jueves, 30 de abril de 2009

RECREO

Por J. Luis Medina Lizalde

Publicado el 30 de abril de 2009 en el periódico IMAGEN

AL PRINCIPIO.

INFLUENCIA PORCINA EN LAS ELECCIONES

Concluidos los registros de candidatos se puede apreciar que el nepotismo reina en los partidos.

El ilegítimo involucramiento de los gobernantes en la determinación de candidaturas ya ni siquiera se disimula, y ante los señalamientos críticos se reacciona diciendo: “siempre ha sido así”, frase que parece extraída de las memorias de Gonzalo N. Santos, que equivale a considerar que la separación partido-gobierno no es más que un truco verbal de quienes se ostentan demócratas.

Entre la gran variedad de prácticas corruptas, sobresale la imposición como candidatos a puestos de elección popular de esposas y esposos, hermanos y hermanas, hijas e hijos, cuñadas y cuñados, primas y primos, sobrinas y sobrinos, y cuando no se ajusta de parientes, “esbirras” y esbirros.

Todo indica que en el 2009 el dinero público decidirá quién gana y quién pierde, en otras palabras, la reforma electoral del 2007 no pudo con los poderosos intereses creados debido a que eludió basarse en el consenso social.

IGUAL QUE EN EL SISMO DE 1985, LA SOCIEDAD SE SOBREPONDRÁ A LA INCOMPETENCIA DE SUS GOBERNANTES


La influenza porcina reconocida apenas el pasado jueves 23 del presente constituye una crisis que se suma a otras crisis igualmente graves, como son la alimentaria, la política, la económica y la de seguridad, y aunque aún es temprano para anticipar sus efectos en la situación general, sí podemos registrar estos días como históricos, de esos que se instalan como la frontera entre un antes y un después.

Lejos estamos de la vulnerabilidad en que la humanidad se encontraba cuando la influenza española costó la vida de más de 40 millones de personas allá por 1918. Tampoco estamos cerca de las condiciones que se combinaron con otra pandemia en 1957 para terminar con la vida de 2 millones de seres humanos. 

Afortunadamente, es improbable que nos acerquemos al millón de muertos ocasionado por la gripe de Hong Kong en 1968.

La fortaleza de la humanidad es fruto de la ciencia. Gracias a ello, podemos asumir con serenidad que la influenza porcina se puede prevenir y se puede curar.

Como país tenemos debilidades, algunas de ellas fruto de decisiones equivocadas tomadas en las postrimerías del presidencialismo priísta, que desmantelaron la capacidad instalada en laboratorios para identificar el virus, por lo que dependemos de los laboratorios gringos y canadienses, y que anularon a Birmex, la empresa pública que en el pasado producía las vacunas que ahora compramos al extranjero.

También tenemos debilidades fruto de la incompetencia del gobierno, como la que se tradujo en reacción tardía ante la emergencia que no sólo reprocha la comunidad científica mexicana, sino países como Brasil y Francia.

Tan inepto se considera a nuestro gobierno en el mundo, que Cuba y Argentina suspenden vuelos a y desde México y la Unión Europea, al igual que Estados Unidos y Canadá exhortan a sus respectivos ciudadanos a no viajar a nuestro país, todo esto como si sólo México tuviera infectados, y no otros 23 países y a pesar de que los gringos han detectado el doble de casos que México.

El gobierno federal no ha sido capaz de ordenar a la industria farmacéutica que surta sólo con receta médica para evitar la auto medicación y se concreta a exhortar a la población. Tampoco se le ocurre valerse de una cadena nacional diaria para comunicar lo conducente a la población, prefiere sus caóticas ruedas de prensa.

Los gobiernos de los estados andan por las mismas. 

Ayer dejó el hospital Manuel Camacho Solís después de haber permanecido en terapia intensiva víctima de influenza. Como se trata de un personaje ampliamente conocido, los mexicanos estaremos en posibilidad de saber si hay seguimiento epidemiológico en el entorno del enfermo o si nada más simulan, porque la identidad de otros infectados probables o confirmados se guarda como secreto de Estado.


AL ÚLTIMO
BAJEN EL PIANO, SUBAN EL PIANO

Aun recuerdo el piso de madera de la catedral de Zacatecas y tengo presente el disgusto de muchos cuando se le reemplazó con el mármol que luce desde finales de los años 60.

Recuerdo también las poses y discursos, muy semejantes a los que en estos momentos se utilizan para anunciarnos que se va a levantar el actual piso para colocar uno de madera, igualito al que estaba antes.

Nada garantiza que el piso que habrá de colocarse dure mucho, pues en gustos se rompen géneros sin equidad alguna.

Nos encontramos el lunes en el recreo

luismedinalizalde@gmail.com