lunes, 22 de marzo de 2010

La televisión cubana

Marco Rascón

No hay como el papel de los medios, sus formas y contenidos, para medir el grado de libertad e identidad de un país. Si lo electoral son los nervios de la democracia, los medios son la sangre que le da oxígeno a todo, y si está contaminada es lo que enferma.

Una primera prueba es si el contenido de las imágenes corresponden a la realidad del país; si la expresan, cómo la comunican y hacia dónde la conducen. En Cuba se puede decir de manera contundente que la televisión corresponde a su realidad. Lo que se ve en la pantalla está en la calle, en sus problemas, su cultura, en sus procesos y en lo que son los cubanos. El principio del contenido mediático depende de la fuerza del Estado, pero el gran protagonista no es el poder, sino sus objetivos de educación, organización social e información.

Cada barra de programación en Cuba, tanto en la radio como en la Tv, tiene el objetivo de educar masivamente, dar información coyuntural y de fondo, para que cada cubano desde su ubicación haga sus respectivas conclusiones. No es una televisión con formatos espectaculares. Su producción es sencilla, pero impresionan las clases de matemáticas, de historia del arte y la narración de óperas de Verdi, sus telenovelas históricas y la serie de dibujos animados Pubertad, realizada en el Instituto Cubano de Artes Cinematográficas (ICAIC), donde productores jóvenes, con objetivos claros, hacen historias divertidas y cómicas que reflejan los diálogos y problemas de la adolescencia de millones.

En la Tv y la radio cubanas todo sirve a los objetivos de crear una sociedad culta, con información sobre la política en todo el mundo, los procesos históricos de liberación y emancipación, que resultan extraños e incomprensibles en una "dictadura". ¿Qué dictadura educa a su pueblo y le da las herramientas para formar un pensamiento libre y documentado?

En la democracia mexicana, por hacer un comparativo, el tiempo de radio y Tv se lo llevan los comerciales, muchos de productos chatarra, incluyendo las medicinas para todo y los insultos entre la clase política. Ése es el concepto de "libertad": escuchar los insultos, el reparto de culpas, las justificaciones, los crímenes en sus más variadas formas, violencia y desastres.

Los medios son un complemento y promueven la lectura. Habría que ser testigo de la masividad de asistencia a la pasada Feria de Libro en la Cabaña, adonde los cubanos asistieron por miles, ávidos de lecturas que por su contenido promueven los medios electrónicos.

La Tv y la radio en Cuba (que también está en la Tv a manera de un doble play) como medio es invisible. El protagonista central es el que recibe y en ese sentido el medio tiene como fuerza ser el gran organizador y base nacional. El protagonista es la sociedad y sus necesidades culturales de alimentación, educación, deportes, salud y de esparcimiento. En la Tv y radio cubanas todos los deportes son importantes.

En México, en cambio, el receptor es invisible y el gran protagonista es la clase política y sus escándalos, la diversión, la violencia y la obsesión de encontrar culpables dividiendo en forma maniquea la realidad entre buenos y malos. No obstante, en México se dice que Cuba es una dictadura y que la libertad está aquí.

Cuba es hoy un país con muchas revoluciones internas. Es una nación abierta donde miles de cubanos entran y salen a diario, llevando la noticia de que el mundo global no es la mejor de las opciones. La vitalidad de los cubanos ante estas dificultades se expresa diariamente y a toda hora en su televisión y su radio, dando elementos para observar los problemas con distintas ópticas y distancias. Es una sociedad que no ha sido educada en la nota roja ni el amarillismo que hace de sus medios de expresión sus flujos de ida y vuelta y su orgullo cultural.

Hoy los vientos se han puesto en su favor y la Tv y radio cubanas son hoy por hoy la potencia cultural y social no sólo del Caribe, sino de América Latina. Los problemas son infinitos, pero hoy puede verse la obra de la revolución en comparación con la que Estados Unidos hizo en Haití o la que tiene en Guantánamo como símbolo mundial de la violación de los derechos humanos. Los cubanos repiten con exactitud una frase de Máximo Gómez (1852-1905) y que soltó un taxista: "los cubanos o no llegamos o nos pasamos", y eso está hoy en el presente de Cuba con una agenda abierta frente al mundo.

Los que amarramos parte de nuestros idearios a la revolución cubana, viendo la realidad actual y lo que hoy es su radio y televisión, subordinados a las necesidades sociales, políticas y económicas, pensamos que no nos equivocamos cuando sintonizábamos Radio Habana Cuba y nos uníamos al sentir profundo de los latinoamericanos a través de ese medio.

Si en el mundo los medios con su alta capacidad tecnológica son un problema que enajena y aniquila el pensamiento crítico, en Cuba es un instrumento para la solución y una herramienta de liberación.

http://www.marcorascon.org