lunes, 28 de enero de 2008

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

“NOSOTROS LOS DE ENTONCES, YA NO SOMOS LOS MISMOS”
Pablo Neruda

A una semana de tomado el campus universitario Siglo XXI, puedo entender que la demanda de lugares para estudiar Medicina Humana rebase las posibilidades de la institución.
Puedo entender que algunos acudan a reclamar un sitio sin la solidez académica necesaria.
Puedo entender que los estudiantes ya inscritos expresen su malestar por la interrupción de actividades, indiferentes a la situación de los jóvenes
rechazados.
Pero lo que no puedo entender es como ahora, más de 31 años después, individuos que lucharon en contra de la exclusión social, ahora descalifiquen a los padres de familia que luchan porque sus hijos tengan una oportunidad.
Rechazados hay en las diversas carreras y en los diversos niveles educativos, el mercado de trabajo tampoco los recibe en estos momentos, como tampoco los recibe una vez con el título en la mano.
La migración se agota como válvula de escape, el comercio informal está saturado, el empleo remunerado que prometió el Tratado de Libre Comercio fue un cuento chino, pues tan sólo en el último sexenio cerraron 11 mil empresas industriales.
Si el “modelito” económico era injusto hace 31 años, ahorita dice “quítate que ahí voy”.
Sin oportunidad para estudiar y sin oportunidad para trabajar para miles y miles ¿quién en sus cabales espera calma?

EL ABUSO DE PODER, Y EL ABUSO DEL ALCOHOL, PRODUCEN EL MISMO EFECTO: DESTRUYEN EL
ORGANISMO

Conclusión de un
debate en “El retiro”

La primera mujer que el voto popular puso a gobernarnos resultó con todas las características atribuidas a los machos; impositiva, intolerante ante la crítica, infra-dotada para la administración y sin ningún compromiso con la historia: al no entender que el protagonizar la primera victoria significativa sobre el machismo reinante la colocó ante la obligación de acreditar con su desempeño, lo injusto de la secular discriminación de la mujer en el sistema político.
Se llamó Belén Márquez y fue electa presidenta del ayuntamiento de la capital del Estado para el periodo 1947-1950 en tiempos de Leobardo Reynoso, 6 años antes que la constitución otorgara el voto a la mujer.
Pero Belén “salió malita” para gobernar, y el colmo fue cuando sus testaferros, (algunos dicen que por iniciativa de sus hermanos), pretendieron ahorcar al periodista J. Guadalupe Luna, padre de nuestro amigo del mismo nombre.
Fue relevada en medio de una crisis de “santo y señor mío”.

“LAS MUJERES QUE BUSCAN SER IGUALES
A LOS HOMBRES CARECEN DE AMBICIÓN”
Timothy Leary

Con este precedente resalta el enorme mérito de mujeres como Aurora Navia Millán, primera diputada local y destacada participante de la vida pública desde sus arranques durante la década de los cincuenta del siglo pasado hasta el fin de sus días.
A partir de entonces, y en distintos momentos de la historia local, se han sucedido trayectorias políticas femeninas, algunas permanentes, otras breves, algunas admirables, otras no tanto, algunas vigentes y otras que ya son historia.
Ya tuvimos Secretaría General de Gobierno con aroma de mujer, lo mismo titulares femeninas de Educación y Cultura, Finanzas, oficiales mayores de gobierno, jefas de la Policía Ministerial, contraloras, titulares de Derechos Humanos, diputadas locales y federales, senadoras, presidentas municipales, regidoras, directoras de Tránsito y para no hacerle el cuento largo, una gobernadora.
Las aulas ya son mayoritariamente mixtas, y las mujeres acuden en número superior. Las mujeres ya acceden al mercado del trabajo y en ello cimentan su reclamo de equidad.
Ya brindamos con ingratas por los ingratos ausentes en las Quince Letras sin que a nadie le dé el infarto.
Ya son más ellas que ellos en el padrón electoral, por lo que no hay demagogia contemporánea que no incluya la equidad de género aunque sea del yunque.
Pero para llegar a donde estamos, hay historias de vida hermosas por el esfuerzo y por los logros.
Desde abajo, con tesón, primero terminar la carrera de derecho, cuando a las mujeres se les destinaba a las carreras cortas “porque al cabo se iban a casar”.
Luego el ejercicio profesional en el reino del machismo, después la docencia ante generaciones rebeldes.
Luego la política partidista, la administración pública, la carrera judicial.
Forjando hijos en la soledad de la responsabilidad mitad dolor y mitad gozo que es tan propio de la madre mexicana.
Sin reclamar privilegio alguno amparada en su condición de mujer, sin concesiones, Irene Ramos Dávila culmina su loable trayectoria profesional el jueves próximo.
Se retira de la vida pública pero no de la vida, dice adiós la magistrada, la política, la maestra universitaria, pero no dice adiós la amiga, venturosamente para los que aquí hemos vivido con ese privilegio: el de su amistad.

AL ÚLTIMO

¿QUÉ LES CUESTA?

La semana pasada permitió advertir que cuando el gobierno hace la tarea los casos salen bien.
La marcha de productores del campo en contra del TLC proveniente de Chihuahua y rumbo a la ciudad de México, aunada a la protesta local de los barzonistas y el aniversario del frente popular pudieron desquiciar la vida citadina y no lo hicieron habiendo dos derechos en conflicto. La autoridad arbitra, concilia, conduce.
Todo es cuestión de no confundir gobernar con controlar.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.co