lunes, 18 de mayo de 2009

RECREO

Por J. Luis Medina Lizalde

Publicado el 18 de mayo de 2009 en el periódico Imagen


AL PRINCIPIO

NI A LOS ALMADA LES SALE TAN BIEN 


Siendo posible que un grupo armado rescatara a 53 reos en 5 minutos sin disparar un solo tiro, percibiendose las acciones de búsqueda hasta tres horas después, si el gobierno del estado no revisa con ánimo auto-crítico lo que ha hecho y lo que ha dejado de hacer en la materia, no hará otra cosa que atrincherarse en sus esquemas defensivos, auto-justificatorios y hasta paranoicos con que enfoca el acontecer.

La creación de la seguridad pública fue un acto sin sustancia, burocrático, que tiene al secretario general de gobierno, licenciado Carlos Pinto Núñez como al único que le fue bien porque le quitaron una “papa caliente”.

La improvisación de los responsables del sistema penitenciario es cuestionable en tiempos mucho menos aciagos que los actuales, pero en estos momentos constituye un verdadero atentado al deber.

La capitalización electoral del tema es moralmente deleznable por que el fracaso frente al crimen organizado envuelve a todos. No es casualidad que la nota de la fuga del CERESO, compitiera en resonancia nacional con la crisis del gobierno panista del estado de Morelos, cuyo procurador de justicia es defenestrado y el titular de seguridad pública detenido por la SIEDO.

La plural representación popular en Zacatecas ha sido comparsa y por lo tanto corresponsable de los equívocos al prestarse al juego de las comparecencias privadas de los responsables de la procuración de justicia y de la seguridad pública, comparecencias de la que algunos salen creyéndose infantilmente depositarios de secretos de estado.

La fuga masiva de reos da cuenta de una gran incompetencia para prevenir, pero si la reacción se concentra en los parias de esta historia que son los custodios, quedará de manifiesto una incompetencia aún más grave: la de corregir.


COSA DE DOS 

La continua confrontación entre Amalia García, gobernadora, y Ricardo Monreal, senador de la república, no obstante sus respectivas investiduras, es percibido como un pleito de particulares. Cada vez son más lo que se rehúsan comprar una bronca que entienden ajena. Se nota que las defensas de un lado y de otro no son espontaneas sino inducidas, o simplemente ordenadas a quienes no tienen modo de decir que no.

Es evidente que los dos pierden. Amalia García no advirtió lo vulnerable que es un gobierno sin vasos comunicantes con el actor político más actuante y de más trascendencia nacional de la entidad. Comprometió la calidad de su gobierno al no acotar el conflicto, al permitir que transcurriera sin reglas. Ella, que tantas veces ha dicho que en política hay que hablar hasta con el diablo, se dejó llevar al baile por duchos en hablar quedito, al oído, muchos de los cuales ya empiezan a escudriñar el horizonte para anticiparse a la dirección del viento.
 
Ricardo Monreal despilfarra los frutos del reconocimiento ciudadano a su gobierno, si no unánime, sí amplio, y de su sobresaliente desempeño en la agenda nacional en la que se sabe insertar con singular olfato. Muchos de los que le danzan alrededor, lo hacen después de que lo intentaron con Amalia y fueron bloqueados por sus iguales con más rápidos reflejos.

Ya no hay presidente de la república con el poder disciplinador de antes, ni siquiera con los de su propio partido, como lo saben en Aguascalientes, pero debiera existir entre los políticos un límite a su libertad para darse “hasta con la cubeta”: el daño a terceros, y los terceros somos muchos.

Si entendieran que son las diferencias las que dan razón de existir al diálogo, ganaríamos todos, empezando por ellos dos; Amalia porque cerraría su ciclo de gobernante zacatecana en mejores condiciones para continuar su carrera en la escena nacional, y Ricardo estaría en aptitud de darle organicidad, programa y permanencia a sus seguidores.

 
AL ÚLTIMO
PA’ QUE SON PASIONES SI A CABO EL AMOR SE ACABA


Cuando se acerca la sucesión en Zacatecas escuchamos decir a Miguel de la Madrid que se arrepintió de escoger a Salinas de Gortari como su sucesor, lo mismo dijo de él, López portillo, quien a su vez inspiró la misma frustración a Luis Echeverría a quien le pasó lo mismo con Díaz Ordaz.

Ya no se diga a Salinas con Zedillo.

Fox no sufre por eso por que también escogió sucesor, pero no le hicieron caso.

Tan sencillo y elegante que sería ser demócrata en serio

Nos encontramos el lunes en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com