jueves, 17 de septiembre de 2009

RECREO: Los hechos no hablados

Periódico IMAGEN Septiembre 17, 2009

Por J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO
LOS HECHOS NO HABLADOS
 

El viernes fue el ultimo día que fue visto el licenciado Miguel Ángel Peña, primero asistente del cabildo y después director administrativo del cuerpo policiaco del ayuntamiento de la capital, el sábado no acudió a sus labores como era su costumbre, tampoco se presentó el domingo a escuchar el informe de su jefe, el presidente municipal Cuauhtémoc Calderón.
 A los vecinos del licenciado Peña se les hizo raro que la puerta de su casa permaneciera abierta y dieron parte a la autoridad. Los que acudieron al domicilio encontraron signos de violencia, chapas forzadas, vidrios rotos, pero el licenciado Peña no aparece, ni el hijo que vive con él.
Pero eso no es todo, esa misma noche se hicieron “ojo de hormiga” dos elementos de la sección motorizada de ese mismo cuerpo policiaco, comisionados del tercer turno a la feria. Debieron presentarse con “todo y chivas” a las siete de la mañana del sábado, para luego irse a su casa, no lo hicieron, y sus familias nada saben de su paradero, lo único que encontraron sus compañeros fueron las motocicletas que cada uno tenía a su cargo, allá por Walmart, pero no a ellos, tampoco aparecen sus armas.
Pero esos no son los únicos motivos de zozobra que padecen nuestros policías preventivos. Desde el sábado el comandante Adame está siendo amenazado de muerte, sus subordinados no hallan que hacer y sospecho que sus jefes tampoco.


PARA EL RECORD GUINESS DE HECHOS AISLADOS

El ataque a balazos a las avanzadas de la gobernadora, ocurrido el pasado lunes 14 entre Fresnillo y Saín Alto es un signo inequívoco de que la situación de inseguridad en vez de resolverse, se complica.
De la información disponible se desprende que los atacantes no se proponían hacer más de lo que hicieron. Parece que no se proponían atentar contra la integridad física de Amalia García. Lo inquietante es que demostraron que pueden hacerlo sin dificultad y que conocen sus movimientos con exactitud sólo posible mediante infiltración.
Los gobiernos de los estados en todo imitan al gobierno federal, cada golpe que recibe lo explica como prueba de que va ganando la guerra a los cárteles de la droga. Así también en Zacatecas hechos como la fuga de los reos y el ataque del lunes son respuesta de los delincuentes a "los exitosos operativos" (de ser ciertas semejantes versiones oficiales, lo mejor sería pedirle a los gobiernos que dejen en paz a los criminales para no hacerlos más poderosos)
Ni en casos tan serios como el que nos ocupa se abandona la inoportuna mentalidad propagandística, mediante declaraciones se auto describen dando respuesta eficaz y rápida a la emergencia y en abono de ello enumeran los vehículos, los cartuchos y celulares "asegurados a los delincuentes" para no referirse al dato duro de que no agarraron a ninguno.

AL ÚLTIMO 
LOS INCORREGIBLES
 

Ayer al amanecer fue liberada Jacinta, la indígena otomí presa tres años de los veintiuno a los que estaba sentenciada por el "secuestro de seis policías federales”, junto con otras dos mujeres igualmente indígenas y pobres.
Como ya es costumbre, la canallada institucional cometida en contra de estas indefensas mujeres indignó más a la opinión pública internacional que a la mexicana no porque nosotros seamos insensibles, sino porque los medios de comunicación de más cobertura seleccionan los casos que difunden según la óptica del poder político y económico al que se subordinan. 
El caso acredita que la justicia fallida continua desprestigiando al país en el exterior y que fracasó la estrategia salinista de revertirlo mediante la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y sus equivalentes en los estados. El principio fue esperanzador porque la independencia de criterio de los que en un primer momento fueron puestos al frente permitió corregir y hasta prevenir injusticias, en medio de la incomprensión inducida desde el autoritarismo que los descalifica por "defender delincuentes".
El impulso se perdió después, cuando arriban a la titularidad de las comisiones de derechos humanos los escogidos desde el poder para atenuar la difusión de los excesos, difusión ya de por sí limitada por nuestra realidad comunicacional. 
 Tanta incongruencia con la legalidad y la democracia es funesta, como lo indica Acteal, Jacinta y también el muy probable calvario de los tres inculpados por los "bombazos" de hace un año en Morelia y que tienen todos los signos de ser "chivos expiatorios".

Nos encontramos el lunes en el recreo

luismedinalizalde@gmail.com