lunes, 16 de marzo de 2009

RECREO

Publicado el 16 de marzo de 2009 en el periódico IMAGEN
por J. LUIS MEDINA LIZALDE
El Poder Judicial está desprestigiado 

Sus escandalosas percepciones le acarrean un desprecio social cada vez más exacerbad
o

AL PRINCIPIO

No se necesitaba ser adivino para saber que las elecciones internas del PRD significarían un episodio más de desgaste no sólo de ese instituto político, sino de la idea misma de la democracia interna en los partidos.

El PAN y el PRI mejor ni lo intentan y acuden al “dedazo franco”. Los partidos pequeños ni siquiera se lo plantean.

La plural clase gobernante contemporánea, con toda su palabrería democrática, le da la “victoria cultural” a los dinosaurios tan bien representados por Rubén Figueroa, Gonzalo N. Santos y Fidel Velázquez.

Si sólo fuera uno o dos partidos los que están atrofiados para cumplir su rol en la sociedad, el problema sería de los partidos y sus incongruencias. Pero cuando son todos los partidos, cuando lo que está en verdadera crisis es el sistema de partidos, entonces es la sociedad la que está en problemas, porque hasta ahora la ciudadanía del mundo no ha diseñado mejores vías para encauzar las demandas colectivas y para disputar pacíficamente el poder público.

LA JUSTICIA, UN ASCO

Ahora que se puso en circulación la expresión que se refiere a México como “Estado fallido”, la opinión pública internacional está conociendo muchas historias de horror de la que son víctimas los mexicanos pobres. Una de ellas, la de Jacinta Francisco Marcial.

El 26 de marzo del 2006 ella, al igual que otras, atendía un puesto de aguas frescas en Santiago Mexquititlán, Querétaro, cuando llegaron seis sujetos mal hablados y de malos modos queriendo extorsionarlas, y como no portaban uniformes, fueron tomados como delincuentes por lo que ellas se defendieron bravamente y anularon a los individuos gracias a la solidaridad de los pobladores.

Resultaron agentes de la AFI que en vez de ser retirados del servicio público dada su catadura moral, fueron atendidos en su demanda de justicia y tuvieron la suerte de encontrarse con un juez a su altura moral, que basándose en una fotografía publicada en un diario queretano donde aparece Jacinta viendo el mitote, la sentencia a 21 años de cárcel, en un proceso sin intérprete, dado que ella no habla español.

Es una historia del mismo corte de la que mantiene en prisión a 13 habitantes de San Salvador Atenco prácticamente sentenciados a cadena perpetua por defender a humildes vendedoras de flores en un zafarrancho aun más grave por la brutalidad de las corporaciones policiacas que intervinieron.

El Poder Judicial está en el más absoluto y justificado de los desprestigios. Su responsabilidad en el desbordamiento del crimen organizado es insoslayable, y sus escandalosas percepciones les acarrea un desprecio social cada vez más exacerbado.

Como decían los revolucionarios, “el zacate está seco, y cualquier chispa incendia la pradera” y ni aun así las instituciones reaccionan auto reformándose, corrigiendo, previniendo y escuchando.

La vía parlamentaria es la vía civilizada por excelencia, pero mientras el diálogo entre poderes no excluya el soborno, mientras no se vaya a prisión el diputado que recibe dinero u otros beneficios por aprobar cuentas públicas o nombramientos, mientras no se encarcele a quien usa el dinero público para comprar voluntades, la corrupción se reproduce.

Cierto, me podrán decir que la corrupción e impunidad no son fenómenos nuevos, pero el lector estará de acuerdo que por primera vez en la historia, un documento oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional advierte que está en riesgo la viabilidad del Estado, y que tampoco nunca antes el gobierno norteamericano, en tiempos de paz, había señalado que el gobierno mexicano no gobierna en todo el territorio.

Nuestro país ya llegó al límite en eso de la corrupción de sus élites políticas y económicas. El cáncer está entre ellos.


AL ÚLTIMO

Se anuncia en Tamaulipas y Coahuila el aumento de 2 pesos al kilo de tortilla y se anticipa que a partir de hoy la medida se extiende a otras regiones del norte de la República. Nada impide el encarecimiento del producto más popular de la dieta de los mexicanos. 

Al justificar el incremento, los industriales del ramo hacen notar que una parte del maíz, al importarse, se paga en dólares como sucede también con las harinas.

Lo más “gacho” de este asunto es que ni con la debacle, el gobierno ha iniciado la corrección del camino que nos metió en la dependencia del extranjero en materia alimentaria, cuando de la mano de De la Madrid arribaron los “genios” educados en Harvard. 


Nos encontramos el jueves en El recreo.