Estábamos esperando a la pareja de los señores De la Rosa, que venían de Tlaxcalancingo. En cuanto llegaron nos dividimos en parejas. Yo trabajé con el maestro Héctor Márquez. Quedamos en regresar en una hora a la casa de don Víctor. Así empezó mi recorrido por una larguísima calle de casas bajas de los más distintos estilos. Cholula conserva mucho de su aire agrícola, pero ya es una urbe enorme. Nuestra zona está habitada por familias de clase media y media baja. Tocábamos y ofrecíamos el periódico, ocho páginas ilustradas que hablan acerca de nuestro movimiento y revelan hechos que –ocultados por la televisión y la radio– no son conocidos por la población. Dialogábamos con la gente. Sondeábamos el apoyo a nuestra causa. Visitamos 22 hogares. Pasó la hora y regresamos.
Cambiamos impresiones, el trabajo había sido duro, pero interesante. Todos los entrevistados aceptaron el periódico. La mitad expresó que quería recibirlo mensualmente. Diez por ciento dijeron que querían incorporarse al movimiento, y todos, sin excepción, hablaron de la dura situación que vivían, de las injustas medidas, la corrupción de los partidos y la ineptitud del gobierno. Si los encuestadores hicieran su sondeo en estas calles de Cholula, Felipe Calderón se desplomaría no a 41 puntos, sino a menos de cero.
En un mes se reparten unos 200 mil periódicos Regeneración en Puebla y 2 millones en todo el país. Es nuestro contraataque al bloqueo noticioso. En los medios electrónicos nadie habla de nuestro movimiento. Andrés Manuel es tachado de loco por los comentaristas, de corrupto en la campaña de calumnias del correo electrónico. No existe, haga lo que haga a nivel informativo.
Estamos en desventaja por la penetración de la televisión: 85 por ciento de la gente se informa por dos programas noticiosos. Pero no es fácil engañarla, sobre todo ahora que siente las mordeduras de los impuestos, del aumento general de los precios y la ruptura de toda esperanza de mejoría. La inconformidad se convertirá en conciencia y ésta en organización. Para eso sirve Regeneración. Y a mí, al repartirlo, me sirve para rejuvenecer.