lunes, 3 de septiembre de 2007

Columna del 3 de Septiembre del 2007 por Jose Luis Medina Lizalde RECREO

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

El pasado viernes confluyeron diversas organizaciones y movimientos sociales en una marcha que culminó en la Plaza de Armas. Las banderas son de diversa índole y reflejan una problemática nacional, pero conforme al contenido de las intervenciones oratorias, en Zacatecas tenemos un gobierno de puertas cerradas y sin interlocución con los actores sociales y lo que es peor; sin que dé señales de haber aprendido aunque sea poquito acerca de lo que es la operación política.
Por eso vivimos una época en donde los problemas chiquitos se hacen grandotes.

¿Y PARA ESO TANTO MISTERIO?

Desilusionante propuesta de reforma electoral la presentada como fruto de consenso pluripartidista por Manlio Fabio Beltrones. La discreción que envolvió los encuentros produjo expectativas que no se corresponden con el ratón parido por los montes. Lejos estamos de las grandes luces de Jesús Reyes Heroles como lejos estamos de las aportaciones brillantes de las que con mejor fortuna han pensado y repensado al Estado.
Reducir de 180 a 90 días de proselitismo, reducir las prerrogativas en año electoral a los partidos y prohibir la contratación de publicidad o candidatos y partidos es caer en lo banal y darle curso al narco-estado cuyo nutriente vital es la corrupción generalizada de las instituciones.
No es que sean malas las reformas propuestas, más bien son reformas menores porque dejan intactas las vertientes más importantes de un sistema electoral intrínsecamente fraudulento.
El Presidente de la República ya no es el gran elector pero ahora son los gobernadores los que imponen los candidatos a puestos de elección popular y como en los tiempos del PRI, hacen del partido del que proceden una dependencia oficial, a la que controlan por teléfono.
Las conductas prohibidas no tienen castigo (a veces ni en el texto de la ley) está prohibido comprar votos pero se compran impunemente, está prohibido que los organismos empresariales participen en campañas pero lo hacen impunemente, los jerarcas eclesiásticos que quieren meterse a los procesos electorales lo hacen impunemente, como impunemente los cárteles de la droga patrocinan campañas y en algunas regiones sin discreción alguna.
La FEPADE y sus equivalentes en las Entidades federativas carecen de autonomía constitucional respecto al Ejecutivo federal y de los Estados según el caso; por lo que su papel es de convidados de piedra y a veces hasta de cómplices.
Hace unas cuantas semanas Demetrio Sodi de la Tijera, candidato del PAN al gobierno del DF manifestó que cuando menos 50 por ciento de sus gastos de campaña fueron sin facturar ¡Claro! ¿Acaso suponen los reformadores que el periodismo palero les sale gratis a los favorecidos? Y, ojo, hablamos de periodismo, no de la publicidad contratada.
¿Y la opresión autoritaria en que están atrapados los militantes partidistas ajenos a los grupos de interés que controlan a los partidos y que sirve de justificación a los chapulines que andan de partido en partido sin más interés que el personal?
¿Y los consejeros IFE? Ya ni quienes se beneficiaron de sus “errores” los defienden.
Las elecciones celebradas ayer en Veracruz son tan cuestionables como las del 2006, y como todas las locales celebradas durante lo que va del año (Zacatecas incluido) y a su paso dejan una atmósfera de discordia que consume las energías sociales que debieran tener otro destino. Por ello asombra la incapacidad de la clase política presente en el Congreso de la Unión para emprender la cirugía mayor que tanto urge. Y asombra también la pretensión de reformar al País sin auspiciar el involucramiento de la sociedad en la tarea.
Las instituciones públicas llamadas partidos políticos también están urgidos de transformaciones que los haga socialmente confiables y que sólo vendrán como parte de una reforma política profunda que garantice tres cosas hoy ausentes: observancia irrestricta de la legalidad interna de cada partido, elecciones internas decentes y auditoría externa a las finanzas partidarias. Y eso sería sólo el principio.

AL ÚLTIMO

Confirmada la noticia: ¡Los cañones no sirven para matar moscas!
El balance que hizo el gabinete de Seguridad sobre la utilización del Ejército para erradicar el narcotráfico demuestra lo equivocado de la estrategia al consignar que sólo 2.6 de los detenidos son sujetos a proceso. Sigue sin justificarse el desgaste de la imagen del Ejército como efecto del asesinato de una familia sinaloense en un retén y los documentados abusos en Michoacán.
Pero eso sí, continúa la gradual subordinación de nuestras fuerzas armadas a la doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos.
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