AL PRINCIPIO
JUSTICIA COLAPSADA.
La Suprema Corte de Justicia De La Nación, ordenó la libertad, después de casi cuatro años de prisión, de Teresa y Alberta, indígenas otomíes de la región serrana del estado de Querétaro, que junto con Jacinta, (liberada con anterioridad), fueron acusadas falsamente del secuestro de seis agentes federales, siendo esta la primera ocasión en que la máxima instancia de la justicia mexicana ejerce una atribución que de ser ejercida con más compromiso, pudiera ser una herramienta de reparación de las canalladas institucionales de nuestra justicia penal.
Ninguno de los connotados jefes del narcotráfico en prisión han recibido una sentencia tan larga como la dictada a los líderes de San Salvador Atenco, encarcelados por un zafarrancho provocado por la propia policía, al agredir a humildes vendedoras de flores en un episodio de brutal comportamiento de las fuerzas del orden que incluyó la violación de mujeres, algunas de ellas españolas, dentro de los camiones de la policía. Si la suprema corte se ocupara del fondo del asunto, podría ponerle fin a otra infamia.
La francesa Florence Cassez, acusada de pertenecer a una banda de secuestradores, tuvo el atrevimiento de exhibir al ahora todo poderoso Genaro García Luna como el que montó un reality show para que Televisa engañara a su público, presentándole como transmisión en vivo de la espectacular aprehensión de una banda de secuestradores con todo y víctimas, cuando desde muchas horas antes, habían sido detenidos y en otros lugares; Televisa cuando menos despidió al reportero que se prestó a la maniobra.
Si la Suprema Corte, agarra el toro por los cuernos en este caso concreto, le haría un servicio a la diplomacia mexicana, pues es bien sabido que el gobierno francés, haciéndose eco de la prensa de aquel país, no quita el dedo del renglón.
PERIODISMO OFICIOSO
Un factor en contra de la erradicación de los vicios de la administración de la justicia es que, en este tema, la prensa escrita y electrónica dependen más del boletín que en otros temas. Los riesgos de la investigación y la prevalencia del prejuicio que nos hace temer "hacerle el juego al delincuente" facilita la mentira, la tergiversación y el ocultamiento en las versiones oficiales.
Siempre me ha impresionado que el público no repare en el notorio e inexplicado maltrato físico de los que son presentados ante las cámaras. El último episodio que me impactó fue la evidente dificultad de desplazamiento de "la güera", presentada como la mujer del falso retén en donde secuestraron al niño Fernando Martí, su caminar coincide, tal como lo pueden acreditar muchos mexicanos, con el de las personas que aun resienten la aplicación de electricidad en los genitales tal como lo pueden atestiguar muchos. Lo trágico del asunto es que días después el abogado de la defensa denuncia la tortura y la gran prensa no se hace eco.
EL MAL ES GENERALIZADO
La administración de la justicia del fuero común anda por las mismas, el caso de la niña Paulette en el Estado de México, es evidencia inapelable, por eso anuló gran parte de la inversión millonaria en la promoción publicitaria de su gobernador.
En Zacatecas, andamos por las mismas, la investigación policial es solo discurso. Los robos domiciliarios, el hurto de cobre, de las bombas de los pozos, y de transformadores en un gran porcentaje ni siquiera se denuncian, porque no hay confianza en lograr algo con eso.
La génesis económica de la delincuencia ya nadie la pone en duda, pero hay impunidad que agrava la situación, un tipo de impunidad se origina en las complicidades, otro en las ineficiencias.
AL ÚLTIMO
EL TALENTO Y EL COMPROMISO
Los candidatos no se han referido al tema del minero asesinado probablemente debido a la división del gremio, definirse por una de las partes en conflicto equivale a quedar mal con la otra.
Más allá del cálculo electoral, es menester asumir que el tema de la justicia es de prioritaria atención para el nuevo gobierno. Más allá de la retórica y reconociendo que donde falla la justicia social también falla la justicia penal, la procuración y la impartición de la justicia, así como la ejecución de las penas, reclama equipo integrados por individuos no sólo capaces en lo técnico sino comprometidos con la justicia.
En este renglón también importa igual o más la actitud que la aptitud, lo técnico se aprende, lo comprometido y lo recto, cuando no se tiene no se tiene.
La solución nacional de raíz bien la pudiera encabezar la Suprema Corte, pero salvo en el caso de las indígenas Otomíes no ha estado a la altura de las circunstancias.
En todo caso, en este tema también es viable pensar nacionalmente y actuar localmente. El relevo sexenal lo hace oportuno.
Nos encontramos el jueves en el recreo