lunes, 5 de noviembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Acertadísima la decisión de reconocer en el maestro historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez la grandeza universitaria.
Digna manera de enfatizar los 175 años de la ahora Universidad Autónoma de Zacatecas.
También le debemos tributo a la memoria de: Abraham Torres Viramontes, Magdaleno Varela Luján, Lázaro Rivera Hernández, Roberto Almanza Félix. Protagonistas todos -y con posturas diferenciadas- de un difícil alumbramiento.

IDÉNTICOS DELITOS TIENEN DIVERSAS CONSECUENCIAS:
A UNOS LOS HACEN REYES Y A OTROS LOS
LLEVAN A LA HORCA METASTASIO (1698-1782)

El drama de la justicia: Gabriel Heredia Jiménez recibe en sentencia de primera instancia 20 años en prisión. Dejó paralítica del cuello para abajo a Siri Alatorre, madre de sus hijos y golpeó y apuñaló al padre de ésta. El delito: en perjuicio de ambos: homicidio en grado de tentativa. El Tribunal Superior de Justicia revocó la sentencia alegando que el Ministerio Público no invocó el artículo 297 del Código Penal.
Hay quienes reducen la discusión al deslinde de responsabilidades entre el Ministerio Público por no fundar debidamente la acusación, y el juez de primera instancia por no dar vista al procurador. Otros dirán que el Tribunal Superior de Justicia debió reponer el procedimiento.
No hay indicios de corrupción en el caso, el individuo confesó su responsabilidad y la defensa corría a cargo de la defensoría de oficio que obtuvo paradójicamente una impensada y amarga victoria.
Pero el asunto es más trágico porque el fracaso de la justicia es más frecuente, por desgracia, de lo que esperaríamos en un País que se precia de vivir en un Estado de derecho.
En el tema de la justicia colapsada no hay partido gobernante que se salve. Y para no hablar de la Paca y la Finca del Encanto, ni del caso de Paco Stanley, preguntémonos en dónde está la justicia en el asesinato de la señora Lucía Nahle, puesto que el que fue procesado fue exonerado ¿entonces quién fue?
O el de la funcionaria de Seguridad Pública y Vialidad Alejandrina González cuyo salvaje homicidio sigue sin castigo toda vez que quien fue procesado por dicho delito ha sido puesto en libertad, ¿entonces quién fue?
O el de la jovencita por cuyo asesinato se encarceló a su propio padre, el investigador universitario Gilberto Contreras y quien también fue liberado por la Suprema Corte, ¿entonces quién fue?
O el de la señora Minerva Lamas, salvajemente asesinada en su hogar de Luis Moya, Zacatecas (nadie sabe, nadie supo).
O el homicidio cruel del profesor universitario jubilado Esteban Zapata Belmonte (nadie sabe, nadie supo).
¿Y el de Xóchitl y su señor padre, jerezanos ambos?
¿Y el pánico de Graciela ante las intermitentes y brutales agresiones de un exmarido reiterada e inútilmente denunciado durante más de 15 años?
¿Y los “levantados” de Jerez? ¿Y Cenobio Puente?
¿Y los extorsionados que uno conoce de carne y hueso?
¿Y los inocentes en prisión? ¿Y los culpables en la calle?
La seguridad y la justicia son temas en donde el discurso oficial es patológicamente mentiroso. Se nos dice que está bien lo que sabemos que está mal, como si la experiencia con la inseguridad o con la justicia se socializara solo vía discurso oficial reproducido acríticamente en los medios de comunicación.
El fracaso de los que así piensan es doble. Fracasan en brindar seguridad e impartir justicia y fracasan en la construcción de la percepción de que son eficaces en su cometido. El rollo nada más incrementa el agravio.

EL PENSAMIENTO ES LIBRE DE IMPUESTOS
MARTÍN LUTERO (1483-1546)

En mi opinión, en nuestro País (porque la realidad que describimos abarca toda la república) se requiere cirugía mayor en el tema de la justicia, lo que implica repensar las instituciones de la procuración, impartición de justicia, y las de ejecución de las penas.
Y es cuando uno desearía que en los partidos políticos se ocuparan de construir las vías de superación de esta insufrible realidad que es la justicia mexicana.
Repensar las instituciones debería ser la tarea más importante de los partidos, sólo que, como es visible en el caso de Gabriel y Siri, es muy cómodo quedarse sólo en la búsqueda de las culpas y no esforzarse en buscar las causas.

AL ÚLTIMO

La combinación entre corrupción, negligencia y furia de la naturaleza hacen estragos en el sur.
Es el momento en que iglesias, medios de comunicación, partidos políticos, instituciones gubernamentales, etc., den cauce concreto a la inmensa generosidad de los mexicanos que ya se vuelcan en solidaria respuesta a los hermanos tabasqueños y chiapanecos.