martes, 9 de octubre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

El pasado sábado cumplió años la Gobernadora del estado, y una vez más, tuvo el buen gusto de vivirlo en lo suyo y con los suyos, en contraste con las comelitonas para ostentar poder de algunos de sus funcionarios y cuadros políticos, como se acostumbraba en los cuarenta.
El asunto es que el Ayuntamiento de Guadalupe y la Universidad Politécnica de Zacatecas publican sendas felicitaciones de cumpleaños con escudos oficiales y toda la cosa. ¿Se financiaron con el erario? Y si fue con recursos privados ¿por qué se usan logos oficiales? Son ganas de autogolearse.

¿Y DONDÉ ESTÁ EL PILOTO?

La abrupta cancelación del proyecto de vialidad popularmente conocido como “segundo piso”, se convirtió en asunto abordado según la perspectiva y los intereses de los distintos actores, de manera diversa, a veces encontrada.
El enfoque más o menos compartido consiste en ver en el episodio una evidencia de ineptitud gubernamental, ineptitud manifiesta con el extraño secretismo, que determinó, por cierto, la salida del Lic. Pérez Pinto, por manifestar que desconocía el proyecto cuando siendo el principal responsable de la vialidad se reunió con una fracción del sector privado.
O cuando, a punto de iniciarse la obra, el Dr. Tavizón advierte la ausencia del obligatorio estudio de impacto ambiental.
Se invierte tiempo, dinero y esfuerzo en legitimar un proyecto que es cuestionado por voces ciudadanas y colegios profesionales, en donde se vierten juicios y prejuicios, posturas emocionales y criterios con sustento técnico, voces todas legítimas y atendibles porque son las de los gobernados.
Pero, al final se anuncia la cancelación del proyecto, no porque haya un sentir social que atender, sino porque lo dice ICOMOS, sin que en todo caso nos beneficien con la publicación íntegra de su dictamen.
Como si ICOMOS participara del incomprensible secretismo con que envolvieron desde siempre al mal logrado proyecto.
Ineptitud al arrancar e ineptitud al rectificar. El equipo insiste en autogolearse.
El asunto revela también que uno de los cambios pospuestos por la alternancia realmente existente, es el de la relación del régimen con el sector privado.
Es vieja rutina que los líderes formales de las diversas cámaras y organizaciones sindicales viertan declaraciones a pedido.
Los directivos de los medios saben que hay que facturar, con costo al erario, los pronunciamientos de respaldo a posturas del poder suscritos por las “fuerzas vivas”, en donde convergen representantes obreros y patronales animados por la subcultura del corporativismo.
Tan repetida está la película, que dichas posturas ya no suscitan interés ni para contradecirlas. Son grupos de presión sin capacidad de presión.
Lo que no es vieja rutina es que se queden colgados de la brocha, como les sucedió con el “segundo piso”; ojalá eso constituya el certificado de defunción de una envejecida relación a lo que ya no le basta la respiración artificial.
Es hora de emprender como Estado y como Nación, una modernización que inicie la erradicación del tráfico de influencias que es inherente a la vieja relación iniciativa privada-gobierno.
A la izquierda le corresponde incorporar conceptos como el de fomento a la competencia sin detrimento de su compromiso con la justicia social y la preservación del medio ambiente.
A los empresarios más les vale saber que quienes insisten en convertirlos en especie en extinción son los monopolios, los usureros extranjeros que padecemos, como banqueros y la corrupción en la cima del poder político y económico.
Modernizarse es para las cámaras vivir la democracia interna y asumir la pluralidad como fortaleza.
Crear empleos es crear mercado, incrementar los salarios es crear mercado, pero la empresa busca utilidad o no es empresa.
No es objetivo del empresario crear empleos, ello es consecuencia.
Tampoco para el régimen es objetivo crear empleos, le corresponde facilitar el surgimiento de empleadores.
Su obligación es respetar cualquier iniciativa de inversión pero al mismo tiempo debe ser selectivo en el fomento a la misma. La que crea empleo, la que invierte en activos fijos como garantía de permanencia, la que se prové de insumos de la región, debe tener prioridad.
En resumen, las relaciones entre el régimen y el sector privado reclaman, desde mi punto de vista, un esfuerzo de modernización que nos preserve del desplazamiento del sector privado zacatecano no sólo en lo económico sino también en lo político. Pues los accionistas de Sanborns, de la cervecera, de Peñoles, de Sam,s, Soriana y los que se acumulen, están achicando en más de un sentido, las expectativas de un sector privado al que también le urge la autocrítica. Es otro equipo que insiste en el autogol.

AL ÚLTIMO

A los costarricenses cuando menos les preguntaron. Al concluir esta columna no había resultados del referéndum para ratificar el Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y los gringos, parece que va ganando el “no” porque “ya vimos cómo le fue a México”, dicen allá.