Publicado el 29 de abril de 2010
RECREO
AL PRINCIPIO
CRISIS MORAL DE LA POLÍTICA
El pasado martes, Francisco Esparza y Mario Caballero, co-conductores del programa Enlace, de Estéreo Plata, entrevistaron al ex secretario de finanzas Jorge Miranda en su condición de candidato a diputado por el primer distrito; en ella se hicieron afirmaciones que produjeron una conmoción político-electoral porque, después de establecer que los ingresos de los diputados locales casi llegan a los 200 mil pesos mensuales (según lo vertido por Miranda, nuestros diputados locales ganan mucho más que los diputados federales y senadores y más que los diputados de los estados con excepción de los del Estado de México).
Informó que en el presupuesto aprobado en diciembre pasado se incrustó una partida de 60 millones de pesos para un bono de retiro por el orden de dos millones, cifra que constituye todo un record en eso de las compensaciones que suele auto asignarse la clase política nacional.
Salió a relucir que tenemos regidores que ganan 80 mil pesos mensuales y presidentes municipales de 120 mil también mensuales, describiendo un panorama de privilegios en donde convergen distintos partidos e ideologías, aunque fue notorio y además lógico que el proyectil fue lanzado contra la coalición conformada por el PRI, los verdes y el partido Nueva Alianza cuando señala a Miguel Alonso y a Arnoldo Rodríguez como de los primeros en cobrar el bono en cuestión.
Ayer la prensa publica declaraciones confirmatorias de lo denunciado en voz del propio Arnoldo, candidato a la presidencia de la capital, quien manifiesta haber recibido, antes de pedir licencia, un millón ciento cincuenta mil pesos.
En la emisión de ayer tanto Francisco Esparza como Mario Caballero, dijeron al aire que disponen de evidencia documental de que otro diputado recibió un millón cuatrocientos mil pesos por el mismo concepto.
Otros diputados manifestaron que los millones presupuestados son para "gestión", mencionando el día del niño y el día de la madre como fechas de aplicación de ese recurso.
A pesar de formar parte de un cuerpo colegiado en donde las percepciones son las mismas para todos, no hubo un solo diputado que coincidiera con otro en cuanto a lo que reciben
LUCRATIVO CAOS
Reina el desorden, los ingresos en los puestos de representación estatales y algunos municipales están por encima de lo que ganan en el ejercicio de la profesión connotados médicos, abogados, arquitectos, contadores etc., ocupados frecuentemente por individuos sin preparación y sin dedicación, que carecen sin capacidad de contrapeso a los excesos del poder al que deben vigilar, porque es el que administra los recursos públicos.
Estamos ante un problema estructural entendiendo por tal aquel que se origina en la estructuración del poder plasmado en el orden jurídico. Ni en los tres siglos de dominación colonial, ni en los dos de vida independiente hemos encontrado la forma de lidiar con ese toro, como si lo hacen muchos otros países, pero eso no significa que no se pueda
PENSAR NACIONALMENTE, ACTUAR LOCALMENTE
El inicio de un nuevo gobierno significa la oportunidad de enfrentar el tema con visión de estado, esa que prioriza lo duradero sobre lo efímero, lo que es de todos sobre lo que corresponde a pocos.
Se requiere una política pública contra la corrupción y esa tiene como piedra angular el ejemplo del gobernante y su gabinete, pero de ningún apuro salimos si no erradicamos de las estructuras estatales la posibilidad de corrupción y en su lugar incrustamos la obligatoriedad de la honestidad. No dejar al libre albedrio de los gobernantes si son honestos o son corruptos, se trata de que no tengan alternativa en una renovada institucionalidad.
Es urgente una reforma local que establezca ingresos decorosos para los que ocupan cargos de elección popular y nada más, que disminuya el número de regidores, que reglamente la actividad de cabildos y congreso, que dote de respetabilidad a la política.
AL ÚLTIMO
SI TODOS SOMOS EL PROBLEMA, TODOS SOMOS LA SOLUCIÓN
Aprovechemos que ningún partido puede tirar la primera piedra y comprometamos a los candidatos a gobernarnos a que pacten una reforma que le quite a la función pública su carácter de botín.
El próximo gobernante deberá ser proactivo tendedor de puentes para hacer del sexenio que sigue el tiempo de los cambios estructurales en el plano local.
El asunto del bono de retiro puede ser el parteaguas de una revisión desapasionada para ponerle límites a la descomposición ética que el episodio refleja, en todos los partidos hay ciudadanos de buena fe más que dispuestos a impulsar la rectificación. La actual legislatura nació en medio del escándalo por un presunto desvió de la anterior que se negó aclarar, termina igual, en el escándalo.
Nos encontramos el lunes en el recreo