AL PRINCIPIO
EL DEBATE DE MAÑANA Y LA SEGURIDAD
El tema de la inseguridad no es de incumbencia exclusiva de los candidatos a la gubernatura, si los candidatos a presidentes municipales se sienten ajenos al tema, la realidad se les presentará en forma dramática.
Ojalá los aspirantes a diputados entiendan que la conducta omisa de los que están por concluir su gestión, los hace corresponsables del deterioro de la seguridad.
Ningún candidato está en condiciones de ofrecer una solución definitiva al enorme problema de la delincuencia organizada, lo que tiene a su alcance es optar entre ser parte de la solución o parte del problema, pero su obligación es asimilar los datos duros sin los cuales no se entiende la magnitud del reto. Debe saber, por ejemplo, que hay el doble de policías privados que la suma de todas las policías del país, y que el crimen organizado tiene tres veces más hombres reclutados que los que están en activo en el ejército mexicano.
LAS RAICES DEL PROBLEMA
Un candidato que se precie de entender la situación, tiene claridad sobre la relación causa-efecto entre la política económica que se impuso al país desde Miguel De La Madrid hasta la fecha, y el desbordamiento de la inseguridad.
Un candidato no debe ignorar que la corrupción del régimen es el origen del crimen organizado, que Miguel Nassar Haro, el tristemente célebre director de la extinta dirección federal de seguridad ha sido protegido desde los años ochenta del pasado siglo, de una orden de aprehensión que contra él se giró desde los Estados Unidos, por el robo de vehículos de lujo, y que los más importantes jefes operativos del narcotráfico de los diversos carteles de la droga fueron servidores públicos en diversas áreas; ahí está Miguel Félix Gallardo, Rafael Guajardo, fundador del cártel de Juárez, que las complicidades oficiales detectadas incluyen generales de división, políticos con mucho poder y prósperos empresarios.
Tampoco pueden ignorar que una porción del clero ha hecho ostensible su vinculación con los capos por la vía de la narco limosna.
CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA LEY, SU TAREA.
Los candidatos deben saber que en situaciones de crisis las garantías individuales están seriamente amenazadas, cuando la autoridad civil incumple sus obligaciones de prevenir y castigar comportamientos contrarios a la ley de parte de la fuerza pública, sólo que vivan en otro planeta pueden ignorar que las ejecuciones extra judiciales y la tortura una vez más se enseñorean en todo el territorio nacional.
Tampoco los candidatos pueden ignorar que la hebra se revienta por lo más delgado, que muchos pobres están pagando culpas ajenas en las infernales cárceles mexicanas, a donde llegan a partir de su modesta condición de policías, de custodios de penales, de circunstanciales testigos de episodios delictivos, o de simples parias susceptibles de fungir como chivos expiatorios.
Hoy se multiplican las voces que se refieren al tema de la seguridad, en contraste con el silencio que guardaron cuando los soldados asesinaron a una pareja de novios y a una niña en Villa De Cos, tampoco dijeron nada de la desaparición de custodios del CERESO de Cieneguillas, ni en su momento brindaron su solidaridad a los familiares de los ex custodios.
Los familiares de los agentes policiacos desaparecidos no han encontrado en los diputados a los voceros de su drama y hasta ahora ningún partido político ha manifestado interés alguno en los casos concretos que hemos padecido.
Ignoro si en el debate de mañana el tema de seguridad será abordado por los candidatos a la gubernatura, pero no nos equivoquemos al dejar fuera del mismo a quienes contienden por diputaciones y presidencias municipales. Evitemos la tentación de seguir "nadando de muertito".
AL ÚLTIMO
LA DECISIÓN DE FONDO
El crimen organizado no surgió por generación espontánea, tiene historia y en esa historia hay responsabilidades políticas perfectamente identificables, la estrategia que se ponga en práctica tiene como soporte el proyecto de nación en el que cada quien se inscriba. Para los partidarios del orden vigente la respuesta es la fuerza pública, para los que pensamos que el neoliberalismo salinista es criminógeno, la atención a los pobres es el primer paso de un arduo camino.
Acordarse del tema de la seguridad sólo cuando hay elecciones, usarlo como piedra contra el adversario, a nadie le sirve. Los zacatecanos somos especialmente vulnerables al fin de la época en la que la migración a los Estados Unidos operó como válvula de escape. Mantener el régimen de insultantes privilegios para pocos en medio del desempleo y la exclusión educativa de los jóvenes, significa arrojar a más desesperados a las infanterías de la delincuencia organizada, mientras brota una rebelión social que derrumbe este oprobioso estado de cosas.