Hallan delitos pero no delincuentes en el caso Atenco
AL PRINCIPIO
Primera plana de “El Universal” del viernes 13: “En distintas regiones del país el robo de granos se disparó en el último mes. Con piedras, machetes y en ocasiones con armas de fuego, grupos de hasta 100 personas detienen trenes o tráileres para despojarlos de su cargamento, principalmente maíz”.
AGUASCALIENTES: LECCIÓN DE LO QUE NO HAY QUE HACER
La burda manera como fue desplazado Santiago Creel del liderazgo del senado es uno de los tantos ejemplos que acreditan que en la clase gobernante predomina la psicología facciosa que tanto se le reprochaba al PRI, consistente en satisfacer intereses propios como sea y a costa de quien sea.
La conducta facciosa es una de las peores tradiciones del poder y se presenta en cualquier parte del mundo y bajo el cobijo de cualquier ideología.
La sórdida batalla entre el exgobernador de Aguascalientes Felipe González y su sucesor Reynoso Femat no sólo ha beneficiado a la oposición que ya prácticamente recuperó el estado, también ha impedido la eficacia indispensable para hacer frente al crimen organizado que ha echado raíces en Aguascalientes.
La balacera en Fresnillo entre soldados y delincuentes ha inspirado un pleito más entre los diversos actores políticos, para beneplácito de la delincuencia.
Si revisamos las declaraciones y las filtraciones, nos encontramos que unos aseguran que fue capturado un policía municipal en activo mientras que otros aseguran que ni lo conocen y nadie da constancia de su dicho.
Mientras tanto, una familia denuncia que uno de los detenidos es un minero que fue despertado por la refriega porque había trabajado en la mina en “el turno de tercera”, sin que se conozca que el gobierno de Fresnillo y el gobierno del estado tomen conciencia de que es obligación de ambos asegurarse de que en la confusión, no se sacrifique a inocentes.
La semana pasada, la subdirectora del Hospital de la Mujer fue agredida en los momentos en que trasladaba a sus hijos a la escuela, mediante un balazo que le ocasionó la pérdida de un ojo, entre otras lesiones, de las que se repone bajo fuerte custodia policial, sin que la autoridad se sienta en la obligación de brindar una explicación a los cada vez más atemorizados ciudadanos.
Todo esto es suficiente para advertir que Aguascalientes no es el camino. Y que hay que vivir las diferencias políticas con más sentido de responsabilidad.
AL ÚLTIMO
La debilidad de las instituciones quedó evidenciada con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a partir de su propia investigación sobre la represión al pueblo de Atenco, en donde reconocen que las denuncias eran ciertas.
Es decir, que para desalojar a unas vendedoras de flores usaron una brutalidad sin límites y que abusaron sexualmente de las detenidas, algunas de las cuales fueron violadas en los autobuses policiales cuando eran trasladadas, lo que se difundió ampliamente en el extranjero porque cinco de las víctimas eran europeas.
Como lo hizo con Mario Marín, gobernador de Puebla, la Suprema Corte encuentra delitos, pero no encuentra delincuentes.
Al exonerar de antemano al gobernador mexiquense y al titular de la Procuraduría General de la República, la Suprema Corte le da argumentos a los que dicen que el estado mexicano es un “estado fallido”.
El IFE también aporta su cuota de argumentos en ese sentido, con el ridículo que hicieron frente a las televisoras, al dar marcha atrás en su anunciado propósito de sancionar la “conducta atípica”.