lunes, 12 de noviembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo
J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO
Para los perredistas zacatecanos hay una lección qué aprender del proceso electoral michoacano: la inclusión une, la unidad fortalece, la fortaleza produce victorias.
El triunfo de Leonel Godoy es oxígeno puro para la izquierda mexicana en este año de tanto descalabro.

“NO HE COMETIDO UN CRIMEN, LO QUE HE HECHO ES NO
CUMPLIR CON LA LEY”
(David Dinkins,
alcalde de NY, al
responder a acusaciones
de no pagar sus impuestos)

Ahora le corresponde al Poder Legislativo dilucidar su propio “boquete”.
El déficit presupuestal correspondiente al año que corre, es oficialmente de 10 millones 200 mil pesos y la naturaleza ética y legal del mismo es en estos momentos, motivo de fricción; sobre todo entre diputados de la Legislatura anterior y miembros de la actual.
Fueron los integrantes de la pasada Legislatura los que al filtrar al diario IMAGEN, el faltante de 10 millones de pesos, originaron, sin proponérselo, la incómoda situación en que ahora se encuentran, pues sus compañeros directamente aludidos, replicaron negando la veracidad de lo señalado, atribuyendo a las fuentes que permanecieron reservadas, la pretensión de un bono de retiro de 500 mil pesos.
Al buscar ser convincentes, interpusieron una denuncia contra “quien resulte responsable”.
Con lo que no contaban, es que Alfredo Valadez, autor del trabajo periodístico en cuestión, haciendo uso de la Ley de Acceso a la Información vigente en el Estado, solicita un detallado reporte de los egresos que no pudieron eludir, entre otras razones, porque los diputados omitieron clasificar la información que debe considerarse reservada según los criterios de dicha ley.
Al sumergirse en las cuentas, ha salido a flote el sobregiro en los gastos en una magnitud tal, que la Legislatura saliente dejó presupuestada la cantidad de 102 mil pesos de ingresos por cada diputado, en contraste con los 145 mil que percibían en total cada uno de los salientes.
Circunstancia que disgustó sobre manera a más de uno, y que estimuló los impulsos fiscalizadores pues los actuales diputados recuperaron el nivel de ingresos de sus predecesores, mediante un adelanto en el suministro presupuestal.
Las medidas correctivas han consistido en la liquidación de decenas de personas y al parecer existe el ánimo de poner orden en casa. Por lo pronto el dictamen respectivo en torno al dichoso sobreejercicio abordado por el pleno el pasado jueves, adolece de fallas que lo hacen jurídicamente vulnerable, según lo externado por algunos diputados, lo que pone en duda la voluntad de concluir el asunto hasta las últimas consecuencias.
Sería deseable una revisión que incluyera varios periodos legislativos que sirviera de base para la racionalidad administrativa orientada hacia la transparencia radical en congruencia con su condición de vigilantes de la administración pública, y por ende, demandantes permanentes de transparencia en el quehacer de los otros poderes.
Inadmisible continuar con la política de “hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
Pero aunque así lo hicieran quedaría pendiente el frente externo.

“SI HACES LO QUE SIEMPRE HAS
HECHO NUNCA
LLEGARÁS MÁS ALLÁ DE DONDE SIEMPRE HAS LLEGADO”
Conclusión de un debate en El Gallito
(Allá por los años setenta)

Como es del dominio público, integrantes de la pasada Legislatura señalaron en diversas ocasiones, e inclusive una vez frente al pleno, la compra de voluntades mediante sobornos a la hora de decisiones importantes como son la aprobación del presupuesto las cuentas públicas o nombramientos específicos.
Lamentablemente y desde hace muchos años, todo queda en señalamientos ni fehacientemente corroborados ni fehacientemente refutados.
Lo peor de todo es que de manera extraoficial se acepta la existencia de tales prácticas; lo mismo de parte de diputados como de integrantes de la administración pública. Con una diferencia: siempre es superior el monto del soborno según la versión de quienes lo dan; respecto a la cifra que admiten quienes lo reciben, lo que sugiere flujos importantes de dinero público que se guardan en el bolsillo anónimos beneficiarios de la discrecionalidad.
Para que no paguen justos por pecadores, la transparencia total es el remedio, pero ello sólo es posible en el frente interno, porque en los archivos de la legislatura están las constancias documentales.
Pero en el frente externo, el que tiene que ver con el tradicional “maiceo” desde el Ejecutivo. Practicado desde hace mucho y en todas partes -con las saludables excepciones de siempre- una investigación daría frutos sólo si los investigados renunciaran voluntariamente al secreto bancario, sería un magnífico precedente, digno de aplauso general.
Por lo pronto, el tema da cuenta de uno más de los cambios pospuestos.

AL ÚLTIMO
Muchos delitos del fuero común en el territorio zacatecano especialmente los de robos y lesiones, son cometidos por adictos a las drogas y como que no hay consciencia de ello ni en las autoridades ni en la sociedad.