La Jornada, 24 de mayo de 2009.
Las escandalosas revelaciones de Ahumada, Madrazo y en particular el juicio devastador de Miguel de la Madrid respecto de Carlos Salinas, que incluyen la descripción de una densa red de complicidades, han demostrado que no es una exageración opositora decir que somos gobernados por una mafia. Esto adquiere un carácter trágico cuando el hundimiento político y económico de México parece indetenible.
¿Podemos sacar ciertas conclusiones? 1) Además de una estructura oligárquica que controla económicamente a la sociedad, todo indica que existe un núcleo duro de políticos, empresarios, líderes sindicales y delincuentes, encabezados por Salinas, que tiene un poder extenso en las megaempresas, los medios de comunicación, los jerarcas del Congreso y los cárteles del narcotráfico.
2) Se trata de una verdadera mafia con jerarquías que, además de tener a Salinas como jefe, cuenta con operadores que penetran por todas partes. Es capaz de imponer sus decisiones a funcionarios, dueños de medios y comunicadores y puede actuar en forma sincronizada.
3) El viejo orden no ha muerto. La alternancia fue una fachada. Los intereses creados siguen entrelazados y el aspecto clandestino constituyen un rasgo fundamental. Esta estructura es enemiga del cambio y de la modernización del país.
4) Este poder fue larvándose desde la época de De la Madrid y floreció en la presidencia de Salinas. Las privatizaciones de mil 300 empresas sirvieron para acrecentar su poder. Sus ramificaciones penetran hoy a la clase política y llegan a todas partes, a las empresas monopólicas y oligopólicas, al PRI y al PAN. Salinas se hace servir por Fernández de Cevallos, personaje típicamente panista. El gobierno de Fox lo alienta, permite sus negocios y su recuperación política; incluso manipula al Poder Judicial para la escandalosa exoneración de Raúl. Calderón lo encubre. El PAN lo protege. Desaprovecha
la oportunidad para acusarlo de corrupción y con ello golpear al PRI en plena competencia electoral. Esta red abarca al gobierno del estado de México y seguramente a otros; a sindicatos poderosos, como el de Elba Esther Gordillo, capaz de operar en gran escala fraudes electorales; a sectores de la Iglesia, de los medios, de los intelectuales. Tiene contactos fuera de México, en Estados Unidos, Europa, Cuba, etcétera.
5. ¿Cuál es su objetivo? El poder por sí mismo. Para obtener ventajas, para aplastar a los enemigos, para quebrantar las instituciones. No tiene posición ideológica. Su esencia es el poder desnudo, y esto es trágico, porque esta mafia es causa y efecto de la decadencia de México.