Recreo
J. Luis Medina Lizalde
AL PRINCIPIO
Hace aproximadamente 8 días dejan sus puestos los mandos del Cereso en Cieneguillas, los funcionarios importados -quién sabe de dónde- no se sabe dónde están y versiones procedentes de las esferas policíacas señalan que éstos, más tres custodios, se encuentran arraigados para ser investigados en relación a la circulación de la droga en el centro penitenciario.
Lo oficial es la renuncia, lo extraoficial es el arraigo. Y aunque sabemos en qué no creer, no sabemos en qué sí creer.
( La manifestación de desconfianza a los de casa a la hora de asignar responsabilidades tiene sus bemoles.
SI A USTED NO LE GUSTAN MIS PRINCIPIOS, TENGO OTROS: GROUCHO MARX
La confrontación verbal entre Amalia García y Ricardo Monreal puso de manifiesto la crisis interna de un núcleo político cuyo momento de conformación se ubica en el sexenio anterior. Si usted repasa nombre por nombre de los que asumieron una postura pública, encontrará que los participantes en la discusión de si había o no había “boquete” económico, formaron parte de la administración anterior, y eso incluye al titular del Issstezac que si bien es cierto su trayectoria política es distinta, también colaboró en el último tramo del sexenio monrealista.
Amalia García se ha desenvuelto en la izquierda desde que participa en política, y Ricardo Monreal fue destacado priísta hasta 1998 cuando quemó las naves con su partido de origen y se incorporó al PRD. Ambos proceden de hogares priístas y ambos son, por distintas razones, ajenos a las batallas que la izquierda zacatecana ha dado a lo largo de ya casi cuatro décadas. Batallas que en mucho prepararon el camino para que ambos pudieran acceder al gobierno.
A Ricardo Monreal le tocó ser recibido en el PRD por una izquierda recelosa de su priísmo, demandante de pruebas de que su cambio era de a deveras.
Con estiras y aflojas, incorporó a su equipo a individuos emblemáticos de la izquierda con raíces en la tierra (Cruz Palomino, Manuel Ortega, Raymundo Cárdenas, Javier Enríquez, Luna Ureño, Jorge Hiriart, etc.), al mismo tiempo que preservaba con su círculo cercano el control estratégico.
Sorteó con éxito las diferencias en el modo de pensar y de actuar entre los ideológicamente formados y los educados en el sentido práctico de la política y que, en algunos extremos, se identifican con la divisa de que: “hay que estar con el campeón hasta que pierda”.
A los primeros daba razones, los otros simplemente obedecían (me refiero a lo político, no a lo jerárquico administrativo).
Amalia García llega como legítima portadora de una tradición de izquierda. La izquierda social, cultural y electoral no ve en ella “el priísmo” que tanto alertaba a los forjados en el pensamiento crítico, y eso le permitió abrirle las puertas de su equipo al priísmo, imponer al PRD candidatos priístas y hacer de los legisladores priístas sus aliados, igualito que su antecesor, sólo que con este último no nos sentíamos con derecho a sorprendernos.
Por eso no comparto el asombro ante la ausencia de las tradicionales adhesiones mecánicas de algunos, el tono precavido y mesurado de otros, el buscar pasar desapercibido de los más.
No me asombra, porque es la más refinada manifestación del priísmo y no me refiero al pensamiento articulado o las tesis, ni con ello menosprecio los indudables méritos del PRI en el ejercicio del poder; me refiero al priísmo que tiene como principio la celebrada frase de César Garizurieta, El Tlacoache: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Su silencio es instinto de sobrevivencia.
Tampoco coincido con el reproche a los diputados perredistas que guardaron silencio ante los severos juicios del PT en la más reciente sesión de la Cámara de diputados. Fue el gesto más inteligente y solidario que tenían a su alcance, para ponerle fin a un debate absurdo, desgastante, autodestructivo y contraproducente; en donde el gobierno del estado nada tiene qué ganar.
LA ADULACIÓN ES UNA
MONEDA FALSA QUE
EMPOBRECE AL QUE LA RECIBE:
DUQUESA D’ABRANTES
De quien hay que defender a la gobernadora es de sus defensores, que insisten en proclamarla débil, necesitada de ayuda, “a la que no la dejan”.
El poder no se puede autoretratar como que no puede.
Además, si algo choca contra la cultura de autoafirmación feminista, es la invocación de la condición de mujer, de dama, como argumento frente a lo adverso, porque implica la reiteración del estereotipo de la “mujer débil” que requiere de la protección del “macho fuerte”.
AL ÚLTIMO
Cuando los agentes de tránsito, acompañados de personal de la Contraloría General del Estado, detienen a un automovilista que no ha incurrido en infracción y le arrebatan su vehículo porque tiene adeudos pendientes, se está incurriendo en un inadmisible abuso de poder, al vulnerar la legalidad de la que el gobierno es custodio.
Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com