domingo, 4 de julio de 2010

RECREO: ¿CÓMO EMPEZÓ LA TRAGEDIA MEXICANA?

AL PRINCIPIO

¿CÓMO EMPEZÓ LA TRAGEDIA MEXICANA?

El asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador de Tamaulipas no hace más que confirmar que nuestro país ha entrado a un ciclo trágico del que no saldrá pronto, ni fácil. Este crimen y la impotencia del régimen para dar con el paradero de Diego Fernández De Cevallos describen que existe un poder paralelo al del Estado, que tiene la iniciativa, que marca los ritmos del enfrentamiento, que elige los escenarios del combate.

Con Miguel De La Madrid arribó al poder una élite formada en los más caros centros de educación privada del país y del extranjero, deslumbrados por la doctrina de los Chicago Boys, alejados de todo contacto con la realidad que genera conciencia social. Junto con el viraje hacia la integración subordinada a los Estados Unidos, se registra una extraña tolerancia al cultivo y comercialización de estupefacientes, que hasta entonces se desarrollaban lejos de la mirada social, pero que en esos momentos emerge como actividad semi-pública. Los Zacatecanos tuvimos en los años ochenta un elocuente ejemplo de esa tolerancia en Villa de Cos.

EL DESPRECIO POR LA LEY

En ese sexenio un individuo publicó un libro donde narró más de cincuenta asesinatos que cometió por encargo de políticos y empresarios poderosos y balconeó a muchas figuras de cine y televisión como vinculados a la droga. Nadie investigó la veracidad de sus afirmaciones, el individuo cobró las regalías de su libro y de la película que se filmó con su historia (“Lo negro del Negro Durazo”, de José González, personificado en el cine por Rodolfo De Anda). Esta historia siempre me viene a la cabeza cada vez que me acuerdo que en una cárcel de Querétaro se pudre desde hace cuatro años una noble persona por darle comida a hambrientos migrantes centroamericanos de paso a los Estados Unidos.

La invención de delitos a la Quina fue tan mal realizada aquel 10 de enero de 1989, que se equivocaron de domicilio a la hora de sembrarle las armas, que más tarde se descubrirían como adquiridas por el ejército con documentos de por medio, como también se acreditaría que el agente del ministerio público federal murió veinticuatro horas antes de que "cayera muerto" ante las balas del líder petrolero. De todos modos Hernández Galicia salió de prisión hasta que Salinas de Gortari dejó la Presidencia.

Muchos se acordarán cuando López Dóriga transmitió en horario estelar de la televisión la enfurecida voz de Raúl Salinas De Gortari en conversación con su hermana Adriana, amenazando con decir toda la verdad respecto a su hermano Carlos porque éste no le ayudaba. Ninguna institución de estado buscó la verdad detrás de semejantes palabras.

Escuchamos a Luis Téllez describir como ladrón a su ex jefe Salinas De Gortari y nadie indaga nada. En tiempos recientes, el ex presidente de la República Miguel de la Madrid le declaró a Carmen Aristegui en palabras que todos oímos, acerca de los nexos de Salinas de Gortari con los cárteles de la droga, y conocimos la cínica operación de control de daños ejecutada por Emilio Gamboa para cerrar el asunto, declarando “afectado de sus facultades mentales” al ex presidente. Ninguna instancia del estado mexicano indagó algo al respecto.

¿A quién le extraña las dudas ciudadanas sobre la muerte del Cardenal Posadas, de Colosio, de Ruiz Massieu?

LA TREMENDA CORTE

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, integrada por ministros bien pagados, resuelve en el caso del gobernador de puebla y en el de Ulises Ruíz que hay delitos, pero no delincuentes. En el caso de Atenco la misma Corte reconoció gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidas por los policías (violaron a la mujeres, seis de ellas extranjeras cuando las trasladaban en autobuses de la propia policía.) Pero dejó impune semejante proceder.

Escucho alabanzas a la Suprema Corte porque ayer resolvió liberar a los doce presos de San Salvador Atenco con sentencias que van desde los 37 hasta los 112 años de prisión, después de cuatro de injusta reclusión y de enérgicas protestas en 28 países, del apoyo de 11 premios Nobel, de la solidaridad de 250 personalidades del mundo del espectáculo, escritores, pintores, religiosos, y del activo respaldo de 650 organizaciones

La acción de la suprema corte no merece reconocimiento alguno porque los tan generosamente retribuidos ministros resuelven acatando la presión internacional más que sirviendo a la justicia, y porque nunca llevan ante los tribunales a los que tuercen la ley para encarcelar inocentes.

AL ÚLTIMO

“POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS”

El asesinato del candidato a gobernador de Tamaulipas es un paso más en el camino hacia la autodestrucción nacional que nos impuso una generación política en el poder. ¿Qué nos falta por ver?