Benjamín M. Romo Moreno*
Publicado el 16 de marzo de 2009 en el periódico IMAGEN
Publicado el 16 de marzo de 2009 en el periódico IMAGEN
Si bien hay avances, existen aspectos que abonan a la incertidumbre, al respaldar la evaluación privada y comercial, con lo que se traslada la responsabilidad del cuidado de la calidad a particulares y, al fomentar la participación social en la educación se abre la posibilidad del crecimiento de la modalidad privada en detrimento de la pública. En febrero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el proyecto de autorización para la constitución de una cámara de industria al sector de educación superior particular.
La necesidad de propuestas claras, de cara a la sociedad, en la propuesta del desarrollo científico-tecnológico y educativo es una de las prioridades
En la literatura económica los modelos de crecimiento de referencia actualmente, los endógenos y neoclásicos plantean formulaciones que, finalmente, tienen como elemento común esencial el crecimiento de la productividad, el cambio tecnológico.
En el modelo neoclásico, el progreso tecnológico o incremento de la productividad es el que explica el crecimiento a largo plazo del PIB per cápita, y en los endógenos se añade que ese crecimiento de la productividad resulta de los beneficios de la acumulación de capital humano, ello supone contar con mejores tecnologías y personal mejor calificado.
De lo anterior deriva la importancia de las políticas públicas orientadas a fomentar el progreso tecnológico y, consecuentemente, la conveniencia de proyectos de desarrollo, con inversión adecuada, de tecnología y educación que con metas a corto, mediano y largo plazo permitan incidir con la profundidad necesaria para obtener resultados positivos.
De aquí que pensemos en la necesidad de que exista una propuesta de desarrollo científico- tecnológico y educativo por parte del sector público, con la mira puesta, precisamente, en su impacto en las necesidades sociales, que efectivamente sirva como potenciador del crecimiento y desarrollo.
Sin embargo la incertidumbre nace cuando, en los hechos, se diseñan una serie de mecanismos legales que, tal vez, tienden a potenciar a algunos sectores perdiendo de vista su objetivo general y público.
Así nos encontramos, por ejemplo, con la pretensión de aplicar a la educación superior las normas del mercado, asimilándola a una mercancía, desde el año 2002, la Organización Mundial de Comercio (OMC) la incluye como un servicio comercial regulado en el marco del Acuerdo General de Comercio de Servicios (GATS) y que aún y cuando ha sido impugnada por algunos organizaciones universitarias de América Latina y Europa sigue vigente.
Más en corto, en nuestro país, se aprobó, a finales del año anterior, una reforma al artículo tercero constitucional que, entre otros elementos, incluye la obligatoriedad de la educación media superior.
Incorpora como parte de su filosofía los derechos humanos, la no discriminación y la paz; pretende garantizar que la educación se imparta y evalúe con calidad, transparencia y rendición de cuentas, y establece mecanismos para fomentar la participación social en la educación.
Si bien hay avances, existen aspectos que abonan a la incertidumbre señalada arriba, al respaldar la evaluación privada y comercial, con lo que se traslada la responsabilidad del cuidado de la calidad a particulares y, al fomentar la participación social en la educación se abre la posibilidad del crecimiento de la modalidad privada en detrimento de la pública.
En febrero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el proyecto de autorización para la constitución de una cámara de industria al sector de educación superior particular, a partir de la solicitud de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior A.C. (FIMPES).
Es decir se constituirá la cámara empresarial, o sea, el sindicato de patrones que, obviamente, hará la defensa de sus intereses que, como cualquier organización empresarial privilegiara la ganancia.
Otra información dada a conocer últimamente, tiene que ver con la llamada fuga de cerebros y que en su expresión interna, nos habla de la manera en que se subsidia a las instituciones privadas al costearles la formación de profesionistas en instituciones públicas.
En fin, la necesidad de propuestas claras, de cara a la sociedad, en la propuesta del desarrollo científico-tecnológico y educativo es una de las prioridades que, sería deseable, discutieran los candidatos a la representación popular.
*Catedrático de la UAZ.