lunes, 8 de febrero de 2010

RECREO: Los batos que no debaten


Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

LOS BATOS QUE NO DEBATEN

Los mineros de Sombrerete ya cumplieron dos años en huelga y los efectos de la situación se traducen en deterioro de la economía regional, el conflicto intraejidal de Tacoaleche no encuentra cauces ni árbitros que desactiven la atmosfera de división social. La trasnacional canadiense que extrae el oro de Mazapil padece un bloqueo en sus instalaciones ocasionado por las desavenencias con transportistas y ejidatarios.

Los ex braceros continúan su ejemplar y digna lucha porque se les devuelva lo que les fue robado. Los profesores afectados por la regresiva reforma a la ley del ISSSTE continúan en su empeño, y los pensionados del IMSS reciben su primer pago del año acompañado del cobro del ISR por primera vez en la historia. El implacable retiro de subsidios a los combustibles continua afectando al campesinado y las clases medias, año tras año crece el número de jóvenes a los que se les cierran las puertas de la UAZ por insuficiencia de recursos institucionales, el desempleo de los egresados de la educación superior provoca el "bracerismo ilustrado” que conduce a los jóvenes zacatecanos a Monterrey, Guadalajara, Distrito Federal, etc.

Aunque no salga en los periódicos continúan los "levantones” y secuestros, dejando a su paso familias angustiadas y económicamente arruinadas. Nuestros cuerpos de seguridad están tan anulados, que ya no piden aumento salarial, sino seguridad. Las finanzas de los ayuntamientos y del gobierno del estado están sobrecargadas por el crecimiento sin planeación del personal contratado. Nuestras colonias populares sin servicios porque la búsqueda del "relumbrón" orienta el gasto hoy, como ayer y antier. Tenemos cabildos con un número excesivo de regidores y en algunos casos con elevados e injustificados ingresos. El congreso local es de los más opacos en un país en donde reina la opacidad, y no se conoce plan alguno de actualización legislativa integral, etc.

El somero y obviamente incompleto inventario de asuntos públicos nos sirve para hacer notar que ningún partido político, o candidato, presta atención a la realidad que vive la población. Si revisamos los boletines de un año enviados a los medios noticiosos, advertimos que nuestra clase política no le da seguimiento profesional a los hechos que afectan, para bien o para mal, a la ciudadanía, pero si atendemos las declaraciones en respuesta a sendas entrevistas, entendemos que los propios medios de comunicación coinciden sustancialmente con la agenda de los políticos, al no requerirles postura sobre asuntos de contundente interés público, facilitando con ello el que naveguen “de muertito” en temas incómodos como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, hasta la actuación de la ley en casos como el del minero asesinado a batazos en Fresnillo, y el derrumbe de un edificio en construcción en Guadalupe que produjo siete muertos y ninguna responsabilidad para nadie, a pesar de que no tenían ni seguro social.

NI COMO SIMULACRO

Por eso cuando la Gobernadora dice "hay debate, no fractura" yo veo la situación exactamente al revés: hay fractura, no debate. Y hay fractura porque no hay debate. No hay debate del poder y sus opositores sin periodismo democrático, ese que puede apoyar al gobernante en turno basado en legítimas razones y no en convenios comerciales, periodismo que puede apoyar un proyecto opositor sin apartarse de la verdad y las reglas éticas del oficio, que tienen en el respeto a la privacidad y el derecho de réplica dos de sus valores irrenunciables. Se requiere también que el gobernante sea democrático y la oposición también, y eso todavía no prevalece en Zacatecas.

AL ÚLTIMO

…..Y NADIE DA LO QUE NO TIENE

Los partidos políticos en México tienen vida burocrática pero no vida democrática, sus regenteadores en turno saben que una militancia agrupada e informada adquiere poder de decidir quién, cómo y a dónde se le dirige.

Los ciudadanos integrantes de las diversas bases partidarias ven desde lejos cómo las cúpulas deciden quiénes son sus candidatos, con quiénes se hacen alianzas, y con quienes se rompen lanzas. Les pasa a perredistas, panistas, priístas, petistas, verdes y panales.

El espectáculo deplorable que hasta ahora ha sido el proceso electoral en curso, no se explicaría si existiera el debate en torno a lo de interés público. Si éste existiera, los actores políticos tendrían un escenario de dignidad en donde sus saberes, sus virtudes cívicas, e inclusive sus flaquezas, los harían más apreciables.

Viene a mi mente la forma en que un descendiente de Tolstoi se refirió a otro con el que compartía estirpe: "No hubo mentira, traición o indignidad que no se apresurase a cometer para llenarse los bolsillos".

Nos encontramos el jueves en el recreo

luismedinalizalde@gmail.com

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