Sindicalizado, sólo uno de cada 10 trabajadores, y cada vez serán menos: experto
Las principales centrales obreras corporativas han sufrido una desbandada de agremiados de tal magnitud, que el Congreso del Trabajo (CT), que al final de los años 90 tenía unos 2 millones de sindicalizados, ahora tiene 950 mil, es decir, menos de la mitad, y el número sigue cayendo.
Así, uno de cada dos agremiados ha abandonado esa central, máxima representación de las organizaciones corporativas del sector.
Informes de la dirección general de registro de asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) revelan que en 2000 el CT tenía todavía un millón 250 mil afiliados, pero su padrón se redujo casi 30 por ciento durante el sexenio foxista.
A su vez, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que también en 2000 tenía un millón 101 mil agremiados, vio reducir este número en más de 100 mil hacia finales del gobierno pasado.
En el mismo lapso abandonaron la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) más de 142 mil sindicalizados; es decir, casi 20 por ciento del padrón que tenía al inicio de los gobiernos panistas.
Pero el caso más dramático es de la Confederación Regional Obrera Mexicana, cuyo padrón se ha reducido más de la mitad, pues pasó de 176 mil a 81 mil en el mismo periodo.
Y ya de plano en organizaciones como la COR, la CGT y la CRT el número de inscritos casi es “simbólico”, pues tienen 15 mil en todo el país, y el número de sindicatos afiliados pasó de 127 a 89.
Campaña de afiliación
Ante ello, la CROC emprendió una “campaña de afiliación”, en la que da “facilidades de pago” de las cuotas sindicales. El propio líder de esa agrupación, Isaías González Cuevas, admitió en el más reciente foro que organizó la confederación: “tenemos problemas de sindicación”.
Destacó que el número de agremiados cayó, por lo cual se acordó en la CROC comenzar un proceso de “sindicalización masiva, urgente”, en el que los líderes van a “recorrer pequeñas y medianas empresas y tratar de afiliar a todos los trabajadores; si no tienen recursos, se les darán facilidades” para el pago de cuotas.
Se trata de una “campaña intensa” a escala nacional, la cual ya empezó. Se visita todas las empresas del sector servicios, informó.
“La intención es llevar a cabo una afiliación masiva; necesitamos probar la fuerza de las organizaciones sindicales y de las representaciones de los trabajadores”, expresó Cuevas Morales.
En tanto, el analista y catedrático Javier Aguilar García, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en un trabajo sobre “la representatividad en el sindicalismo mexicano” señala que sin duda la CTM y el CT, que se identifican con el sindicalismo oficial, “son estructuras que aún representan a una buena porción de los trabajadores mexicanos. Sin embargo, hay una clara evidencia de que estas asociaciones son cada vez más débiles.
“De la CTM han salido federaciones y sindicatos, y por su lado el CT ha sufrido dos escisiones fuertes, una en 1997 y otra en 2006; por tanto, su representatividad ha disminuido de manera drástica.”
De hecho, abunda, el conjunto de centrales muestra debilidad en su poder de representación desde 1983 y tiene el enorme reto de de ampliar la afiliación de los trabajadores en un contexto muy difícil, determinado por las tendencias económicas mundiales que apuntan justamente a desdibujar cada vez más las fuerzas del sindicalismo nacional e internacional.
Aguilar García señala que cuando Acción Nacional empezó a gobernar el país, en 2000, el total de mexicanos era de poco más de 97 millones 483 mil, mientras la población económicamente activa que tenía trabajo era de 39 millones 300 mil, y había 4 millones 700 mil sindicalizados en los apartados A y B.
Sin embargo en 2005, de 104 millones 966 mil mexicanos, la población ocupada era de 41 millones 320 mil, y los sindicalizados 4 millones 350 mil; es decir, 350 mil menos.
Apunta que sólo uno de cada 10 mexicanos que tienen un trabajo está sindicalizado, tendencia que empeorará en los próximos años.
Asevera que durante décadas la CTM fue la central sindical que mantuvo el liderazgo en la representatividad de los trabajadores organizados.
No obstante, en “los últimos años esa organización ha visto caer sus niveles de sindicalización, al igual que otras agrupaciones obreras, proceso que se ha hecho más claro a partir de la política neoliberal, ante la cual el sindicalismo corporativo no ha tenido una acción efectiva para la defensa de los trabajadores mexicanos. Ésta es la razón por la que muchos obreros no han visto la necesidad de seguir afiliados a esta central”.
El especialista indicó que “desde 2000 los líderes de la CTM adaptaron su política general a las necesidades y proyectos económicos y políticos del gobierno de Vicente Fox. Por los efectos sociales negativos de estos proyectos, añadió, es posible indicar que dicha confederación se ha quedado deslegitimada ante la mayor parte de la sociedad mexicana” y no tiene la fuerza de hace décadas.