lunes, 14 de enero de 2008

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde


AL PRINCIPIO

En el primer semestre del año habrá elecciones en la Unión Ganadera Regional, el PRD y la UAZ.
En lo que ha sido la constante del sexenio, brotan por doquier los señalamientos e intromisión indebida de operadores políticos del gobierno.
Sólo hay un dato nuevo: los directivos de la UAZ, de la Unión Ganadera Regional y del PRD no aparecen haciendo causa común con los dichosos operadores
políticos.
Queda una lección de reminiscencias bíblicas; quien a priísmo mata, a priísmo muere.

SÓLO HAY ALGO PEOR QUE LA POLÍTICA DE QUE “DESPUÉS DE
AHOGADO EL NIÑO SE TAPE EL POZO”: LA POLÍTICA DE QUE
AUNQUE SE AHOGUE EL NIÑO, NO SE TAPE EL POZO

El anuncio de una Subsecretaría de Seguridad Pública sin la correspondiente secretaría del ramo sino como parte de la Secretaría General de Gobierno y la designación del comandante Alejandro Rojas Chalico como subsecretario aparecen como la respuesta del gobierno del Estado a la crisis de seguridad pública que se presentó en la Entidad.
El anuncio, en la medida en que no es acompañado del decreto correspondiente, no permite valorar la iniciativa, y como pasan los días y lo único que trasciende es el acomodo de Rojas Chalico en la sede del Consejo Estatal de Seguridad Pública, queda la impresión de que el anuncio es sólo para no dar la impresión de que no se hace nada.
Dentro de todas las expresiones oficiales respecto al tema de seguridad pública hay una que sobresale por lo certero: la seguridad pública es asunto de todos, no sólo del gobierno.
Si así lo asumimos, es difícil justificar el bajo relieve del asunto para participantes profesionales en la vida pública, colectivos, o individuales, hablamos de partidos políticos, fracciones parlamentarias, legisladores locales y federales, medios de comunicación, gremios, etcétera. Las opiniones vertidas -con algunas excepciones- quedan en los lugares comunes, algunas inclusive rayando en la más pueril
demagogia.
Claro, el tema es caliente, en Zacatecas hay focos rojos desde antes de la masacre de policías en Jerez.
Antes y después de esos hechos, la población resiente el descaro con que operan secuestradores y extorsionadores en el norte frijolero, Loreto, Ojocaliente, Jerez, Fresnillo y los cañones. Minimizar el asunto sólo empeora las cosas.

“LA RESIGNACIÓN ES UN SUICIDIO PERMANENTE” Manu Chao

Para la sociedad es peligroso ocuparse del tema, pero es más peligroso no hacerlo.
Es el momento de ser, como solía decir el general Cárdenas, “prudentes y decididos a la vez”, porque el prudente sin decisión es un cero a la izquierda y el decidido sin prudencia es un chivo en cristalería.
Enfrentar a la delincuencia común y a la delincuencia organizada mediante un enfoque policial es confundir los síntomas con la enfermedad. La política económica neoliberal produce narcos en gran escala. La desesperación social provee de cuadros a los cárteles.
Al mismo tiempo que asumimos la tarea de erradicar las causas económicas de la delincuencia desbordada, es menester examinar el funcionamiento de las instancias diseñadas para darnos seguridad.
A los zacatecanos debería ampararnos, como al resto de los mexicanos, el Sistema Nacional de Seguridad Pública, diseñado para coordinar los tres niveles de gobierno en todo lo que tiene que ver con el tema.

“DIOS ME PERDONARÁ: ES SU OFICIO.” Heinrich Heine

Pero el dichoso sistema se le entregó en pago político a Elba Esther Gordillo en la persona de Roberto Campa Cifrián, por los servicios prestados en la campaña del 2006. De seguridad pública nunca se había ocupado.
Los cuerpos policiacos del Estado de Zacatecas están bajo el mando de jefes sin experiencia previa y todos son de notoria falta de idoneidad. Los policías municipales estrenan jefe cada 3 años y la mayoría de las veces carentes de la mínima noción.
Detrás de semejantes desatinos en los tres niveles de gobierno, está la cultura que hace que quienes gobiernan dispongan de los cargos públicos como si fueran su patrimonio privado. Asignando responsabilidades en función de criterios ajenos a los requerimientos del cargo.
Pero en el caso que nos ocupa es jugar con fuego.

AL ÚLTIMO

La Comisión Estatal de Derechos Humanos ha perdido la importancia que conquistó en la década de los 90, sus problemas laborales y su obvia partidización nos quitaron una instancia que había acreditado su
utilidad.
Ahora que los exbraceros se plantaron en la presidencia municipal de Zacatecas en solidaridad con Efraín Arteaga salieron a la luz pública denuncias ciudadanas de abusos policiacos y a la comisión se le percibe ausente, ensimismada.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com