Nota de Karina Avilés en La Jornada el 9 de septiembre de 2009
Aquí el fenómeno afecta a 3.8% de universitarios, contra 2.1 de los que sólo tienen primaria
En Eslovaquia la proporción es de 41.3 de los de nivel básico contra 3.3 de quienes tienen educación superior
Nuestro país, último lugar en el organismo en cuanto a gasto anual por alumno
De los 30 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es la nación donde los ciudadanos con estudios universitario tienen mayores posibilidades de estar desempleados, en comparación con quienes sólo tienen el nivel básico, de acuerdo con el informe Panorama de la Educación 2009 del organismo internacional.
Así, mientras la tasa de desocupación entre los mexicanos con estudios superiores es de 3.8 por ciento y de 2.1 entre quienes sólo tienen primaria o secundaria, en Eslovaquia el nivel de desempleo para aquellos con educación básica se incrementa hasta 41.3 por ciento, y desciende a 3.3 en los egresados universitarios.
En los jóvenes, el mayor efecto
En videoconferencia desde París con motivo de la presentación de los resultados del estudio, el jefe de la División de Indicadores y Análisis de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, advirtió que una de las consecuencias sociales de la crisis financiera la pagarán los jóvenes, ya que los egresados de las instituciones de enseñanza superior tendrán menos oportunidades de emplearse ante una competencia mayor y el fenómeno también afectará a quienes tienen poca preparación.
En un contexto de crisis económica –señaló–, la educación es una de las mejores inversiones. Sin embargo, México ocupa el último lugar entre los 30 países de la OCDE en cuanto al gasto por estudiante, pues mientras el promedio es de 93 mil 775 dólares en los niveles básico y medio superior, aquí se destinan 26 mil 29 dólares.
Naciones como Hungría y República Checa se colocan por encima de México, al erogar 50 mil 215 y 58 mil 548 dólares, respectivamente, según el estudio. La primera posición la ocupa Luxemburgo, con una inversión de 209 mil 60 dólares.
Y aunque de acuerdo con el organismo México invierte en educación 5.7 por ciento de su producto interno bruto (PIB), con lo que se acerca al promedio del conjunto de los países miembros del organismo mundial, cuyo gasto es de 6.1 por ciento de su PIB en este rubro, la erogación anual por estudiante en el nivel superior es de 5 mil 393 dólares, mientras Brasil –país asociado a la OCDE– invierte más de 10 mil dólares.
Sobre el establecimiento de cuotas, Schleicher dijo que se trata de un costo que “deben compartir la población y el gobierno”, con el argumento de que “también se comparten los beneficios”.
Y pese a que sugerencias de organismos externos –en el sentido de imponer cuotas– llevaron, por ejemplo, a la Universidad Nacional Autónoma de México a la huelga más grande en su historia, el director interno del centro de la OCDE en el país, José Antonio Ardavín, dijo que ese organismo nunca ha recomendado que las universidades cobren colegiatura.
En su capítulo dedicado al mercado laboral de acuerdo con el grado educativo, el organismo enfatiza que generalmente la enseñanza es un buen seguro contra el desempleo, particularmente en un contexto de dificultades económicas.
En naciones como República Checa, Hungría, Islandia, Luxemburgo, Países Bajos, República Eslovaca y Eslovenia, 85 por ciento –o más– de los habitantes con educación superior que tienen entre 25 o 34 años son empleados en ocupaciones calificadas, aunque en México es más probable que quienes tienen menor nivel de enseñanza encuentren un trabajo. Observó que “el graduarse y entrar al mercado laboral en un momento de recesión económica puede parecer más difícil, ya que los empleadores recortan plazas y los jóvenes graduados compiten con trabajadores más experimentados”.