jueves, 23 de julio de 2009

Recreo

J. Luis Medina Lizalde
Imagen, Zacatecas, 23 de julio de 2009.

Escandaloso, el derroche de dinero
  • México tiene el peor desempeño frente a la crisis
Al principio

cuentas claras, universidades fuertes
Desde hace 25 años y cada vez con más fuerza, se privilegia a la educación privada a la que se le regala terrenos, se le construyen edificios y se le subsidia desde las esferas oficiales mediante artificiosos programas de becas.
En cambio, a las instituciones que hacen efectivo el derecho constitucional a la educación se les presenta como barril sin fondo, en contraste con lo que sucede con las escuelas de paga.
Hay una tradición informativa especializada en magnificar los problemas entre universitarios al mismo tiempo que soslaya los problemas de los universitarios.
Los gobernantes difunden los montos asignados a la educación pública como si no estuvieran cumpliendo con un deber sino haciendo un favor especial, en contraste, los recursos para a la educación privada se otorgan discretamente.
Para la universidad pública, la confianza social es su mejor garantía y esta se construye con transparencia y resultados, por eso estoy convencido que la UAZ no sólo debe informar lo que los ciudadanos le solicitan mediante la Ley de Acceso a la Información Pública, sino organizar sus archivos para que nuestra máxima casa de estudios sea plenamente transparente.
Con ello tiene todo por ganar.


Por el mal de todos, al último
los pobres
Por primera vez en la historia de las mediciones oficiales de pobreza hay una que reconoce que ésta aumentó. Las cifras dadas a conocer por el INEGI refieren que 5 millones 900 mil mexicanos se incorporan a esa terrible categoría durante los 2 primeros años del calderonismo. La maniobra para retrasar la divulgación de los resultados hasta después de las elecciones no hace más que fortalecer la percepción de que el tema de la pobreza no figura en las prioridades.
Lo que ensombrece aún más el asunto es que la encuesta referida no incluye todavía los efectos de la crisis que a México le ha significado la caída de los ingresos petroleros, de las remesas, el turismo y las exportaciones a los Estados Unidos.
Para acabarla de amolar, el gobierno dejó pasar la oportunidad de apretarse el cinturón para tener cara de hablar a la hora de tomar medidas que afectan a los gobernados. Continúa el despilfarro en el oneroso auto elogio mediático, los viajes con pretextos banales, los celulares y los autos para servicio personal, la insensibilidad ante el agobio ha sido tal, que acabamos de vivir un proceso electoral de escandaloso derroche de dinero público en la compra de votos.
El retraso en la construcción de la nueva refinería indica una debilidad ejecutiva que explica porque México es el país del continente con el peor desempeño frente a la crisis.
Cuando los gobernantes de partidos distintos gobiernan igual y para los mismos habiendo tanta pobreza, la estabilidad política y social está más amenazada que nunca, la construcción de una salida pacífica a la explosiva situación es la más urgente tarea, lo malo es que los partidos políticos viven inmersos en sus contradicciones internas, rehenes de sus facciosos y alejados de Juan Pueblo.


Al último
justicia en crisis
¡Lo expuesto que estaríamos los mexicanos a las “metidas de pata” de la justicia mexicana si la pena capital estuviera vigente en nuestro país!, seguramente los asesinos del adolescente Fernando Martí serían condenados a la misma, pero desde el viernes pasado no sabríamos a quien aplicarla, pues según las autoridades del gobierno del Distrito Federal los responsables son “el Apá” y co- acusados y según las autoridades federales, los responsables son los que ellos presentaron a los medios de comunicación el pasado viernes, mismos que deslindaron de toda responsabilidad a los primeros.
Pudo pasar que la procuraduría del Distrito Federal fabricara culpables para salir pronto de la presión pública que poderosos medios provocan cuando la víctima es adinerada, es posible que estemos ante la evidencia de una total descoordinación entre ambas procuradurías, y que todos los acusados del caso participen en una red criminal sumamente compleja hasta para sus miembros. Tampoco se descarta que el individuo que dice ser el asesino del joven Martí y de otros, esté salvando a los muchachos de Genaro García Luna que formaron la banda cuyo presunto jefe es el “Apá”, lo que explicaría la facilidad con que “suelta la sopa”.
Lo que sí es cierto es que uno nunca sabe si los que presentan como peligrosos delincuentes en realidad lo son.
Las mentiras oficiales son tan recurrentes que ya ni nos enojamos.