Laura Itzel Castillo
05 de mayo de 2010
La personalidad autoritaria de Felipe Calderón no admite objeción ni alegato. Como todo autócrata, tiene una verdad única y su palabra es prueba suficiente de que se conduce con verdad. “Es cierto porque lo digo yo”, parece ser su premisa.
Javier Lozano Alarcón, su porro preferido, con frecuencia lo rebasa en el pequeño asuntito ése de manipular cifras y acomodarlas a esa especie de realidad paralela que sólo ellos perciben.
Sobre cifras se puede debatir mucho: por ejemplo, la referencia de los 47 mil 781 empleos generados corresponde a la página de internet www.inegi.gob.mx, a partir de la tasa de desempleo que ese organismo da a conocer mensualmente.
En efecto, el INEGI aún no presenta los datos de la Encuesta Trimestral de Ocupación y Empelo al primer periodo de 2010, pero sí presenta mensualmente la tasa de desempleo, con la cual es fácil calcular el número de trabajos generados y perdidos.
Los datos de los ninis no son comparables entre 1995 y los que hay ahora. En 2010 la población es de 108 millones y la población económicamente activa (PEA) de 47 millones, mientras que en 1995 ésta no llegaba a los 30 millones y la población entonces no superaba los 98 millones.
La Secretaría del Trabajo, en vez de querer cuestionar los números reales del desempleo —provenientes de la única institución (INEGI) calificada para medir este fenómeno—, debería explicar a los 500 mil jóvenes que migran cada año, por qué tienen que irse a otro país en busca de mejores oportunidades. También debería aclararle a la sociedad por qué 300 mil jóvenes se incorporan cada año a la delincuencia (robo, extorsión, tráfico de drogas, piratería o secuestro), según cifras de la Secretaría de la Defensa.
¿Y qué aclaración o desmentido le correspondería a los 12.6 millones de mexicanos que buscan trabajo en la informalidad?
¿Y a los casi 4 millones de subocupados en el país que tienen que buscar algún empleo adicional para mejorar su ingreso y condición de vida?
No le demos muchas vueltas al asunto: el gobierno espurio cree que el desempleo, al igual que la inseguridad y la ingobernabilidad, son sólo cuestión de “percepción”. Falso de toda falsedad. La terca realidad los desmiente una y otra vez. Y también el INEGI.
Yo reto al secretario del Trabajo a debatir sobre el tema en el espacio propicio: la Cámara de Diputados, bajo protesta de decir verdad. Así de simple.
05 de mayo de 2010
La personalidad autoritaria de Felipe Calderón no admite objeción ni alegato. Como todo autócrata, tiene una verdad única y su palabra es prueba suficiente de que se conduce con verdad. “Es cierto porque lo digo yo”, parece ser su premisa.
Javier Lozano Alarcón, su porro preferido, con frecuencia lo rebasa en el pequeño asuntito ése de manipular cifras y acomodarlas a esa especie de realidad paralela que sólo ellos perciben.
Sobre cifras se puede debatir mucho: por ejemplo, la referencia de los 47 mil 781 empleos generados corresponde a la página de internet www.inegi.gob.mx, a partir de la tasa de desempleo que ese organismo da a conocer mensualmente.
En efecto, el INEGI aún no presenta los datos de la Encuesta Trimestral de Ocupación y Empelo al primer periodo de 2010, pero sí presenta mensualmente la tasa de desempleo, con la cual es fácil calcular el número de trabajos generados y perdidos.
Los datos de los ninis no son comparables entre 1995 y los que hay ahora. En 2010 la población es de 108 millones y la población económicamente activa (PEA) de 47 millones, mientras que en 1995 ésta no llegaba a los 30 millones y la población entonces no superaba los 98 millones.
La Secretaría del Trabajo, en vez de querer cuestionar los números reales del desempleo —provenientes de la única institución (INEGI) calificada para medir este fenómeno—, debería explicar a los 500 mil jóvenes que migran cada año, por qué tienen que irse a otro país en busca de mejores oportunidades. También debería aclararle a la sociedad por qué 300 mil jóvenes se incorporan cada año a la delincuencia (robo, extorsión, tráfico de drogas, piratería o secuestro), según cifras de la Secretaría de la Defensa.
¿Y qué aclaración o desmentido le correspondería a los 12.6 millones de mexicanos que buscan trabajo en la informalidad?
¿Y a los casi 4 millones de subocupados en el país que tienen que buscar algún empleo adicional para mejorar su ingreso y condición de vida?
No le demos muchas vueltas al asunto: el gobierno espurio cree que el desempleo, al igual que la inseguridad y la ingobernabilidad, son sólo cuestión de “percepción”. Falso de toda falsedad. La terca realidad los desmiente una y otra vez. Y también el INEGI.
Yo reto al secretario del Trabajo a debatir sobre el tema en el espacio propicio: la Cámara de Diputados, bajo protesta de decir verdad. Así de simple.