lunes, 10 de septiembre de 2007

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en el Imagen

Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

El miércoles pasado el dictamen de las comisiones del senado en materia electoral le puso el cascabel al gato al establecer la prohibición a partidos y candidatos de contratar publicidad en medios electrónicos, circunscribiéndolos a los tiempos oficiales.
La industria de la radio y la televisión reclama ser escuchada por el congreso, y tiene razón; y los legisladores reclaman espacio en los medios de comunicación electrónica para exponer su argumentación, y tienen razón. Si ambas partes ceden la sociedad ganará

LAS LEYES INÚTILES
DEBILITAN LAS NECESARIAS. MONTESQUIEU

En severo escándalo terminó sus funciones la 58 Legislatura con el señalamiento de que los titulares de la CRIP y la PFP desaparecieron 10 millones de pesos, con la consiguiente réplica de los aludidos en el sentido de que los denunciantes (por cierto semi-anónimos) presionaban por un bono de retiro de 500 mil pesos y al no lograrlo, calumnian.
Sin que sea posible saber la verdad con certeza, de todos modos el reporte al respecto de Alfredo Valadez en este diario da fe, en mi opinión, de que Zacatecas sigue siendo territorio de cambios pospuestos.
La legislatura local, igual que la federal y las de las otras Entidades federativas mantiene amplias franjas oscuras en su qué-hacer.
No es nuevo el patético espectáculo que brindan los legisladores cuando un reportero los interroga por separado respecto al monto de sus ingresos. Si dan cifras diferentes es porque una parte sustancial de su remuneración la reciben por una serie de conceptos que disfrazan el monto real. Tampoco son novedad las sesiones secretas para acordar asignaciones con el pretexto del Día del Niño, Día de la Madre o las fiestas decembrinas. (En el Estado de México se presupuestan millones por diputado para “gestión”).
Tampoco son novedosas las versiones de sobornos cuando se aprueban cuentas públicas o cuando se designan funcionarios a partir de ternas del poder ejecutivo.
De la degradación son partícipes individuos del poder y la oposición y hasta ahora, no hay partido sin mancha. Pero es importante advertir que también en el poder o en la oposición siempre hay actores que se mantienen al margen, como testigos impotentes de una práctica que repudian pero que no combaten con eficacia, porque la satanización o el aislamiento es la respuesta de los apologistas de la podredumbre, que suelen descalificar despectivamente a quienes no comulgan con la costumbre.
La corrupción de la clase política mexicana es un fruto natural del patrimonialismo.
Narciso Bassols, decía en los años 30 del siglo pasado que el problema de la corrupción en México es estructural y con eso convocaba a revisar el sistema en su integralidad. Pues ya desde entonces advertía que el fenómeno envolvía por igual a los tres niveles de gobierno y a los tres poderes. Haciendo del patrimonialismo un rasgo distintivo del régimen político, que hace del gobernante un individuo que dispone, como si fueran de su patrimonio personal el presupuesto, los puestos en la administración, plazas laborales, y en el colmo de la ebriedad de poder, los puestos de elección popular.
Jorge Carpizo pareció identificar el núcleo del problema en su clásico estudio del presidencialismo mexicano que nos ilustra acerca de las facultades metaconstitucionales del presidente, trasladables en exacta proporción a los gobernadores y presidentes municipales.
La cultura patrimonialista reconoce como prócer fundacional a un ilustre personaje del antiguo imperio romano; Calígula, el que nombró procónsul a su caballo.
Una versión más moderna de ese pensamiento es la de Luis XIV con su conocida expresión: “El Estado soy yo”.
Estoy convencido que la más urgente reforma estructural es la que nos libere del patrimonialismo, entendido como la deformación de la conciencia del individuo que supone que un cargo público da más atribuciones que las plasmadas en la constitución y las leyes.
De nada ha servido que la comisión de vigilancia sea presidida desde hace varias legislaturas por un opositor. Ello no le ha añadido un centímetro de transparencia a la vida pública.
No sirven de mucho los organismos formalmente autónomos cuando quedan a cargo de quien el ejecutivo decide.
El enfermo ya no se cura con paliativos, urge la cirugía mayor y esa corre a cargo de la ciudadanía.

AL ÚLTIMO

Un golpe duro recibe el matrimonio Sosa Pargas por el trágico accidente en el que pierde la vida su hijo Eduardo, reciban mis respetuosas condolencias.
También la izquierda de los años 70 pierde al médico residente en Sombrerete, Alejandro Ramírez. Un abrazo a su familia, lo vamos a extrañar.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com