miércoles, 24 de diciembre de 2008

RECREO

(Publicado en Diario Imagen el 22 de diciembre de 008)

Por J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

La decisión de aumentar en sólo 4.6 por ciento el salario mínimo anuncia que la respuesta mexicana a la crisis es neciamente anti-social porque ni siquiera compensa la inflación de más de 6 por ciento al finalizar el año, según el Banco de México.

Los dos pesos con cuarenta y cinco centavos diarios en que se incrementa el salario mínimo de los zacatecanos se evaporan tan solo con el incremento al precio del transporte público y al del agua potable. Incrementos directamente imputables al gobierno local, a los ayuntamientos de la capital y zonas connurbadas, a los diputados locales y a la indiferencia de los partidos políticos respecto a lo que no sea electoral.

El ínfimo aumento salarial es insuficiente para compensar las elevaciones de los precios de la luz eléctrica, el gas, las gasolinas, el diesel. Aumentos imputables al gobierno federal, cámaras legislativas federales y burocracias partidistas ajenas al drama social.

Los gobiernos del PRI y del PRD aplican la misma política de Calderón de asegurarse ingresos elevando las tarifas de productos y servicios que son de su competencia, estimulando con ello la elevación de los precios del libre mercado.

No ignoramos que la crisis económica, tiene variables que se salen de control, pero la respuesta a la misma sí descansa en el compromiso social y en el talento del gobierno.

Y no se nota ni una cosa ni otra.

“LO QUE EL PODER QUISO DECIR…”

La semana pasada se produjo una declaración de fe en los pactos con el crimen organizado que no pudo ser más imprudente:

Rubén Aguilar, ex vocero de Fox, al sugerir que Calderón debía pactar con los narcos fortaleció la extendida presunción de que el gobierno al que perteneció lo hizo.

Felipe Calderón reviró la imprudencia con otra imprudencia más grande cuando dice que es por la culpa de los anteriores sexenios que estamos como estamos.

Entre los simples mortales no pasa desapercibida la participación de encumbrados en esa pesadilla nacional llamada delincuencia organizada. Pero cuando un ex vocero presidencial se expresa como lo hizo Rubén Aguilar, estamos ante una especie de confesión.

El propio Calderón y el Secretario de marina dicen que lo que se hizo y dejó de hacerse en el pasado nos tiene como nos tiene. ¿Y por qué no actúa?

Calderón puede reproducir la corrupta costumbre de formular graves acusaciones, abierta y o subterráneamente en contra de sus antecesores, sin cumplir la obligación de aplicar la ley, encubriendo a los que incrimina sólo verbalmente, en espera de que su sucesor lo vapulee con crueldad en lo verbal pero con disimulo en lo legal.

Así no pasará el episodio de escaramuza facciosa.

Si Calderón conoce su deber, es de esperar que sustente en datos verificables su afirmación y que los tribunales se encarguen de lo demás. De proceder así nos daría la esperanza de que el régimen deje de ser la incubadora de delitos altamente rentables en que se convirtió.

Sólo que hay un problema: los más importantes encargados de perseguir la delincuencia durante el foxismo son prácticamente los mismos en que Calderón ha depositado su confianza, tal es el caso de García Luna y Medina Mora con sus respectivos equipos.

AL ÚLTIMO

La CANACO de Mexicali puso en circulación un video en donde se exhiben los aguinaldos de los diputados de Baja California y se hace alusión a los desorbitados ingresos de la elite política mexicana.

Hasta hace unos meses, el tema parecía ser relevante solo para el movimiento liderado por Andrés Manuel López Obrador, que ha diseñado una propuesta de plan de ahorro de hasta 200 mil millones de pesos, con medidas como la de disminución en un 5 por ciento de los servidores públicos que perciban 100 mil pesos al mes o más.

El propio Andrés Manuel propone como elemento central de la moral republicana la “honrosa medianía” que invocaba Juárez, pero parecía predicar en el desierto hasta antes de que se hiciera visible el colapso del modelo económico.

Nos encontramos el jueves en el recreo

luismedinalizalde@gmail.com