viernes, 15 de enero de 2010

RECREO: Lo mismo de siempre

RECREO

Por J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

LO DE SIEMPRE

Esta semana, el diario imagen dio a conocer que no se ha inaugurado una planta tratadora de agua potable terminada hace seis meses porque "no ha sido posible empatar las agendas del titular de CONAGUA y la gobernadora del estado." Permanece el hábito de usar la obra pública para ganancias propagandísticas. Semejante mentalidad conduce a priorizar lo "apantallante", sobre lo necesario, la planeación oculta, pero real, no busca impactar en la calidad de vida de la población supuestamente beneficiada, sino en la percepción positiva que dicha población se forje respecto a su gobernante.

Cuando se pavimentó el acceso de la oposición a las cámaras se pensó que el sistema político mexicano introducía en su funcionamiento los contrapesos que pusieran fin a situaciones como la aludida, pero si seguimos con atención los roces entre niveles de gobierno de diferentes partidos políticos a la hora de disputarse la paternidad, nos damos cuenta que ni la pluralidad, ni la alternancia, modificaron la dinosáurica cultura del uso propagandístico de la obra pública. Quedan evidenciadas como "más de lo mismo" quienes incurren en esa práctica a pesar de ostentarse como opción de cambio.

En ausencia de una explicación oficial, es válido establecer que la planta tratadora de aguas no ha entrado en operación porque la vieja cultura autoritaria se reprodujo en la mentalidad de los que accedieron a gobernar en nombre del cambio.

OPOSICIÓN DE ORNATO

La alternancia no reprodujo regímenes de "partido prácticamente único", quedó atrás y para siempre la época sin contrapesos en que un partido controlaba la totalidad de los distritos locales y federales, la totalidad de los municipios y los estados junto con la presidencia de la república.

En contrapartida, los gobiernos emergentes de la alternancia, de derecha y de izquierda nacen con oposición en sus respectivos congresos y comparten municipios estados y delegaciones con otras formaciones políticas, es decir, tienen contrapesos y por lo tanto limitaciones para ejercer el poder como antes.

En teoría no hay razón para que obras públicas ya concluidas demoren tanto tiempo sin más motivo que la foto del corte de listón. Si eso sucede es porque la oposición no asume su papel de contra peso, y con su omisión traiciona su su razón de ser.

NO BASTA CON ENOJARSE

Rubén Ibarra es un joven y talentoso académico que explora con instrumental analítico la realidad política zacatecana. Sigo con interés sus opiniones, por eso me llamó la atención la entrevista que concedió a un diario local en donde describe un estado de ánimo social cada vez más hostil a la clase política en general, sin distingos ideológicos o partidistas.

No comparto el desprecio por la política ni la descalificación generalizadora porque entiendo que la política es, además de imprescindible, la más noble actividad pública y que entre los políticos hay de todo. Al menos en mi experiencia, hay desde los sinceramente interesados en servir, hasta los ambiciosos vulgares.

Pero también percibo la irritación con la clase política de la que habla Rubén Ibarra, irritación que puede ser estéril en la medida en que se exprese pasivamente, renegando sin actuar, o que produzca un remedio peor que la enfermedad al nutrir la intolerancia, el sacrificio de las libertades y "la mano dura” como respuesta a las turbulencias.

Si asumimos que la respuesta es colectiva, reconoceremos que ésta rebasa los límites de un partido político, pero si apostamos por el "apartidismo", renunciamos al segmento de la sociedad más pendiente de lo público que es el afiliado a los partidos políticos.

La movilización ciudadana será el camino del cambio en serio, (la generación de la alternancia nos dio "gato por liebre"), y en esa movilización cabrán los "apartidistas” pero el movimiento que logre concretar el anhelado cambio en serio, será "transpartidista".

AL ÚLTIMO

SANTO NO VISTO, SANTO NO ADORADO

Hace unos días el diputado Huizar Carranza declaró algo muy cierto: los diputados de la actual legislatura presentaron muchas iniciativas y pocos dictaminas. En realidad eso sucede en el Congreso federal y en los de los estados. La razón es muy sencilla, el trabajo real está en las comisiones y su producto son los dictámenes pero eso no luce, en cambio lo que sí luce es presentar iniciativas y puntos de acuerdo y eso es muy sencillo, basta tener un buen redactor de textos y no ser muy torpe en la lectura.

Nos encontramos el lunes en el recreo

luismedinalizalde@gmail.com