lunes, 8 de junio de 2009

DESPEGUE SIN PISTA DE ATERRIZAJE

Manuel Camacho Solís
Publicado el 8 de junio de 2009 en El Universa
La estrategia electoral del gobierno le puede evitar un descalabro electoral al PAN, como el que habría ocurrido conforme a las tendencias de hace seis meses y por el agravamiento de la crisis económica. Su problema es que, aun con las tácticas agresivas que ha utilizado, no tendrá mayoría y sí dejará “chillando el trompo” para después de las elecciones, justo cuando más necesitaría aumentar la aceptación. La prioridad del gobierno ha sido despegar para llegar a la elección, sin prepararse para lo que venga después, como si estuviera ante un fin de gobierno.

Los estrategas gubernamentales estarán satisfechos con los resultados que están alcanzando. Pensarán que no es poca cosa disputar la mayoría relativa en la mayor crisis económica y de seguridad. Que han logrado que, en vez de que el debate se centrara en la economía, haya girado en torno a la seguridad. En vez de que se señalen los errores y fragilidades del gobierno —como pasa en toda elección— se discuta sobre las fragilidades de la oposición.

Confían en que han conseguido disminuir y retrasar la percepción sobre la gravedad de la crisis. Con los grandes financiamientos que obtuvieron, apuntalaron una recuperación del peso frente al dólar. Con un dólar más barato y una bolsa en recuperación, se disfrazan el desempleo y la caída de la actividad económica.

El problema de la estrategia gubernamental es que frenó la caída, pero no tendrá mayoría ni habrá fortalecido su autoridad ante dificultades sin precedente.

Lo que muchos dentro y fuera de México están anticipando es que, después de la elección, se manifestará la crisis económica con una caída de la economía de entre 6% y 8%, mayor desempleo, cierre de muchas empresas, desplome de los ingresos públicos y de la inversión. Se potenciará la crisis social, con el empobrecimiento de millones, incluyendo a cientos de miles de familias de las clases medias. A estas dificultades se sumará el riesgo de una crisis política que se sigue incubando con golpes a la legitimidad, cuestionamiento creciente al conjunto de las instituciones políticas y enojo acrecentado por la utilización electoral del combate al narco.

Salvo el DF y poco más, las elecciones federales serán muy costosas para la izquierda. El PRI avanzará. Para el PAN, se miran favorables respecto a lo que se esperaba, sólo que, en vez de mostrar vigor y resistencia, sus resultados podrían ser un espejismo de corta duración. El despegue electoral que pueden alcanzar no previó que, ante la tormenta, necesitaría una pista de aterrizaje próxima.

Si al arranque de la campaña, el gobierno se debió preguntar si convenía polarizar la elección con la utilización de la lucha contra el narcotráfico, o era preferible salvaguardar ésta como política de Estado, aunque ello le restara oportunidades electorales. Después de la elección el gobierno tendrá que “recoger las varas”, antes de que las divisiones políticas, la economía y la inconformidad social se vuelvan inmanejables.

Miembro de la Dirección Política del Frente Amplio Progresista