lunes, 6 de julio de 2009

El Recreo

J. Luis Medina Lizalde
Imagen, Zacatecas, 6 de julio de 2009.

AL PRINCIPIO
la venganza no es justicia
Apareció otro demonio en el escenario mexicano: el de la justicia privada, sin controles, sin reglas, sin nada que evite el agravamiento del mal que les sirve de pretexto para existir.
Se llaman “los mata zetas” y manifiestan ser creación de adineradas víctimas de secuestros que pretenden la eliminación física de los temibles delincuentes.
La semana pasada subieron a Internet un video con escenas de un interrogatorio de tres sujetos cuyos cadáveres aparecieron poco después.
Se trata de respuestas tradicionales desde los círculos poderosos consistentes en explorar mecanismos de auto protección basados en la contratación de guardaespaldas, carros blindados, sofisticadas alarmas.
Es costumbre de las élites mexicanas la importación de mercenarios procedentes de Israel y de guerras como las de Irak para darse seguridad a sí mismos y a los suyos.
Si “los mata zetas” son producto de esas importaciones o son manifestación autóctona, de todos modos es un nuevo desafío al Estado Mexicano.
Hacerse disimulados ante su existencia constituye una irresponsabilidad tan criminal como la de los Zetas y la de los “mata zetas”.
Los adinerados patrocinadores de estos métodos deberían acercarse a la historia universal, así entenderían que la inseguridad y el desempleo son hermanos gemelos.

OTRA VEZ FUE EL CÁNTARO AL POZO
Gane quien gane las elecciones de hoy, perdió el país porque no pudo mostrarse ante el mundo como país que corrige, que supera vicio, que está al parejo de las democracias formales.
A Felipe Calderón se le fue la oportunidad de aplicar la doctrina con la que su partido justificó su apoyo a Salinas De Gortari, el de la legitimidad derivada del ejercicio del poder.
En vez de emerger como un presidente que se puso por encima de las partes, prefirió subordinar el andamiaje institucional a los fines de su partido, siendo particularmente grave la instrumentación electorera de la PGR y del ejército.
El IFE exhibe en su funcionamiento el fracaso de la ciudadanización pretendida en sus orígenes.
Y al integrarse por cuotas partidarias hace irrealizable su carácter de órgano de Estado.
El Trife, indefendible. En un país de leyes tendría a sus integrantes enfrentados a un juicio político por ensuciar la justicia electoral en grado extremo con fallos como el de Iztapalapa.
Los partidos políticos entrampados en la lógica de la reyerta pastelera de sus respectivos caciques, sustituyendo a la militancia con empleados y al discurso ideológico con spots.
Las televisoras y las grandes cadenas radiofónicas repusieron las pérdidas derivadas de la prohibición de contratar spots, mediante entrevistas cobradas por debajo del agua fortaleciendo la cultura de la burla a la ley que tanto suelen criticar.
Cambios de camiseta partidaria sin más sustento que la cínica búsqueda de satisfacción de apetitos personales.
Ofensas a la inteligencia colectiva ,como la que el senador de los verdes de apellido Escobar, hizo sin pudor alguno, cuando al ser sorprendido con un millón de pesos que no pudo justificar ante las autoridades del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, quiso endilgarle el asunto a su compañero de viaje sin percatarse de las cámaras filmadoras del propio aeropuerto.
Un panorama tan cargado de sombras sólo se erradica desde la pacífica pero enérgica rebeldía ciudadana.

AL ÚLTIMO
se está a tiempo
Zacatecas es la única entidad en donde hubo tensión electoral sin que estuvieran en juego la gubernatura y las presidencias municipales. Ahí donde los ciudadanos votaron solamente por diputados federales, prevaleció la calma.
El dato es relevante porque el incidente que se produjo en Fresnillo cuando seguidores de Guillermo Huizar arremetieron en contra de dos personas que distribuían una publicación singularmente ofensiva, refleja una preocupante predisposición a la confrontación de parte de quienes provocan con la publicación de marras y de quienes reaccionan con injustificada violencia ante la misma.
La prensa reporta una amenaza de muerte en contra de Ricardo y David Monreal de parte de quien aparece como director de esa publicación de obvios nexos con la parte más silvestre del oficialismo.
El asunto preocupa porque el año próximo los zacatecanos tendremos elecciones que sí apasionan, y si la conducción política del estado es igual de deficiente que ahora, y si los actores políticos no se serenan, van a interrumpir una tradición civilizada de la política zacatecana, tradición que ha permitido desde hace mucho, una civilizado convivencia entre los que pensamos diferente.