Por J. Luis Medina Lizalde
AL PRINCIPIO
EL DERROCHE CONTINÚA
Cuauhtémoc Calderón ha logrado reflectores nacionales como vocero de los ayuntamientos panistas en el plano nacional. Su diagnóstico de las finanzas municipales ha sido ampliamente difundido y se ha colado al debate sin que su dicho sea refutado. La expectativa de colapso financiero de los municipios es compartida por amplios sectores.
Los regidores de oposición en el cabildo zacatecano han levantado la voz divulgando las observaciones de la auditoria superior del estado que reiteran las anomalías que ponen en entredicho la administración del joven munícipe.
Los gobiernos de los estados convocan a sumar fuerzas ante una federación que anda con las tijeras desenvainadas, la clase gobernante de los tres niveles de gobierno intercambia reproches y la sociedad repara escandalizada en las remuneraciones de regidores, diputados, magistrados y ministros.
Nuestra clase gobernante, ya dejó chiquito a su "alteza serenísima" a la hora de vacacionar. En vez de un retiro en una finca tipo “manga del clavo” ahora se viaja a Europa. Lejos se está del espíritu ranchero del general Obregón cuando se recluía en la "Quinta Chilla”
Los diputados salientes son puestos en la picota por el panista Gerardo Priego que describe un habilidoso trafique de los cupones para boletos de avión.
La ventilación pública de estos asuntos es una válvula de escape que al propiciar el desahogo de la irritación acumulada permite que nunca estalle, pero también prolonga la situación.
¿No es mejor la sabia humildad de la autocritica que el intercambio de acusaciones? Si los gobernantes se insertaran en el debate nacional asumiendo la precariedad ética y técnica con que se gobiernan los municipios, los estados y la república misma, entonces la crisis seria camino de rectificación.
CRUELDAD OFICIAL
El caso de los ex braceros es revelador de la pérdida de rumbo social del régimen. Nuestro país les falló gravemente cuando no pudo evitar que funcionarios sin honor se quedaran con el 10% de sus ingresos que obtuvieron trabajando en los Estados Unidos merced a un convenio entre ambos países que duró desde la década de los cuarenta hasta 1974.
Cuando tuvieron que reconocer el atraco, los círculos gobernantes no acompañaron tal reconocimiento con la voluntad de indagar los pormenores de semejante injusticia para que la sociedad conociera nombres y apellidos de los responsables si, como es lo más probable, la justicia penal ya no los alcanzara, tampoco se optó por la reparación del daño. Ni siquiera se dispuso la reintegración a pesos actuales de lo que en estricto derecho les pertenece.
Fox, ante la imposibilidad de ganar más tiempo para que todos se murieran, forzó la movilización de estos envejecidos mexicanos, imponiéndoles el cumplimiento de fatigosos requisitos burocráticos, agraviando aún más a estos humildes sobrevivientes, no obstante la disponibilidad de recursos, pues no hay que olvidar que hasta hace poco, el régimen dispuso de muchos dólares derivados de ocho años consecutivos de bonanza petrolera.
El gobierno de Felipe Calderón, inmerso en una crisis que lo rebasa, se está comportando tan insensible como sus antecesores. Sin que se atreva a cancelar los privilegios de las altas esferas, ha decidido cargar a los más débiles el costo de la crisis. No de otro modo se puede interpretar el decreto que modifica las reglas de operación del fideicomiso creado para dar una respuesta, casi simbólica, al justo reclamo de los ex braceros, en donde se establece que los míseros 38 mil pesos que habrán de recibir les serán entregados "en exhibiciones de acuerdo a los recursos disponibles en el fideicomiso en cada ejercicio fiscal".
El viernes anterior a las elecciones legislativas se publicó la primera lista de pagos después del decreto aludido en la cual se enlistan 2575 personas de las cuales 171 son de Zacatecas, a los que se les notifica un abono de 4 mil pesos a cada uno.
Miguel De La Madrid, Carlos Salinas De Gortari y Ernesto Zedillo, hicieron que la crisis recayera en los más indefensos y profundizaron la desigualdad. Sólo que entonces no había aparecido en el horizonte el estallido social como posibilidad.
AL ÚLTIMO
HASTA EN LA GUERRA HAY REGLAS
Al Estado le está vedado combatir el delito con el delito. El Estado no puede tomar rehenes como si fuera vulgar secuestrador, la aprehensión momentánea de la madre del narcotraficante apodado “la tuta”, si no estuvo sustentada en la ley, pone al mismo nivel moral a delincuentes y autoridades.
Nos encontramos el lunes en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com