sábado, 7 de marzo de 2009

Desfiladero

Jaime Avilés
La Jornada, 7 de marzo de 2009.

Desde que se inició la corrida especulativa contra el peso, en octubre, el Banco de México ha subastado clandestinamente –ya podemos imaginar a quiénes– 22 mil 500 millones de dólares, con lo que nuestras reservas internacionales han sufrido una pérdida de 25 por ciento. Son datos oficiales, no lo olvidemos. Y como el anonimato encubre a los magnates que trasladaron esos dólares de las arcas públicas a sus cuentas privadas, es legítimo sospechar que, entre otras cosas, la devaluación de nuestra moneda servirá para que Roberto Hernández vuelva a adquirir Banamex.

¿Por qué no?

Además, de acuerdo con el propio Banco de México, dólar que caiga este año en el sombrero de Hacienda, por concepto de la venta de petróleo o por la contratación de nueva deuda externa, será vendido inmediatamente a los misteriosos compradores de las divisas de nuestras reservas en el momento que lo deseen. Cálculos oficiales estiman que de este modo saldrán a subasta secreta otros 19 mil millones de dólares. Para diciembre, los especuladores se habrán embolsado 41 mil 500 millones de dólares y el peso estará, por decir algo, ¿a 20 por uno?

¿Qué significa esta nueva jugada defensiva, concebida por el equipo de genios financieros que rodea a Felipe Calderón? ¿Que nuestras reservas, disminuidas en una cuarta parte, ya no se achicarán más porque ahora, en vez de seguir ordeñándolas, Guillermo Ortiz venderá a los especuladores los dólares frescos que entren por concepto de petróleo y nuevas deudas? ¿Y eso es bueno o es malo?

A lo mejor bueno, porque el país –ese concepto abstracto, sin rostro ni estómago– conservará los 80 mil millones de reservas internacionales que dicen que tenemos y que si no se invierten no sirven para nada, pero también seguramente será malo, por no usar la expresión malísimo, en la medida en que el producto de la renta petrolera no se destinará, ni de broma, a la reactivación económica y por lo contrario agudizará el estancamiento en que nos encontramos hundidos, con el agua cada vez más arriba del cuello.

¿Debemos suponer, ante lo anterior, que entonces Calderón no construirá la nueva refinería que prometió en el momento más álgido de la batalla contra la privatización de Pemex? ¿En serio? No hay que ser un experto en finanzas públicas, ni siquiera un cliente asiduo del restaurante Arcángeles, de la Asociación de Bancos de México, donde a menudo comen Agustín Carstens y los ministros de la Tremenda Corte, para anticipar que este año, en materia económica, el gobierno del presidente del empleo no va a permitir que se mueva una hoja.

Todo seguirá estrictamente igual… hasta que el sistema político se derrumbe. No habrá un plan de emergencia como el que propone Andrés Manuel López Obrador, y que consiste en reducir a la mitad los salarios, comisiones, bonos, servicios médicos y demás privilegios de los altos funcionarios públicos, para obtener una bolsa de 200 mil millones de pesos que permitiría apoyar al campo, bajar los precios de las gasolinas, el gas, la luz y el diesel; fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, ampliar la protección a los ancianos e incrementar las becas y los desayunos escolares a los jóvenes y los niños.

No habrá nada de eso. Los togados de la Tremenda Corte seguirán cobrando sus 600 mil pesos mensuales, igual que los magistrados del tribunal electoral y los consejeros del IFE que a la hora de la hora siempre no echaron para atrás su superaumento de sueldo. Los legisladores continuarán percibiendo sus 400 mil pesotes al mes, y Calderón y sus secretarios, con esos suelditos grotescos de menos de 200 mil pesos mensuales, tendrán que intensificar su participación en negocios privados fuera de sus horas de trabajo, para no quedarse atrás.

Elba Esther, incontenible

Si nada va a cambiar en la política, entonces todo va a empeorar en la economía y en la sociedad. Quienes mantienen los ojos cerrados y se aferran a sus insultantes privilegios, deben saber o presentir que el gusto va a durarles poco. La enorme burbuja del descontento popular va a estallar muy pronto. Porfirio Muñoz Ledo, el domingo pasado en la Feria del Libro de Minería, estimó que el régimen de Calderón se desplomará, a más tardar, el año próximo. Ojalá, agregó, ello ocurra de manera pacífica y por la vía de la revocación popular de su cargo.

Todo marcha con ímpetu en esa dirección. Hace dos semanas esta columna reveló la existencia de un pacto entre el hombrecito de Los Pinos y la profesora Elba Esther Gordillo, concertado por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, en términos muy concretos. La líder vitalicia del sindicato de maestros conseguirá los votos necesarios para que el PAN quede bien representado en el Palacio Legislativo de San Lázaro y, a cambio, Calderón le permitirá designar a los nuevos magistrados del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, que regularán las relaciones laborales entre el gobierno federal y los trabajadores inscritos en el apartado B. En otras palabras, Elba Esther no sólo controlará a los cientos de miles de afiliados al SNTE, sino a todos los burócratas del país.

Organizaciones ciudadanas independientes, que desde ahora observan ya los avances (o más bien retrocesos) del proceso electoral que culminará el domingo 5 de julio, aseguran que, en efecto, doña Elba Estéril anda muy activa entre los gobernadores priístas… ¿amarrando votos para el PAN? Eso es algo que a nadie le consta. Sin embargo, dentro del tribunal, quien está preparando la llegada de los nuevos protegidos de Gordillo es el magistrado representante de los trabajadores de la primera sala, Jorge Hernández Castillón, que proviene del magisterio de Jalisco.

Y el que allí se encarga de la venta de plazas es David Duque –a quien Desfiladero ubicó erróneamente en la secretaría particular de Los Pinos, cuando la verdad es que trabaja en una dependencia del mismo nombre, pero dentro del tribunal–, y mantiene comunicación permanente con la tenebrosa profesora chiapaneca. Ay, nanita…

Termina la gira de AMLO

Pasado mañana, lunes, en Tamazula, Durango, el presidente legítimo de México culminará su gira por los 2 mil 38 municipios de régimen de partido que existen en el país. El 18 de los corrientes encabezará un mitin frente a la estatua de Lázaro Cárdenas en Eje Central, para examinar el estado que guarda la lucha contra la privatización de Petróleos Mexicanos, y el domingo 22, en el Zócalo, presidirá una nueva asamblea de la Convención Nacional Democrática. Mientras tanto, en las casas del movimiento defensor de la economía popular –busque la correspondiente a su delegación o estado en www.casasdelmovimiento.blogspot.com–, ya están dando asesoría jurídica gratuita a quienes, en protesta contra la usura, dejen de pagar los intereses de sus tarjetas de crédito a los bancos…