lunes, 23 de febrero de 2009

RECREO

Por J. Luis Medina Lizalde

Publicado el 23 de febrero de 2009 en el periódico IMAGEN

La clase gobernante actual comparte las mismas flaquezas


No obstante, en algunos asuntos los partidos tienen posiciones diametralmente opuestas

Al principio

Manuel Buendía “se metía entre las patas de los caballos”, por eso lo mataron. Su columna “red privada” abordaba temas que otros periodistas rehuían. 

Cuando fue asesinado, la droga era básicamente producto de exportación y por ende, vital fuente de divisas en medio de la crisis de los años 80.

Gobernaba el país Miguel De la Madrid y el estado, el Lic. Cervantes Corona cuando la tolerancia oficial al cultivo y comercialización de la marihuana era tan obvia, que muchos se convencieron de que a la endémica corrupción gubernamental, se había sumado una razón de Estado para que no se perdieran los empleos directos e indirectos generados por los narcos y para que no se afectara la casi única fuente de dólares.

Por ejemplo en Zacatecas, y muy especialmente el municipio de Villa de Cos formó parte de la “agricultura protegida” de Rafael Caro Quintero hasta que años después cayó en desgracia y la Secretaría de la Defensa Nacional trasladó de plano a todo el batallón al que tantas veces se le observó custodiando sembradíos.

En todo eso hurgaba Manuel Buendía cuando cae aquel 30 de mayo de 1984. Asesinado por agentes del estado que acaban de obtener su libertad. 


La UAZ tomó la iniciativa de sumarse a la exigencia de justicia en lo que se consideró un grave atentado a la libertad de expresión mediante la creación del “Premio Manuel Buendía a la trayectoria periodística” a la que se sumó la Universidad de Puebla, entregándose por primera vez a don Alejandro Gómez Arias, quien lo recibió en el exTemplo de San Agustín, iniciándose con ello una etapa de rico contacto universitario con lo más prestigiado del periodismo nacional mediante cursos, diplomados y conferencias.

Los universitarios pensábamos que la auténtica democracia exige la develación de los muchos “misterios de Estado”, uno de los cuales lo constituye el crimen contra el periodismo de investigación que cometió el régimen en la persona de Manuel Buendía.


¿Partidos sin candidatos y candidatos sin partidos?

Al declararse independiente y anunciar la creación de un movimiento ciudadano, el grupo de diputados locales encabezados por Miguel Alonso pone de relieve la profunda crisis del sistema de partidos en México.

El descrédito de los mismos en nuestro país es abrumador si le hacemos caso a las encuestas que establecen que 7 de cada 10 otorgan su voto fijándose en la persona y no en el partido que la postula. 

Pero eso no significa que dé lo mismo “Juana que Chana”, pues aunque la clase gobernante actual comparte las mismas flaquezas, no obstante su pluralidad, hay una lista de asuntos en la agenda contemporánea en donde los partidos tienen posiciones diametralmente opuestas, citemos sólo algunos casos.

La reforma a la ley federal del trabajo se divide en dos grandes bandos: uno busca preservar lo que se ha dado en llamar conquistas históricas de los trabajadores y otro busca la “flexibilización” al gusto de las cúpulas patronales.

Si usted está de acuerdo en la despenalización del aborto y pretende ser candidato de un partido de derecha, o si estando en contra busca la candidatura de la izquierda, está jugando a engañar. 

Temas como la pena de muerte, la legalización de la marihuana, la revisión del Tratado de Libre Comercio, la regulación de la actividad bancaria o la continuación de su libertinaje, soberanía alimentaria o acentuación de la dependencia, no permiten “nadar de muertito”

Es perfectamente posible que un político no sea progresista o conservador químicamente puro. Inclusive, creo que es lo más frecuente, pero eso no significa indefinición en torno a los grandes asuntos sociales.

Por ello cada alianza, cada cambio de partido de los actores políticos, es motivo de la más severa evaluación social, evaluación de la que algunos salen bien librados, aunque son los menos.

Eso de que “lo que cuenta es la persona y no el partido” depende de cómo se interprete, los ciudadanos no acostumbran otorgar cheques en blanco.

Si el paso dado por Miguel fue un acierto o un error, se sabrá pronto.


Al último

Felipe Calderón pierde aliados. Primero fue Carlos Slim el que echó abajo su discurso sobre la crisis, después Lorenzo Servitje lo llama “presidente de facto”. 

Irrita a los hombres del dinero la notoria incompetencia de un gabinete de “allegados”.

Aquí y en China un gobernante es del tamaño de los que con él gobiernan. 

Nos encontramos el jueves en El recreo.