lunes, 16 de noviembre de 2009

RECREO:

Por J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO
NO TODOS VAN AL FIN DEL MUNDO POR UNA HAMBURGUESA

Países más preocupados que el nuestro por los beneficios sociales del turismo, han encontrado en sus singularidades su principal fuente de atractivo, al dar respuesta a la búsqueda intima del turista, que es la búsqueda de lo que no forma parte de lo rutinario. Por eso una política de turismo socialmente rentable reclama, más que dinero, conocimiento de lo que somos, reivindicación inteligente de nuestra identidad.

Una convivencia de amigos me puso en contacto con un negocio turístico de estas características.

El Jocoque y El Salitrillo son ranchos vecinos uno del otro, pertenecen a la misma familia y se han convertido en un espacio de atracción turística interesante, ubicado muy cerca de la comunidad Pozo de Gamboa, está dotado para mostrar íntegramente el procesamiento de los alimentos que ahí se producen, los quesos, las diferentes modalidades de las carnes de distintas especies animales, cuenta también con un jardín botánico y a los turistas se les brindan explicaciones animadas por la conciencia de preservación de la naturaleza de quien la conoce y la ama.

En coordinación con una agencia de viajes, este negocio se corresponde más con el interés local que el turismo de cinco estrellas.

Hay lugar para ambos, pero la compulsión por imitar y la preferencia por lo espectacular con que nació el turismo como política pública, en los tiempos del alemanismo, sigue lastimosamente vigente.


SIGUIENDO EL INFAME GUIÓN

El arraigo por treinta días decretado en contra de la totalidad de los integrantes del cuerpo policiaco de Ojocaliente es una repetición del autoritario "modus operandi" de la "justicia" federal que remitió a prisión a un numeroso grupo de ex custodios.

Esta vez es el fuero común el que exhibe una total despreocupación por las consecuencias que le generan a inocentes con sus decisiones erráticas, omisas, negligentes y despóticas.

Ojocaliente es plaza caliente desde hace tiempo, el señor Román Román, hermano del síndico del trienio anterior, es uno más de los que han sido secuestrados y desaparecido sin que nadie abra la boca, el secretario particular tuvo más suerte, lo levantaron pero fue liberado.

El empecinamiento en no reconocer el grave deterioro social resulta siempre contraproducente.

Los habitantes no se explican el silencio de los medios respecto a hechos del dominio público.

Cuentan las voces con rostro pero sin nombre, que apenas el pasado 2 de noviembre, “los innombrables” repartieron paquetes de carne en pleno centro de Ojocaliente. Esto se conecta con el robo de varios tráileres cargados de productos comestibles allá por las Arcinas.

Lo anterior describe una situación imposible de existir sin complicidades de altos vuelos, por eso preocupa la incapacidad para deslindar desde ahora responsabilidades en el secuestro y ejecución de dos policías de Aguascalientes, sobre todo porque fuentes allegadas a la averiguación aseguran que ya están identificados los participantes en el secuestro de los hermanos Zavala Proa, por lo que no se explica el arraigo de la inmensa mayoría de los policías.

Jorge Castañeda y Ruben Aguilar en el más reciente libro escrito por ambos, dicen que la razón por la que Calderón emplea masivamente al ejército es la búsqueda de legitimidad política.

Dicen los expertos que en nuestro país no hay combate real al crimen organizado porque no se les toca en su patrimonio, que según ellos, equivale al 40% de nuestro producto interno bruto. En esa simulación, se ha vuelto rutina arraigar, consignar, procesar y sentenciar a justos por pecadores.

Hasta que reviente.

AL ÚLTIMO
ZACATECAS, CAPITAL MUNDIAL DE LA PLATA JUNTO A COLOTLÁN, CAPITAL MUNDIAL DEL PITEADO, AJÚA

La historia de la minería zacatecana, como la de muchas otras partes, es una moneda que en una de sus caras hay riqueza, lujos, bonanza, casi siempre con protagonistas extranjeros, en el otro lado de la moneda se encuentra miseria, abusos incontables, muertes trágicas, breves periodos de ocupación laboral seguidos de prolongados periodos de desolación.

Hay varios puntos de la geografía estatal que ofrecen testimonio de los dos lados de la moneda, en la propia ciudad capital hay memoria colectiva de lo que son las minas, las cuadrillas y los bailables barreteros.

Crecimos al calor de esas historias en la calle de Jesús, en el barrio de La Pinta en la Plazuela de García y en Mexicapan. Aprendimos a escuchar la versión amable de la minería sin ignorar el drama social tan insuficientemente reflejado en los periódicos... y en el discurso oficial.

Nos encontramos el jueves en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com