J. Luis Medina Lizalde
Imagen, Zacatecas
AL PRINCIPIO
El martes por la mañana Tlaltenango se asustó, un operativo del Ejército culminó con algunas detenciones.
Hubo unos cuantos balazos, pero afortunadamente no pasó a mayores a pesar de que los hechos tuvieron lugar en pleno centro de Tlaltenango y en las inmediaciones de una escuela repleta de niños.
El fin de semana en Ojocaliente también hubo nervios.
Los pobladores vieron broncas, líos, escucharon balazos, y las autoridades siguen sin idea de lo que hay que hacer, ya no para dar soluciones, sino para dar explicaciones.
El silencio es su refugio.
UN CALDO MUCHO MÁS CARO QUE LAS ALBÓNDIGAS
Tiene razón Cuauhtémoc Calderón Galván al enojarse por la filtración de los resultados de la auditoría practicada por el órgano fiscalizador dependiente de la Legislatura.
Mientras no concluya el procedimiento, lo ampara la presunción de inocencia a él y a su equipo.
Pero el documento es demoledor.
Y más le conviene a Calderón y a su equipo concentrarse en responder a las observaciones dentro del plazo fatal de 20 días a partir de la notificación.
La Auditoría Superior del Estado le da la razón en todo al grupo de regidores que denunció el caso de las luminarias.
Según los auditores, el arrendamiento resultó infinitamente más costoso (mucho más del doble) que la adquisición en propiedad de dichas luminarias.
Debió haber y no hubo licitación pública.
Se firmó dicho contrato un 7 de febrero del año en curso, y el 15 de este mismo mes y año arranca el proceso formal con la reunión del Comité de adquisiciones para lograr la autorización de un contrato que para ese momento ya estaba firmado.
Se firmó un acta de entrega-recepción de los materiales para alumbrado público depositándolos en un domicilio que a la hora de ser inspeccionado resultó ser una casa deshabitada en Tlalnepantla, Estado de México.
Si quedan en pie éstas y otras irregularidades -que por falta de espacio no consignamos-, una vez transcurridos los 20 días que la ley le otorga a los funcionarios involucrados, hay elementos que conducen el caso al Ministerio Público, sobre todo para aclarar el papel que en esto juegan los empresarios que suscribieron un contrato de arrendamiento en donde se despachan con la cuchara grande en perjuicio de las finanzas públicas del ayuntamiento capitalino.
¿JUVENTUD
EMPRENDEDORA?
Según el documento que obra en nuestro poder, les resulta responsabilidad, en distinto grado al presidente municipal, al secretario de Gobierno municipal, al tesorero, al director de Obras y Servicios Públicos municipales, al jefe de Departamento de Alumbrado Público, a la síndico municipal y al contralor.
Todos jóvenes, y unos en el PAN, otros en el PRI, uno en el PRD y otro más en el PANAL.
Buen trabajo de la auditoría y de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados.
A simple vista, pareciera que las instituciones sí funcionan, y que los ciudadanos de la capital somos beneficiarios, en este caso concreto, de la pluralidad y la alternancia.
Pero lo que ha sido visible es que la lucha del grupo plural de regidores ha sido a contra-corriente y que, gracias a que han apretado, el caso avanza.
Cuando uno se acuerda del pemexgate y la impunidad de Romero Deschamps y compañía, no tiene más opción que desconfiar.
Y cuando recordamos el tratamiento al caso de los uniformes piratas -mucho menos complejo que el que nos ocupa-, aparece el fantasma de la neutralización política de la ley.
Ojalá que este grupo de jóvenes servidores públicos al final resulte más inexperto que voraz.
Ojalá que la sociedad sea satisfecha con un puntual deslinde de responsabilidades y una impecable aplicación de la ley.
Lo peor del sistema político no es que sea corrupto, lo peor de todo es que es corruptor.
AL ÚLTIMO
Mi comentario sobre la legalización de la marihuana me acarreó una airada réplica de un entrañable amigo, de ésos que sostienen que la marihuana no genera adicción, y qué mejor prueba que él mismo -dice-, que tiene 35 años fumándola y no se le ha hecho vicio.
Invocó la prohibición del alcohol en los Estados Unidos y su progenie delincuencial.
En contraste con Holanda, país que no tiene delincuencia organizada gracias, según su convicción, a que está legalizada la marihuana.
Yo reitero mis reservas, pero convengo con mi amigo en la pertinencia de un debate a fondo.