miércoles, 16 de enero de 2008

Opinión de Jose Luis Calva en el Universal

TLCAN: cuentas alegres
José Luis Calva
16 de enero de 2008


El argumento estelar para demostrar los enormes beneficios del TLCAN —en atención a los cuales habría que abstenerse de renegociar su capítulo agropecuario— consiste en el superávit comercial de México con Estados Unidos, superior a 70 mil millones de dólares según las autoridades de Economía (El Financiero, 11/I/08). En realidad, la cifra se queda corta: de acuerdo con el INEGI, dicho superávit ascendió a 81 mil 488.4 millones de dólares en 2006 (última cifra anual disponible) y, sin duda, fue mayor en 2007.


Sin embargo, este superávit no es en realidad atribuible al TLCAN. De hecho, se explica con creces por dos rubros: en primer lugar, por el balance comercial de la industria maquiladora, cuyo crecimiento no depende de la liberalización enmarcada en el TLCAN, puesto que desde el establecimiento del régimen de maquila en 1966 esta industria puede introducir a México libremente —sin pagar ningún arancel— su maquinaria y bienes intermedios, así como enviar al exterior libres de arancel sus productos finales. En segundo lugar, se explica por las exportaciones de petróleo crudo, cuyas compras por EU tampoco dependen del TLCAN.


De acuerdo el INEGI, el balance de la industria maquiladora entre México y EU arrojó un superávit favorable a nuestro país por 62 mil 658.6 millones de dólares (mdd) en 2006 (último año con cifras disponibles); y las exportaciones de crudo de México a EU ascendieron a 28 mil 026.5 mdd. Suma sumarum: 90 mil 685.1 mdd. Ergo, descontando las áreas del comercio que nada tienen que ver con TLCAN, México no tiene superávit, sino déficit con EU de 9 mil 196.7 mdd en 2006.


El segundo argumento relevante para demostrar los enormes beneficios del TLCAN consiste en el crecimiento acelerado de las exportaciones no petroleras de México, que han crecido a una tasa media de 9.9% anual en términos reales durante el periodo de operación del TLCAN. Sin embargo, hay que recordar que durante el periodo 1983-1993 —cuando comenzó a aplicarse en México la estrategia económica neoliberal, pero sin TLCAN— las exportaciones no petroleras de México crecieron a una tasa media de 13.2% anual en términos reales. Ergo, el TLCAN no ha traído consigo mayor dinamismo exportador.


Finalmente, para ponderar la verdadera relevancia del TLCAN en el comercio con EU, permítasenos una comparación internacional. Durante el periodo 1994-2006 —según cifras del US Census Bureau—, China incrementó sus exportaciones a EU a una tasa media de 15.5% anual en términos reales, sin tener TLC con ese país; mientras que México solo incrementó sus exportaciones globales (incluyendo petróleo y maquilas) a EU a una tasa media de 10.2% anual.


De hecho, el crecimiento de las exportaciones de China ha sido tan espectacular, que en 2007 desplazó a Canadá como principal socio comercial de EU. Además, con una estrategia económica hereje al Consenso de Washington —ergo, sin padecer “trataditis de libre comercio”— China ha conseguido un crecimiento económico realmente asombroso: durante 1994-2007, su PIB real creció a una tasa media de 9.8% anual, mientras que el de México apenas creció a una tasa media de 2.97% anual.


Conviene, por tanto, dejar de hacer cuentas alegres del TLCAN, y pasar a una evaluación realista, ergo, ecuánime de beneficios y costos. Sólo así pueden entenderse bien alcances y posibles caminos de mejora —que los hay realmente viables, y variados— del TLCAN.


Correlativamente, conviene cobrar conciencia de que la opción certera de un crecimiento económico acelerado y sostenido para México no debe depositarse en el TLCAN: depende de nosotros, de nuestra inteligencia e iniciativa como nación. En consecuencia, si en el cuarto de siglo de experimentación neoliberal (1983-2007) el desempeño ha sido pésimo —el PIB per cápita real creció a una tasa media de 0.8% anual en México, contra 8.9% anual en China—, debemos poner punto final al experimento neoliberal y pasar a una nueva estrategia endógena de desarrollo económico e inserción eficiente en la globalización.


Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM