viernes, 7 de enero de 2011

RECREO: los hechos y la percepción

Los hechos y la percepción
J. Luis Medina Lizalde / Imagen Zacatecas / Zacatecas - 06 de Enero del 2011

AL PRINCIPIO
Un funcionario de los que asistieron a una reunión convocada por el gobernador Miguel Alonso Reyes, la primera semana del año, cuenta que el titular del Ejecutivo les manifestó que tiene datos de que la criminalidad ha disminuido en un 30%, y que la equivocada comunicación de algunos casos concretos provoca la percepción de que la situación ha empeorado.
Si realmente esto dijo el titular del Ejecutivo, el Gobierno del Estado estará repitiendo el mismo error del Gobierno Federal consistente en preocuparse más por su imagen que por enfrentar el problema. Apenas ayer un diario nacional, a partir de una solicitud legal de información, exhibió a la Secretaría de Seguridad Pública Federal como mentirosa, que no da a conocer los hechos violentos en las prisiones federales, informando en cambio que todos los sucesos violentos que se registran ocurren en las cárceles a cargo de los gobiernos de los estados.


EL SENTIDO COMÚN, EL GRAN ALIADO
Esto me trae a la mente la ocasión en que el ingeniero Esaú Hernández Herrera acudió en representación del gobernador Miguel Alonso Reyes al informe colectivo rendido por los actuales diputados federales del PRD en el Teatro Ramón López Velarde, en donde al hacer uso de la palabra dijo que en su pueblo decían que “lo que quieres que no se sepa, que no se haga”, expresión coloquial con la que defendió la política de ventilar públicamente las presuntas anomalías detectadas en la administración recién concluida.
Con esta perla de la sabiduría popular el Secretario General de Gobierno se refiere al carácter determinante de los hechos respecto a la percepción que de los mismos se deriva.
En la vida personal es fácil comprobar como la conducta y los actos de una persona son la causa inequívoca de su reputación: el que se apodera de lo ajeno vivirá con la fama de ladrón, el que forja un patrimonio con su legítimo esfuerzo a sus bienes añade el reconocimiento, el que dice verdades y cumple su dicho le acompaña el honor.
A los gobiernos les pasa lo mismo, si adquieren fama de autoritarios, señal de que el hígado le ganó a la inteligencia, si de nepotistas no los bajan, hay familiares con nombres y apellidos de por medio. Por el contrario, si se sale como Lula Da Silva lo hizo, es que hay resultados de por medio.


TÚ A LO TUYO Y YO A LO MíO
Vale la pena detenerse en la experiencia del expresidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, Lula para los cuates.
Él gobernó con la hostilidad de los más poderos medios de comunicación, jamás los molestó. Y jamás se molestó en “ganarlos para su causa”, confío en la inteligencia de los brasileños e hizo su trabajo lo mejor que pudo.
En contraste, en México nuestros gobernantes no desayunan sin antes conocer el resultado de las encuestas, gastan grandes cantidades de dinero público en “consultores expertos en imagen” y mitifican la mercadotecnia al extremo de disolver el sentido común en el ejercicio del gobierno.