lunes, 22 de octubre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Hay dos asuntos menores que retratan de cuerpo entero la incapacidad hecha gobierno durante varios sexenios: el conflicto de la excentral camionera, que de ser un asunto entre particulares, se convirtió en dolor de cabeza del régimen sin solución a la vista.
Otro asunto menor se refiere a la incapacidad para lograr que los estacionamientos del centro histórico de nuestra turística ciudad capital no cierren a las diez de la noche y los días festivos.

“NO ES DIGNO DE MANDAR A OTROS HOMBRES AQUEL QUE NO ES MEJOR QUE ELLOS”
Publio Siro

Felipe Calderón es buen pagador de deudas de campaña: el nombramiento del yerno de Elba Esther Gordillo como subsecretario de la SEP, la entrega, mediante una burda maniobra, de Aeroméxico a Banamex y a su tortuoso representante José Luis Barraza y la conducta omisa ante la evidenciada corrupción de su antecesor, son concesiones que van en contra de la legitimación en el ejercicio del poder que tanto requiere quien tiene cuestionada la legitimidad de origen.
Felipe Calderón lo sabe, porque él, a diferencia de su antecesor, es un hombre ilustrado en el derecho y en la doctrina política de su partido, crecido bajo el influjo intelectual y moral de Manuel González Morín, (quien se separa del PAN una vez que juzgó que el partido que fundó se apartó de los principios originales) y de su padre, el respetado Luis Calderón Vega que en los años ochenta, siendo diputado federal, renunció al PAN y publicó una carta en la que acusa al partido del que también es fundador, de volverse el partido de una sola clase: la empresarial.
Los pragmáticos dicen que si Calderón no pacta con Elba Esther Gordillo, ni con los dueños del dinero, ni recibe el apoyo decidido de su antecesor, no llega, y que por eso no llegó Andrés Manuel López Obrador y visto así, suena lógico, pero a los mexicanos nos resulta sumamente perjudicial que el que asciende al poder llegue con las manos atadas para gobernar para todos, como lo vemos actualmente y como lo hemos visto en el pasado.
La perpetuación del régimen de privilegios es el saldo de una alternancia fallida, porque no ha erradicado la corrupción, como se pensaba que sucedería al redistribuir el poder entre formaciones políticas de distinto signo ideológico. Esto es advertible en los gobiernos de las Entidades federativas y en los Municipios del País en donde los diversos partidos exhiben el mismo patrón de comportamiento.

NO TENER LOS MISMOS INTERESES NO ES LO QUE SEPARA A LAS PERSONAS, LO QUE SEPARA SIN REMEDIO ES NO TENER LOS MISMOS VALORES SAN AGUSTÍN

La corrupción es una escalera que se barre de arriba a abajo, y para ello es necesario que las escobas estén en manos limpias para que sean manos fuertes y para eso es menester acceder al cargo público sin el patrocinio de quienes luego pedirán la inclusión de sus parientes en los cargos, contratos de obra pública o de adquisiciones, o la dispensa de impuestos o la entrega de bienes públicos.
Lo grato del panorama es que cada vez son más los ciudadanos que advierten a la corrupción como el principal problema de este País, y como farsa las campañas contra la corrupción enderezadas contra lo más delgado de la hebra.
Estos ciudadanos cuentan crecientemente con un periodismo que se aleja de la despreciable tradición de “sacar los trapitos al sol a toro pasado”, aunque todavía muchos de los medios de comunicación que fueron cómplices de los excesos del foxismo, ahora divulgan con escándalo lo que la prensa independiente ya había publicado con anterioridad.
Y callan en estos momentos los excesos del calderonismo y sus réplicas en los distintos niveles de gobierno para que una vez que transcurra el sexenio descubran una vez más el agua tibia; sólo que se encontrarán con un ciudadano más alerta y mejor informado y por lo tanto menos manipulable.
El tema del jeep rojo y la Hummer al servicio de Fox, nos reveló que la colusión entre los altos mandos de las instituciones públicas y los poderosos intereses privados es más grave de lo que se advertía antes de saber que el Estado Mayor Presidencial tenía en comodato ciento treinta y ocho vehículos cedidos en comodato por la General Motors.
Como que somos rehenes de los amantes de lo ajeno.

AL ÚLTIMO

Me entero por la columna dominical de mi buen amigo Francisco Reynoso que el representante de ICOMOS, el arquitecto Javier García Villalobos, ha sido contratado desde hace años en obras de restauración del centro histórico. ¿Repicó las campanas y anduvo en la procesión sin que nos diéramos cuenta?
¡Estos tiempos de la transparencia!

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com