Por J. Luis Medina Lizalde
(Publicado el 1 de diciembre de 2008 en el periódico IMAGEN)
AL PRINCIPIO
El pasado 20 de noviembre un ciudadano estadounidense residente en Susticacán conoció la prepotencia policíaca cuando después de disfrutar de un rodeo en la Ermita de Guadalupe, municipio de Jerez, de regreso a Susticacán, tuvo la mala suerte de encontrarse con elementos de la policía ministerial que participaban en los operativos mixtos que para calmar las aguas, se realizaron por aquellos rumbos,
Hasta ahora no sabe porque a él y a su anciano tío los bajaron con malos modos, los golpearon con las culatas de las armas, y luego los dejaron marchar con algunas costillas rotas.
El ciudadano estadounidense me platica que al día siguiente iba a poner su denuncia, pero que sus allegados lo convencieron de que de todos modos no iba a lograr nada y se exponía a las represalias.
Tiempo antes, un diputado local me narró cómo la policía aprendió a dos de sus hermanos sin razón aparente y cuando ellos estaban en las labores del campo. Esto también sucedió dentro de un operativo de esos que se implementan después de un hecho delictivo resonante para que los mal pensados no digan que el gobierno no hace nada.
Luego que intervino el diputado, hasta disculpas le pidieron, y es entonces cuando le pregunto si va a denunciar el atropello, contestándome con un elocuente “¿qué se gana?”.
Ambos, por cierto, me pidieron no citar sus nombres.
El gobierno del estado tampoco protestó por el asesinato de una niña y una pareja de adolescentes en Villa de Cos, exhibiendo la misma falta de fe en la ley que el ciudadano estadounidense y el diputado local.
Ahora sí que estamos fritos. Nos da miedo la delincuencia, y nos da miedo la autoridad que combate a la delincuencia.
“LOS POLÍTICOS QUE ESTÉN LIBRES DE CULPA, QUE AVIENTEN LA PRIMERA LIGA”
René Bejarano
René Bejarano regresa a la visibilidad política. Ahora lo hace desde la plataforma del Movimiento Nacional por la Esperanza, al margen del PRD, del que fue fundador, y al que ayudó a implantarse en su bastión más fuerte, que es la ciudad de México.
Como diputado federal, voté por retirarle el fuero por mi convicción de que debería responder ante la ley, como en su momento debieron hacer lo mismo los involucrados en el Pemexgate: Romero Deschamps y Gerardo Aldana, así como gobernadores como Mario Marín del estado de Puebla, y Ulises Ruiz de Oaxaca, y muchos otros beneficiarios de la impunidad para las élites que caracteriza al sistema político mexicano.
Bejarano se sometió a los tribunales, y después de una temporada en la cárcel, fue exonerado no por la justicia de la ciudad de México, sino por la federal. Algo de lo que no pueden presumir los que han evitado comparecer ante la ley valiéndose de su poder.
No obstante la exoneración, lo que hizo Bejarano no está bien hecho, pues al recibir dinero para las campañas electorales pone al servicio de intereses privados (de Ahumada en este caso), a los servidores públicos que con esas “ayudas” ganan las elecciones.
Lo que hizo Bejarano con Ahumada es igual a lo que hizo Felipe Calderón con la familia Mouriño, o con el entonces dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, José Luis Barraza, posterior adquirente de Aereomexico a un precio bajo, y a pesar de que hubo un comprador que ofrecía más.
Pero lo que hizo Bejarano al recibir donativos no reportados es un comportamiento más o menos generalizado en todos los partidos políticos y agravado por el presumible interés del narcotráfico en la adquisición de “políticos cooperadores”, (más de los que ya tienen, desde luego).
Bejarano seguramente sabe que su nombre será denostado por muchos practicantes de lo mismo que en él condenan, pero que, a diferencia de él, no han tenido que responder ante la ley.
AL ÚLTIMO
Caos, inconciencia, ausencia del sentido del deber, fue lo mostrado por la clase gobernante al evaluar las acciones contra la inseguridad.
El poder judicial no acudió por el berrinche ocasionado por Calderón cuando opinó que la “operación limpieza” debe ser también para los poderes legislativo y judicial, lo que tiene lógica.
Luís de la Barreda, en nombre de su ONG, da cifras donde salen bien parados los mismos que salen mal parados en las cifras del gobierno, pero las de Luis de la Barreda son del 2007, y las del gobierno son del 2008, para que cada quien use las que mejor sirvan a su imagen.
Nos encontramos el jueves en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com