicio del presente constituyen una verdadera ofensiva a la economía popular; cuando los salarios del común de los mexicanos –los que aún permanecen empleados en el sector formal– acusa una severa pérdida de poder adquisitivo, y cuando, en consecuencia, las condiciones de vida de amplias franjas de la población se han deteriorado en forma por demás alarmante y se empeoran las condiciones de rezago social que el país arrastra desde hace décadas. Es de destacar, asimismo, que durante esta movilización se haya puesto en relieve la necesidad de rescatar el campo, un rubro de suma importancia que, sin embargo, ha sido excluido de los planes anticrisis anunciados por la administración calderonista.

Además de la inconformidad social, la movilización de ayer puso de manifiesto la cerrazón y la insensibilidad del grupo que detenta el poder. Tales actitudes se reflejan, de manera por demás emblemática, en el hecho de que el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, y otros funcionarios del actual gobierno –principales destinatarios de las demandas ayer expresadas– ni siquiera se encuentren en el país, sino en Davos, Suiza, donde se desarrolla un foro en el que los principales ponentes son, precisamente, los defensores de las ideas y directrices económicas que han causado el actual desastre.

De hecho, algunas de las declaraciones realizadas por el propio Calderón en el marco de dicha reunión –vanagloriarse del ínfimo crecimiento del producto interno bruto en el año pasado; calificar a su equipo económico como “uno de los mejores del mundo”– evidencian la falta de voluntad de su parte por cambiar el rumbo en materia económica, y todo parece indicar que su plan de acción ante la crisis se limita a la aplicación de medidas insuficientes, tardías y hasta insultantes para el sentido común como “congelar” los precios de las gasolinas después de una treintena de aumentos o “reducir el incremento” en los costos del diesel.

Ante la cerrazón gobernante y la frivolidad e indolencia de la clase política en su conjunto, movilizaciones como la de ayer constituyen acaso uno los últimos cauces para manifestar el descontento de la población. Sin embargo, en la medida en que las condiciones económicas empeoren y el gobierno se mantenga en la misma postura, los riesgo de acentuar la inconformidad social se incrementarán. Así sea para garantizar su propia viabilidad política, el calderonismo debiera empezar a mostrar un mínimo de claridad, comprensión y capacidad de reacción ante el adverso entorno económico.

viernes, 30 de enero de 2009

La mafia que impuso a Calderón debe responder por el daño al país: AMLO

Nota aparecida en La Jornada, 30 de enero de 2009.

■ En gira por Chihuahua y Sonora, llama cínico a Zedillo por su dicho sobre el Fobaproa

■ El pueblo, el que padece la ineptitud y falta de profesionalismo del presidente pelele, afirma

Ciro Pérez Silva (Enviado)

Casas Grandes, Chih., 29 de enero. Luego de llamar “cínico” al ex presidente Ernesto Zedillo, quien admitió en Davos, Suiza, que el Fobaproa –programa con el que se convirtió la deuda privada de los banqueros mexicanos en deuda pública– “resultó más costoso que el rescate financiero en Estados Unidos”, Andrés Manuel López Obrador sostuvo que todos aquellos que “impusieron” a Felipe Calderón en la Presidencia de la República y que han defendido una política económica antipopular por más de 26 años, tienen que responder ahora por el daño causado a México.

Al iniciar una gira de trabajo por Chihuahua y Sonora, el tabasqueño destacó que todos sabemos que hay una grave crisis económica, en la que no sólo existe pobreza, desempleo y carestía, sino que crece la inseguridad y la violencia, mientras Calderón, “además de no tener calidad moral, porque se robó la presidencia, se ha revelado como una persona inepta, lo que ha venido a complicar más las cosas, pues genera mucha incertidumbre entre la gente”.

López Obrador enfatizó que ya empieza a haber frustración entre los mexicanos porque no se ha atacado responsablemente esta crisis, “Calderón es un bueno para nada, los que lo impusieron tiene que responder por el fraude electoral y porque le han causado mucho daño al país, pues no sólo frenaron el proceso democrático, sino que impidieron que se efectuaran los cambios que se requieren en la nación, pues impusieron a un pelele que no ata ni desata”.

Ante centenares de simpatizantes que se dieron cita en las plazas públicas a lo largo de este recorrido, el ex candidato a la presidencia sostuvo que es una gran burla para el pueblo que funcionarios públicos devenguen, en momentos de crisis, salarios de hasta 600 mil pesos mensuales, y advirtió que lo primero que tienen que hacer Calderón es reducir a la mitad los sueldos de la alta burocracia, no sólo de los funcionarios del Poder Ejecutivo, desde Calderón hasta directores generales, sino también los de diputados federales, senadores, jueces y magistrados, así como ministros de la Corte.

“No se justifica que un ministro de la Corte llegue a percibir 600 mil pesos mensuales, en ninguna parte del mundo sucede eso; entonces, tienen que haber un ajuste para que cuando menos haya una señal de que en el gobierno también están dispuestos a compartir sacrificios con la sociedad en estos momentos de crisis, porque no es posible que se sigan dando la gran vida arriba, mientras abajo la gente padece”.

Interrogado en diversas entrevistas sobre la situación de la inseguridad en el país, el ex jefe de Gobierno capitalino sostuvo que esta guerra se está perdiendo “gracias, entre otras cosas, a la incapacidad de Calderón”, y un ejemplo, apuntó, es la llamada Operación limpieza.

“Desde el principio el presidente pelele empezó a manejar la situación de la inseguridad de manera muy ineficiente y frívola, hasta se disfrazó de militar, se puso una chaqueta –que por cierto le quedaba grande–, ahí empezó con su show, luego le pegó un balazo al avispero a lo tonto, sin saber lo que iba a desatar, y quien está padeciendo de toda esta falta de profesionalismo y de responsabilidad es la gente; aquí en Ciudad Juárez, en Chihuahua, en el resto del país se vive la inseguridad”.

De todo esto, agregó el tabasqueño, se le tiene que pasar factura a la “mafia de la política, a los que impusieron a Calderón, a gente como Claudio X. González, a Roberto Hernández, a Carlos Salinas, a Vicente Fox, a toda esa mafia que hizo el fraude electoral, para imponer a Calderón; y a la gente que votó por él, engañada, pues creo que ya es tiempo de que abra los ojos, pues todo esto que está pasando lo advertimos, puede sonar hasta de mal gusto, pero podría recordarles hoy que se los dije”.

En su recorrido, López Obrador se congratuló por la numerosa asistencia de militantes y simpatizantes a las asambleas informativas, lo que es una muestra, dijo, “de que no es cierto que este movimiento ya no representa a nada, como afirman un día sí y otro también la mayoría de los medios de comunicación. Ahí está la concentración del pasado domingo en el Zócalo, muchos se quedaron con las ganas de que no se llenara como se llenó. Qué bueno que están todos ustedes aquí, pero aunque viniera sólo uno, yo estaría con él porque soy muy terco, y si algo nos ha dejado de lección la historia, a través de personajes como Benito Juárez, es que en la lucha hay que resistir y perseverar, y de mi pueden decir lo que quieran, pueden decir que me como las eses, que las digo de más, que me parezco no sé a quién, pero lo que nunca van a poder decir es que soy incongruente o que soy ratero, eso jamás lo van a poder decir”, advirtió.

Bitácora Republicana

Columna de Porfirio Muñoz Ledo
Publicada en El Universal, 30 de enero de 2009.

Golpismo constitucional

Al despuntar el año se abrió el debate sobre una cuestión jurídica de inmensa trascendencia y actualidad: el sistema de sustitución del presidente de la República. Prominentes congresistas y destacados juristas se pronunciaron, pero súbitamente entrevistas ya realizadas dejaron de publicarse.

A pesar de que los voceros parlamentarios advirtieron que el tema “no lleva dedicatoria”, “ni debe ser tabú”, sino que es parte de la pospuesta reforma institucional, la discusión fue silenciada. El epitafio fue la declaración del presidente del Senado en el sentido de que “no es un problema fundamental para el país”.

Como asegura Diego Valadés: “La doctrina mexicana ha tratado este asunto de manera muy superficial”, por considerarlo “espinoso” y por las implicaciones palaciegas que tiene. Es consecuencia de la “cultura política del Tlatoani, ya que éstos no sólo son intocables e infalibles, sino imperecederos, cuando menos durante seis años”.

Durante nuestra trayectoria constitucional nos hemos dado las soluciones más diversas y circunstanciales. En 1824 se estableció la vicepresidencia, cuyo titular era quien había ocupado el segundo lugar en la contienda y por tanto fuente natural de conspiraciones. Las constituciones de 1836 y 1843 la suprimieron, dejando al Senado la tarea de nombrar al interino, obviamente del mismo partido.

En 1857, al cancelarse esa cámara, quedó la suplencia en el presidente de la Suprema Corte —electo por el mismo método que el Ejecutivo—, de donde derivó la legitimidad de Benito Juárez a la renuncia de Comonfort. En reformas sucesivas de 1876, 1882 y 1896, la eventual suplencia fue rotando del presidente del Senado al secretario de Relaciones, al de Gobernación o al que la ley designara, hasta que el Congreso nombrase el definitivo.

La Constitución de 1917 suprimió la suplencia automática y dejó al Poder Legislativo la tarea de elegir, según el caso, al provisional o al interino, según estuviese o no reunido el Congreso. Si la falta ocurriese durante los dos primeros años, se procedería a convocar nuevas elecciones, pero si fuese posterior el suplente fungiría como sustituto y completaría el mandato.

Esa temporalidad no fue modificada a pesar de la ampliación del periodo presidencial a seis años. Se confirmó más tarde que si la falta ocurriese en los últimos cuatro años, el designado por el Congreso permanecería en el encargo. Grave precedente de un largo ejercicio del Ejecutivo por acuerdo político y al margen de la soberanía popular.

Concluida la hegemonía de un solo partido, el sistema resulta altamente riesgoso. Mientras no se pongan de acuerdo los grupos parlamentarios para alcanzar la mayoría de dos tercios, la Presidencia estaría acéfala. Algunos proponen un método de votaciones decrecientes —muerte súbita— y otros sugieren volver a la suplencia automática.

Recordando su vivencia de mandatario, Miguel de la Madrid propone la restauración de la vicepresidencia. Sostiene que gobernó en “angustia permanente”, pensando que, como el Ejecutivo se deposita en una sola persona, si ésta falta desparece todo un poder. Carpizo considera “nefasto olvidar y repetir ese error”, y sugiere en cambio una suplencia temporal a cargo del presidente del Senado.

Ambas propuestas corresponden a la tradición estadounidense, que reúne los dos cargos en un mismo individuo. Hay otra, adelantada por la CERE en el 2000: que la suplencia recaiga nuevamente en el presidente de la Corte, entendido como un “encargado del despacho, cuya función primordial sería organizar las elecciones de modo imparcial y en el plazo más breve”.

Lo esencial es que el único reemplazo democrático es el que decidan los ciudadanos en las urnas. Recordemos que ésta se produce por cualquiera de las causas previstas: renuncia, muerte, incapacidad, pero también desafuero, juicio político y —en su caso— revocación de mandato. Según el actual sistema, podría ocurrir que dos partidos decidieran remover al Ejecutivo y sustituirlo por otro. Una suerte de “golpismo constitucional”.

La sola posibilidad de que suceda convierte al presidente en rehén de sus potenciales verdugos. En ello reside el arma secreta del PRI y la clave de su ansiada jefatura de gabinete. Así lo reconoce Emilio Gamboa, cuando sostiene que apoyaron a Calderón en su toma de protesta “para evitar una crisis constitucional”.

Lo hicieron para cohonestar la violación del sufragio, someter al Ejecutivo a su merced y recuperar en la maniobra el terreno perdido por el rechazo ciudadano. Es, pues, gracias a la pequeñez de unos y la mala fe de otros que ha naufragado la reforma del Estado y, con ella, la solvencia de las instituciones políticas.

Opinión de Luis Javier Garrido en La Jornada

El pacto

El viraje profundo de la política del gobierno de facto ante los cárteles del narcotráfico constituye una nueva derrota de Felipe Calderón, quien ha perdido casi todo su poder de mando.

1. El pacto promovido por la Secretaría de la Defensa Nacional, que habrían efectuado los representantes de los principales cárteles del narcotráfico en diciembre de 2008 acordando “una tregua indefinida”, revelado por el periódico sinaloense Ríodoce el 11 de enero y comentado en Proceso 1682 del día 25, y que está teniendo un alcance nacional que se refleja en una notoria disminución de la violencia, constituye un abandono del gobierno de facto de las políticas que le había impuesto la administración de Bush para hundir a México en la violencia y una derrota personal de Calderón en su intento por paquistanizar México y poder entregar a Washington el pleno control estratégico del territorio nacional.

2. El “pacto entre los cárteles” no fue en realidad sino un acto en el que los representantes de esas organizaciones tomaron nota del ofrecimiento del gobierno espurio de detener sus políticas de provocación y hostigamiento, demandadas por la administración Bush, y que Calderón asumió como la estrategia central de su “gobierno” para forjarse una imagen y ocultar tanto su ilegitimidad como su ineptitud. La supuesta “guerra contra el narco” no fue otra cosa que la utilización de las fuerzas armadas en una burda injerencia en el mercado para favorecer a unos contra otros y hacer prevalecer los intereses en el negocio de la coalición de grupos en el poder.

3. La decisión habría sido comunicada por Genaro García Luna (titular de la SSP) al zar antidrogas estadunidense, el general Barry McCaffrey, en una reunión a puerta cerrada en Ixtapan de la Sal del 5 al 7 de diciembre, en la que participó entre otros Juan Rebolledo Gout, vicepresidente del Grupo México, como representante de Salinas, el artífice de la nueva política (Milenio Diario, 17 de enero), y ahí se suscitaron las vociferaciones de McCaffrey, quien argumentó que México estaba al borde de convertirse en un narcoestado si el nuevo gobierno de Barack Obama no mantenía las mismas políticas.

4. El ala dura de Washington ha intensificado sin embargo sus presiones desde entonces, en alianza abierta con grupos de la ultraderecha mexicana no conformes con el golpe de timón, y de ambos lados de la frontera se ha intensificado la campaña contra México, multiplicándose aquí y allá las declaraciones sobre el “Estado fallido”, y reclamando una intervención de Washington en materia de seguridad. A eso y no a otra cosa obedece que Azteca y Televisa hayan tornado sus espacios informativos en una larga nota roja donde se amalgaman asaltos, secuestros y homicidios con la “lucha contra el narco”.

5. El viraje radical de la política oficial obedece sin duda a una serie de factores que pesaron en la decisión impuesta a Calderón contra su voluntad: a) el profundo malestar en las fuerzas armadas mexicanas, cuya oficialidad se sabía utilizada para hacer prevalecer ciertos intereses en el negocio; b) el fracaso en el otoño de John McCain para apoderarse de la Casa Blanca y la consiguiente pérdida de poder de los halcones del Pentágono; c) la eliminación de la política nacional del traficante de influencias Juan Camilo Mouriño, que le generó a Calderón un shock nervioso que lo afecta profundamente, y d) la consiguiente imposición de Gómez Mont en Bucareli y de Mena Bravo en Los Pinos como dos figuras claves que están cercando a un Calderón que sigue perdiendo espacios claves de su escaso poder, a lo que se aúna e) la viva crítica nacional e internacional, en particular de organizaciones defensoras de derechos humanos, así como f) las desastrosas consecuencias de las políticas de violencia de Calderón en la economía y la vida social de México y, por si fuera poco, g) el temor del panismo a perder las elecciones legislativas.

6. La reacción más significativa ha sido sin duda la de las fuerzas armadas mexicanas, que habían venido siendo utilizadas por Calderón para crear un escenario de caos en función de sus intereses. Javier Ibarrola, una de las plumas verde olivo, sin ocultar la indignación de la oficialidad y recordar que las fuerzas armadas deberían actuar “como último recurso”, advertía el día 28 en Milenio Diario que los civiles no podrían ya en el futuro “utilizar la Constitución como un trapo de cocina” y hacer de México un “Estado fallido y sin control”, porque, afirma, el Ejército tiene como una de sus misiones históricas “mantener el imperio de la Constitución”. Y aunque se ufanaba de las tres nuevas zonas militares, porque según él otra de sus tareas es recuperar “el control del territorio”, resulta claro que se está dando un paso atrás en relación con la fallida estrategia.

7. La situación no debe, sin embargo, malinterpretarse. La supuesta guerra ha sido un momento clave de la estrategia seguida por la “clase política” para profundizar el desmantelamiento de las instituciones creadas por la Constitución de 1917, esa obsesión histórica de la ultraderecha panista, que la vincula al proyecto de la tecnocracia del PRI y de los republicanos de Estados Unidos, y al no haber conducido más que a un verdadero desastre nacional se ha detenido, pero no se ha abandonado del todo.

8. Calderón ha perdido buena parte de su escaso poder de mando, y en lo inmediato no podrá ya utilizarlo para quebrantar por esa vía la seguridad jurídica, violentar el régimen federal y la autonomía municipal y encubrir las acciones ilegales de él y de sus colaboradores, pero el poder de Carlos Salinas de Gortari continúa siendo determinante, el proyecto neoliberal sigue siendo la guía del gobierno de facto y muchos panistas y priístas harán lo posible por insistir en las fracasadas políticas.

9. No debe sorprender, por eso, que en un momento histórico formidable, en el que varios jefes de gobierno latinoamericanos acuden al Foro Social Mundial de Belem (Brasil) –que en sus orígenes era un espacio restringido a la sociedad– para defender la necesidad de un nuevo proyecto histórico, un Calderón derrotado en todas sus políticas vaya lastimosamente al Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), el foro de la derecha neoliberal, y como un traidor a México preconice las “oportunidades” de la reforma energética de México para el capital trasnacional, a sabiendas de que miente (La Jornada, martes 27).

10. La crisis financiera y económica está siendo utilizada por los gobiernos occidentales no para terminar con el modelo del capitalismo neoliberal, sino para volver a ponerlo en pie, y las amenazas sobre la soberanía y la seguridad de la nación sigue siendo muy graves. De ahí que se multipliquen en el país las voces reclamando la renuncia de Felipe Calderón.

Editorial de hoy en La Jornada

Población pobre, partido millonarios

El Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) decidió ayer, de manera unánime, otorgar a los partidos políticos con registro más de 3 mil 633 millones de pesos en fondos públicos: 2 mil 731 millones para financiamiento, 819 millones para gastos de campaña de cara a las elecciones legislativas de este año y casi 82 millones para gastos específicos de, según se dice, capacitación política, investigaciones socioeconómicas y tareas editoriales. El tope a los gastos de campaña para cada candidato a diputado se fijó en poco más de 812 mil pesos.

Funcionarios de la entidad celebraron que las recientes modificaciones a la legislación electoral hayan permitido reducir los recursos a los partidos en relación con los que recibieron en la elección federal pasada.

Tal vez el presupuesto asignado, con todo y la disminución, podría ser adecuado en un país ubicado en plena normalidad económica, política y administrativa. Pero en el México que es, y en la circunstancia presente, no es moralmente adecuado desvincularlo de su contexto: la crisis económica mundial y nacional, el déficit de legitimidad de las instituciones políticas, electorales y partidistas, y su escandalosa falta de transparencia. Ante todo ello, destinar más de 3 mil 600 millones de pesos a los partidos y sus actividades parece un exceso.

A pesar de los intentos del titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, por minimizar los hechos –ayer mismo se vanaglorió en Davos del minúsculo crecimiento económico registrado el año pasado, en vísperas del grave retroceso del PIB que tiene lugar desde los últimos meses de 2008–, el país se encuentra en recesión, la cual será, de acuerdo con los elementos de juicio disponibles, prolongada y profunda. Eso significa que cientos de miles de personas han perdido o están en la antesala de perder sus medios de subsistencia, sean producto del trabajo asalariado o de la operación de pequeños negocios; que incontables deudores están ya en cartera vencida y que muchos se agregarán a esa situación –en la que se pondrá en juego lo que les quede de patrimonio personal y familiar– en el futuro inmediato; que el país recibirá menos divisas procedentes de las remesas de los trabajadores migrantes, de las exportaciones petroleras, del turismo y de la inversión extranjera, tan sobrevaluada por los actuales gobernantes; que, con las medidas aisladas, desestructuradas e insuficientes anunciadas por el gobierno federal para enfrentar la crisis, habrá menos obra pública, menos servicios y menos acciones de bienestar social.

En esas circunstancias, que cada aspirante a una diputación pueda gastarse en su campaña el equivalente a varias viviendas de interés social, y que la franquicia partidaria de Elba Esther Gordillo vaya a recibir más de 255 millones de pesos de fondos públicos –es decir, del dinero de todos– son datos que retratan a una clase política y a un funcionariato arrogantes, insensibles, frívolos y alejados de las necesidades de la población. Si las instituciones públicas y los partidos políticos aspiran a representar a la sociedad, lo menos que puede exigírseles es que compartan sus sacrificios y que hagan, antes que nadie, lo que desde los promontorios del poder se pide a los ciudadanos de a pie: que se aprieten el cinturón, que eviten gastar en lo no indispensable y que traten de ajustarse a una economía disminuida, a una moneda nacional devaluada, a una planta laboral contraída y a un mercado que se achica día tras día, pese a que la mayoría de esos ciudadanos se encontraban ya, desde antes de que se oficializara la recesión, en una situación de subsistencia.

A ello ha de agregarse que las instituciones electorales del país no han cumplido con su tarea central, que consiste en dar a las naturales diferencias políticas un cauce hacia la conciliación y el consenso. Por el contrario, el pésimo desempeño del propio IFE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el proceso sucesorio de 2006 dejó una sociedad fracturada, una Presidencia impugnada y sin credibilidad ni autoridad suficientes, así como un profundo descrédito, ante un tercio del electorado, de los mecanismos electorales de la democracia formal. Es inevitable que muchos ciudadanos concluyan que las oficinas electorales y los partidos políticos gastan en demasía recursos que se requieren con urgencia en otros rubros –la salud, la educación, el abasto alimentario, en primer lugar–, sin que ello se traduzca en un país más democrático.

jueves, 29 de enero de 2009

Boletín # 83

Cumpliendo las directrices de la asamblea informativa celebrada el pasado domingo en la ciudad de México, los jerezanos participantes en la lucha por transformar nuestro país, han establecido la primera casa del movimiento en el estado, ubicada en la calle Álvaro Obregón número 3 altos, en el centro histórico de Jerez, Zacatecas.

En dicha sede, además de fungir como lugar de reunión del comité jerezano del movimiento, se brindará asesoría y orientación a los deudores del Infonavit y de la banca, se brindará información sobre las acciones del pueblo mexicano en defensa de la economía popular y se celebrarán conferencias orientadas a crear conciencia de lucha por un México con justicia social y democracia.

También se integrara una biblioteca básica con textos que favorezcan la comprensión de la compleja realidad para que la casa del movimiento Jerezano sea sala de lectura en horarios que próximamente daremos a conocer.

Invitamos a los habitantes de los diversos municipios a que, siguiendo el ejemplo de los jerezanos, se organicen para conseguir un local y establecer una casa del movimiento, de tal manera que demos un paso adelante en la construcción el de una fuerza que logre la rectificación del catastrófico rumbo que la derecha gobernante le impuso al país.

Los comités se integran con un número de cinco personas voluntarias y en él se convoca a toda la gente que comparta nuestros objetivos independientemente de su filiación partidaria o de su preferencia electoral, porque la crisis no hace distingos partidistas y la gasolina, la luz y el diesel están por las nubes para todos.

Nuestra actividad se sostiene con lo que cada uno de nosotros puede aportar, por eso ya contamos, como en Jerez, con ofrecimientos de inmuebles prestados a la causa para casas del movimiento en los municipios de Zacatecas, Guadalupe y Calera. En eso andamos.

En otro orden de ideas, les anticipamos que estará con nosotros José Agustín Ortiz Pinchetti el viernes 13 de febrero en lugar y hora que precisaremos con oportunidad.

Sólo les anticipamos que nuestro invitado es una de las personalidades cívicas más reconocidas por su participación en los esfuerzos democratizadores del México contemporáneo

Zacatecas, Zac. 29 de enero de 2009

"Movimiento zacatecano en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional".

Recreo

J. Luis Medina Lizalde
Publicado en el diario Imagen, Zacatecas, el 29 de enero de 2009

Es hora de la solidaridad sin titubeos

Necesitamos policías merecedores de confianza


AL PRINCIPIO
El pasado lunes la gobernadora recibió en su despacho a una numerosa comisión ciudadana procedente de Villanueva.
La zozobra de la gente estuvo a punto de inspirar acciones fuertes porque ese día corrió la versión de que el profesor Roberto García Cárdenas había entregado el rescate exigido por su hija e hijo sin que éstos fueran devueltos.
La gobernadora iba predispuesta a no escuchar según coinciden varios de los asistentes, pues después de exponer su visión de la inseguridad durante más de una hora, replicó a cada uno de los que se manifestaron reiterando que no hay denuncias e insistiendo en que en otros estados están peor, como si eso aliviara la ansiedad concreta originada en sucesos igualmente concretos.
La gobernadora, al conminar al presidente municipal ahí presente a que muestre autoridad no ante los delincuentes, sino ante los ciudadanos inconformes, participa de esa equivocada idea según la cual la población debe cruzarse de brazos y confiar “a pie juntillas” en las autoridades, a pesar de su evidente incapacidad.

¿Ni así escuchan?
Cierto es que no parece viable asignarle en exclusiva al Ejército la tarea de la seguridad pública de municipio alguno. Ni hay tropa suficiente, ni podemos desperdiciar a nuestros militares en agarrar borrachitos por orinarse en la calle. Necesitamos cuerpos policiacos bajo el mando civil de los tres niveles de gobierno, pero cuerpos policiacos merecedores de la confianza social.
Si la gobernadora prestara oídos a lo que sabe la gente, ésta le diría que entre los que fueron rescatados de la colonia las Árboledas hubo quien fue detenido por policías municipales de Guadalupe y entregado al grupo delictivo que tenía esa casa.
Le dirían también que esa fue la suerte que corrió un joven al que preventivos de Zacatecas entregaron a un grupo en Fresnillo.
Escucharía el relato del comerciante que aprovechó un descuido de sus captores y buscó el auxilio de policías preventivos de Tabasco y éstos le avisaron a sus captores para que fueran por él.
Sabría también, por voz de familiares de víctimas de secuestro que durante el cautiverio de su familiar el domicilio de éste es vigilado por elementos policíacos que están pendientes de quién entra y quién sale para informarle sabrá Dios a quién.
Habría modo de decirle que las violentas amenazas que reciben las víctimas de hacerle daño a sus seres queridos es una de las razones por la que muchos no denuncian, pero que hay quienes al hacerlo recibieron el consejo de la propia autoridad de que mejor no denuncien y junten el dinero para no arriesgar la vida del secuestrado.
Villanueva tiene una policía preventiva con mala fama pública, la población considera que junto a los buenos elementos hay quienes están al servicio del crimen organizado. Ayer se les programó un examen de control que más bien parece un recurso distractor pues éste ya se les había aplicado en el pasado noviembre, cuando fueron concentrados en la ciudad de Zacatecas.
El distrito judicial conformado por Villanueva y General Joaquín Amaro cuenta con una sola agencia del ministerio público que integra averiguaciones y está adscrita a juzgado, tiene como secretario a un economista y a una secretaria para dar fe, tomar declaraciones, etcétera.
El destacamento de la policía ministerial lo conforman cinco elementos en total, de los cuales uno es el chofer de la patrulla, el otro el radio operador, dos operativos y el jefe.

AL ÚLTIMO
Al momento de escribir estas líneas no hay noticias de los hermanos secuestrados. Por la mente de la gente cruza la desaparición de don Nieves Casillas, de la comunidad de Los Aparicio, allá por el rumbo del Tigre, al que hace más de 6 meses lo “levantaron” de su hogar delante de su familia y es hora de que no se sabe nada.
La gobernadora tiene razones válidas para desaprobar un bloqueo carretero, pero no para desconocer la legitimidad del descontento.
La preocupación que muestra por el riesgo que corren los jóvenes secuestrados la compartimos todos, pero también es hora de la solidaridad sin titubeos con los habitantes de Villanueva que claman por la tranquilidad perdida.
Ayer, varios de los más activos participantes de la protesta fueron amenazados. Por ellos y por nosotros hagámosles sentir que no están solos.
En los tres niveles de gobierno, en lo referente a seguridad, urge una cirugía mayor.

Nos encontramos el jueves en El recreo

Boletín número ochenta y tres

Boletín número ochenta y tres

Cumpliendo las directrices de la asamblea informativa celebrada el pasado domingo en la ciudad de México, los jerezanos participantes en la lucha por transformar nuestro país, han establecido la primera casa del movimiento en el estado, ubicada en la calle Álvaro Obregón número 3 altos, en el centro histórico de Jerez, Zacatecas.

En dicha sede, además de fungir como lugar de reunión del comité jerezano del movimiento, se brindará asesoría y orientación a los deudores del Infonavit y de la banca, se brindará información sobre las acciones del pueblo mexicano en defensa de la economía popular y se celebrarán conferencias orientadas a crear conciencia de lucha por un México con justicia social y democracia.

También se integrara una biblioteca básica con textos que favorezcan la comprensión de la compleja realidad para que la casa del movimiento Jerezano sea sala de lectura en horarios que próximamente daremos a conocer.

Invitamos a los habitantes de los diversos municipios a que, siguiendo el ejemplo de los jerezanos, se organicen para conseguir un local y establecer una casa del movimiento, de tal manera que demos un paso adelante en la construcción el de una fuerza que logre la rectificación del catastrófico rumbo que la derecha gobernante le impuso al país.

Los comités se integran con un número de cinco personas voluntarias y en él se convoca a toda la gente que comparta nuestros objetivos independientemente de su filiación partidaria o de su preferencia electoral, porque la crisis no hace distingos partidistas y la gasolina, la luz y el diesel están por las nubes para todos.

Nuestra actividad se sostiene con lo que cada uno de nosotros puede aportar, por eso ya contamos, como en Jerez, con ofrecimientos de inmuebles prestados a la causa para casas del movimiento en los municipios de Zacatecas, Guadalupe y Calera. En eso andamos.

En otro orden de ideas, les anticipamos que estará con nosotros José Agustín Ortiz Pinchetti el viernes 13 de febrero en lugar y hora que precisaremos con oportunidad.

Sólo les anticipamos que nuestro invitado es una de las personalidades cívicas más reconocidas por su participación en los esfuerzos democratizadores del México contemporáneo

Zacatecas, Zac. 29 de enero de 2009
"Movimiento zacatecano en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional".

RECREO

Publicado en Imagen el 29 de enero de 2009
Por J. Luis Medina Lizalde


AL PRINCIPIO

El pasado lunes la gobernadora recibió en su despacho a una numerosa comisión ciudadana procedente de Villanueva.

La zozobra de la gente estuvo a punto de inspirar acciones fuertes porque ese día corrió la versión de que el profesor Roberto García Cárdenas ya había entregado el rescate exigido por su hija e hijo sin que éstos fueran devueltos.

La gobernadora iba predispuesta a no escuchar según coinciden varios de los asistentes, pues después de exponer su visión de la inseguridad durante más de una hora, replicó a cada uno de los que se manifestaron reiterando lo de que no hay denuncias e insistiendo en que en otros estados están peor, como si eso aliviara la ansiedad concreta originada en sucesos igualmente concretos.

La gobernadora, al conminar al presidente municipal ahí presente a que muestre autoridad no ante los delincuentes, sino ante los ciudadanos inconformes, participa de esa equivocada idea según la cual la población debe cruzarse de brazos y confiar “a pie juntillas” en las autoridades, a pesar de su evidente incapacidad.

¿NI ASÍ ESCUCHAN?

Cierto es que no parece viable asignarle en exclusiva al ejército la tarea de la seguridad pública de municipio alguno. Ni hay tropa suficiente, ni podemos desperdiciar a nuestros militares en agarrar borrachitos por orinarse en la calle. Necesitamos cuerpos policíacos bajo el mando civil de los tres niveles de gobierno, pero cuerpos policíacos merecedores de la confianza social.

Si la gobernadora prestara oídos a lo que sabe la gente, ésta le diría que entre los que fueron rescatados de la colonia las Árboledas hubo quien fue detenido por policías municipales de Guadalupe y entregado al grupo delictivo que tenía esa casa. Le dirían también que esa fue la suerte que corrió un joven al que preventivos de Zacatecas entregaron a un grupo en Fresnillo. Escucharía el relato del comerciante que aprovechó un descuido de sus captores y buscó el auxilio de policías de Tabasco y éstos le avisaron a sus captores para que fueran por él.

Sabría también, por voz de familiares de víctimas de secuestro que durante el cautiverio de su familiar el domicilio de éste es vigilado por elementos policíacos que están pendientes de quién entra y quién sale para informarle sabrá dios a quién.

Habría modo de decirle que las violentas amenazas que reciben las víctimas de hacerle daño a sus seres queridos, es una de las razones por la que muchos no denuncian, pero que hay quienes al hacerlo, recibieron el consejo de la propia autoridad de que mejor no denuncien y junten el dinero para no arriesgar la vida del secuestrado.

Villanueva tiene una policía preventiva con mala fama pública, la población considera que junto a los buenos elementos hay quienes están al servicio del crimen organizado. Ayer se les programó un examen de control que más bien parece un recurso distractor pues este examen ya se les había aplicado en el pasado noviembre, cuando fueron concentrados en la ciudad de Zacatecas.

El distrito judicial conformado por Villanueva y Gral. Joaquín Amaro cuenta con una sola agencia del ministerio público que integra averiguaciones y está adscrita a juzgado, tiene como secretario a un economista y a una secretaria para dar fe, tomar declaraciones, etc. El destacamento de la policía ministerial lo conforman cinco elementos en total, de los cuales uno es el chofer de la patrulla, el otro el radio operador, dos operativos, y el jefe.

AL ÚLTIMO


Al momento de escribir estas líneas no hay noticias de los hermanos secuestrados. Por la mente de la gente cruza la desaparición de don Nieves Casillas, de la comunidad de “Los Aparicio” allá por el rumbo del “Tigre”, al que hace mas de 6 meses lo “levantaron” de su hogar delante de su familia y es hora de que no se sabe nada.

La gobernadora tiene razones válidas para desaprobar un bloqueo carretero, pero no para desconocer la legitimidad del descontento.

La preocupación que muestra por el riesgo que corren los jóvenes secuestrados la compartimos todos, pero también es hora de la solidaridad sin titubeos con los habitantes de Villanueva que claman por la tranquilidad pérdida.

Ayer, varios de los más activos participantes de la protesta fueron amenazados. Por ellos y por nosotros hagámosles sentir que no están solos.

En los tres niveles de gobierno, en lo referente a seguridad urge cirugía mayor

Nos encontramos el lunes en el recreo


luismedinalizalde@gmail.com

miércoles, 28 de enero de 2009

Opinión de Luis Linares Zapata en La Jornada

La crisis del Sr. Calderón

La actual crisis económica y financiera en proceso se ha fusionado con una previa: la que se gestó en el México de finales de los años 70 para enseñorearse del aparato productivo a partir de los 80. Varias administraciones sucesivas de priístas la fomentaron. Otra de panistas naufragó en esta atonía del crecimiento y la justicia distributiva reforzó la alocada desarticulación de las cadenas productivas para finiquitar, al fin, toda red de protección para sostener lo propio. El Sr. Calderón es un digno sucesor de esa estirpe de mediocridad, insensibilidad social, complicidades y acendrado entreguismo. Como heredero del pensamiento colonizado, ha hechas suyas todas y cada una de las consignas del consenso de Washington. Ahora tiene, entre sus pequeñas manos, un emparedado doble que contiene la crisis propia, irresponsablemente labrada, sazonada con la que proviene del exterior. Un fenómeno del que aún se desconocen muchos de sus componentes y, sobre todo, su duración. Demasiado para su corta estatura y nula capacidad de acción.

A esta altura del proceso decadente, el Sr. Calderón continúa afirmando, sin pena o rubor alguno, que éste, como cualquier otro, algún día pasará. Cree haber descubierto la esencia misma de la destructiva materia negativa y espera, hasta con cierta emoción (según ha dicho), el reto que significa enfrentarla. Toda su administración parece seguir la misma ruta marcada con tan endeble visión y recurre a enfatizar la causalidad externa de la crisis como alivio a las propias culpas. Uno o dos trimestres adicionales de angustias y todo habrá quedado atrás. Su asentado liderazgo, alegan los convenencieros beneficiados, permitirá la movilización de las energías sociales para encontrar salidas adecuadas. Sus asesores entrevén que los mexicanos sólo padecerán unos cuantos rasguños y seguirán adelante, cobijados con el manto protector de su gobierno. Ni siquiera reconocen los calderonistas de bolsillo las ataduras que los sujetan a lo que haga o deje de hacer Barack Obama para entender primero, y superar después, la depresión en que ha caído la economía de Estados Unidos. Un personaje para ellos distante, de propósitos diversos y visión del desarrollo fincado en un mayor balance de la equidad, rasgos ignotos para el Sr. Calderón y el oficialismo que lo envuelve y sujeta.

La fortaleza de las instituciones, las políticas económicas y financieras seguidas resistirán –se empeñan en repetir los panistas– como en ningún otro país los embates de la desconfianza, la sequedad del crédito, el desempleo, la carestía desatada por los continuos incrementos de los productos y servicios públicos (energéticos). La versión oficial sostiene, con imprudencia, que todo camina bajo control de los hacendistas y Los Pinos. Se aparentan seguridades, pero en seguida titubean y lanzan pronósticos de alarmante simpleza y optimismo que hacen reír a los mercados y alientan mayor especulación.

Frente a tan soberbios desplantes se va dibujando un serio y complejo panorama que corre en sentido contrario a los deseos del oficialismo. Nada apunta a una crisis de corta duración. Al contrario, los datos se acumulan para mostrar un largo periodo de contracciones y penurias, pues las ayudas no parecen relacionadas con la magnitud de las necesidades y requerimientos que, se espera, mitigaran los perniciosos efectos recesivos. Pero lo más alarmante es que se apuntan remedios nebulosos ante una crisis desconocida en su real naturaleza y componentes. No se reconoce, incluso, que se navega sobre una estructura desintegrada, dependiente del exterior para poner al alcance del consumidor lo que éste solicita. Las importaciones son, por defecto intrínseco del modelo vigente, el cauce que satisface el consumo y, por esa vía, los descalabros serán adicionales.

Los monumentales déficit del comercio externo y de la balanza de pagos son los peores obstáculos para una continuidad sin sobresaltos que reponga los dispendiosos usos y costumbres anteriores. Tales déficit auguran, qué duda cabe, la imposibilidad de seguir la senda de un México subordinado al exterior según las reglas del TLC y la ausencia de un programa de desarrollo productivo, tecnológico, científico y educacional que soporte el crecimiento ansiado. Los compromisos de pagos para los semestres venideros de las empresas sobrendeudadas en dólares, junto con el servicio de la deuda externa pública, someterán al peso a presiones que impedirán la estabilidad cambiaria, ya afectada, de salida, por una devaluación del peso superior a 40 por ciento. Las reservas acumuladas en el periodo de auge petrolero tardarán pocos meses en irse por el ancho canal que tienen delante.

Pero el Sr. Calderón recae, a cada paso, en lanzar señales encontradas. Todo parece depender de lo que le escriben sus asesores discursivos pues, cuando lee, dice una cosa y, cuando se encarrila en la improvisación, deja fluir su real sentir, contrario en esencia e intenciones a lo pautado con anterioridad. Así, celebra con entusiasmo la reforma petrolera, negando toda privatización, sólo para añorar, en su alocución reciente (La Venta, Oax.), no haber seguido su consigna de ceder a los privados las refinerías. Similar fenómeno le ocurrió en su gira por Sudamérica y frente al grupo de Río. Ahí, Calderón se suma a la corriente que propone reformas (aunque sean todavía abstractas) a la desregulada industria bancaria, y en sus improvisaciones trata, por el contrario, de atajar el cambio y aconseja no entorpecer los libres flujos de capitales y el comercio. Ambos pilares bajo asedio e impuestos por una globalización tramposa y eficaz transmisora de la crisis. En estos días de desconcierto interno y retobos por doquier debido a los abusos de la hacienda pública (vía precios) y de los bancos con sus servicios, el Sr. Calderón va a Davos, Suiza, para alardear de su programa contracíclico que a nadie convence ni se ve avanzar por lado alguno.

Bajo la lupa

Alfredo Jalife Rahme
La Jornada, 28 de enero de 2009

  • Detrás de la guerra de Israel contra Gaza: el gas

Existen muchas variables que llevaron a la guerra de Israel contra Hamas, que gobierna la franja de Gaza: las elecciones israelíes el 10 de febrero (que no parece haberle resultado a la coalición saliente); erradicar a Hamas (que tampoco resultó: la guerrilla palestina se encumbró como interlocutor imprescindible y su resistencia épica le valió el reconocimiento del mundo árabe e islámico, cuyo impacto alcanzó hasta Turquía, miembro de la OTAN); golpear a un aliado de Irán y Siria (lo cual falló); relegar al olvido la derrota del poderoso ejército israelí frente a la guerrilla chiíta libanesa Hezbollah; crear una disuasión permanente contra los futuros insurgentes –casi 40 por ciento de los muertos fueron niños; otro 20 por ciento fue de mujeres– y la destrucción masiva por Israel y sus múltiples crímenes de guerra (con utilización del prohibido fósforo blanco); y legar una papa caliente a Obama.

Israel sufre una severa “derrota moral” a escala planetaria (con la evidente excepción de la defensa a ultranza del “sionismo militar, financiero y cultural”) y otra “derrota estratégica” que ha desestabilizado a todos los regímenes pro estadunidenses en el mundo árabe e islámico (resaltan Egipto y Turquía), mientras Palestina inicia su “nueva era Hamas”, que consigue un triunfo estratégico gracias a su resistencia, en medio de su severa “derrota táctica” de hiperbólica victimización: mil 500 muertes (frente a 13 de Israel) y 5 mil heridos, además de considerables daños a la infraestructura que conmocionaron a los responsables de la ONU y las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, e hicieron retroceder literalmente la franja de Gaza a la edad de piedra: más de 4 mil edificios destruidos, más de 20 mil edificios severamente dañados, 50 mil refugiados palestinos sin hogar y 400 mil sin agua. ¡La barbarie israelí en pleno resplandor!

Se concretó el tercer escenario más probable que planteamos: la infantería israelí no se atrevió a penetrar en los dédalos de la ciudad de Gaza por temor a sufrir fuertes bajas a manos de la increíble resistencia palestina de Hamas, que imitó las hazañas de Hezbollah en Líbano.

Ya se descubrió que el antídoto para el ejército israelí, el más poderoso de Medio Oriente (dotado de un máximo de 400 bombas nucleares sin inspección internacional), es la épica resistencia guerrillera de libaneses y palestinos.

En el abordaje multifactorial de la guerra de Israel contra Hamas ha faltado agregar un factor determinante: el control del gas de Gaza por Israel, según los datos impactantes de nuestro amigo Michel Chossudovsky, investigador de la Universidad de Ottawa, que publica en su propio portal GlobalResarch.ca (“Guerra y gas natural: la invasión israelí y los yacimientos marítimos de gas en Gaza”, 8/1/09).

A juicio de Michel Chossudovsky, quien se propulsó a las nubes con su libro La globalización de la pobreza, “la invasión militar de la franja de Gaza por el ejército israelí tiene relación directa con el control y la propiedad de las reservas estratégicas marítimas de gas”.

Ya lo decíamos: la valía estratégica de la franja de Gaza, un genuino campo multitudinario de refugiados con el mayor campo de concentración del mundo en la ciudad de Gaza, es su salida al mar y su línea costera de 40 kilómetros con el mar Mediterráneo.

Las “extensas reservas de gas a lo largo de la costa de Gaza fueron descubiertas en el año 2000”, y los derechos de exploración de petróleo y gas fueron otorgados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en un contrato de 25 años, a British Gas (BG) y su asociado CCC (de las familias libanesas Sabbagh y Koury).

Chossudovsky cita al periódico israelí Haaretz (21/10/07) sobre el reparto del pastel gasero: BG (60 por ciento), CCC (30 por ciento) y el fondo de inversiones de la ANP (10 por ciento). ¡Ya se parecen a la entreguista Pemex! Pues sí: los contratos que imponen las trasnacionales petroleras anglosajonas son expropiatoria y confiscatoriamente similares en todo el mundo.

No podía faltar el proyecto de construcción de un gasoducto de parte del consorcio trasnacional encabezado por BG, mediante el cual se abastecerían las necesidades energéticas de Israel. El gasoducto transportaría el gas marítimo palestino a la terminal petrolera israelí de Ashkelon, lo cual “le transferiría el control de la venta del gas natural a Israel”, según Chossudovsky.

Es evidente que, con un gobierno controlado por Hamas en la franja de Gaza, tal abastecimiento y dicho gasoducto serían menos viables.

Si una de las vulnerabilidades mayúsculas de Israel la constituye su aprovisionamiento en agua, otra es el factor energético, sobre todo de petróleo, con una importación de 334 mil 300 barriles al día (datos de 2005) que, vista en términos per cápita, es descomunal.

En gas, Israel es apretadamente autosuficiente, donde destacan las reservas marítimas a lo largo de su costa de 273 kilómetros (casi siete veces la costa de Gaza), aunque las tendencias de consumo no lo favorecen en el corto plazo.

Según Michel Chossudovsky, 60 por ciento de las reservas gaseras a lo largo de la costa de Gaza e Israel se encuentra preponderantemente en la parte palestina, lo que arroja más luz sobre el operativo Plomo Endurecido de la enésima invasión israelí a Gaza.

Nadie lo dice, pero la invasión de Israel no es solamente aérea y terrestre, sino primordialmente marítima, desde donde ejerce su bloqueo brutal contra Gaza.

Chossudovsky comenta al respecto: “la muerte de Yasser Arafat, la elección del gobierno de Hamas y la ruina de la ANP han permitido que Israel establezca de facto el control sobre las reservas marítimas del gas de Gaza”.

Devela que el general Ariel Sharon (hoy en estado comatoso), cuando ascendió al poder en 2001, amenazó con adueñarse del gas marítimo de Gaza. No dice mucho sobre el papel de Egipto (frontera terrestre y marítima con Gaza) al respecto, que sería interesante conocer.

Cita de nuevo a Haaretz (27/12/08) sobre los preparativos bélicos de la enésima invasión a Gaza desde junio del año pasado, con seis meses de antelación, mientras Israel reanudaba las negociaciones sobre el destino del gas palestino con el consorcio encabezado por BG.

Entre el gobierno israelí de la triada Olmert-Lipvi-Barak y BG planearon repartirse el botín gasero palestino de cara al nuevo mapa de la posguerra que instauraría la operación Plomo Endurecido contra Hamas.

Esta vez les salió el tiro por la culata, pero el problema nodal sigue siendo la invasión marítima, y su concomitante bloqueo por mar (válgase la redundancia) de la franja de Gaza por Israel, que muy pocos abordan en el mundo, como Michel Chossudovsky, quien pone el dedo en la llaga sobre la “militarización de la costa entera de Gaza”.

Interesante: Gaza vale relativamente más por su mar que por su tierra, debido a sus pletóricos yacimientos gaseros.

De la columna Dinero de Enrique Galván Ochoa en La Jornada

Cuentachiles, el ajuste al precio del diesel

Antes de salir a Europa a gastar euros como si el país estuviera en jauja, Felipe Calderón se exhibió como cuentachiles ante pescadores y transportistas. Les ofreció que el precio del diesel en vez de aumentar 20 centavos al mes sólo subirá cinco a partir del siguiente fin de semana. Su propuesta fue rechazada de inmediato. La petición de los consumidores es otra: primero que baje el precio, luego que lo congele. Ha quedado corto en todos aspectos el plan anticrisis. Ofreció congelar el precio de la gasolina pero no incluyó a la frontera norte. Rebajó 10 por ciento el gas LP (un ahorro de 60 centavos diarios para una familia pequeña) pero se olvidó del gas natural. No ha enviado al Congreso el proyecto de reformas para que los trabajadores puedan retirar su dinero de las afores. Y ahora vemos a Calderón contando chiles con el precio del diesel. ¿Pero qué tal se la va a pasar en Europa con sus acompañantes?

Editorial de hoy en La Jornada:

Ante el desastre económico, cambiar el rumbo

El titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, anunció ayer que a partir del mes entrante habrá una “reducción del incremento” mensual al precio del diesel en 75 por ciento, como medida para atender “la problemática que viven productores del campo, de la pesca y del sector transporte” ante las constantes alzas del combustible. Así, el costo de éste aumentará cinco centavos cada mes en lugar de cada semana, como venía ocurriendo. El político michoacano expuso que su gobierno determinó realizar el ajuste pese a que “el precio en México continúa casi un peso por debajo del precio internacional” y afirmó que la medida significará “una reducción en los ingresos tributarios (…) de prácticamente 10 mil millones de pesos”, que se compensará con “una política de eficiencia y austeridad en el gasto corriente, particularmente en servicios personales y en algunas asesorías, que aumentaron significativamente en el presupuesto de este año”.

En un momento en que el país se enfrenta a un panorama alarmante y desolador, especialmente en el ámbito económico, cabría esperar de las autoridades, como mínimo, franqueza y recato discursivo. Con el anuncio de ayer, en cambio, el gobierno calderonista expresa lo contrario, pues pretende promover una medida que no recoge las demandas de los sectores afectados –los cuales piden el cese de los aumentos al diesel, no una disminución del ritmo de sus incrementos– ni revierte, como se afirma, los efectos de la política de precios de combustibles seguida por la actual administración.

Por añadidura, el funcionario incurrió en un recurso retórico insostenible: el “precio internacional” de los combustibles, el cual no existe. Hay, cierto, precios de referencia internacional para el petróleo, pero los de los combustibles varían de país en país –pueden ser 50 por ciento mayores que los que rigen en México, o bien 90 por ciento más baratos– y, en el caso de nuestro país, ni siquiera están sujetos a las cotizaciones internacionales del crudo, sino que son controlados por el gobierno federal a instancias de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Es obligado preguntarse, en todo caso, por qué no se sigue este mismo criterio para ajustar a la baja el precio de las gasolinas en el momento actual, cuando ese combustible se ha depreciado en otros países a consecuencia de la caída en la cotización de los hidrocarburos.

Adicionalmente, el aserto de que el costo de la reducción se compensará con recortes en rubros que “aumentaron significativamente en el presupuesto de este año” implica una confesión del jefe del Ejecutivo con respecto a la existencia, en el ámbito de la administración pública, de abultados gastos frívolos e innecesarios. Tal situación es particularmente inaceptable si se toma en cuenta que para la mayor parte de la población la actual crisis económica no comenzó hace unas semanas, por más que el discurso presidencial así parezca sugerirlo, y que la pobreza, la marginación, la desigualdad y el atraso social son realidades de larga data que ya estaban presentes en el momento en que Calderón asumió el cargo y cuyo combate exigía, desde entonces, entre otras acciones, de “políticas de eficiencia y austeridad en el gasto corriente”.

Por lo demás, el gobierno federal hace un flaco favor a su imagen al aplicar medidas, como la comentada, que bien pudieron haber tenido sentido meses o incluso años atrás, pero que en el momento presente parecen meros actos de simulación o reacciones tardías, parciales y defensivas ante las manifestaciones de protesta que tienen lugar en diversos puntos del país por el creciente precio del diesel. Con ello se refuerza la postura de quienes sostienen que el gobierno federal no logra tomar la iniciativa, e incluso que no está a la altura de las circunstancias para enfrentar una crisis económica que comienza a manifestarse en toda su crudeza.

En efecto, son preocupantes las estimaciones del Banco de México de que la economía nacional decrecerá entre 0.8 y 1.8 por ciento en 2009; las proyecciones del mismo organismo en materia de desempleo, que anticipan una baja de entre 160 mil y 340 mil trabajadores en el sector formal de la economía para el presente año, y sus informes en torno a las caídas en las remesas en 3.6 por ciento; los reportes sobre la pérdida del poder adquisitivo de los salarios –que acusaron, en diciembre, una caída real de 1.74 por ciento, según estadísticas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social–, además de los cientos de miles de historias personales y familiares de sufrimiento, incertidumbre y zozobra que se hallan detrás de los indicadores macroeconómicos.

Es urgente que el gobierno comience a dar signos de comprensión de la gravedad de esta coyuntura, y que cobre conciencia de que lo que se necesita es una política económica viable, que introduzca elementos de redistribución de la riqueza y reduzca, en esa medida, la insultante desigualdad que recorre la nación; que reconozca la necesidad de reactivar la economía y el mercado internos; que sea sensible hacia las necesidades de la gente, y que se decida a buscar nuevos paradigmas, más allá de posturas económicas fundamentalistas que han fracasado en el planeta y que han arrastrado en su naufragio a la mayor parte de los países.

martes, 27 de enero de 2009

Editorial de hoy en La Jornada:

Crisis y desempleo

Los anuncios de despidos realizados ayer por algunas firmas de Estados Unidos y Europa –General Motors, Pfizer, Caterpillar, Philips, ING, Home Depot y Nextel, entre otras–, que en conjunto prevén recortar cerca de 62 mil puestos de trabajo, constituyen muestras contundentes de los efectos desastrosos de la actual crisis financiera en el ámbito laboral a escala planetaria, efectos que amenazan con agravarse en semanas y meses próximos. Es significativa, al respecto, la urgencia con que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha instado a los miembros del Congreso de ese país a aprobar su paquete de reactivación económica –equivalente a 825 mil millones de dólares–, pues, según señaló, “si no se hace nada, la tasa de desempleo podría llegar a dos dígitos”.

En el caso de México, el panorama es por demás desolador. La semana pasada, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado advirtió que para 2009 se profundizará el deterioro de la actividad económica, el producto interno bruto decrecerá en 1.3 por ciento y se perderán 170 mil empleos (La Jornada, 22/1/09); en tanto, un estudio elaborado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) prevé la pérdida de 250 mil plazas laborales en este año. A estas cifras habrá que añadir el retorno de connacionales desde Estados Unidos a consecuencia de la reducción en las oportunidades de trabajo al otro lado de la frontera norte.

La contracción del mercado laboral y el consecuente incremento del sector informal redundarán inevitablemente en el deterioro de las condiciones de vida de una franja importante de la población y profundizarán los rezagos sociales, la pobreza, la marginación y la desigualdad que recorren el país desde hace décadas y que se han mantenido prácticamente intactos incluso en los periodos de relativo crecimiento económico.

Ante esta circunstancia, el gobierno federal tendría que reaccionar de manera adecuada y oportuna, a efecto de reducir las consecuencias del auge del desempleo en los ámbitos económico y social. Sin embargo, la administración calderonista ha transitado de la inacción y la evasión que la caracterizaron durante los primeros meses de la crisis actual, a la aplicación de medidas tardías e insuficientes –como las señaladas en el plan anticrisis presentado el pasado 7 de enero–, orientadas principalmente al rescate de los grandes conglomerados empresariales y no al auxilio de los sectores mayoritarios de la población. No hay, en cambio, un plan de acción suficiente y viable para la conservación y creación de empleos, y es de suponer que, ante las proyecciones mencionadas, el “impulso” anunciado para la economía nacional –equivalente a 400 mil millones de pesos, según el titular de Hacienda, Agustín Carstens– poco o nada podrá hacer para que el gobierno cumpla con su objetivo de “mantener, razonablemente, las tasas de desocupación que hoy observamos” (según declaró anteayer Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo), ni mucho menos para revertir el déficit de plazas laborales que el país arrastra desde hace años.

En el momento presente, es claro que las autoridades no pueden delegar la responsabilidad de crear puestos de trabajo en un sector empresarial que ha exhibido, en la actual coyuntura, una actitud tan poco veraz ante la sociedad como la gubernamental; baste citar la declaración del presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X. González, de que, “para los empresarios, la prioridad es mantener la planta laboral (y) evitar despidos”; la prioridad del empresariado –asombra tener que recordarlo– es obtener ganancias económicas, y en esa lógica tiende a recortar personal en tiempos de crisis.

Es necesario, pues, que el gobierno calderonista atienda cuanto antes esta situación, y haga uso de todos los recursos de los que dispone para reactivar la economía y el mercado internos, promueva la construcción de infraestructura y restablezca mecanismos de bienestar social y redistribución de la riqueza, medidas necesarias si lo que realmente se desea es ayudar a las familias mexicanas a que sorteen el vendaval de la actual crisis y evitar, en esa medida, futuros escenarios de descontento social e ingobernabilidad.

lunes, 26 de enero de 2009

Editorial de hoy en La Jornada:

Católica, apostólica y calderonista

En el editorial de su más reciente edición, Desde la fe, semanario de la Arquidiócesis de México, realiza una crítica particularmente visceral de quienes reprobaron el improcedente confesionalismo de que hizo gala Felipe Calderón Hinojosa, titular del Ejecutivo federal, con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias, reunión católica realizada hace unos días en esta capital. “Talibanes del laicismo”, “miopes y rabiosos críticos”, “ridículos” y “club de laicistas intolerantes” son algunas de las poco temperadas caracterizaciones empleadas por la publicación religiosa. Por su parte, el jefe de la Iglesia católica en la capital del país, Norberto Rivera Carrera, lanzó ayer, en su homilía dominical, una embestida verbal contra la masiva asamblea que realizaba, a unos pasos de la Catedral Metropolitana, el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo y la Economía Popular, y contra su principal dirigente, Andrés Manuel López Obrador, a quien aludió como uno de los que proponen “cambiar las cosas para que nada cambie” y “prometen reinos sobre la tierra y paraísos en el tiempo”.

Por si quedaran dudas al respecto, la propia jerarquía eclesiástica ha manifestado así, en forma inequívoca, su alineamiento con el gobierno calderonista, su condena a los críticos del régimen –en el caso del cónclave “familiar” de días pasados, fueron muchos y diversos–, y su aversión al más amplio movimiento de oposición en el país en la hora presente. En la mentalidad del liderazgo católico, el principio de separación entre las iglesias y el Estado es “arcaico” y quienes defienden la observancia del estatuto legal que consagra la laicidad de las instituciones públicas son miopes, rabiosos, ridículos, intolerantes y “talibanes”.

A propósito de esta última expresión, “talibanes del laicismo”, no parece ser una invención de las esferas del arzobispado de la ciudad de México, sino un préstamo al léxico de los entornos clericales del franquismo católico peninsular, los cuales la vienen utilizando al menos desde 2002 (por ejemplo, la Hermandad del Valle de los Caídos y el Gran Priorato de España) para descalificar los intentos de normalizar la pluralidad religiosa española, en la que conviven cristianos de distintos ritos, musulmanes y otros.

La matriz del denuesto es indicativa de los propósitos que se cobijan en él: preservar una hegemonía católica absolutista sobre sociedades que se han vuelto espiritualmente plurales y cívicamente maduras y que rechazan los empeños clericales –próximos al integrismo, esos sí– por restablecer fueros y poderes terrenos por demás anacrónicos, además de opresivos, reaccionarios y, en muchos casos, incompatibles con los derechos humanos, reproductivos y sociales conquistados en la segunda mitad del siglo pasado.

Al margen de esas consideraciones, el hecho es que a un grupo gobernante descaradamente confesional –actitud violatoria del marco legal republicano que nos rige– se corresponde una jerarquía eclesiástica abiertamente gobiernista que arropa a Calderón ante las críticas y que, ante el principal movimiento opositor del país, se suma a las voces oficialistas que desde hace cuatro años alimentan una implacable campaña mediática contra el lopezobradorismo.

En décadas recientes, la sociedad mexicana ha experimentado un gran desarrollo ciudadano. Ello no necesariamente implica que sea hoy menos religiosa que hace unas décadas, pero sí que ha cobrado conciencia sobre el sitio que deben ocupar los guías espirituales –católicos o no– en la vida pública y en la privada. Sabe, por ejemplo, que las atribuciones de un cura o de un pastor no deben invadir los ámbitos de trabajo de un maestro, de un político o de un ginecólogo, de la misma forma que se espera de esos profesionistas que se abstengan de sugerir a sus alumnos, votantes o pacientes, creencias religiosas en particular.

En este contexto, si la jerarquía eclesiástica pretende contrarrestar la fuga de feligreses que viene padeciendo mediante alianzas tácitas pero obvias con el grupo que detenta el poder, su afán puede resultarle contraproducente. La historia registra que las iglesias que se asumen como parte de alianzas gobernantes suelen experimentar un descrédito considerable ante su propia feligresía. Otro tanto puede decirse, por supuesto, de funcionarios públicos que, por quedar bien con el electorado o en razón de otros cálculos pragmáticos, degradan y desautorizan su investidura republicana al pretender utilizarla para jalar agua al molino de las organizaciones religiosas de su preferencia.

No se puede impedir que los políticos panistas y los dirigentes católicos hagan daño, mediante la ostentación de un maridaje anticonstitucional, a sus propias causas; es condenable y hasta punible, en cambio, que violenten el estatuto laico de las instituciones públicas y el principio de separación entre las iglesias y el Estado.

México S.A.

Carlos Fernández-Vega
La Jornada, 26 de enero de 2009

■ Lenta reacción de organizaciones populares al encarecimiento de productos y servicios

■ Continúa este año el tiroteo al maltrecho bolsillo de la mayoría de mexicanos

Más vale tarde que nunca, reza el conocido refrán, pero lo cierto es que extremadamente lenta ha sido la reacción, si así puede calificarse, de las organizaciones populares ante el apabullante encarecimiento de los productos y servicios que ha destrozado el de por sí maltrecho bolsillo de la mayoría de los mexicanos. El sexenio del “cambio” se despidió con abultados aumentos en los precios de leche popular, gasolina, diesel, tortilla, gas y tarifas eléctricas, cuando menos. El de la “continuidad” redobló esfuerzos y se estrenó con la llamada “crisis de la tortilla”, a la que siguió la de los alimentos, la de las tarifas eléctricas, la del gas, la de las gasolinas y el diesel, hasta llegar a la crisis de la crisis, por mucho que prometiera que de éstas “ni una más” en el país.

Ante ese panorama, surge, tardíamente, un intento de reacción de las organizaciones populares para contener la escalada de precios en bienes y servicios. El bolsillo de los mexicanos, de siempre horadado por la política económica del gerente en turno, ha sido terroríficamente apabullado en los dos últimos años. Tal ha sido el deterioro, que hasta la estadística oficial tímidamente reconoce los destrozos. Entonces, si hasta los indicadores gubernamentales (luego de la clásica cuan mañosa mezcla de promedios, ponderaciones, comparaciones, maquillajes y conexos) reconocen dicha situación, es que de plano la cosa está que arde.

De entrada, ese tímido reconocimiento oficial se observa en que de diciembre de 2005 a igual mes de 2008, los precios acumulados de los productos alimenticios que integran la canasta básica en México se incrementaron 29.53 por ciento, más que el nivel de precios de los productos alimenticios en general (24.86) y que el nivel general de precios (15.01), de acuerdo con el más reciente análisis que sobre el particular elaboró el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, el cual nos obsequia el siguiente ingrato paseo, cuyos resultados fortalecen la tesis de la citada lenta reacción.

El crecimiento de los precios de los alimentos afectó principalmente a los hogares de ingresos más bajos (hasta tres salarios mínimos, o 55 por ciento de la población ocupada). Así, entre diciembre de 2005 e igual mes de 2008, el avance de los precios de los productos alimenticios en los hogares del país ocurrió así: en los que perciben hasta un salario mínimo general, fue de 26.81 por ciento; de uno a tres salarios, 26.13 por ciento; de tres a seis, 24.79 por ciento, y más de seis, 23.18 por ciento.

De diciembre de 2005 a igual mes de 2008, el incremento acumulado de los precios (indicadores oficiales) en los renglones que integran el segmento de los alimentos evolucionó de la siguiente manera: aceites, grasas y combustibles, 65.15 por ciento; pan (en este renglón destacan los aumentos de Bimbo), tortillas y cereales, 33.27; leche, sus derivados, y huevos, 29.31 por ciento; pescados y mariscos, 16.16; frutas y hortalizas, 26.52; azucares, café y refrescos envasados, 13.13; carnes, 19.41, y otros alimentos, 20.04. En la relación gasto en alimentos-ingreso monetario de los hogares, se observó que los hogares con los ingresos más bajos tienen una reducida diversidad en el consumo, ya que destinan casi 70 por ciento de su ingreso monetario, en promedio, para la compra de alimentos. Por el contrario, los hogares con los ingresos más altos únicamente destinan 12.66 por ciento.

A partir de enero de 2006, los precios de los alimentos en México han tenido las siguientes variaciones: de enero a julio de 2006 se abarataron, su tasa anualizada de precios pasó de 5.01 a 0.54 por ciento, respectivamente; de julio a octubre de ese mismo año se encarecieron, y su tasa anualizada de precios pasó de 0.54 a 7.15 por ciento, en cada caso. De octubre de 2006 a febrero de 2008 mostraron una relativa estabilidad, y la tasa anualizada fluctuó entre 4.81 y 7.80 por ciento; de febrero a julio de 2008 nuevamente se encarecieron, su tasa anualizada pasó de 4.95 a 9.37 por ciento; de julio a septiembre de 2008 tuvo un breve lapso de abaratamiento, al pasar de 9.37 a 7.56 por ciento, y para septiembre a diciembre de 2008 este índice registró nuevos incrementos al pasar de 7.56 a 10.5 por ciento. “Durante este periodo objeto de estudio, el índice de precios de los alimentos nunca habían crecido a un nivel tan alto como el reportado en diciembre de 2008”, apunta el citado centro.

Entre diciembre de 2006 y diciembre de 2008, el incremento acumulado de los precios de los alimentos, por estrato de ingreso, evolucionó de la siguiente manera: en los hogares que perciben hasta un salario mínimo general, fue de 26.81 por ciento; de uno a tres salarios mínimos generales, 26.13; de tres a seis, 24.79, y más de seis, 23.18. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, al cierre de septiembre pasado la población ocupada que percibe hasta tres salarios mínimos generales ascendió a 24 millones, 108 mil 132 personas (55 por ciento de la población ocupada), distribuidos de la siguiente manera: 5.12 millones que perciben hasta un salario mínimo, 8.74 hasta dos y 10.25 millones hasta tres. Esta es la parte de la población ocupada en México, con los ingresos monetarios más bajos, que se ve más afectada por el incremento de precios en los artículos alimenticios.

En la relación incremento de precios-aumento salarial se observó que para el periodo de diciembre de 2005 a diciembre de 2008, el salario medio de cotización del IMSS aumentó 17.42 por ciento, mientras el nivel general de precios lo hizo en 15.01 por ciento. Como consecuencia, el poder de compra del salario aumentó 2.41 por ciento. En este mismo periodo, el salario mínimo general se incrementó 8.1 por ciento, en cambio el nivel general de precios se elevó 15.01 por ciento (el de alimentos en general 24.86 y el de la canasta básica 29.53). Como consecuencia, la pérdida del poder de compra de los hogares con los ingresos más bajos fue de 7.11 por ciento. Y el tiroteo se mantiene en 2009.

Lentitud, pues, a todas luces.

Las rebanadas del pastel

Ayuda de memoria. ¿Alguien recuerda quién es el autor de la siguiente frase de campaña?: “les vamos a pagar la mitad de sus recibos de luz y gas, con posibilidad de llegar a 100 por ciento en ambos casos” (Veracruz, 19 de junio, 2006). Cualquier duda, favor de consultar al inquilino de Los Pinos... De nueva cuenta Evo Morales surge victorioso: los bolivianos aprobaron hoy en referendo la nueva Constitución por él impulsada, con un apoyo cercano a 60 por ciento de votos, según sondeos a pie de urna difundidos por varios canales de televisión. Las encuestas de las televisiones PAT, Unitel y Red Uno reflejaron que entre 60 y 61 por ciento de los votantes respaldaron la nueva Carta Magna, mientras por el no se pronunciaron alrededor de 40 por ciento.

Opinión de Leon Bendesky en La Jornada

Al rescate

Por todas partes del mundo los gobiernos están hoy empeñados en el rescate de sus economías. En Estados Unidos y en otros países el proceso de nacionalización es ya de una gran extensión.

Los mercados no responden aun y falta todavía un mayor deterioro de las condiciones financieras, productivas y laborales; cuánto, nadie lo sabe. El capitalismo se parece hoy muy poco al que funcionaba a tambor batiente apenas hace algunos meses.

Obama pacta con el Congreso en Estados Unidos montos enormes para el rescate, del orden de 825 mil millones de dólares, casi 6 por ciento del PIB, para tratar de lograr, primero, alguna estabilidad antes de pensar en la recuperación. Hasta ahora los planes del gobierno de Bush han sido ineficaces.

Los bancos, que han recibido miles de millones de dólares de dinero público, no funcionan; el crédito no fluye a las empresas, sean grandes o pequeñas, tampoco a los consumidores. Las compras de “garage” que han hecho entre las empresas financieras no se sostienen, como ocurre con Bank of America y Merril Lynch. Citibank se tambalea. Otros ya ni siquiera existen.

En Europa cada gobierno se lanza por el mismo camino en medio de una crisis que se agrava. La economía británica está en una situación de extrema debilidad, su sistema bancario se cuartea y no responde a las estrategias de salvamento. La libra esterlina, hasta hace unos meses una poderosa divisa, se deprecia sin freno. En España se esperan dos años de severa recesión, escenario que se extiende por todo el continente. Las medidas del Banco Central Europeo no tienen el efecto esperado.

De manera constante se revisan a la baja las expectativas del crecimiento y aumenta la deuda pública para intervenir en los mercados. En China, que era el motor de la economía global, la actividad productiva del cuarto trimestre de 2008 creció 6.8 por ciento en términos del mismo trimestre del año anterior. Este registro contrasta con las tasas superiores a 10 por ciento en periodos anteriores. Pero si el producto se mide en términos del trimestre con respecto al inmediato anterior la tasa fue cero.

Aquí hay cada vez más evidencia de que la economía se resiente. Las cifras del empleo empeoran cada mes, las cuentas del comercio exterior acumulan déficit, la política monetaria no muestra la efectividad que pretende. El peso se deprecia. El crédito se sigue secando. Hasta ahora, el recuento de la crisis ha sido negativo y más grande del que esperaba el gobierno y el sector privado.

Empresas grandes se desploman por efectos de la euforia de la expansión financiera de años anteriores; ésos son los casos notorios de Comercial Mexicana y Cemex. Otras empresas como Vitro no son ni la sombra de antes. A las micro, pequeñas y medianas empresas les cuesta más trabajo sostenerse en operación.

El secretario de Hacienda anunció la semana pasada que a los 200 mil millones de pesos que se han destinado al rescate de la economía se sumará otro tanto, lo que representa un valor equivalente a casi 3 por ciento del PIB. Su efecto positivo depende de la efectividad de su asignación en cuanto a los receptores de la ayuda y la disponibilidad de los recursos. Hay mucha incertidumbre sobre su eficacia.

¿Quiénes recibirán los fondos públicos y cómo se controlará su uso? Por una parte el gobierno intenta que se favorezca el consumo de productos nacionales; por otro lado libera los aranceles. No se muestra, pues, una coherencia, que es indispensable en la situación prevaleciente. El dinero público no será bien utilizado en empresas que se dedican a la exportación de productos cuya demanda está deprimida en Estados Unidos y no se va a recuperar en muchos meses, tales como la automotriz y buena parte de las maquiladoras.

El titular de Hacienda pide a los mexicanos sacar la casta ante la crisis, pero ésta no es una corrida de toros. Pide a los bancos no frenar el crédito, pero ésta no es una cuestión de arengas que no tienen convicción ni asidero. Los estímulos no existen para actuar de otra manera. Eso es lo que un programa de rescate tiene que tender.

En la medida en que siga la recesión, el sector bancario va a ampliar la restricción de los créditos. Se hará evidente la situación de enorme dependencia con respecto a los bancos extranjeros que controlan cuatro quintas partes de la cartera de crédito en el país.

La recesión en España va a requerir de recursos para que sus bancos cubran sus balances. Tres de ellos generan aquí grandes utilidades que se transferirán cada vez más a sus matrices. Banamex, que es propiedad de Citigroup, se va a vender; HSBC no está en la mejor posición financiera en sus operaciones globales.

Pero Hacienda, Banco de México y la CNBV privilegian con sus decisiones de política financiera a estos bancos. Ni un peso de los fondos públicos debería destinarse a ellos. Recuérdese que el supuesto para su entrada en este mercado era precisamente el contrario, que enviarían recursos en caso de necesidad interna.

Es el momento de replantear un sistema financiero menos dependiente y que finalmente sirva de algo para crear riqueza, que esté mejor regulado y apegado a pautas de crecimiento basados en nuevos acuerdos nacionales.

Pero de replantear el régimen económico en su conjunto ni se habla en el gobierno que actúa de la manera más ortodoxa, la única que conoce y que sigue marcando la política pública. El caso es que las condiciones que hoy definen a la economía ya nada tienen que ver con las que alguna vez apenas la sostuvieron. En el gobierno se cree, erróneamente, que las cosas volverán a ser como antes.