jueves, 30 de agosto de 2007

Opinion de Enrique del Val Blanco

No privatizan una tiendita

Enrique del Val Blanco
30 de agosto de 2007


Hay un punto central en la decisión que tendrá que tomar el gobierno federal en materia de la privatización de la principal aerolínea nacional, y es el referente a la importancia que tiene este medio de transporte en nuestro país. Una vez que el gobierno neoliberal acabó con el sistema ferroviario para el transporte de pasajeros, la aviación es el medio por el cual miles de mexicanos se transportan dentro y fuera de nuestro territorio. Hasta ahora la discusión y el análisis se han circunscrito a los términos económicos y han dejado fuera el hecho de que no se está privatizando un estanquillo sino una empresa que, aparte de los problemas que tiene, sirve a la nación.

Claro que estos conceptos difícilmente se toman en cuenta por servidores públicos cuya visión sobre lo que debe ser un Estado soberano es muy estrecha y acartonada, distando mucho de la realidad. Únicamente se quedan en el análisis de pérdidas y ganancias, sin tomar en cuenta otras variables que son en este caso de la mayor importancia.

Aunado a ello, el aparente grupo que hasta ahora quiere comprar la línea no ha sido un ejemplo reconocido por su honorabilidad empresarial no sólo en México, sino también en EU, donde seguro sería imposible que le dejaran adquirir un bien público de las dimensiones de Aeroméxico.

Tan sólo recordemos lo que muchos, por decirlo con elegancia, mencionan como la controvertida operación de compraventa que junto con el dueño de TV Azteca realizaron de Unefon, a través de la empresa Codisco Investments en Estados Unidos, y que fue motivo para la intervención de la SEC estadounidense, que es el equivalente a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y donde se demostró que mediante una maniobra con información privilegiada obtuvieron una enorme ganancia.

Estamos viendo lo que ha ocurrido con la privatización de la otra aerolínea, donde cada día que pasa se acerca más a un conflicto que la pondrá en un verdadero riesgo. Como siempre, los dueños del capital achacan todos los males a los trabajadores, quienes en este caso han hecho un esfuerzo y aceptaron recortes a su contrato colectivo que para el año 2010 sumará más de 200 millones de dólares. Sin embargo, la empresa compradora quiere más sacrificios de la parte sindical, a los que ya no están tan dispuestos los pilotos, los sobrecargos ni el personal de tierra.

Entre los argumentos que esgrimen los trabajadores de Mexicana de Aviación es que la empresa compradora se comprometió a invertir 180 millones de pesos y hasta la fecha poco ha hecho en este rubro; incluso los dueños ponen como pretexto primero reducir más los términos pactados en los contratos colectivos. Es decir, que como siempre y hasta ahora los que ponen son los trabajadores. Claro, es la ley del sistema que tanto los dueños como el gobierno tratan de defender.

Para el caso de Aeroméxico los señores Saba ofrecen la gran cifra de 100 millones de dólares y honrar los pasivos que tiene la empresa aeronáutica. El análisis que han hecho los expertos indica que la oferta es muy baja, ya que sólo ofrecen 1.10 pesos por acción cuando la semana pasada se cotizaba en el mercado en dos pesos. Esta oferta es incluso más baja que lo que pagó el grupo Posadas por la adquisición de Mexicana de Aviación.

Hay que tomar en cuenta que con una flota cercana a los 100 aviones, esta oferta no se compara en nada, según se informa a los medios, con la reciente venta de Copa Airlines de Panamá, por la cual pagaron 2 mil 300 millones de dólares con una flota que no rebasa los cinco aviones. Es una verdadera desproporción la oferta que están realizando los señores Saba.

Sólo el anuncio irresponsable hecho por estos posibles compradores ha generado que la acción se desplome 20%, lo cual indica que para muchos es una oferta inaceptable. Por eso, en este caso el gobierno tiene que hacer un buen análisis que vaya más allá de los números.

Sin duda la rama de la aviación está pasando por un mal momento en todo el mundo, debido a diversas causas, pero la principal de ellas, argumentan, es el aumento del precio del combustible. Por eso, para hacer frente a la difícil situación que está viviéndose, en varias regiones, fundamentalmente Europa, se están perfilando alianzas o adquisiciones entre líneas aéreas de diversos países, lo cual provocará una muy alta concentración en esta rama económica.

Los señores Saba también han dejado en claro que la operación debe darse dentro del mercado de valores, con lo cual se aseguran de no pagar un solo centavo de impuestos. Ya hemos visto otro tipo de operaciones en ese mismo sentido, las que han dado como resultado un mayor enriquecimiento por parte de unos pocos, los de siempre, por cierto. Por lo visto una vez más el gobierno le apuesta a perder más dinero con tal de salirse de lo que consideran un mal negocio.

Para todos los efectos Aeroméxico es una empresa de participación estatal mayoritaria, por mucho que se quiera ocultar esta situación, ya que cerca de 60% de la empresa está en manos del gobierno a través del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y Nacional Financiera. Es pues responsabilidad del gobierno la decisión que se vaya a tomar.

Deberán tener mucho cuidado no sólo con los costos económicos, sino también sociales de la decisión. No vaya a suceder que en un plazo corto el gobierno, una vez malbaratada dicha empresa, la tenga que rescatar por causa de utilidad pública, como ha pasado en este y otros rubros de la economía. El privatizar, expropiar o salvar y volver a vender es un tema que gusta a los gobernantes neoliberales.

Para los empresarios es muy fácil comprar barato, y si no les sale el negocio lo dejan quebrar o presionan para que el gobierno intervenga. No vaya a repetirse la historia de las privatizaciones de empresas públicas que tan bien conocemos los mexicanos.


Analista político y economista