jueves, 28 de mayo de 2009

RECREO

Por J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO
REACCIONES PAVLOVIANAS

Después del intenso tiroteo verbal entre la gobernadora Amalia García y el senador Ricardo Monreal, este último acudió a Zacatecas para proponer un pacto en aras de la seguridad pública que incluyera la corresponsabilidad de las diversas fracciones parlamentarias en la designación del titular de la secretaria de la seguridad pública.

La respuesta de Víctor Armas exigiendo al senador una disculpa pública, y la de Juan Carlos Flores diciéndole al senador “que mejor diga dónde está Cándido Monreal”, demuestran que siguen sin adivinarle la pitchada al senador, que se aleja del ring con la ventaja que le obsequian, de que su contraparte quede como la intransigente y él como el dispuesto a dialogar.

Parecía que esta vez había estrategia, pues apenas el pasado domingo el dirigente perredista Gerardo Romo Fonseca hizo un llamado a la civilidad. Llamado que uno supondría el primer paso para distender el ambiente en beneficio del gobierno. Pero siguen sin aprender.

No comparto con el senador que él también reduzca el problema de la inseguridad al perfil del titular de la Secretaría de seguridad pública, pues las fallas recorren a todas y cada una de las dependencias que forman parte del aparato de seguridad estatal. Además de la estéril opacidad de la delegación de la PGR y PFP, tampoco esta demás dar un vistazo al bajísimo perfil de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Además, los diputados a los que el senador propone corresponsabilizar han sido más que omisos, no se les ocurre otra cosa que comparecencias privadas que no sirven ni para “taparle el ojo al macho”.

MICHOACAN, OTRA OPERACIÓN PROPAGANDÍSTICA.

Combatir en serio a la delincuencia organizada exige además de cambios en la economía, el previo desmantelamiento de sus redes de protección política y la destrucción de sus circuitos financieros, la confiscación de las empresas y bienes originados en el dinero sucio, así como los pararrayos sociales de los delincuentes, lo que significa prisión para algunos políticos, empresarios, banqueros y sacerdotes receptores de narco limosnas.

Hasta ahora, el frente de guerra es contra los desechables, por ser fácilmente sustituibles, sicarios procedentes de la pobreza enfrentados a otros a los que también la jodidez los lleva a enrolarse en el ejército y los cuerpos policiacos. La carne de cañón de los dos lados procede de los mismos barrios y los altos mandos de las dos partes juegan en los mismos campos de golf y comen en los mismos restaurantes.

No es válido rechazar, en nombre de la lealtad partidista, la detención de 10 presidentes municipales y 17 funcionarios municipales y estatales en Michoacán si de verdad estamos ante una operación contra redes de protección al narcotráfico. Pues la lealtad honorable se distingue de la lealtad entre mafiosos en que la primera está exenta de complicidades.

Tampoco se vale el espíritu partidista con que actúa la autoridad federal según sea el partido que gobierne la entidad. La cuidadosa operación de control de daños al gobierno de Morelos, la nota el más despistado.

Pero lo más grave, es que hay signos de que más que un plan de combate al narcotráfico, estamos ante un plan electoral al estilo del especialista en guerras de lodo, el español Antonio Solá, asesor del panismo gobernante, ya que es obvio que el tiempo escogido para la operación, es el ideal para influir en el electorado.

Usar electoreramente esta tragedia nacional es una forma de aliarse con la delincuencia organizada.


AL ÚLTIMO
UNO MÁS

A Eliseo Barrón, periodista de Gómez Palacio, Durango, lo arrancaron con violencia de su propio hogar y delante de sus cuatro hijas.

El martes por la mañana su cadáver fue encontrado. Eliseo es el periodista asesinado número 50 desde que el PAN "ganó" la presidencia de la república.

La investigación periodística ha contribuido grandemente a desentrañar los secretos de las mafias mexicanas. Así lo hicieron Manuel Buendía y Jesús Blancornelas, así lo hacen Ricardo Ravelo y José Reveles, pero también lo hacen muchos modestos periodistas en los estados sin que nadie los proteja, jugándose el pellejo por servir a una sociedad que a veces ni se entera de los riesgos que corren. Estos periodistas, son la cara más positiva del periodismo, lejos del poder y junto al cotidiano drama de los simples mortales.

Eliseo ayer fue sepultado en su muy humilde terruño, en donde lo único que sobra es dignidad

Nos encontramos el lunes en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com