jueves, 6 de agosto de 2009

RECREO:Los privilegios de los magistrados

Por J. Luis Medina Lizalde

Publicado el 6 de agosto de 2009 en IMAGEN


AL PRINCIPIO

ELEGIDOS DE LOS DIOSES


Los magistrados del TRIFE se subieron al tren de los privilegios. Por un reportaje de Jaime Avilés nos enteramos que cada uno de los siete integrantes gana al año cuatro millones ciento dieciséis mil seiscientos cuarenta y seis pesos, cifra superior en un 46% por ciento a lo que gana el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos. Pero eso no es todo, cada magistrado tiene a su disposición dos autos de lujo, dos choferes, un asesor, un secretario particular, once secretarios de estudio y cuenta, cinco secretarios auxiliares, dos secretarias de oficina, diez secretarios de ponencias, y dos oficiales de servicio. 

Con los impuestos de usted, se contrata un servicio de cuarenta y cinco niñeras a domicilio al servicio de ellos y de los once ministros de la Suprema Corte de Justicia. Además, en el edificio del TRIFE están diecisiete cocineras pendientes de lo que se les ofrezca a los patrones.

Estos y otros privilegios que por restricciones de espacio no enumeramos, hieren la sensibilidad de la gente. Imposible no enfurecerse ante tanta inconsciencia, pero hay otra consecuencia igualmente peligrosa para la vida republicana, que consiste en que tanta prebenda, tanto dinero fácil para tan pocos, hacen difícil que estos individuos pongan en riesgo su ventajosa situación, haciendo valer la ley ante el poder que los encumbró. Sería darle de patadas al pesebre. 

Por eso el triste papel jugado por el TRIFE.


EL SILENCIO DE LOS INCONSCIENTES 

El miedo se pasea por el sur de Zacatecas. A los que viven en Jalpa los agobia una oleada de extorsiones telefónicas sin que nadie atine a brindarles orientación sobre cómo reaccionar.

Hombres del sector privado nos dan a conocer que en el último mes la situación se tornó crítica, “nadie compra y nadie vende, hay inclusive quien ha solicitado a los bancos que no les envíen sus estados de cuenta por miedo a que se sepa el monto de los ahorritos”.

Nada se sabe de Carlos Viramontes, sustraído violentamente de su hogar hace varias semanas y por el cual se dice se pagó rescate sin que lo devuelvan, como sucede con un joven del municipio de Tabasco cuya desaparición data de hace más de un año. "En la capital del estado no se angustian como nosotros, porque si hay zetas entre ustedes, ni cuenta se dan, pero en ciudades pequeñas uno sabe donde viven y es testigo del disimulo de las autoridades, lo peor es que nadie da la cara, los familiares de las víctimas no saben cómo actuar, las autoridades y los delincuentes les piden silencio, pero no falta quien haga una confidencia que al circular de boca en boca lo que hace es intensificar el temor, no entiendo porque nadie le explica a la gente lo que pasa, es peor enterarse de ese modo".

La movilización de los de Villanueva les acarreó algo de tranquilidad porque se instaló de manera permanente una base de operaciones mixta, aunque lo único que logró la autoridad fue la aprehensión de un joven conocido con el mote del "techalote" que comparte con sus familiares, a quien se le atribuye pertenecer a los zetas. Se trata de un individuo conocido por la precariedad económica extrema de él y los suyos, por lo que se presume que, en todo caso, es un simple recadero de los más peligrosos, "que a lo mejor se trasladaron a Jalpa".
¿A quién le sirve que en los episodios concretos de inseguridad "nadie dé la cara"?

A la sociedad no, a la autoridad tampoco, a los delincuentes sí. 


AL ÚLTIMO
LA CORTE SE QUEDA CORTA

Según ha trascendido, el ministro ponente que estudia el caso de la guardería de Hermosillo que se incendió cobrando la vida de cuarenta y nueve criaturas, propondrá el día de hoy al pleno de la Suprema Corte que no atraiga el caso.

Se oyen voces de condena y los padres de las víctimas reclaman que sea la corte la que se haga cargo.

Quienes le dan por ese lado, olvidan que la Suprema Corte y la carabina de Ambrosio han resultado lo mismo en casos como el de la represión a los campesinos de San Salvador Atenco o el del secuestro de Lydia Cacho. Gastar la energía social en esa demanda puede favorecer la impunidad mediante una resolución a modo de la corte, ya tienen práctica.


Nos encontramos el lunes en el recreo

luismedinalizalde@gmail.com