J. Luis Medina Lizalde
Imagen, Zacatecas, 10 de noviembre de 2008
Voltean para otro lado
Autoridades no enfrentan a la delincuencia
AL PRINCIPIO
“Tito”, “Checo” y demás miembros de la familia pueden sentirse, dentro del infortunio, afortunados:
Alfredo, el penúltimo de los hermanos, fue devuelto al seno familiar después de vivir la amarga experiencia que en Zacatecas es trágica moda.
Otros no han tenido la misma suerte, hay algunos que después de haber reunido el dinero del rescate nadie hace contacto.
Conocemos cuando menos un caso en Loreto, en el que a pesar de que se entregó la suma exigida, no regresa el ser querido.
A otros nada más se los llevaron.
Lo más frustrante es que se ha generalizado la percepción de que la institución Ministerio Público prefiere no enterarse de nada.
CUANDO HACEN FUEGO ME DICEN / QUE ESTÁN CONTRA LA VIOLENCIA /ME DICEN CUANDO DAN MUERTE / QUE SIENTAN
JURISPRUDENCIA:
Mario Benedetti
El día de los Fieles Difuntos el dolor se respiraba en Villa de Cos, Edwin y su novia Alejandra y la pequeña Noemí eran invocados por un pueblo al que nadie le da explicaciones, al que nadie le pide perdón, al que nadie le da garantía de que no volverá a suceder.
A escasos seis meses de que el Ejército mató a la joven pareja y a la niña, las historias que el viento grita parecen el guión de una película de denuncia.
Sabemos ahora con certeza que, como si algo presintiera, el profe “Nacho”, papá de Edwin, entró en contacto con el mero mero de la policía municipal para que le ayudara a cruzar el cerco de soldados y poder buscar a su hijo.
La balacera era por el rumbo de las hamburguesas que esa noche Edwin invitó a su novia.Pero el jefe Bugdud no lo logró.
Entonces ordenó a sus agentes que se quitaran el uniforme y se concentraran en la casa del profe “Nacho”.
Entre los 15 y 16 policías y familiares reunidos en la casa del profe, permanece vivo el dialogo angustiado entre el jefe Bugdud y un “Chalico”.
El primero le decía al segundo que por favor fueran “porque la cosa está muy fea” y el segundo le dice al primero que “no puedo porque no tengo órdenes”
En ese momento nadie imaginaba que el hogar de Edwin era el refugio de un cuerpo policiaco amedrentado.
Y que desde el teléfono de esa casa se conminaba al subsecretario de seguridad pública a atender la situación.
Los del destacamento de la ministerial sí tenían órdenes: cuando el profe “Nacho” los buscó, encontró las oficinas solas, como lo habían ordenado desde Zacatecas.
Mientras eso pasaba, Edwin (que el 27 de diciembre cumpliría 18 años) y Alejandra (el pasado 30 de octubre, 17) habían caído ante balas militares.
Los asesinos no querían testigos. Cuando los de la PGR llegaron, ya habían puesto en las manos de Edwin un “cuerno de chivo” y en las de ella una 9 milímetros.
Los cuates de la pareja se percataron de todo, ahí solían reunirse.
A nueve de ellos, a punta de fusil los mantuvieron en el piso desde las 10:30 hasta las 5 de la mañana.
Al encargado de la funeraria lo llevaron a declarar y de paso le robaron los perfumes que vendía, y sin razón alguna tuvo que soltar 5 mil pesos.
La esclava de oro de Edwin, regalo de su madre, aún no aparece.
La justicia militar procesa a cuatro, la Sedena otorga a cada familia una indemnización de 153 mil 563 pesos y no querían recibirlo.
No lo han gastado, no quieren tocarlo hasta que llegue la justicia.
Desde antes sabíamos que las autoridades municipales y estatales se voltean para otro lado para no enfrentar a la cada vez más peligrosa delincuencia.
Ahora sabemos también que tampoco contamos con ellos a la hora de proteger a la población que gobiernan de los excesos de la tropa.
Más omisos del deber no pueden ser.
Los de Villa de Cos consignan con tristeza que de la gobernadora no recibieron condolencias y los familiares de las víctimas aún siguen en espera de la audiencia prometida.
También manifiestan tomar nota de que los políticos de todas las ideologías y los dirigentes de todos los partidos han guardado silencio ante esta brutal violación a los derechos humanos.
El día de los fieles difuntos, el dolor se respiraba en Villa de Cos.
AL ÚLTIMO
Nadie pone en duda que a JIAPAZ le urgen recursos, basta observar el deplorable estado de sus vehículos.
Lo que se cuestiona es que pretendan sacar ese dinero de los usuarios cuando hay un registro social muy amplio de gasto superfluo.
Nos encontramos el jueves en el recreo
luismedinalizalde@ gmail.com