Por J. Luis Medina Lizalde
No conocí una sola reacción de sorpresa ante el anuncio de la gobernadora de que al terminar su mandato residirá en el Distrito Federal. La verdad no conozco a persona alguna que esperara lo contrario.
Creo que nadie pone en duda que el verdadero motivo de su planeada migración es que en la capital de la república está su proyecto de vida, pues para no interferir en el gobierno de su sucesor, basta que decida no hacerlo y que si se propone intervenir, lo puede hacer hasta con más comodidad desde la ciudad de México. Si es que la dejan.
Amalia García no es la primera persona que asume la titularidad del ejecutivo de un estado al que durante décadas visitaba de vez en cuando antes de llegar al cargo, el centralismo político hizo de la ciudad de México la sede de los esfuerzos palaciegos por el palomeo para gobernar las diferentes entidades de la república, muchas opciones locales se despeñaron a pesar de contar con más apoyo social derivado del arraigo.
Vinieron a gobernarnos sin formar parte de nuestra cotidianeidad el General Pámanes, Genaro Borrego, el Lic. Romo Gutiérrez, además de la propia Amalia García.
No comparto las expresiones discriminatorias en contra de quienes se insertan en la vida pública zacatecana siendo originarios de otras entidades. Siempre consideré agraviantes las descalificaciones en contra de relevantes luchadores sociales como Jesús Pérez Cuevas sólo por ser originario de Guerrero, y siempre me pareció despreciable y discriminatorio llamar “mal nacidos” a quienes incomodan al poder sin ser de aquí. Me duele saber que el mismo ofensivo lenguaje se usa contra zacatecanos que participan en la vida pública de otras entidades.
Tampoco comparto la descalificación a los zacatecanos que, después de abrirse paso en otras tierras, aspiran a insertarse en la vida política de su lugar de origen. Su legítima aspiración se viste de la experiencia adquirida en otros lares
Sin embargo, este sexenio me hizo valorar como una cualidad muy apreciable el arraigo social de los gobernantes. No sé si esto se debe al número sin precedente de "importados" atravesándose entre los simples mortales y la gobernadora, conformando "la burbuja “más irritante que mi memoria y la de muchos recuerden, o si el ostensible poder que se puso en sus manos lo ejercieron con insensibilidad tal, que terminaron estimulando esa tara cultural retrograda, discriminatoria y cerril de rechazo a" los chilangos". Actitud contraria a los valores en que se sustenta la convivencia social.
El caso es que falló el sentido político equilibrado y equilibrador, lo que ha provocado una repudiable y soterrada campaña de proselitismo opositor estimulando el rechazo a "los de fuera".
Lo que si procede es establecer requisitos en leyes y reglamentos para garantizarle a la sociedad un equipo de gobierno en donde el arraigo se reivindique para determinados cargos, pues no se vale que asuntos que exigen previa familiarización con el medio, les sea encomendado a individuos de otras procedencias.
Habría que discutir cuales áreas quedarían reservadas para zacatecanos con arraigo. Pienso por ejemplo, en lo peligroso que resulta para una ciudadanía que su seguridad quede a cargo de individuos que se saben de paso, pienso también en la imposibilidad de una adecuada gestión política si no se tiene la radiografía de los grupos de interés y la interlocución con los grupos de presión, etc.
Si uno no sabe quién es quién a la hora de integrar un equipo de gobierno, termina confundiendo a los sargentos con los generales. Por eso el debate debe darse en términos de búsqueda de idoneidad. La confianza personal del gobernante en su colaborador no puede ser factor exclusivo a la hora de decidir a quién se le encomienda una función pública. La confianza social, en mucho ayuda.
Las reflexiones anteriores me hacen valorar positivamente el dato de que cualquiera que resulte ganador, será un político con arraigo social al que conocemos y nos conoce. No será una estrella de los grandes medios de comunicación, pero a la hora de integrar un equipo sabrá "que alacrán se echa (y nos echa) al seno". Lo mismo si la victoria favorece a Toño Mejía que a Miguel Alonso, a José Isabel Trejo o a Cuauhtémoc Calderón.
A ninguno de ellos imagino anunciándonos que al finalizar su sexenio se instala en la ciudad de México para "dejar gobernar en paz al sucesor" ¿O sí?
Nos encontramos el lunes en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com
AL PRINCIPIO
ENTRE INDITOS QUE AL PIE DE LA BUFA...
ENTRE INDITOS QUE AL PIE DE LA BUFA...
No conocí una sola reacción de sorpresa ante el anuncio de la gobernadora de que al terminar su mandato residirá en el Distrito Federal. La verdad no conozco a persona alguna que esperara lo contrario.
Creo que nadie pone en duda que el verdadero motivo de su planeada migración es que en la capital de la república está su proyecto de vida, pues para no interferir en el gobierno de su sucesor, basta que decida no hacerlo y que si se propone intervenir, lo puede hacer hasta con más comodidad desde la ciudad de México. Si es que la dejan.
Amalia García no es la primera persona que asume la titularidad del ejecutivo de un estado al que durante décadas visitaba de vez en cuando antes de llegar al cargo, el centralismo político hizo de la ciudad de México la sede de los esfuerzos palaciegos por el palomeo para gobernar las diferentes entidades de la república, muchas opciones locales se despeñaron a pesar de contar con más apoyo social derivado del arraigo.
Vinieron a gobernarnos sin formar parte de nuestra cotidianeidad el General Pámanes, Genaro Borrego, el Lic. Romo Gutiérrez, además de la propia Amalia García.
LA INSOLENCIA CHOVINISTA
No comparto las expresiones discriminatorias en contra de quienes se insertan en la vida pública zacatecana siendo originarios de otras entidades. Siempre consideré agraviantes las descalificaciones en contra de relevantes luchadores sociales como Jesús Pérez Cuevas sólo por ser originario de Guerrero, y siempre me pareció despreciable y discriminatorio llamar “mal nacidos” a quienes incomodan al poder sin ser de aquí. Me duele saber que el mismo ofensivo lenguaje se usa contra zacatecanos que participan en la vida pública de otras entidades.
Tampoco comparto la descalificación a los zacatecanos que, después de abrirse paso en otras tierras, aspiran a insertarse en la vida política de su lugar de origen. Su legítima aspiración se viste de la experiencia adquirida en otros lares
Sin embargo, este sexenio me hizo valorar como una cualidad muy apreciable el arraigo social de los gobernantes. No sé si esto se debe al número sin precedente de "importados" atravesándose entre los simples mortales y la gobernadora, conformando "la burbuja “más irritante que mi memoria y la de muchos recuerden, o si el ostensible poder que se puso en sus manos lo ejercieron con insensibilidad tal, que terminaron estimulando esa tara cultural retrograda, discriminatoria y cerril de rechazo a" los chilangos". Actitud contraria a los valores en que se sustenta la convivencia social.
El caso es que falló el sentido político equilibrado y equilibrador, lo que ha provocado una repudiable y soterrada campaña de proselitismo opositor estimulando el rechazo a "los de fuera".
"PA LOS TOROS DEL JARAL LOS CABALLOS DE ALLÁ MESMO"
Lo que si procede es establecer requisitos en leyes y reglamentos para garantizarle a la sociedad un equipo de gobierno en donde el arraigo se reivindique para determinados cargos, pues no se vale que asuntos que exigen previa familiarización con el medio, les sea encomendado a individuos de otras procedencias.
Habría que discutir cuales áreas quedarían reservadas para zacatecanos con arraigo. Pienso por ejemplo, en lo peligroso que resulta para una ciudadanía que su seguridad quede a cargo de individuos que se saben de paso, pienso también en la imposibilidad de una adecuada gestión política si no se tiene la radiografía de los grupos de interés y la interlocución con los grupos de presión, etc.
AL ÚLTIMO
CARAS VEMOS CAPACIDADES NO SABEMOS
CARAS VEMOS CAPACIDADES NO SABEMOS
Si uno no sabe quién es quién a la hora de integrar un equipo de gobierno, termina confundiendo a los sargentos con los generales. Por eso el debate debe darse en términos de búsqueda de idoneidad. La confianza personal del gobernante en su colaborador no puede ser factor exclusivo a la hora de decidir a quién se le encomienda una función pública. La confianza social, en mucho ayuda.
Las reflexiones anteriores me hacen valorar positivamente el dato de que cualquiera que resulte ganador, será un político con arraigo social al que conocemos y nos conoce. No será una estrella de los grandes medios de comunicación, pero a la hora de integrar un equipo sabrá "que alacrán se echa (y nos echa) al seno". Lo mismo si la victoria favorece a Toño Mejía que a Miguel Alonso, a José Isabel Trejo o a Cuauhtémoc Calderón.
A ninguno de ellos imagino anunciándonos que al finalizar su sexenio se instala en la ciudad de México para "dejar gobernar en paz al sucesor" ¿O sí?
Nos encontramos el lunes en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com