Laura Itzel Castillo
Publicado en el Universal gráfico el 09 de diciembre de 2009
En febrero de este año, Calderón envió a la Cámara una iniciativa para reformar la Ley del Infonavit que afecta gravemente a los trabajadores. Bajo la trampa de regresar a los derechohabientes el dinero en su subcuenta de vivienda, pretende que los fondos sean administrados privadamente por una Sociedad de Inversión de Fondos para el Retiro (Siefore).
El jueves pasado asistí a una reunión entre la Comisión de Vivienda, legisladores interesados en el tema, representantes de Hacienda y funcionarios del Infonavit. Tomé lugar junto a uno de los emisarios de Hacienda, quien no se percató en primera instancia de este hecho. El sujeto, en tono retador, palabras más, palabras menos, advirtió al ex diputado priísta, Patricio Flores, que estaba a su otro costado: “Si no aprueban la iniciativa, los 12 mil millones de pesos nos los vamos a fregar…” —se refería a los recursos que se adeudan a un millón 700 mil jubilados—. Al advertir mi presencia, concluyó abruptamente la plática y me preguntó: “¿Es usted Laura Itzel?”, respondí que sí, “me ha hecho leer mucho”, dijo. Se trata de Pedro Ordorica, vicepresidente jurídico de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Poco después, me tocó participar. Argumenté sobre los riesgos de la propuesta calderónica que mezcla indiscriminadamente los recursos de vivienda con los fondos para retiro, cesantía y vejez. Advertí lo grave que sería para el Infonavit que 5% del salario base del trabajador que se conforma con las aportaciones patronales, se redujeran a partir de 2011 paulatinamente hasta llegar al 1% de 2017, en adelante. Al otro lado de la mesa, estaban Jorge Pulido, que es a la vez secretario general y subdirector de Asuntos Jurídicos del Infonavit, y Luis Madrazo Lajous, coordinador de asesores del subsecretario de Hacienda, Alejandro Werner.
Tomó la palabra Madrazo Lajous. Hizo énfasis en que al combinar los recursos de vivienda y de pensiones se lograría devolver a los jubilados la totalidad de sus recursos de vivienda en una sola exhibición y no en 72 mensualidades. Lo interrumpí para señalarle que omitía informar que, de acuerdo a la reforma los trabajadores solamente se les entregarían dos de cada 10 pesos. No tuvo más opción que concluir su exposición. Por su parte, Pulido pareció defender más sus dos cargos en el Infonavit que los intereses de los derechohabientes a los que se supone representa. Después, uno a uno, los diputados del sector obrero pidieron más tiempo para analizar la iniciativa. La alarma se encendió y vinieron los refuerzos.
La noche de este lunes tocó el turno al director del Infonavit, Víctor Manuel Borrás Setién y al propio Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda. Una y otra vez solicité me dieran ejemplos de “carne y hueso” y no sólo números fríos sobre cuánto perderán o ganarán los trabajadores. Sin embargo, no hubo respuesta alguna.
Por su parte el otrora valiente, Pedro Ordorica, se situó en una orilla de la mesa y ya no profirió amenazas. No obstante, la presión del Infonavit y la Secretaría de Hacienda continúa al interior de la Cámara y el cabildeo se incrementa con los grupos parlamentarios para acabar de bancarizar al instituto y descapitalizar a México.