sábado, 23 de mayo de 2009

Política ficción

Alejandro Encinas
El Universal, 23 de mayo de 2009.

Las declaraciones del ex presidente Miguel de la Madrid a la periodista Carmen Aristegui ponen al descubierto el profundo y largo proceso de descomposición política en el que se encuentran el régimen político y sus viejas instituciones.

Más allá de los señalamientos de la carencia de ética, de la corrupción y los negocios ilícitos que permitieron el enriquecimiento de la familia Salinas, incluso bajo la presunción de las ligas de algunos de sus miembros con el crimen organizado, De la Madrid hace una afirmación que define con nitidez la naturaleza del régimen político mexicano: la impunidad es inherente al régimen y una condición para que pueda reproducirse.

De inmediato, los ofendidos operadores del sistema se abocaron a controlar los daños. El mismo Salinas atribuyó las declaraciones del ex presidente a su “desfavorable situación de salud y la limitación de sus capacidades”, que lo han llevado a una “senilidad prematura”, mientras Francisco Rojas, Emilio Gamboa, Ramón Aguirre, Enrique y Federico de la Madrid, obligaban a De la Madrid a desdecirse y confirmar su “enfermedad”.

El ex presidente ha abierto una caja de Pandora, de la que emergen declaraciones y ajustes de cuentas entre distintos personajes del régimen, que lo mismo hablan de asesinatos políticos desde el sistema, protección a narcotraficantes desde el Poder Ejecutivo federal, robo de las partidas secretas, negocios ilícitos y corrupción en todos los órdenes de gobierno, coalición de servidores públicos para frenar a la oposición de izquierda, pago de favores políticos con la exoneración de delitos, así como de la existencia de un pequeño grupo oligárquico que dirige en su beneficio los designios del país, desde el aparato gubernamental y desde el control indistinto de algunos partidos políticos, particularmente del PAN y del PRI.

Vale la pena traer a la memoria la entrevista de Denise Maerker, a Carlos Salinas de Gortari en septiembre de 2005, cuando le cuestionaba acerca de su intervención en los videoescándalos y en el denominado complot que pretendía inhabilitar a Andrés Manuel López Obrador en su candidatura a la Presidencia de la República.

Salinas señalaba: “Me usan como cortina de humo para evadir temas de fondo… mi agenda es la batalla por las ideas y el trabajo social… a los candidatos les interesa la próxima elección. A mí lo que me interesa es la próxima generación”. “Carlos Ahumada: política ficción. Complot: política ficción. Revelar investigaciones truncas genera la política ficción y fabrica que el complot, que la impunidad, que la alianza, que estar en la reunión: política ficción, ¿para qué?, para lo mismo... Todo eso es política ficción”.

Más allá de la anécdota del mea culpa y posterior “arrepentimiento” de Miguel de la Madrid, de la manipulación informativa que enfatiza en la “enfermedad del ex presidente” y desdeña los actos de corrupción política denunciados, lo cierto es que la impunidad ha corroído en sus entrañas al Estado mexicano, que vivimos un severo proceso de deterioro y descomposición de las instituciones públicas, y que éstas, lejos de atender el interés nacional, se vuelcan a la protección de los intereses y privilegios de una red de complicidades que detenta el poder por el poder mismo.

Lo lamentable de esta situación es que, de nueva cuenta, a pesar de la evidencia denunciada, en el país de la impunidad no pasará absolutamente nada, porque la corrupción, la impunidad y el cinismo en las instituciones públicas son política ficción.

aencinas@economia.unam.mx)

Profesor en la Facultad de Economía de la UNAM